Resulta siempre complicado valorar o hacer un balance de lo sucedido en un año en un campo cultural cualquiera. Corremos el riesgo de menospreciar o sobrevalorar obras que posteriormente el paso del tiempo, que siempre coloca a cada uno en su lugar, nos desmentirá. Como diría alguien ecuánime y moderado, nos falta perspectiva. Esto que digo se acentúa mucho más en el mundo de la música pop. Se publican tal cantidad de discos al año, de tantos estilos distintos, a veces casi contrapuestos, que resulta especialmente difícil establecer qué fue lo mejor, o qué destacó por encima de otros, más aún si tenemos en cuenta el componente de subjetividad que siempre hay detrás. Quiero decir, si a mí, por ejemplo, el heavy no me interesa o no escucho nunca hip hop por poner un par de ejemplos muy concretos y de dos subgéneros que casi forman un  mundo aparte en esto de la música pop, difícilmente situaré algún trabajo de estos estilos entre lo más destacado del año.

Es por ello que en busca de una difícil objetividad hay veces que se recurre a una compilación o resumen de lo que piensan un buen número de medios más o menos reconocidos y así las dudas  planteadas son menores. Es lo que hacen por ejemplo en la página web estadounidense Metacritic o en AOTY (acrónimo de Album of the Year, más claro imposible), con resultados que si bien no pondrán a todos los aficionados de acuerdo, sí por lo menos establecen un consenso amplio. En concreto, la segunda, AOTY, se basa en las clasificaciones de más 70 medios escritos y de red anglosajones, que van desde TIme, The Guardian o Newsweek a la citada Metacritic, AMG, Rolling Stone, New Musical Expres, Uncut, Pitchfork,Mojo, American Songwriter y otras luminarias de la crítica y la información musical. Los redactores de AOTY conceden 10 puntos al primero de la lista, 8 al segundo, 6 al tercero, 5 si están en el top 10, 3 si en el top 25 y 1 a un vago “otros, que pueden ser desde un top 50 a una lista sin numeración (que las hay).

Teniendo en cuenta que esa lista es suficientemente extensa y completa (para quien no se sienta muy representado por aquello de los gustos musicales que antes comentaba tiene también listas especifícas de estilos: indie,pop, folk, heavy, hip hop, electrónica…) he pensado que podía hacer algo parecido con los medios españoles, lo que además sería una buena forma de comparar lo que nos gusta por aquí y lo que gusta por allí. Y la respuesta a esta comparativa no es muy sorprendente: aunque, como ahora diré, el sistema de puntuación lo he variado algo, no hay apenas diferencias entre lo que gusta en el mundo anglosajón y lo que agrada en nuestro país, de hecho, al menos este año, los “ganadores” son los mismos en uno y y otro sitio y en el top 10 coinciden la mitad de los grupos o artistas. Primera conclusión por lo tanto, a nuestros críticos y periodistas les gusta más o menos lo mismo que a los criticos y periodistas anglosajones, cosa por otro lado bastante previsible por muchas razones que serían harto fatigosas comentar (entre ellas la influencia que ejercen determinados medios extranjeros).

Otra cuestión  a determinar sería analizar globalmente lo que hemos puntuado; quiero decir, ¿ha sido el año musicalmente hablando satisfactorio a nivel de discos (no hablo claro está, de la crisis de la industria, de los conciertos en directo, de la repercusión de la subida del IVA y muchas cosas más, hablo solo de discos)?

