En la actualidad el nombre de Cajamadrid se asocia a la oscura denominación de Bankia, pozo negro de chanchullos, corruptelas y latrocinio que ha protagonizado numerosos capítulos en el infame y extenso libro de la corrupción en España durante los últimos años. Sin embargo hubo una época, cuando aún era una caja de ahorros allá por los años 80, en la que a Cajamadrid se le vinculó con otro fin mucho más loable, el de mecenas del deporte madrileño. Durante muchos años patrocinó a un equipo ciclista amateur, al que vi competir en mi niñez en un criterium disputado en el barrio de la Elipa. Dio nombre a un equipo de balonmano que rozó con la yema de los dedos el título de la Asobal en 1989, dirigido por Domingo Bárcenas y que contaba con nombres inolvidables como Puzovic, Manolo Gutiérrez, Javier Reino o Luisón García. Y, por supuesto, apostó por el deporte de la canasta para formar un equipo que tuvo su momento de gloria a mediados de los 80, época en la que transcurrió su estancia en la ACB y Alcalá de Henares se situó en el mapa deportivo español.
El veloz viaje a la élite.
La historia arranca en 1979. Cajamadrid se vuelca en la labor de mecenazgo deportivo bajo el auspicio de Fernando Utande, director general adjunto de la caja de ahorros, y adquiere los derechos en Segunda División del Colegio San Viator, uno de los referentes de cantera en Madrid y que entre sus numerosas camadas formó para al baloncesto español a dos nombres muy ilustres: Corbalán y Carlos Jiménez. San Viator pasaría a estar vinculado a la red de formación del nuevo club que supo establecer un buen trabajo en categorías inferiores en muy pocos años. Cajamadrid sería el nuevo nombre del Iplacea, denominación del club que había nacido con el nombre de Complutense durante los años 70, y que pasaba a ser presidido por Jesús López Ricondo, más conocido años después por su labor como presidente de la Federación Española de Balonmano. Comenzaba su nuevo caminar en otra pista de colegio, la del Sagrados Corazones, que se convertía en el hogar del club en su paso por Segunda División. Trayecto efímero ya que en apenas dos temporadas daba el salto a Primera B. El incentivo de un puesto de trabajo en Cajamadrid atrajo a jugadores cuyo futuro estaba muy lejos de alcanzar el profesionalismo, pero eran muy valiosos en Segunda, y a los que se les presentaba una buena oportunidad en el mundo laboral. El ascenso a Primera B implicó cambios importantes. El club debía evolucionar, empezando por la cancha. Salió de la capital para trasladarse a Pozuelo de Alarcón. Sin embargo la progresión continuó siendo vertiginosa. En apenas dos campañas, en la temporada 1982-83, Cajamadrid se proclamaba campeón de Primera B y lograba el ascenso a división de honor, poco antes que los clubes tomaran el control de la Liga para formar la ACB. El vertiginoso ascenso del club madrileño le permitió llegar a la máxima categoría para convertirse en uno de los 16 equipos fundadores de la nueva Liga ACB.
Fuente: contraataquede11.blogspot.com
La llegada a la élite exigía un buen esfuerzo a Cajamadrid para mantener el nivel competitivo ante la flor y nata del baloncesto español. El banco redobló su apuesta por el equipo. Llegó un nuevo traslado, a Alcalá de Henares. La ciudad universitaria y cuna de Miguel de Cervantes se convertiría en la sede definitiva del club. El pabellón Virgen del Val sería el escenario de los avatares del Cajamadrid en su paso por la ACB. Los cambios no podían quedarse sólo en una nueva ciudad y una pista de mayor capacidad aunque aún pequeña (3000 espectadores). Debía reforzar la plantilla y no dudó en incorporar lo necesario para armar un buen equipo. Llegó, como nombre más destacado, una leyenda en el todopoderoso Real Madrid. Wayne Brabender apuró sus últimos años en pista en Cajamadrid donde tuvo tiempo para seguir dando buenas lecciones de baloncesto con su prodigiosa muñeca. Incluso fue uno de los primeros grandes tiradores de triples cuando se instauró el tiro de tres en España en la temporada 1984-85. Brabender estuvo arropado por otros nombres ilustres que llegaban a Alcalá de Henares. El Real Madrid nutrió al equipo alcalaíno de jugadores como Beirán o Jose Luis Llorente. Este último se trajo a su hermano Toñín, base como él, del desaparecido Tempus. La nómina de refuerzos se completó con otro jugador exterior, Alfonso Del Corral, compañero de equipo de Toñín y con futuro en el Real Madrid, tanto de jugador como doctor al retirarse. Los extranjeros serían el alero estadounidense Wayne McKoy y el pivot canadiense Rick Hunger que había jugado anteriormente en Ferrol. Todos ellos se unieron a Jorge Morales, Javier García, Fermosel, Gaztañaga y Elizalde en la primera plantilla de Cajamadrid en la ACB.
