En el año 476 de nuestra era un jefecillo bárbaro, el hérulo Odoacro, destituyó al último emperador romano de Occidente, un niño llamado, simbólicamente, Rómulo Augusto y envió las insignias imperiales a Constantinopla, sede del Imperio Romano de Oriente. De esta forma tan poca heroica se ponía fin a una historia iniciada 1.200 años antes. Los historiadores posteriores, a partir del Renacimiento, en el siglo XV, convinieron en denominar Edad Media a lo que, se pensaba, se inició entonces. Hasta aquí el relato que la historiografía tradicional nos ha transmitido. En la actualidad, sabemos que todo fue más complejo y que los cambios en el hasta entonces aparentemente estable Imperio Romano se iniciaron hacia el siglo III con la llamada Crisis del Imperio y que perduraron varios siglos más tras la destitución del último emperador. Es lo que se viene a denominar, a rasgos generales, Antigüedad Tardía, período de transición en la que las viejas estructuras imperiales se resisten a desaparecer, mientras que las nuevas condiciones económicas, sociales, religiosas…no acaban de imponerse hasta aproximadamente el siglo IX. Época, pues, larga, compleja y confusa que posiblemente seguimos sin conocer como se merece.
El cómic histórico, consciente de esta indefinición refleja este periodo con obras que si bien tienen ya un aroma medieval no acaban de pertenecer claramente a la Edad Media. Lo más significativo es sobre todo que la gran mayoría de historietas no tienen un contenido “histórico”, sino más bien están orientadas hacia una narrativa “mitológica”, como se puede ver ya con una obra fundacional como es El Príncipe Valiente de Harold Foster. Escasean los cómics que se basan en unos acontecimientos históricos más o menos fidedignos, algo lógico si tenemos en cuenta que pisamos un terreno pantanoso y en cambio son muy abundantes, y en algún caso -el mito artúrico y la materia de Bretaña por ejemplo- casi abrumadores.
Los cómics basados en leyendas y poemas épicos surgidos en tiempos “posromanos” –Arturo, Beowulf, Los Nibelungos– predominan. Ante la falta de datos históricos fiables o ante la ausencia de explicaciones convincentes, se recurre, algo no infrecuente, al mito. Las tres leyendas citadas tienen puntos de contacto con la irrupción de un pueblo escandinavo, los vikingos, protagonistas de las llamadas “segundas invasiones” del siglo IX,- junto a sarraceos y magiares-, que cerrarán este epílogo y que han fascinado reiteradamente a los autores de historietas, ya sean americanos o europeos, hasta el punto de que pueden considerarse casi un subgénero del cómic históricos, no como los árabes que solo aparecen en cómics ya claramente medievales, especialmente los relacionados con las Cruzadas. El fin del Imperio Inicio este capítulo final con un cómic que ya cité en el anterior dedicado a Roma. Me refiero a Bran Ruz de Alain Deschamps y Claude Auclair, publicado en 1.981 en Francia y dos años después por Nueva Frontera (Biblioteca Totem) en España. Narración centrada en el mundo celta y sus mitos y en la oposición paganismo.-cristianismo.
Obra ambiciosa con textos en bretón, numerosos elementos mitológicos (se centra en la destrucción de la legendaria ciudad de Ys) y un cierto aire etnográfico muy propio de un autor como Auclair, que destaca especialmente en su tratamiento -soberbio- del paisaje, cuya culminación llegaría en Nómadas, comentada ya en el capítulo dedicado a la Prehistoria. A Bran Ruz quizás le sobre en mi opiníon, algo de didactismo.
Este enfrentamiento entre dos concepciones del mundo, la cristiana y la pagana, aparece en varias obras, como Los Druidas de Jean Luc Istin, Thierry Jigourel y dibujado por Jacques Lamontagne publicada en Soleil en 10 tomos.(2005-2014). Thriller medieval con una gran ambientación que refuerza la rivalidad entre monjes y druidas. Ambientada en el mismo escenario de Bretaña y Normandia está Ys la Legende,en tres tomos obra también del prolífico Istin junto a Dejan Nenadov, publicada entre 2011 y 2014 también por Soleil en tres tomos y no editada aquí. Menos rigurosa y más fantástica que la anterior.
