Desde que FIBA concedió la organización del Mundobasket 2014 a España, la cita mundialista se convirtió en el centro de atención para la FEB. Su éxito fue la obsesión de Pepe Sáez, tanto dentro como fuera de las canchas. Este último punto se logró ampliamente, con gran asistencia en las sedes tanto en la primera fase en Sevilla, Granada, Bilbao y Las Palmas, como en la fase final disputada en Madrid y Barcelona. Sólo el despliegue televisivo de Mediaset, lo mismo que decir Tele 5 y familia, no estuvo a la altura de lo exigido. Ahora quedaba que la parte deportiva cumpliera con el guion, es decir que la selección española subiera al podio y si era ocupando el primer puesto, derrotando a los estadounidenses en la final, mejor que mejor. Esa final soñada España-Estados Unidos fue el eje sobre el que giró el torneo, tanto que incluso se adaptó el sorteo para que el duelo sólo pudiera darse en el partido por el oro aunque se tuviera que adoptar un formato de cruces cuanto menos extraño. Sólo importaba la gran revancha en el torneo que se asumía como el último gran recital de la generación de oro del baloncesto español. Desde hace años los medios marcaban este Mundobasket como el final del camino en la selección de los Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes o Calderón. No faltó nadie a la cita. La selección española llevaba a los mejores, a los que habían protagonizado tantos años de éxitos. Sólo presentaba como novedad a Abrines, un pequeño guiño al futuro del baloncesto nacional. Pese a las dudas que había generado a todos Orenga como seleccionador el potencial de este equipo parecía inmune incluso a desvaríos desde el banquillo. Todo estaba preparado para competir el oro con una Estados Unidos que presentaba un equipo C, con muchas bajas pero que mantenía un gran poderío y competitividad.

Fuente: globedia.com

España disputó la primera fase en Granada que se volcó con la selección desde el primer momentos. Los dos primeros rivales, Irán (90-60) y Egipto (91-54), fueron débiles sparrings con los que entrar en calor. Hasta el tercer partido no llegó el torneo de verdad para los de Orenga aunque el grupo A pasaba como el más duro de todo el Mundobasket. Brasil también llegaba con todo su arsenal, una colección de nombres ilustres con presente NBA o buen nombre en el baloncesto europeo. Un candidato claro a medalla. El gallo brasileño se quedó sin plumas en el primer cuarto, a la altura de los mejores que ha firmado esta genial generación. El 30-12 al final del primer periodo dejó herida de muerte a Brasil que se mantuvo con respiración asistida hasta el descanso. Pau Gasol la remató en la segunda mitad. El 82-63 ante un rival cualificado desbordó el optimismo, esta España era la de sus mejores momentos, a la que sólo una selección estadounidense con sus mejores figuras podía mirar por encima del hombro. Ante Francia se podía certificar el primer puesto de grupo. Los galos aguantaron los diez primeros minutos, empujados por Batum y Diot, Varios triples seguidos en el segundo cuarto abrieron una brecha que ya no pudieron salvar los hombres de Collet que no pudo disponer en el Mundobasket de muchos de sus mejores jugadores. Las pérdidas de balón provocadas por una intensísima defensa y el poderío de los hermanos Gasol e Ibaka dentro de la zona llevaron a los franceses al descalabro, un humillante 88-64. El último duelo de la primera fase ante Serbia ya era un trámite pero la selección española no bajó la intensidad. Otro gran partido de los hermanos Gasol y bien conducido por Ricky Rubio facilitaron una nueva victoria solvente, esta vez por 89-73. España ponía rumbo a Madrid para disputar la fase final con el zurrón lleno de optimismo. Comenzaba la cuenta atrás para la final soñada en el Palacio de los Deportes.