El sueño europeo.
Cajamadrid debutó en la máxima categoría el 10 de septiembre de 1983 en un derbi madrileño ante Estudiantes en Magariños. No le pesó el estreno en ACB y dio la sorpresa derrotando al equipo colegial por 98-107. En el Ramiro se quedaron estupefactos ante un rival descarado que sería el segundo equipo de Madrid esa temporada. Quien lo hubiera previsto. También fue exitoso el debut en casa una semana después. Alcalá de Henares disfrutó de su primer encuentro en la élite del baloncesto español con una victoria del Cajamadrid sobre Baskonia por 97-86. Todo fue sobre ruedas para el equipo alcalaíno en la temporada 1983-84. Realizó una magnífica primera fase en la que se clasificó como tercero del grupo impar, lo que le valió su participación en el grupo A-1 de la segunda fase como uno de los ocho mejores equipos de la primera fase. Esto aseguraba su plaza en los playoffs por el título, todo un éxito, pero el equipo entrenado por Tomás González no se dio por contento. No se achicó ante los grandes del baloncesto español. Visitar Alcalá de Henares se convirtió en un tormento para todos los ilustres. Joventut, CAI, Baskonia, Ferrol, Granollers. Todos pasaban por una tortura como visitantes, mordiendo el polvo sin contemplaciones. Incluso el propio Barça salió vivo de milagro de la cancha alcalaína, sufriendo hasta el final una victoria por la mínima (102-103). Sólo el Real Madrid escapaba a su control y le infligía una seria derrota en cada encuentro. Nunca fue capaz de derrotarle. Cajamadrid bajaba su rendimiento fuera de casa pero las valiosas victorias logradas en Badalona y Vitoria le permitieron acabar tercero y pasar directamente a los cuartos de final. Se había convertido en la sensación en el estreno de la ACB, una amenaza para todos en su debut entre los grandes del baloncesto español que estaba en boca de todos. Rozaba las semifinales tras batir en Zaragoza al CAI en el primer encuentro. No se vislumbraba el techo del Cajamadrid pero cuando mejor lo tenía dejó escapar su oportunidad. El CAI le derrotó en los dos encuentros en Alcalá de Henares, partidos muy ajustados que no supo cerrar Cajamadrid. El sueño había concluido pero la temporada había sido para enmarcar. Su gran campaña no resultó indeferente a nadie. Jou Llorente y Beirán serían convocados por la selección para disputar los JJOO de Los Ángeles y formar parte de aquel legendario equipo que logró la plata olímpica. Del Corral fue fichado por el Real Madrid. Pero aquel quinto puesto final tenía otro premio más, la participación en la Copa Korac. Alcalá de Henares abría las puertas al baloncesto europeo.