El Canto de los Elfos, de Falba-Ratera-Max publicada en España por Soleil entre 2.008-2.009 mezcla hechos históricos, la disputa entre Atila y el Imperio Romano, con abundantes elementos fantásticos. 3 tomos que sirven para describir el final del Imperio (el segundo volumen se titula “Las Invasiones bárbaras”).
Como curiosidad reseño una obra clásica belga, escrita en neerlandés, De Heldentocht der Bataven (El origen heroico de los bátavos) de uno de los grandes de la historieta belga. Willy Vandersteen (1) obviamente no publicada aquí, y que narra en un estilo sencillo las aventuras de este pueblo bárbaro.
Salto al otro extremo del mundo, con la colección Siete (siete personajes en un aventura) que dedica uno de sus tomos a 7 Guerreras (Michael Legalli y Francois Manapul, publicado por Delcourt y aquí en 2009 por Planeta); unas luchadoras sármatas destinadas en el ejercito bizantino peleando en la frontera oriental del Imperio contra los persas en el siglo VI. Con una estética muy similar a los cómics de acción norteamericanos,posiblemente por el aprendizaje estadounidense del canadiense Manapul.
Volveremos a Siete al final de este artículo, al hablar de los vikingos. La única obra de corte humorístico que conozco sobre esta época es Las intrépidas aventuras de Sigi el Franco de Guy Bara (publicado en España por Iru en 1.989), con mucha influencia de Astérix y un dibujo expresivo pero algo desmañado, del que se publicaron 2 volúmenes en nuestro país.
Y ya casi enlazo con las leyendas artúricas al reseñar Los héroes caballeros obra de Cothias y Rouge, obra en 6 volúmenes editada en España por Zinco en 2002 y que transcurre a mediados del siglo VI. En realidad, se trata de una libre interpretación del Perceval de Chretien de Troyes, mezclando elementos del la materia de Bretaña con apuntes históricos sobre los reinos bárbaros tras la caída del Imperio Romano. Obra muy interesante con un dibujo de caracter realista muy efectivo sin grandes pretensiones en el detalle.
Un paseo por Camelot
Pocas narraciones mitológicas tan leídas, adaptadas o comentadas como las artúricas, en todas sus variantes y bifurcaciones (Arturo, Merlín, Lancelot-Lanzarote, Perceval-Parsifal…). Ya en este mismo blog Shaka ha dedicado dos estupendos artículos al origen del mito artúrico (2) y por lo tanto, no voy a insistir en ello, por lo que me voy a centrar en el mundo del cómic. Y aquí, también, la cantidad de obras casi nos puede aplastar, por lo que tendremos que seleccionar necesariamente, centrándonos en algunas de las obras principales, y posiblemente además no hagamos justicia con otra muchas. Y al hablar del Rey Arturo tenemos que comenzar inevitablemente con el primer cómic dedicado (siquiera tangencialmente) a los caballeros de la Tabla redonda que además es, sin lugar a dudas, la obra maestra absoluta de este “subgénero” y una de las más importantes de toda la historia del cómic. Me refiero, obviamente a El Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo (es su título completo) de Harold R. Foster, serie creada en 1.937 y que todavía, aunque lógicamente en otras manos, sigue publicándose hoy en día (3).
Poco o nada nuevo podemos decir de una historieta tan completa y compleja que avanza en tiempo real (valiente es un adolescente al principio y envejece poco a poco al igual que sus primeros lectores), en la que no sabemos si admirar por igual la narración de Foster, o su dibujo, detallista y al vez panorámico, su composición casi cinematográfica, su obsesión por el dibujo bien hecho (que le llevó a no utilizar bocadillos sino didascalias). su concepción de la naturaleza como algo vivo que interacciona con los personajes, su espíritu aventurero siempre jovial, los personajes (incluidos los femeninos) bien trazados, con sombras y luces, nada arquetípicos. Como dice Rafael Marín Foster logra “elevar lo sencillo de la vida a cotas de epopeya y sin perder nunca el compás convertir la aventura en algo simple y cotidiano…” (4).