Si hacemos un repaso de los trabajos escogidos tendría que decir, sin miedo creo a equivocarme mucho, que ha sido un ejercicio si no decepcionante sí al menos irregular y conservador estilísticamente hablando a nivel internacional (respecto al pop español lo comentaré en su apartado correspondiente). Pocas novedades, y por supuesto nada vanguardista o experimental ha surgido que sorprenda o emocione. No ha sido además un año en el que haya surgido o eclosionado un género o una tendencia que arrase a nivel informativo (recordemos 1990, el año del grunge, o 1994,del britpop, cuyo vigésimo aniversario se recordó el año pasado). Más bien parece en este ya avanzado siglo XXI que se han afirmado ciertos compartimientos estancos (muchos estilos distintos que conviven pero no interaccionan) que viven en sus esplendidos aislamientos sin relacionarse apenas. Hay espacio para todo, el pop más comercial y llenaestadios (Lady Gaga, Madonna, Beyoncé…), los viejos dinosaurios que siguen a lo suyo (Rolling Stones, U2), aspirantes al trono que desfallecen algo (Coldplay, Franz Ferdinand..), viejos rockeros que siguen a lo suyo (Neil Young, Leonard Cohen, Tom Petty, David Bowie…) nueva electrónica, (James Blake, Caribou, Daft Punk, Disclosure..), estrellas del hip hop (Kanye West, aunque este es de los pocos que rebasa el marco estrecho de un estilo, Run The Jewels..) modernos, poperos, rockeros, folkies… todos ellos conviven sin problemas y, frecuentemente, sin apenas interés por lo que hacen los representantes de las otras tribus.

En fin, los propios ganadores indiscutibles del año, aquí y en el mundo anglosajón, The War on drugs (podríamos sumar quizás también a Future Islands) son un claro ejemplo de lo que escribía más arriba, ya que no pretenden ser en absoluto originales, remiten a los grandes de los 80 y podrían ser quizás genuinos representantes de un cierto estilo vintage. Quizás estemos ante la confirmación de una cierta decadencia generacional o quizás sea el típico momento de transición a la espera de un revulsivo que, de todas formas, lleva años haciéndose esperar.

Lo que si está muy claro para los medios españoles es que 2014 ha sido un año muy norteamericano, 7 estadounidenses y un canadiense entre los 10 primeros. Por si esto fuera poco se demuestra además la vitalidad del folk rock norteamericano (entendido de la manera más amplia) con 3 representantes. Si añado que otros músicos de este estilo (como Eels o Damien Jurado) han tenido algún voto y que la mejor reedición del año para muchos medios ha sido The Basament Tapes de Bob Dylan el panorama queda más nítido aún.

Mi lista ha sido confeccionada en base a la opinión de una serie de medios españoles (17 en el apartado internacional, 13 en el nacional), y no han podido ser más porque o no los he encontrado o porque algunos medios han hecho listas sin numeración o demasiado específicas (por ejemplo, Metropolis la revista musical y de cine de El  Mundo, Número 0 o Fernando Navarro en su blog del El País), aunque he de decir que para otro año me gustaría poder añadir alguna más (si vosotros colaboráis, mucho mejor,).

Los criterios utilizados son muy simples: 10 puntos al primero, 9 al segundo y así sucesivamente hasta el 10. Me hubiera gustado aplicar el sistema de AOTY pero es más fatigoso y lento (al menos para mí) y, de todas formas, no creo que hubiera habido muchos cambios sustanciales de hacerlo.

Los medios utilizados han sido: Rockdelux, Hipersónica, DOD Magazine, ABC, Rolling Stone España, MondoSonoro, Jenesaispop,Binaural,Efeeme, Muzikalia,Tiramillas (Marca), B-Sides, Plásticos y Decibelios, Scanner FM, Indienauta, Número Cero e IndieSpot. El resultado podrá ser discutible pero creo que refleja de manera bastante aceptable (a pesar de las inevitables ausencias) lo que sucedió el año pasado.

INTERNACIONAL

1) The war on Drugs: Lost in Dream: 92 puntos

El grupo de Filadelfia es el claro triunfador del año. Como escribía antes, el disco más vintage del año.The War on Drugs se han repuesto de la marcha de Kurt Vile (que el año pasado firmó un disco espléndido, parecido en bastantes aspectos a este) y han firmado su mejor trabajo hasta la fecha. Ecos de Springsteen, Tom Petty, Dylan (la voz de Adam Granduciel) e incluso Dire Straits recorren los surcos de un disco nostálgico pero actual, lleno de grandes canciones con desarrollos largos al que quizá yo le pondría el pero de ser excesivamente largo. Imprescindible para las frías y melancólicas tardes de invierno.