Fuente: fbm.es
Para su estreno en competición europea llegaron más cambios al equipo de Alcalá de Henares. La pareja de extranjeros fue sustituida. Llegaron los pivots estadounidense Orlando Phillips y Bob Thornton que dieron un muy buen rendimiento en la zona. Se completó la rotación con Sautu, que tuvo un papel residual. Tras el trámite de la primera ronda a doble partido contra el débil Regenerin Klagenfurt alemán comenzaba el verdadero sueño europeo en la fase de grupos. Alcalá de Henares disfrutó de momentos únicos, como la visita del Aris del grandísimo Nikos Gallis y el astuto Giannakis. Un visitante ilustre para una fiesta que se completó con la victoria sobre el equipo heleno. Las dos victorias ante el Moderne francés le dieron opciones de lograr la única plaza que clasificaba para semifinales pero una derrota por la mínima en casa ante Livorno le dejó sin opciones. El histórico Aris ocuparía ese lugar en una Copa Korac que se llevaría el mítico Olimpia Milan de Meneghin, D’Antony, Premier y Schone. Cajamadrid despertaba del sueño europeo para regresar a una realidad que era mucho menos placentera que la temporada anterior. La Copa Korac distrajo al equipo alcalaíno pero probablemente influyó más que nada el mal ambiente que se respiraba en el equipo. El fuerte carácter de Brabender, que al final de temporada se retiraba para ocupar en el club un cargo en los despachos, chocaba con dos jugadores que reclamaban galones como Jou Llorente o Beirán al brillo de sus relucientes medallas de plata olímpicas. Toñín Llorente y Nino Morales también eran conocidos por los numerosos actos de indisciplina. A Orlando Phillips se le acusó hasta de la muerte de Manolete, tachándole injustamente desde el propio club de borracho, mujeriego y fumador empedernido. En una reciente entrevista a la web de la ACB, Phillips reconoció que el pésimo ambiente del equipo le produjo muchas reticencias para regresar a España, algo que haría en 1988 para sacar a Pamesa Valencia de la Primera B. Con estas guerras internas las cosas no podían ir bien. Fue dando tumbos, lejos de aquella solidez en casa de la pasada anterior, durante la primera fase y acabó último en el Grupo Impar por lo que tuvo que disputar la A-2 en la segunda fase. Una derrota en Zaragoza en la penúltima jornada le condenó a disputar el playoff de descenso entre los cuatro peores equipos de la temporada y que daba una única plaza de permanencia. De rozar el paseo por las nubes con los grandes del baloncesto español a caminar entre las brasas por salvar la cabeza. ¡Cómo habían cambiado las cosas en un solo año! Sin embago no tuvo muchos problemas para permanecer en ACB. Superó la primera ronda en un derbi madrileño contra Collado Villalba, derrotándole con mucha claridad en los dos encuentros en Alcalá de Henares. Aún más sencilla fue la eliminatoria final contra Caja de Ronda (actual Unicaja), al que despachó por la vía rápida en dos encuentros. Se había salvado una situación peligrosa pero debían cambiar muchas cosas en el club alcalaíno.
El descenso a los infiernos.
Los serios problemas internos obligaban a abrir las ventanas en la temporada 1985-86 para ventilar el mal ambiente de la plantilla que sufrió cambios profundos. Los dos extranjeros salieron del equipo y fueron sustituidos por el alero Dykema y un clásico del baloncesto europeo para el juego interior, Knego, el pilar en la zona de la Cibona de Drazen Petrovic. También llegaron jugadores nacionales de fuste. Desde Ferrol llegaba Fede Ramiro, un base salido de la cantera del Real Madrid que fue uno de los mejores directores del baloncesto español en los años 80. Perico Ansa, eterno suplente de Epi en el Barça, buscó volar en solitario en las postrimerías de su carrera en Alcalá de Henares. Orenga, otro joven producto de la cantera madridista y que acabaría haciéndose un buen nombre en el baloncesto español, llegaba del descendido Collado Villalba. Se incorporaba definitivamente al primer equipo Carlos Gil, producto de San Viator que apuntaba muy alto. La red de cantera de Cajamadrid funcionaba con éxito aunque apenas llevara unos años en marcha. Grandes cambios