A nivel histórico, sin embargo, la obra de Foster deja algunas dudas. Su detallismo, casi obsesivo, no puede ocultar la mezcolanza de elementos medievales que presenta. Si bien la narración transcurre en pleno siglo V, mezcla a hunos con vikingos, vestimentas y objetos de época tardorromana con otras de la baja edad media. Los edificios dibujados por Foster a veces recuerdan los góticos, otras los románicos y en ocasiones nos remiten a las reconstrucciones ideales planteadas en el romanticismo por arquitectos como Viollet-Le-Duc.
Estamos ante una Edad Media intemporal o “ahistórica”, lo que resulta algo paradójico en una obra tan vinculada al paso del tiempo: los personajes cambian, maduran, envejecen en una naturaleza inalterada, salvo por los inevitables ciclos estacionales y actúan en una sociedad “medieval” inmutable de ahí la combinación de elementos de diversos siglos que funciona sobre todo gracias a la “verosimilitud” que el dibujo y la narración de Foster proporcionan.
Las ediciones en España de esta monumental obra maestra han sido desiguales en cuanto a calidad (Burulán, Ediciones B, Planeta...) pero en los últimos años se han publicado dos excelentes, una en blanco y negro realizada por el portugués Manuel Caldas de manera casi artesanal (va por el tomo 9, 1.953-54) y la última en color de Planeta-Agostini (2011). Tras la estela de El Príncipe Valiente irán surgiendo lentamente nuevas propuestas de cómic artúrico.
De mucho interés es la obra del gran Frank Bellamy (Heros the Spartan, Dan Dare) con guión de Clifford Making El rey Arturo y sus caballeros, publicado por entregas en el semanario británico Swift entre 1.955 y 1.956 (hay una integral inglesa de 2.008). Más fiel al relato artúrico que la obra de Foster, pero de la que podemos reprochar que suaviza los aspectos más violentos o sensuales al estar dirigido a un público adolescente. A pesar de ello, el dibujo es típico de Bellamy, de gran dinamismo, con esa característica tan suya de saltarse las rejilllas de las viñetas para conseguir mayor agilidad al relato. En España fue publicada por la interesante revista valenciana Flecha Roja entre 1.964 y 1.965 (5).
También de los años 50 son Sir Lancelot and Brian (Dell Comic, 1.957; hay otro Sir Lancelot de Dell Comic de 1.954) y Black Knight (Atlas Comic, 1.955, reeditada en 1.968 por Marvel). El primero es obra primeriza de una de las leyendas del cómic norteamericano, John Buscema (Los Vengadores, Conan, Los 4 Fantásticos), basada en una serie televisiva. Años después, en 1.980, Buscema regresaría al mundo artúrico con En busca del Rey (Nº 5 de Aventuras Bizarras , Marvel-Forum, 1.984), obra esta ya de madurez, con el dominio expresivo y el movimiento vertiginoso típico de este creador estadounidense.
Black Knight, apareció en 5 números para Atlas Cómic (la precursora de Marvel) con guión de Stan Lee y dibujos de John Maneely, y sería resucitado por Lee años después para utilizar su nombre (y sus descendientes) como un personaje más del universo Marvel.
De 1976-77 es la obra de P. Craig. Russell Parsifal, una de las primeras adaptaciones operísticas al cómic de este autor, como veremos más adelante.
Entre 1.993-1.994 Michael Frailey elaboró una biografía de Arturo en Arthur, King of Britain (Tomo Prensa), desde su nacimiento hasta su retiro en Avalon basándose en las obras medievales de referencia, obra que desconozco y ya entrando en el siglo XXI asistimos a una auténtica eclosión de relatos y novelas gráficas anglosajonas basadas en las leyendas artúricas, en parte gracias a la labor de editoriales como Graphic Universe o Stone Arch, con títulos que no han llegado a nuestro país, creo, en su inmensa mayoría, como King Arthur, Excalibur o Arthur and Lancelot de Jeff Limke y Tom Yeates (Graphic Universe ( 2.006 y 2.007), KIng Arthur and the Knight of Roundtable de MC Hall y CE RIchards (Stone Arch, 2.007), Camlam, The last knight of Camelot del citado Linke y Ron Davis (Arrow, 2.001), o The Chronicle of Arthur. Sword of fire and ice de John Matthews y Mike Collins, título que recuerda a otras sagas más recientes.
