La selección española engrandece aún más si cabe su etapa más dorada con la consecución de su tercer Europeo, los tres en las últimas cuatro ediciones disputadas. Números abrumadores que marcan la hegemonía del baloncesto español en el Viejo Continente. Sin duda este último título es especial. Con numerosas ausencias importantes, un bloque de menor talento de lo acostumbrado en esta laureada etapa y tras mucho sufrimiento, sudor y batalla se ha logrado un nuevo oro en el que muy pocos confiaban. A diferencia de los encuentros contra Grecia o Francia, España partía como favorita ante Lituania, sorprendente invitado a la final. Los jugadores de Scariolo eran mejores sobre el papel, se sentían superiores pero no dejaron margen a duda alguna sobre la pista. Dominaron en todo momento, no dejaron un ligero resquicio a una selección lituana que nunca tuvo una oportunidad. Un triunfo que vuelve a encumbrar a un bloque sobrado de fe y competitividad, armado alrededor de Pau Gasol, el gran referente y con el que comenzó el viaje a las estrellas del baloncesto español. Hoy volvió a ser el gran líder de un equipo que vuelva a abrazar la victoria para recuperar el trono europeo. Nuevamente es el lugar que ocupan estos héroes de leyenda.

LA FINAL:

España 80 – Lituania 63: Desde el salto inicial España no quiso dejar margen de duda alguno sobre quién partía como favorito en la final. Comenzó anotando los cuatro primeros ataques y defendiendo con intensidad y buenas ayudas. 8-2 de inicio que fue el punto de partida del despegue. Los de Scariolo atacaban con cabeza, buena movilidad de balón y encontrando buenos tiros. Todo lo contrario a lo que le ocurría a Lituania que se estrellaba una y otra vez con una defensa muy centrada. Los jugadores lituanos no veían el aro con facilidad en ocasión alguna y las pérdidas de balón se estaban convirtiendo en una lacra muy perniciosa. La aparición de Pau Gasol agrandó le herida lituana, imposible de suturar incluso con la estrella española en el banquillo. Los suplentes no notaron la ausencia de Gasol en pista, seguían defendiendo con entrega para desesperación de un rival que sentía que se le escapaba el partido demasiado pronto. Le costaba una barbaridad anotar. Sólo era capaz de sumar desde el tiro libre y no conseguía aprovechar la superioridad en el rebote, de nuevo un problema para la selección española. España jugaba con tanta facilidad que se adivinaba un desenlace muy rápido (34-18, min 16). Sólo Kalnietis, que ya había decidido jugársela por su cuenta, era capaz de aportar en ataque en el bando lituano. Sin embargo Lituania encontró la tabla de salvación en el juego exterior. Dos triples de Seibutis castigaron un par de errores rivales y sirvieron para bajar la diferencia de los diez puntos. Pau Gasol (25 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones, 43 de valoración) se encargó de frenar la reacción lituana aunque un triplazo de Maciulis, cayéndose y con la mano de Claver delante, sobre la bocina permitía a Lituania marcharse a vestuarios con otra cara (41-33, min 20). Habían sufrido la avalancha de un rival superior y se mantenían aún con vida cuando un par de minutos antes pintaba muy negro. Aún podían creer que tenían una posibilidad, sobre todo teniendo en cuenta los habituales bajones de España en cada tercer cuarto.