para las numerosas e importantes bajas. Brabender se retiraba. Los hermanos Llorente abandonaban también el club y obligaban al cambio total en el puesto de base. Históricos como Nino Morales o Gaztañaga también cogían la puerta de salida. Los problemas llegaron pronto con la úlcera que sufrió Dykema y le dejó fuera de combate casi toda la primera fase. Una baja muy sensible porque el alero estadounidense era un tirador muy fiable, sobre todo desde la línea de tres. Pese a este inconveniente, Cajamadrid logró llegar a la última jornada con opciones de alcanzar la cuarta plaza del grupo impar y acceder a la A-1, algo que le solucionaba toda la temporada. Sin embargo, una derrota en casa ante Cacaolat Granollers (66-69) y un palizón escandaloso del Estudiantes al Barça en Magariños llevaron al equipo alcalaíno a la A-2. El palo fue muy duro y Cajamadrid fue dando tumbos toda la segunda fase. Los malos resultados provocaron el cese de Tomás González. Su segundo, Eduardo Ruiz, no fue capaz de enderezar el rumbo y Cajamadrid afrontaría de nuevo el playoff de descenso. Superó en una primera eliminatoria agónica a Claret, germen del actual Gran Canaria, con una victoria en Las Palmas en el partido decisivo. Magia de Huesca le separaba de la permanencia, de nuevo con factor campo en contra y jugándose las castañas en un tercer partido vital en la capital oscense. Esta vez la moneda salió cruz. La expulsión de Wallace Bryant enervó a la efusiva hinchada de Huesca que llevó en volandas a su equipo. Una exhibición de Larry Gibson mandaba a Cajamadrid de cabeza a Primera B. En dos años pasaba de rozar las semifinales de ACB y disputar la Copa Korac a las llamas de la segunda categoría nacional. Un descenso traumático y demasiado vertiginoso.
Fuente: espacioligaendesa.com
Cajamadrid dispuso de lo necesario para un rápido regreso a la ACB. Se construyó un nuevo pabellón de 4500 espectadores, el Pabellón Ruiz de Velasco que sería rebautizado como Pabellón Cajamadrid. Nombres ilustres no faltaron en la plantilla del club alcalaíno. Jugadores como Wiltjer, Orenga, Villalobos, García Coll, un jovencísimo Paraíso o los regresos de Toñín Llorente y Nino Morales sustentaban al equipo en los años sucesivos para lograr el retorno a la máxima categoría del baloncesto español. Entrenadores de renombre como Chus Codina o Tirso Lorente se hicieron cargo del banquillo en esta etapa que llenó de frustraciones al club. Siempre era un aspirante claro al ascenso pero se estrellaba en cada intento. No se acertaba con los jugadores americanos que llegaban al equipo y la estabilidad y buena marcha dentro del club rayaban por su ausencia. Incluso desde la presidencia se desautorizó al propio Codina cuando apartó del club a Toñín Llorente y Nino Morales por sus numerosos actos de indisciplina. Cada asalto al ascenso se convertía en una frustración constante. Especialmente doloroso fue el de 1989. El mismo día, 27 de mayo, el equipo de baloncesto jugaba en casa el partido decisivo para el ascenso contra Ourense mientras el de balonmano disputaba en el Palau Blaugrana contra el Barça el que podía darle el primer título de Liga. El encuentro en Alcalá de Henares resultó dramático, con dos prórrogas. El desenlace fue de película de terror para los locales. Con uno arriba a falta de un minuto, Nino Morales se bota el balón en el pie y pierde el balón. La falta para frenar el contraataque significan dos tiros libres que no desperdicia el equipo gallego. Cajamadrid tuvo dos oportunidades para llevarse el encuentro pero la selección de tiro fue nefasta. Ourense lograba su primer ascenso a la ACB, celebrado por todo lo alto ante la desolación de un Pabellón Cajamadrid lleno. Como las desgracias muchas veces no vienen solas, el equipo de balonmano perdió la Liga en Barcelona por un solo gol. Día negro para el deporte de Alcalá de Henares. Nunca supo reponerse del golpe. Cajamadrid continuó como aspirante al ascenso pero en cada momento de tensión falló estrepitosamente. Lliria, en el que despuntaba un jovencísimo Nacho Rodilla, se convirtió en bestia negra del club alcalaíno en los siguientes playoff de ascenso.