Me dirijo al continente europeo. Las primeras adaptaciones del ciclo artúrico son, comparadas con las anglosajonas, algo tardías. Entre 1.987 y 1.991 la revista Tintin publico Arthur au royaume de l,impossible (Arturo en el reino legendario), obra de Ives Duval y Philippe Delaby, editado posteriormente por Editorial Lombard. Narra la vida de Arturo de Bretaña basándose en diversas fuentes británicas y francesas.
Obra primeriza de Délaby, recuerda más a Jacques Martin, por ejemplo, que a lo que posteriormente conseguiría con obras de madurez como La estrella polar o, sobre todo, Murena.
En 1.992 el dibujante francés Jean Claude Servais publicó en Helyode Pour la amor de Guenievre, un intento en blanco y negro de contar la historia artúrica sin planteamientos épicos.
Bastante más repercusión tuvo Arthur, publicada en 9 volúmenes por Delcourt (en España la inició Editorial Hegats en 2.007), de David Chauvel, Jerome Léreculey y Jean Luc Simon. Su originalidad proviene de que el protagonista inicial es un Merlín atípico (el primer tomo se llama Merlín el Loco, precisamente) Con ciertas influencias, en el tratamiento de los personajes, de Thorgal de Gzregorgz Rosinsky , con el tiempo fue adquiriendo mayor consistencia.
Pero el verdadero especialista en la materia de Bretaña adaptada a la historieta parece ser el guionista Jean Luc Istin (Atalante, Los Druidas…). Entre 2012 y 2.014 ha publicado, con dibujos de Alain Brion Excalibur – Chroniques (3 volúmenes) para Soleil Celtic y antes hay que reseñar,siempre para Soleil Celtic los 15 tomos de Merlin con dibujos de Nicolás Demare (2.005- 2.012), seguidos por otros 5 (Merlin, La quette de l,epée) y los 4 de Lancelot (2.008–2.014, hay una integral), más una serie abortada en el primer número, Arthur Pendragon, con dibujos de Guy Michel para Ed. Nuclea en 2.001, ninguno de ellos publicado en nuestro país que yo sepa.
Para finalizar con la historieta francobelga, en 2.006 se publicó con guión de Ronan Le Breton y la colaboración de muchos dibujantes (hasta 7) 3 volúmenes de La Legende de la Table Ronde (Soleil) y en 2.007 en la editorial Vent des Savanes Katherine Querot y Brucero publicaron Le livre secret de Merlin, que tampoco conozco. España tampoco se ha escapado de la fiebre artúrica, y no muy tarde además.
En 1.963 y dentro de la colección Historias de Bruguera, se publicó Los caballeros del Rey Arturo con guión de Jose M. Carbonell y dibujos del valenciano José Grau (conocido por la ultimas series de El Capitán Trueno) Tambíen en la siguiente colección de adptaciones literarias de Bruguera, Joyas Literarias Juveniles, ya en los años 70, el gran Víctor Mora adaptó la novela Claudio y la Tabla Redonda de Vicent Mulberry (probable seudónimo del mismo Mora) con dibujos de otro continuador de la serie de El Capitán Trueno, Juan José Ubeda. Pero sin lugar a dudas la obra más interesante sobre esta temática es Arturo de Francisco Pérez Navarro y Martín Sauri, autores de la ya comentada en otro lugar adaptación de La Odisea y editada en dos tomos por Norma. En esta versión, centrada en unos Arturo, Morgana y Merlín, muy humanizados, vuelve a destacar el efectista trabajo de Martín Sauri.