Fuente: nuevatribuna.es

Sin embargo las esperanzas de Lituania se difuminaron pronto. España salió en esta ocasión al tercer periodo con el cuchillo entre los dientes, apretando en defensa. El ataque de los de Kazlauzkas volvió a sufrir lo indecible para encontrar el aro. La tercera personal de Valanciunas le llevó al banquillo y privó a Lituania de uno de sus escasos recursos de garantías para hacer daño a España pese a que el pivot lituano estaba siendo superado con claridad por Gasol. Lituania estaba bloqueada por la fuerte defensa de España que podía correr y mover el balón con velocidad. En casi cinco minutos los lituanos sólo habían anotado dos puntos. España había cerrado el rebote e impedía que Lituania disfrutara de las segundas oportunidades que tuvo en la primera mitad. El 2-11 de parcial encaminaba a España hacia el oro (52-35, min 25) pese a los muchos minutos que restaban para el final. Lituania no parecía capacitada para buscar gestas. Los escasos errores de España eran su único recurso para anotar. Ni la lesión de Rudy, que estaba realizando un buen partido, tras comerse un bloqueo de Kavaliauskas oscureció el panorama. A los de Scariolo les bastaba con usar la cabeza en ataque, alargándolos hasta encontrar buenas posiciones de tiro que siempre acababan apareciendo. Y si no siempre está Pau Gasol. Cuando se le busca se le encuentra, siempre responde. Pudo irse al banquillo unos minutos tranquilamente, la diferencia permitía tomarse esa alegría (60-42, min 29). Sus minutos de respiro produjeron un mal inicio de último cuarto. Malos ataques que no serían aprovechados apenas por Lituania que nunca amenazó una situación tan plácida. Pese a anotar dos puntos en casi cinco minutos la buena defensa permitía a España aguantar las diferencias sin problemas. Aunque Valanciunas aparecía a deshoras su aportación resultaba insustancial. España siempre devolvía el golpe aumentado. El oro ya lo tenía colgado del cuello aunque restaran unos minutos. Un triple de Pau Gasol a dos minutos del final levantó a todo el banquillo. Su importancia no estaba en la trascendencia sino en lo que simbolizaba. El dominio incuestionable en el torneo de un jugador de leyenda, que recibió un entregado homenaje al retirarse al banquillo, despedido entre ovaciones mientras los menos habituales, los parias de la plantilla disfrutaban de su minuto en una final que amplía el palmarés de un equipo irrepetible. España volvía a ser campeona de Europa. El sufrimiento sustituyó a la espectacularidad de antaño pero este tercer título continental tiene un sabor especial.

Fuente: lagacetadesalamanca.es

EL PARTIDO POR EL BRONCE:

Francia 81 – Serbia 68: El partido por el 3º y 4º puesto no suele ser fácil de digerir tras sufrir una derrota a las puertas del encuentro por la gloria. Francia y Serbia estaban llamados a ser los contendientes en la gran final y, sin embargo, se encontraban luchando por el bronce. Ambos aún estaban asimilando el golpe durante los primeros minutos, repletos en desaciertos. Francia fue menos mala en los primeros instantes y se adelantó con un 7-2 para abrir bronca. Poca belleza en el juego sobre la pista, demasiados roces para llevar unos pocos minutos. Un Djordjevic alterado se llevó una técnica como calmante. Melancolía y tensión, mala mezcla para un buen partido. Los errores se sucedieron durante todo el primer cuarto, de un juego poco fluido. 6 puntos consecutivos de Bogdanovic dieron la primera ventaja a Serbia y Collet tuvo que pedir tiempo muerto para levantar el ánimo competitivo de sus jugadores. Tuvo efecto inmediato y su equipo no tardó más de un minuto a dar la vuelta al marcador. Se imponía la buena defensa francesa que nubló el buen juicio de los bases serbios, en especial de un Teodosic que ofreció su peor versión. Su mala dirección llevó a Serbia a la precipitación, a buscar malos tiros que no iban a ninguna parte. Francia empezó a explotar sus mejores virtudes. El poderío físico y la enorme capacidad para buscar el rebote ofensivo demolían a una Serbia empeñada en lanzar desde fuera, con el mismo pobre resultado que en semifinales. Un 10-0 de parcial era el primer indicio de escapada seria de Francia (37-28, min 18). Serbia logró salvar los muebles en el último minuto y medio de la primera mitad pero sus sensaciones no eran nada buenas y se ratificarían en la reanudación. Francia salió más intensa, dominando con una superioridad abrumadora el rebote ofensivo. Serbia se había empeñado en inmolarse desde la línea de tres, lanzando mucho más desde fuera. La figura de Gobert (15 puntos, 14 rebotes, 3 tapones, 26 de valoración) impresionaba demasiado. La zona era coto privado de los pivots franceses que dominaban a placer. Parker controlaba plácidamente el encuentro, tanto él como De Colo (20 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 20 de valoración) sabían qué hacer y a quién recurrir. En cambio Serbia estaba inmersa en una espiral autodestructiva. Sin ideas, se abocaba a un desastre ofensivo. Las pérdidas de balón las aprovechó Francia para asestar un golpe casi definitivo al contraataque (58-42, min 28). Sólo encontró Serbia un consuelo cuando Gobert pasó por el banquillo. Su ausencia la aprovechó Raduljiça (11 puntos, 8 rebotes, 21 de valoración) para frecuentar más la zona y complicar un poco las cosas a Lauvergne y Diaw pero los exteriores no le acompañaban. Su esfuerzo sólo valió para situar a Serbia a nueve puntos. Faltaba consistencia y acierto desde el perímetro. Los puntos que lograba Fournier (15 puntos, 5 rebotes, 20 de valoración) saliendo desde el banquillo mantenían el colchón sin apuro alguno. La fuerza de Gobert bajo los aros en su regreso a pista ejecutó el golpe de gracia. No le quedaba ni tiempo ni argumentos a Serbia para oponerse. Gobert finiquitó el encuentro con un mate que simboliza el poderío galo ante un rival mustio y enajenado que pasó de encarnar el equipo con más talento del torneo a quedar fuera del podio. Francia se consuela con la medalla de bronce, metal que no esperaba colgarse del cuello cuando su camino estaba abierto hacia el oro.

Fuente: acb.com

Y DIGO YO…:

• Pau Gasol, MVP del Eurobasket. Decisión esperada e incuestionable. No recuerdo otro jugador que haya producido semejante impacto en un Europeo. Galardón que da aún mayor lustre y brillo a una carrera deportiva espectacular.
• Quinteto ideal del torneo: Sergio Rodríguez, De Colo, Maciulis, Pau Gasol y Valanciunas. No tengo queja alguna sobre las elecciones de De Colo, Maciulis y Gasol. Sergio Rodríguez tuvo un papel irregular pero rindió a su mejor nivel en los partidos decisivos, cosa que no hicieron otros bases. La elección de Valanciunas no se sostiene por ningún lado, más aún con el gran torneo que realizó Gobert.
• Teodosic y Bjeliça llevaban un Eurobasket sensacional hasta que llegaron los partidos por las medallas. Cuando más se les necesitaba bajaron el rendimiento y Serbia lo notó. El base es un sospechoso habitual, un clásico a la hora de borrarse en los partidos importantes. Bjeliça fue una desagradable sorpresa en ese aspecto. Le puede pesar en un futuro.
• Los tres títulos europeos se han conseguido con Scariolo como seleccionador. No es santo de devoción de muchos aficionados y tiene sus defectos pero algo de mérito tiene en estos logros, sobre todo al conseguir este título sin toda la acumulación de talento de años anteriores. La diferencia respecto a Orenga es muy evidente. Supo optimizar el rendimiento del equipo a diferencia de su predecesor que lo empequeñeció a límites impensables.
• El valor de librarse de disputar el Preolímpico se aprecia repasando algunas de las selecciones que lo disputarán. Francia, Serbia, Grecia, Italia, República Checa, Canadá, México, Nueva Zelanda,.. Clásicos y selecciones emergentes por una de las tres plazas en juego. En cada uno de los tres torneos están asegurados dos e, incluso, tres equipos de nivel. No va a ser nada sencillo llegar a Río en el Preolímpico y las fechas no facilitarán las cosas.