2) Sharon Van Etten. Are we there 54 puntos

Una de las -relativas- sorpresas del año. la cantante de New Jersey ha editado el disco más completo – el cuarto- de su carrera (en el que colaboran por cierto musicos de The War on Drugs) Sin abandonar del todo el folk y el country alternativo Van Etten se adentra en otros  terrenos, con más instrumentación que en sus anteriores tres discos. Sigue sin redondear la faena (le falla el directo, demasiado previsible) pero está en el buen camino.  Hermoso disco y estupenda portada…

3) Future islands: Singles, 52 puntos

Otro ejemplo de revivalismo, en este caso del synth pop electrónico de los 80 (OMD y similares), aupados además por la repercusión de su sencillo principal, “Seasons”. Un disco , como su título proclama, lleno de canciones destinadas a ser éxitos en el que yo destacaría el contraste -efectivo- entre la voz de su cantante y las melodías que le sustentan. Sigo pensando que no llega a ser un disco redondo (o si queréis unitario), sino quizás una mera sucesión de canciones, algunas mejores y otras prescindibles, pero…

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4) Damon Albarn: Everyday Robots, 41 puntos

20 años después de Blur y de aventuras posteriores con Gorillaz, The Good, the Bad and the Queen, componiendo óperas o difundiendo la música africana, el que es, a mi juicio, más interesante músico -quizás junto a Jarvis Cocker- de lo que se llamó britpop ha publicado por fin un disco en solitario que ha colmado todas las. expectativas. Albarn recoge todas sus influencias (el pop, el folk, el soul) para hacer un disco tranquilo que destila melancolía por todos sus poros. Muy recomendable

5) Saint Vincent: Saint Vincent, 39 puntos

Los años de aprendizaje parece que han acabado ya para la texana Annie Clark, reencarnada para la música como Saint Vincent. 3 discos previos, colaboraciones variopintas (telonera de Arcade Fire, The National o Sufjan Stevens), su colaboración -disco incluido- con David Byrne en 2012 ha orientado definitivamente su carrera hacia un pop barroco con influencias funks y electrónicas, la modernidad vaya. Así deslumbra con este disco (cambio de look incluido) lleno de  sorpresas, riesgos y temas destinados al éxito. Saint Vincent ya es una estrella del pop.

6) Beck: Morning Phase 36 puntos

6 años después de su último trabajo (Modern Guilt) el estadounidense Beck Hansen se descuelga con, posiblemente, su disco más accesible, con muchos aires folk y resonancias californianas. Al igual que en el caso de Damon Albarn quizás sea la madurez, que deja estas consecuencias.No, no es Odelay, pero tampoco hace falta.

7) Caribou: Our love, 35 puntos

El disco de electropop del año o de IDM, la electrónica asociada al dance. Al igual que Saint Vincent, Caribou es el seudónimo actual (ha tenido varios) tras el que se esconde el canadiense Dan Snaith, que ha conseguido con este disco, quizás más accesible que otros suyos,el reconocimiento que se le resistía después de una carrera de casi 15 años.Perfecto para la pista de baile pero también para escuchar con auriculares potentes.

8) Sun Kil Moon: Benji, 34 puntos

Tercer seudónimo casi consecutivo. En este caso se trata del cantaautor estadounidense Mark Kozelek, que ha publicado en 2014 el que es posiblemente su mejor disco, con canciones extensas (a veces sin estribillo); folk rock descriptivo, narrando historias profundas y a veces desoladoras. Importa su voz y lo que cuenta con una instrumentación con frecuencia desnuda que refuerza lo que Kozelek nos relata. Un pero, al menos para mí, la excesiva  duración del disco (más de una hora, un mal habitual de los últimos años) que en ocasiones se torna algo monótono.