Y ya dentro de las rarezas artúricas debemos mencionar algunas obras de ciencia ficción inspiradas en esta saga. La más conocida es sin duda Camelot 3000 del estadounidense Mike W. Barr y el británico Brian Bolland (Judge Dredd), para DC cómics (1.982-1.985) en España por Zinco primero y Planeta Agostini después. Este cómic narra el regreso de Arturo en el Cuarto Milenio tras una invasión aliénigena a la tierra. Con un magnífico, y arriesgado guión, y un dibujo espectacular de Barr, se ha convertido en una pequeña obra de culto del cómic de los 80.
Antes de Camelot 3000 DC Comics ya habia trabajado esta temática con Etrigan el Demonio (1.972) de Jack Kirby, nada menos (Hulk, Thor, Los 4 fantásticos..), típico villano de la editorial que salta la barrera del tiempo (como otros que ya hemos visto), y con un look sacado directamente de un disfraz utilizado por el Príncipe Valiente.
La última obra de ciencia ficción es Caliber de Sam Sarkar y Garrie Gastonny (2.008, Radical Publishing), traslado de la leyenda artúrica al NO estadounidense en el siglo XIX, en la que Excalibur es un arma mágica de 6 disparos.
También de ciencia ficción sui géneris podríamos reseñar las diversas adaptaciones del célebre relato de Mark Twain Un yanqui en la corte del rey Arturo, de las que tengo referencia una estadounidense, A Connecticut yankee in King Arhurs Court para Classic Comics en fecha que desconozco, dos españolas, para Historias Selección (1.957) de Luis Bermejo (Apache, El señor de los anillos) y para Joyas Literarias Juveniles de Bruguera, (1.970) de Cassarel y Félix Carrión (6) y una italiana, del gran dibujante humorístico Lino Landolfi en la década de 1.970.
Y ya por último citar una obra maestra del comic humorístico, Oaky Doaks de Ralph Fuller, iniciado poco antes de El Principe Valiente (en 1.935) pero que supo aprovecharse con mucho acierto del éxito de la obra maestra de Foster y que se mantuvo como tira (strip) diaria hasta 1.961, aunque su sátira va más allá del mundo artúrico.
Beowulf, Los Nibelungos, Roldán
El poema épico escrito en inglés antiguo, y ambientado en la Escandinavia protomedieval, Beowulf, es la primera de las grandes epopeyas medievales europeas. Sus adaptaciones a la cultura popular (cine, cómic) han sido relativamente tardías,posiblemente por su temática, repleta de venganzas y de un tono bastante violento. La primera adaptación de este poema al cómic de la que tengo referencia es Beowulf Dragon Slayer, con guión de Michael Uslan y dibujos del peruano Ricardo Villamonte para DC Comics, que realizaron solo 6 números entre mayo de 1.975 y marzo de 1.976. El resultado no estuvo a la altura de lo esperado, de ahí posiblemente su cancelación, y el personaje aparecería posteriormente como “estrella invitada” en otras historias de la DC, cosa habitual en este sello.
En 1.984, el estadounidense Jerry Bingham (Batman, hijo del demonio) ganó el efímero premio Jack Kirby al mejor álbum por su Beowulf, (First Edition) novela gráfica no publicada en nuestro país.
Habría que esperar hasta 2.007 para poder leer otra adaptación de este poema, gracias quizás a la película de Robert Zemeckis -rodada con la técnica de motion capture experimentada antes por Zemeckis en Polar Express-. Esta revitalización se inicia con Beowulf, Cómic oficial de la película (editado por Norma en 2.008), adaptación del guión cinematográfico de Neil Gaiman (The Sandman) y Roger Avary (Pulp Fiction), nada menos, a cargo de Chris Ryall y Gabriel Rodríguez. A pesar de de ser un producto promocional es una obra bastante correcta.
El año 2.008 vio dos adaptaciones más de esta leyenda; una norteamericana (Beowulf, Graphic Univers) de la que no tengo constancia y una francesa (Beowulf, Ed. Delcourt) realizada por Michel Dufranne y Javier N.B. (Navarro Barrango), que en principio iba a ser una serie pero de la que solo se publicó un volumen (Premier Combat-Grendel).
Y en 2.013 llegaría la mejor historieta hasta ahora sobre este poema; me refiero a Beowulf de Santiago García y David Rubin (El Héroe), publicada por Astiberri en nuestro país y pronto traducida a otros idiomas.
