Mis estimados invitados, querida esposa; disculpad que interrumpa la conversación. Sólo necesito unos minutos para realizar un pequeño discurso antes del postre. Sé que os ha extrañado mi invitación a cenar en la casa de campo en pleno invierno y por ello quiero explicarme. El fin de año se acerca y es el momento de limar las asperezas de los últimos doce meses. De modo que quiero proporcionar alegría a los que me rodean y por eso he decidido daros mi regalo de Navidad un poco adelantado. Dejadme que beba un poco de agua para aclarar la garganta y que se me entienda bien lo que voy a decir. Mientras tanto podéis abrir otra botella de vino que nadie os va a detener, al menos hasta que pongáis un pie en el coche.
Hace unos minutos habéis recibido una dosis letal de digitoxina y en unos minutos notaréis su efecto. Vuestro corazón será el primero en alertaros del problema, la arritmia está cercana y sólo uno se salvará. Venga, venga; menos alboroto que no es un chiste. No jefe, no estoy de broma, me extraña que mi mujer no le haya dicho lo que hice con el perro del vecino cuando arañó mi coche. Después de todo han compartido unas cuantas noches de pasión, incluso en la habitación de arriba.
Vamos Andrea, no se me escandalice ahora, después de todo usted es tan adúltera como su marido. David tiene la mala costumbre de contar intimidades cuando se emborracha. Sí, ya sé que no es responsable de sus deslices y no debería pagar sus pecados, el problema es que ha hecho caso de las constantes súplicas de David tratando de hacerse con mi puesto.
Querido David no te levantes supuestamente indignado, por mucho que seas mi mejor amigo no tienes perdón. En estos tiempos tan duros has tratado de moverme la silla y, como es normal, no me lo he tomado bien.
Mi amada Sara, sabes perfectamente que en esta casa no hay cobertura. Deja de jugar con el móvil y no pierdas más tiempo, cuanto antes me explique antes se habrá solucionado todo.
Veamos, me queda por explicaros lo más sustancioso del asunto. Como he dicho hay salvación para uno de vosotros, mi regalo es la vida para aquel que consiga quitar la vida a sus rivales. Recibirá una dosis de antídoto de mis manos, pero no hay mucho tiempo para decidir. Te veo las intenciones David, pero la dosis está oculta, si acabas conmigo tendrás diez minutos para encontrar el elixir de la vida. ¿Te atreves? Bien, eso es todo, ahora os dejo un momento a solas para que podáis discutir el tema. Si no os parezco de fiar preguntar a Sara, ella me conoce como nadie en este mundo. Volveré en dos minutos.
¿Ya tenéis una decisión?, sólo os quedan ocho minutos antes de veros en un ataúd. Buen movimiento Andrea, el cuchillo insertado en las costillas ha sido atrevido pero no muy contundente. Vé, su marido va a por usted. Debería haber sido más directa. Fíjese en Sara, tenedor reventando la nuez y David no ha podido emitir ni una voz de protesta. Respira David respira, no te agites que es peor. La sangre sale a borbotones, ha debido tocar una arteria con su contundente movimiento de ataque. Mala suerte David, hoy no vas a ganar.
Vaya Andrea, veo que su marido tampoco le permite gritar. Tal vez si llega a ese vaso roto y le corta en el brazo consiga que afloje la presión sobre el cuello. A su derecha. Un poco, sólo un poquito más.
Es una pena creo que le falta un poco más de brazo, como no dé un estirón súbitamente la veo en el otro mundo.
Sara, ¿no me digas que le vas a sacar el cuchillo de las costillas a tú amante? Estas alianzas no estaban en el trato pero ver la herida abierta va a ser un espectáculo, necesitarás algún paño para tapar la hemorragia.
Jo, tremendo, esto no me lo esperaba. Qué fuerza tienes querida. Debes haber pinchado el pulmón como si fuese un globo, nunca pensé que ese cuchillo pudiese entrar tan profundo. Andrea, debería agradecer a Sara su vida cuando recupere el aliento.
Sara, siempre he dicho que eras una luchadora, no sé cuando perdiste esa vitalidad. Ver como pateas la cabeza de Andrea no hace más que subir mi estima por ti, ahora recuerdo porque me casé contigo. Bueno querida, has ganado, ahora a esperar la visita de medianoche.
¿Cómo que a quién? A la policía por supuesto, deben estar a punto de llegar. Ya les avisé de que creía haber sido envenenado y seguro que no les parecerá nada bien la que has montado aquí. Ya sé que no hay cobertura, por eso utilicé el fijo que mandé instalar hace un mes en nuestra habitación. Es una pena que nunca quieras venir a revisar la casa en invierno, y ha sido fundamental para mi plan. ¿Cabrón?, desde luego querida. ¿El antídoto?, no sé para que lo quieres. Al final el único que se ha envenenado con el agua he sido yo, ¿quieres un vaso?
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4 Comments on "EL POSTRE"
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Gran relato….
Gracias por compartirlo.
Una maravilla, lastrado. Me lo he pasado en grande con este relato de humor negro, me encanta. Es todo un espectáculo disfrutar de los relatos que publicas en la web, son muy originales y de lectura muy agradable. Muchas gracias por compartirlo con todos.
Macabrismo navideño, jojojo. Grande lastrado¡¡¡
Grande, estupendo. Gracias por compartir