1992 puso fin al camino del equipo de banco. Caja Madrid da por concluida su labor de mecenazgo en el deporte y abandona su apoyo al club, tanto en baloncesto como balonmano. Fue una sentencia de muerte para el deporte de alto nivel alcaíno. El club continuó con la denominación de Juventud Alcalá pero los sueños de alcanzar la élite se esfumaron para siempre. Ya no había recursos más que para subsistir. El balonmano echó el cierre en 1994, ahogado económicamente. El equipo de baloncesto continuó el camino pero su rumbo se convirtió en un vagar por las categorías menores del baloncesto madrileño. Hoy, su lugar está en Segunda Autonómica, incluso superado por otros equipos de la ciudad complutense. Su reluciente cantera en los años 80 sobrevive como puede. El baloncesto de élite queda lejos de Alcalá de Henares. El Pabellón Cajamadrid ahora es el hogar del equipo más histórico y laureado del fútbol sala en España, el Inter Movistar.
Próximo capítulo: El equipo de la sierra.
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6 Comments on "LUGARES ACB PARA EL RECUERDO (II): EQUIPO DE BANCO"
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Hace relativamente poco la TVG puso ese partido contra el Orense y los minutos finales fueron de esperpento. Por otro lado esta serie me trae todos los equipos que me encantaban de enano. Gracias por el recuerdo de algunos de mis preferidos como Toñín, Jackson, Dykema y tantos otros. Espero que la serie siga con Espanyol, Licor 43 y, por supuesto, Breogán.
Javier Reino, Luisón García… Hasta a un atlético le has traído añoranzas de su equipo de balonmano.
Personalmente, hartos de tanto madribarsa, y de tanto deporte manchado por la economía y la globalización, se echan mucho de menos estas historias de, como bien decía Dark/Achibiri, cuando todos éramos muuucho más jóvenes. Vas a tener mil peticiones y poco tiempo pero, a mí personalmente, me gustaría que te acordaras un poquito del Cáceres CB. 😉
Cáceres, todo un clásico de la ACB durante muchos años. Habitual en playoffs y que logró llegar a la final de Copa de 1997. Saldría una entrada muy buena con el Cáceres. Me apunto la sugerencia. Me va a salir con todas una serie más larga de lo que había pensado pero merecerá la pena. De todas formas algún equipo me tocará descartar debido a que el tema central de la serie trata sobre equipos de localidades con pasado ACB casi olvidado para los más jóvenes y algunos de ellos fueron vecinos de equipos poderosos en la actualidad. Pero eso… Read more »
Genial entrada. Solo un apunte. El dia del play off contra el Orense tambien se jugaba el equipo de balonmano la liga, pero no en el Palau, sino que tambien en Alcala de Henares, lo que hizo mas dramatica la jornada, de la que como bien dices, nunca se recupero el deporte de elite de mi ciudad
Pues pensaba que aquel partido decisivo de balonmano se jugaba en Barcelona y no en Alcalá de Henares. Me debí informar mejor, lo apunto para la próxima. Muchas gracias por tu apunte, Pedro, y por tu felicitación. Siempre que desees comentar algo aquí tienes tu casa.
Buen escrito con detalles que ya se me habían olvidado. Enhorabuena. No se puede olvidar, yo estuve aquella tarde terrible del 27 de mayo, el no ascenso en basket y la liga de balonmano que se perdio contra el Barcelona (que como bien dice Pedro fue en Alcala) una tarde aciaga para el deporta alcalaíno de la que aun no se ha levantado, quien lo diría 28 años después. Los minutos finales contra Orense para ascenso a Acb fueron muy duros con sus 2 prorrogas, y ver como se perdio el partido cuando lo teníamos ganado, aquella perdida de NIno… Read more »