Obra de gran aliento narrativo que no descarta el tono épico que la historia requiere; utiliza con frecuencia pocos diálogos, pero siempre ajustados y contundentes. El trabajo de Rubin en el dibujo es sencillamente espectacular con efectivas composiciones a una página, encuadres arriesgados, viñetas dentro de otras viñetas en un acertado recurso de montaje paralelo y con un color absolutamente brillante en tonos negros y rojizos que se convierte en un protagonista más del relato, este Beowulf hispano se revela como una obra imprescindible.
Respecto a El Cantar de los Nibelungos, los cómics sobre esta epopeya germana son escasos, al menos que yo sepa, pero eso sí, bastante ambiciosos en su mayoría. Comienzo por una obra del gran dibujante Sergio Toppi, Nibelúngica (2010), perteneciente a la última época del creador italiano, en la que casi mezcla la ilustración de libros tradicional con el fumetti, con diseños a toda página de gran expresividad.
Auténtico especialista en los Nibelungos es el norteamericano P..Craig Russell, aunque sería mejor decir especialista en los nibelungos wagnerianos. Se inició en este tema con Sigfrido y el dragón, en 1.978 (publicada en España en la revista Epic Illustrated) y su obra fundamental es la trasposición a la historieta de la tetralogía wagneriana en El Anillo del Nibelungo (también en cuatro tomos, a partir de 2.001, aunque hay una edición integral, editada aquí por Planeta Agostini en 2012).
Obra de gran maestría, Russell consigue relacionar con gran eficacia el ritmo musical con el dibujo (por ejemplo aplica el recurso de los leit motivs wagnerianos en sus diseños), recupera, homenajeándolos, a los tradicionales ilustradores de la obra de Wagner y logra dar el tono épico necesario. Una obra muy recomendable.
No se debe confundir la obra de Russell con otra adaptación de la tetralogia wagneriana para DC Comics realizada entre 1.989 y 1.990 de por Roy Thomas (Conan, La Iliada) y Gil Kane (seudónimo de Eli Katz, Batman, Conan…uno de los grandes de Marvel y DC). Con un tono más heroico y narrativo que el anterior, y claras influencias en su diseño de Conan y el universo Marvel, El anillo de los Nibelungos (editada en España por Zinco, en 1.991) es un estupendo complemento del trabajo más preciosista y clásico de Russell.
Ya en Europa apuntar que, Numa Sadoul realizó una adaptación que desconozco de la tetralogía wagneriana en 1982 para Dargaud dibujada por France Rennoncé. De mayor calado y aliento narrativo, supongo, es Sigfried, también inspirado en Wagner y la mitología nórdica (tres tomos para Dargaud entre 2007 y 2011; en España Norma lo editó en 2012) del autor francés Alex Alice (El Tercer Testamento). Más moderna gráficamente que las anteriores con influencias de lo más variado y recursos técnicos abundantes (destaca el prólogo, sin diálogos), su éxito ha llevado al autor a preparar una película de animación sobre el tema.
Finalmente indicar que son muy pocos los cómics que he podido encontrar sobre El cantar de Roldán y la época carolingia.En primer lugar, una floja obra de Reynald Secher y Ray Sant-Ives, Charlomagne (2.002) editada en Francia por E.R.S. y la segunda de mucho más interés, Roncesvalles,de Antonio Hernández Palacios (Manos Kelly), publicada por Ikusager en 1.980. Se trata de una recreación histórica de los hechos relatados en el poema épico francés, desde el punto de vista de los habitantes vascopirenaicos, con el típico estilo amante del detalle y pictorialista de Palacios y aunque tiene muy buena factura, creo que no llega a la altura de lo que hizo el creador español en su excelente serie sobre El Cid.
En los años setenta la editorial francesa Saxe produjo la obra de tono paródico (inspirada en las series de Goscinny, Astérix e Iznogoud) L’espion de l’emir, Gep Allah Barraca, de Pierre Gerome y el dibujante español Francesc Rigol, sobre las aventuras de un espía omeya en la Península Ibérica del siglo VIII-IX. En España Saxe publicó seis tomos (1.977, bajo el título de Yalahas Piff-iado), de los que el segundo era el dedicado a Roncesvalles.