9) Swans: To be kind, 31 puntos

Llegamos al grupo resucitado por excelencia del siglo XXI. La  banda de Michael Gira, disuelta en 1.997, regresó en 2010 con tal fuerza que se ha convertido en el grupo post rock o heredero del grunge y el garaje por excelencia de estos años. Aquí los tenemos con otra descarga de rock potente y carnoso celebrando que los años no pasan por el inquieto Gira.

10) FKA Twigs: LP1, 26 puntos

Finalizo el recorrido internacional con la cantante revelación del año en el Reino Unido. Trip hop actualizado, o una mezcla de todo tipo de músicas y tendencias sin complejos de ningún tipo. Su éxito y la repercusión mediática obtenida (a la que no ha sido ajena su noviazgo con Richard vampiro Pattinson). no deben confundirnos. Esta chica, si no se despista, tiene mucho futuro por delante.

NACIONAL

El balance del año para la música española pienso que ha sido algo decepcionante. Pocos discos de verdadero interés y escasas propuestas arriesgadas o novedosas Que el mejor disco del año haya sido un trabajo basado en versiones (por muy buenas -que lo son-. que estas sean) casi lo dice todo. Además, a pesar de aparecer en la lista de los mejores, los discos de algunas figuras consagradas (Sr. Chinarro o Nacho Vegas, Punsetes o Vetusta Morla) dejan un cierto sabor agridulce, ya que no creo que lo que han publicado este año esté entre lo mejor de su discografía, por lo que su presencia en la lista quizás deje en peor lugar de lo que parece el resultado final. El que la polémica del año parece ser que haya sido el absurdo enfrentamiento entre Diego Manrique y Rockdelux acerca de la presencia en otra lista de un disco de hace 20 años (19 días y quinientas noches de Joaquín Sabina)  no hace más que confirmar, pienso yo, la mala impresión que deja este 2014. Pero quizás no debamos ser demasiado críticos. Después de unos años en los que la venta de discos bajaba (y sigue haciéndolo) pero había una verdadera eclosión de actuaciones en directo, la subida del IVA ha dejado a muchos grupos y artistas con verdaderas dificultades para poder tener un circuito de conciertos decente, fuera del circo de los festivales. Malos tiempos para la lírica y el pop nacional.

1) Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró: granada. 52 puntos

Si 11 de noviembre, su primer trabajo en solitario, nos descubrió una voz preciosa y versátil, este disco, con la compañía impagable de la guitarra de Raül Fernández nos confirma a una extraordinaria Silvia Pérez que, además de cantar maravilosamente, recrea de manera magistral las canciones que el dúo adapta. Si después de granada (sí,con minúscula) esta chica no es ya una estrella es que no hay justicia en el pop español.

2) Nacho Vegas: Resituación, 44 puntos

Nacho Vegas está indignado. Por esa razón ha querido dar un pequeño giro a su carrera y componer un pequeño cancionero contra la crisis. ¿le ha salido bien? Pues si hacemos caso a la crítica en general (de ahí este segundo puesto), sí; por lo que a mí respecta, entiendo lo que ha pretendido el asturiano, encajar críticas muy serias a la situación actual con melodías sencillas y estructuras típicamente pop(ulares) pero….tengo mis dudas, quizás porque prefiera el tipo de canciones de Cajas de musica difíciles de parar.

3) Los Punsetes: LPIV. 41 puntos

Nunca han sonado Los Punsetes tan agresivos, tan radicales, tan ¿punks? como en este disco. No sé si es porque están muy cabreados -por las letras así lo parece-, porque quieren cambiar algo sus propuestas anteriores, por el cambio de discográfica, o sencillamente porque les apetece, pero lo cierto es que les  ha salido un disco muy convincente

4) Joana Serrat: Dear great canyon. 33 puntos

Esta es una de las sorpresas agradables del año. La catalana se ha marcado un disco de americana realmente notable. Canciones cortas, guitarras cristalinas, melodías sencillas… con la ventaja además de que dura relativamente poco por lo que se echa de menos que hubiera añadido alguna canción