Fuente: historiadeportiva.com

En octavos esperaba Senegal, equipo atlético y físico pero con evidentes carencias de fundamentos y en el tiro exterior. España no jugó bien en la primera parte, de hecho el segundo cuarto fue el que peor había disputado en lo que llevábamos de torneo, pero la debilidad de Senegal impedía que pudiera inquietar a un rival al que le bastaba con meter balones a Pau Gasol para marcar diferencias. Un fuerte inicio de segunda mitad acabó con toda resistencia del combinado africano. Las diferencias se abrían por inercia hasta el 89-56 final. No fue brillante pero no hacía falta. Total, el rival era Senegal, no hacía falta dar el máximo. Incluso podía ser innecesario un toque a rebato contra la debilitada Francia que ya había sido arrollada en la primera fase y esperaba en cuartos de final. La victoria se daba por descontada. Pronto nos daríamos cuenta lo equivocados que estábamos. Francia comenzó fortísima con un Diaw muy certero en los primeros minutos. España enjugó pronto las diferencias empleándose en defensa pero esta vez la situación quedó lejos de estar controlada. El ataque español dejaba que desear, exasperantemente lento y falto de soluciones más allá de un Pau Gasol mermado físicamente. El tiro exterior no funcionaba. Marc Gasol, que había sido padre un día antes, e Ibaka estaban negados. Orenga no ofrecía alternativas en el banquillo. Francia dominaba con un ritmo cansino y gran entrega en defensa. El tercer cuarto ofreció una pequeña luz con la defensa asfixiante marca de la casa de esta selección española durante sus años de gloria. Francia se atascó y sólo anotó siete puntos en el tercer cuarto pero logró mantenerse viva debido a que España ni mejoraba en ataque ni imponía un ritmo más vivo. Francia llegó con opciones al último cuarto y se lo creyó. Dominó con claridad los últimos diez minutos, siempre fue dueña de la situación. Collet, un magnífico entrenador, le dio un curso de estrategia a Orenga, inoperante para cambiar de esquema y que se olvidó de recursos como Felipe Reyes, Claver o Abrines. Los minutos pasaban de forma agónica y desesperante, esperando la puntilla que dio Heurtel. El último minuto fue una prueba de impotencia. La afición española se deshago descargando su frustración señalando al culpable. “¡Orenga dimisión!” fue la banda sonora de los últimos segundos del desastre.

Fuente: historiadeportiva.com

Por inesperado y doloroso el palo afectó más que nunca. Nadie pensaba que este equipo pudiera sufrir un revés semejante con el añadido de recibirlo en casa. El 52-65 ante Francia entraba en la historia negra del baloncesto español. La peor anotación desde que llegó la generación de oro en el peor partido que ha disputado. Era impensable que la despedida fuera una debacle así pero la realidad resultó cruel. Con España fuera de combate, el torneo fue un camino de rosas para Estados Unidos. Pese a las muchas e importantes ausencias, el combinado estadounidense fue un equipo joven, poderoso e intratable. A los consagrados Harden, Rose y Gay se le unieron nombres que marcarán la próxima década en la NBA: Irving, Davis, Curry, Cousins, Klay Thompson, DeRozan, Faried,.. Salvo ante Turquía en la primera fase, donde no se escapó hasta el último cuarto, su caminar por tierras españolas fue un constante paseo triunfal, paliza tras paliza. La superioridad fue incontestable, los rivales quedan muy lejos como hasta hace apenas quince años. Vuelven los viejos tiempos al baloncesto. Nada pudo hacer en la final una Serbia menor que compitió como en los mejores años bajo el liderazgo en el banquillo de Djordjevic. El bronce fue para Francia, como justo premio a la sabia dirección de Collet, los grandes partidos de Batum en la lucha por las medallas y la competitividad de un equipo que se sobrepuso a las ausencias de los Parker, Noah, Ajinça, De Colo o Turiaf. La entrega de medallas supuso otro juicio sobre uno de los responsables del fiasco de la selección, Pepe Sáez, pitado por los aficionados. Ël seguirá sobre la poltrona sin duda alguna, ya pagó por él Orenga tras presentar su dimisión días después del desastre. Sin seleccionador por el momento, a la espera de la deseada derogación de la absurda norma de incompatibilidad del cargo con un banquillo de la ACB, las dudas se ciernen sobre el futuro inmediato. ¿Cuál será el nuevo seleccionador?¿Seguirá la generación dorada para quitarse el mal sabor de boca y aplazar la despedida a Rio? ¿Seguirá el sueño olímpico tras el próximo Eurobasket después de caer en el grupo más duro del torneo? Muchas preguntas por responder el próximo verano.