Esos rudos hombres del Norte
El mundo vikingo, originario de Escandinavia, se expandió por el Atlántico Norte y otras zonas europeas (mediterráneo central, interior de Rusia) entre los siglos VIII-XI, por lo que pertenece a nuestro período solo parcialmente, pero lo incluimos ahora por sus relaciones con lo que hemos visto (el mundo artúrico, Beowulf…). Y hay que decir que es uno de los temas estrellas del cómic histórico,un auténtico subgénero que se conoce como “fantasía vikinga” con decenas de historietas sobre este pueblo, algunas de ellas, como veremos, muy notables aunque quizás la gran obra sobre los hombres del norte esté por hacer. Empiezo la relación con una historieta holandesa, Eric de noorman (Eric el hombre del norte) de uno de los grandes del cómic neerlandés, Hans G. Kresse, que mantuvo su personaje desde 1.946 hasta bien entrado los años 60, con secuela incluida, Erwin Entre 1.948 y 1.961 se publicó en España, El Rey del Mar, de Pedro Quesada y Luis Bermejo (Ed. Maga), que alcanzó 46 números. Obra primeriza de Bermejo en la estela de su mentor, Manuel Gago. Avanzamos hasta 1.955 con Ragnar le Viking (que llegaría hasta 1.969), de Jean Ollivier y Martín Sievre (seudónimo del portugués Eduardo Texeira Coelho), publicada en la revista Vaillant (sería reeditada parcialmente por Glenat ). Obra muy interesante, con un delicado tratamiento del paisaje. En 1.959, Coelho simultanearía esta obra con Biorn le viking.
Los mismos Ollivier y Coelho colaborarían en el episodio Las naves vikingas, editado en el tomo I de la colección Heroes de la Historia de Larousse-Planeta Agostini, de 1.988 (adaptación de la idéntica colección francesa de Libreria Larousse) en la que se narra en 23 planchas de manera convencional los viajes de los vikingos hacia el Este (Rusia, Bizancio…). Los viajes hacia el oeste fueron realizados para la misma colección por Jacques Bastian y el español José Bielsa en Los reyes del Mar, en un episodio más dinámico en su narración y dibujo que el anterior.
Entre 1.956 y 1.966, la gran pareja del cómic belga, Fred y Liliane Funcken publicaban en Tintin Harald le viking, (4 volúmenes, una integral de 2.014 en Lombard) aventuras de un joven príncipe condenado al exilio, no editada en España.
En 1.958, Mariano Hispano y José Ortiz realizaban para Toray Sigur el Vikingo, que alcanzó 33 números.Con un guión flojo y poco definido, pero un agil dibujo de Ortiz, Sigur es la antecesora de Katán (1.960, guión de Sesé y M. Hispano) la obra que lanzó a Brocal Remohí, que luego a su vez continuaría con Ögan (1.966) ya para editores franceses, en la que el autor español muestra su estilo barroco y a veces algo recargado. Ögan tendría una vida larga y complicada, con diversos dibujantes y guionistas.
A comienzos de los 60 vieron la luz varias historietas sobre el tema. Destacan especialmente los dos cómics del británico Don Lawrence (seudónimo de Donald Sautham, El Imperio de Trigan) realizados para dos revistas distintas (Lion y Smash), Karl the Viking (1.960-64), con guión de Kenneth Blummer, y Erik the Viking (1.961-64), respectivamente. La primera tuvo una adaptación española –Kas-Thor el vikingo, editada por Maga en 1.965-, que no hace justicia al excelente trabajo de gran detallismo de Lawrence, ya que se alteraron las planchas originales al pasarlas de su primitivo formato vertical a otro apaisado. Erik the Viking mezcla, a diferencia de la anterior, hechos reales con otros fantásticos (la Atlántida, combates con dinosaurios…) y contiene notables errores históricos pero se deja leer con agrado por su buena narración y dinámico dibujo. También de los años 60 es la historieta argentina Rurik el Vikingo, (Ed. CRG) con guión de Alfredo Julio Grassi y dibujos de José Luis y Alberto Salinas.