5) Pablo und Destruktion: Sangrín 31 votos

Posiblemente este rockero asturiano empiece a estar un poco harto de que le llamen el Nick Cave español, pero bueno, con su segundo trabajo ha dado una buena lección de rock no gótico pero si oscurillo, potente, muy crítico y siempre  sincero

6) Vetusta Morla: La deriva. 26 puntos

Este grupo madrileño se toma las cosas con calma. Tardaron 8 años en hacer su primer disco (varios EP,s mediante) y ahora van con un ritmo de un disco cada tres años, que no está mal pero tampoco es para tirar cohetes. El problema que tiene este disco es que no va a solucionar el debate casi eterno entre los que los menosprecian (que copian demasiado…escuchad la batería joydisioniana del video) y los que les ponen por las nubes. Suena bien, alguna buena canción, pero no es un disco redondo y encima desde “Copenhage” siguen sin encontrar esa canción.

6 bis) Single: Rea; 26 puntos

Llegamos al disco más pop de la lista. Claramente heredero de la modernidad popera de los 80 (Pegamoides y Dinarama) pero también actual (Hidrogenesse). Este dúo donostiarra ha grabado un disco con influencias amplias para gusto de todos los modernos que en España son. Ritmos jamaicanos y Vainica Doble se hermanan con el pop más brillante de Fangoria. Llevan ya varios discos y cierta critica les encumbra cada día más, pero no acaban de dar el salto

8) Sr. Chinarro: Perspectiva caballera. 25 puntos

Pocas discografías en la música pop española tan amplia y con frecuencia tan irregular, que la de este sevillano. Su último trabajo (en su propio sello discográfico) supera en mi opinión a los inmediatamente anteriores (más directo, más poprockero) pero no llega aún a la altura de sus mejores discos (El porqué de mis peinados o El mundo según). De todas formas me parece un paso adelante en la carrera de Antonio Luque, Chinarro, del que siempre hay que esperar más.

9) Cosmen Adelaida: La foto fantasma. 20 puntos

Segundo álbum de un grupo madrileño (el primero fue en 2011) que se reclama del indiepop. Los Planetas, sí (no es extraño a ello la producción de Carlos Hernández que ha trabajado con los granadinos) pero también la influencia de grupos  estadounidenses como Yo la Tengo o porqué no, de la movida de los 80.Lo sé  no parece  muy original, pero suenan bien.

10) Biznaga: Centro Dramático Nacional: 19 puntos

A pesar de su bucólico nombre este grupo malagueño hacen un punk bastante evidente. Canciones cortas, ritmos acelerados, guitarrazos frecuentes, voces que escupen  unas letras críticas…punk o postpunk, como queráis, en estado puro.Es su primer disco y habrá que seguirlos

Pequeño epílogo 

Finalizo este artículo recopilatorio sobre los mejores discos del año con la que pienso es la mejor reedición del ejercicio. Ya conocíamos las cintas del sótano que Bob Dylan grabó junto a lo que sería The Band (cuando eran aún The Hawks) en la zona de Woodstock tras su accidente -y temporal retiro-  motociclístico de 1966 gracias a una primera edición que sacó hace bastantes años CBS (en 1.975 concretamente). Edición no del todo satisfactoria aunque esencial para comprender la evolución musical de Robert Zimmerman y fundamental también en el desarrollo del folck rok norteamericano.

Pues bien, en 2014, y gracias a la labor casi arqueológica del gran Garth Hudson (teclista de la mítica banda) y el productor Jan Haust se ha publicado por fin la edición completa de The Basement Tapes en 6 discos y con un libreto del periodista Syd Griffin. Para quien el precio le parezca excesivo y los seis cd,s una exageración puede  hacerse con una edición reducida de dos discos a un precio más módico.. Con este material,verdadero Santo grial de los dylanianos, ya tenemos casi (con Dylan hay que ser precavidos) todo lo fundamental del genio de Duluth..