Fuente: altaspulsaciones.com

Las chicas, la otra cara de la moneda.

Al igual que en 2013, la cara alegre volvió a ponerla la selección femenina. Como veremos en los resúmenes de este año, el deporte femenino no dejó de deparar buenas noticias, a diferencia del masculino que ha vivido un 2014 aciago a nivel de selecciones. Las chicas de Lucas Mondelo, actuales campeonas de Europa, disputaban el Mundobasket en Turquía a continuación del infausto torneo masculino. Las aspiraciones y el optimismo estaban a un nivel alto. La selección española había logrado el bronce cuatro años antes y se confiaba en superar aquella cota. Jugadoras de calidad había de sobra para ser ambiciosos, mezcla de generaciones complementarias: las veteranas (Laia Palau, Nuria Martínez, Sancho Lyttle, Luci Pascua); la intermedia, muy joven pero ya experimentada, liderada por el infinito talento de Alba Torrens (Anna Cruz, Silvia Domínguez, Laura Nicholls, Marta Xargay, la propia Torrens); y las más jóvenes, producto del gran trabajo de cantera, que ya van llegando al equipo (Leticia Romero, Laura Gil, Leonor Rodríguez). Un equipo completo y dispuesto a todo en tierras otomanas.

La primera fase fue un mero trámite. Derrotó con mucha comodidad a la débil Japón (74-50) y a dos selecciones que vivieron días mejores como Brasil (83-56) y República Checa (67-43). Victorias que resultaron más sencillas con la defensa asfixiante de las jugadoras españolas, la muñeca letal de Alba Torrens y el poderío de Sancho Lyttle en la zona. El primer puesto del grupo llevó a España directamente a cuartos de final donde esperaba China. Mismo guion, mismo desenlace. La selección china (71-55) claudicó ante las mismas armas que los rivales anteriores, víctima de una defensa intensa hasta el extremo y los puntos de Torrens y Lyttle. Casi sin despeinarse se había presentado en la lucha por las medallas. Las semifinales deparaban un duelo muy duro ante las anfitrionas, Turquía, una selección en claro ascenso en los últimos años en paralelo con el potencial de unos clubes muy poderosos económicamente.

 Fuente: altaspulsaciones.com

El partido se jugó durante los tres primeros cuartos como quería Turquía pese al buen inicio de la selección española. Partido lento, hosco, feo. Mucha defensa en un ambiente muy caldeado que aupaba a las turcas. El momento crítico llegó en el tercer cuarto, cuando las anfitrionas se pusieron siete arriba en pleno bloqueo ofensivo. Ahí cambió el partido. Las jugadoras de Lucas Mondelo reaccionaron hasta lograr adelantarse de nuevo al final del cuarto. En el último periodo una gran defensa frenó en seco a las turcas que colapsaron en ataque. Los contraataques españoles fueron destrozando a Turquía que naufragó en pleno festival de una rival muy conocida, Alba Torrens, jugadora del Galatasaray y verdugo aquella tarde. Su último cuarto fue arrollador, propio de una gran estrella del baloncesto mundial. Los últimos minutos fueron para disfrutar, algo impensable en un partido que discurría tan tenso. 66-56 que abría las puertas de la historia de par en par. España llegaba a su primera final de un Mundobasket, un hito jamás alcanzado antes. Como los hombres en el verano de 1984, tocaban el cielo con los dedos. De la gloria más grande separaba Estados Unidos. Si la selección masculina resulta un obstáculo casi inalcanzable, la femenina era una pared vertical hacia el cielo. Sólo una derrota en 20 años da muestra de su potencial. Pese a que las chicas de Mondelo compitieron dignamente poco pudieron hacer ante las Moore, Griner, Taurasi y compañía. El cansancio y la superioridad estadounidense fueron demasiado para hacer frente a las estadounidenses con posibilidades de éxito. En el último cuarto lavaron la cara para firmar un digno 64-77 que adornara la plata con honra. Aún no llegó el momento del viaje a las estrellas que ya emprendió la selección masculina. Los éxitos de las categorías inferiores auguran un futuro esplendoroso, personalizado entre otras en las figuras de Astou N’Dour o Ángela Salvadores. La reciente concesión del Mundobasket 2018 a España es un espaldarazo más al excelente trabajo realizado durante años en el baloncesto femenino.

De records de leyenda a gran fiasco.

Fuente: itongadol.com.ar

En cuanto a los clubes, 2014 parecía destinado al año de la subida definitiva a los altares del Real Madrid de Laso. Su juego alegre, veloz y ofensivo no encontraba rival pese a necesitar una canasta postrera y milagrosa de Llull para darle al equipo blanco la Copa del Rey. Destrozando un record tras otro, parecía que el pleno de títulos estaba reservado para un equipo creado para hacer historia. Su cénit estuvo en la semifinal de la Final Four, donde infligió una derrota histórica y humillante al Barça (100-62). El cetro europeo estaba preparado para pasar a manos madridistas. Un Maccabi menor no parecía rival para el Real Madrid tras la exhibición de semifinales. Sin embargo la final fue muy diferente a lo que se pensaba. Pese a conseguir 11 puntos de ventaja en el segundo cuarto, en los únicos minutos en los que el equipo blanco se sintió cómodo, el Real Madrid se vio enredado en la emboscada tendida por un genial Blatt que no permitió a su rival correr y le llevó a un partido más lento y de desgaste. Sergio Rodríguez era el único madridista inspirado. El escaso acierto en el tiro exterior y la debilidad en el rebote le dejó a expensas de Maccabi. Casi pareció un logro forzar la prórroga. En el tiempo extra los hombres de Laso se desplomaron. Tyrese Rice, base suplente de Maccabi, hizo el partido de su vida para enterrar al equipo blanco que volvía a ceder en la final de Euroliga ante un rival inferior. Perder aquella final contra el Maccabi hizo aún mucho más daño que ante Olympiacos el año anterior. Mermó la confianza, las fuerzas flaquearon, los problemas salían a la luz. El equipo ya no fue el mismo. Eliminó en los playoffs de la ACB a CAI Zaragoza y Unicaja con mejor resultado que brillantez. En la final, la derrota en el primer partido ante el Barça, que había sido abroncado por su propia afición días antes tras una dura derrota ante Valencia Basket, revelación de la temporada y campeón de la Eurocup, en el cuarto partido de semifinales selló el destino de la eliminatoria. No falló en casa el equipo azulgrana que se llevó un titulo liguero inesperado con el que no se contaba. Lo que se preveía una temporada triunfal acabó en frustración para el madridismo. Las dudas llegaron sobre un proyecto que parecía muy sólido pero estuvo a punto de saltar en mil pedazos en apenas un mes. Laso, dañado por el mal final de temporada, la mejorable gestión de una plantilla que llegó agotada al final, y la imagen en la que abandonó el Palau Blaugrana en el cuarto partido en silla de ruedas tras ser descalificado, estuvo cerca de ser cesado. Ni siquiera la consecución de la Supercopa tras otra victoria arrolladora ante el Barça le ha fortalecido. Sólo el título de Euroliga en Madrid el próximo mayo podría evitar el final del proyecto de Laso.

 Fuente: losnarradoresdeportivos.com

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