Los años 80 fueron una etapa de cierto oscurecimiento de la temática vikinga salvo alguna excepción como la de, David Schwartz y Michael Thibodeux creadores en 1.987 para Pacific Comics (y posteriormente Genesis West) la serie The Last of the Viking Heroes, que por lo que sé alcanzó una docena de números.
Pero con los años 90 asistimos a una recuperación nórdica que continuará ya hasta el siglo XXI. Reseñar en primer lugar la obra del infatigable J.I.Mitton (Vae Victis, Ben-Hur, Quetzalcoatl.…) Chroniques Barbares, 9 álbumes publicados por Soleil entre 1.994 y 2.000. De 2.006 (en España editada por Glenat) es una obra fallida del gran Warren Ellis (con dibujos del español Juan José Ryp),me refiero a Wolfskin. de confusa trama y desganado guión, que el buen hacer de Ryp poco puede hacer por solucionar. Mucho mayor interés reviste Northlanders, obra del guionista Brian Wood que se ha rodeado de varios dibujantes para realizarla, y a la que dio fin en 2012 después de 5 tomos.Wood va saltando cronológicamente según los volúmenes, y aunque está cerca de ser una estupenda panorámica del mundo vikingo le lastra la desigualdad de los diferentes episodios (tanto a nivel de guión como, lógicamente, de dibujo). Editada en España por Planeta Agostini.
Muy agradable de leer es 7 misioneros (Alain Ayroles y Luigi Critone) de la colección Siete publicado en 2.008 por Planeta. Un guión ágil y con numerosos detalles de humor y un dibujo muy atinado con una excelente ambientación y magníficos efectos de color.
Hub, Fred Weytens y Enmanuel Michalak han creado para Ed. Delcourt entre 2.011 y 2.014 la serie de 3 volúmenes Aslak (el nombre del drakar en el que viajan los protagonistas), también,de fácil lectura y amenos guiones con gotas de humor.
Mientras que las dos anteriores están destinadas quizás a un lector más joven, La sangre de las Walquirias, de Victor Santos (Los Reyes Elfos) y Pere Pérez es un cómic claramente dirigido a un público adulto con notables dosis de violencia y sexo que arropan una historia de venganza. Publicada por Planeta Agostini en 2.009.
De 2.010 es otra historia cercana al gore, la novela gráfica estadounidense Viking The long cold fire (Imago Comics) de Ivan Brandon y Nick Klein, que cuenta la rivalidad entre dos hermanos vikingos en el siglo IX. Que yo sepa no editada por aquí, al igual que otra obra semejante, Worgard, Viking Berseker (2.007, Battleground victory, dos volúmenes) de Sean Petty.
El vikingo más evocado en el mundo de la historieta es sin duda Erik el Rojo, el explorador de Groenlandia.Un primer cómic sería del portugués Eduardo Coelho (Martin Sievre) con guión de Jean Ollivier para Pif Gadget en 1.976-77, Erik le Rouge, pero no llega a la altura de Ragnac. Soleil ha editado entre 2.013-14 dos volúmenes de Eric le Rouge obra de Jean François Di Georgio , Laurent Sieurac y Lorenzo Pieri (color), que se presenta como una trilogía. El problema es que el guión deja que desear, repleto de imprecisiones y clichés, aunque el dibujo es bastante mejor, lleno de detalles y buenas descripciones de las batallas.
Más interés tiene el Erik le Rouge del danés Soren Mosdal, cuyo primer tomo, Le roi de l,hiver ha sido publicado por Casterman en 2.014, con un estilo sencillo, casi esquemático y un colorido de fuertes contrastes Erik le rouge es una obra además históricamente fiel y con gran fuerza expresiva. Muy recomendable.
Las versiones fantásticas sobre los vikingos son muy numerosas y no nos corresponde reseñarlas aquí, aunque es obligado citar alguna: Thorgal (iniciada en Tintin en 1.977, en España editada por Zinco) de Jean Marie Van Hamme y Grzegorz Rossinski, obra clave de la fantaciencia basada en las aventuras de un extraterrestre criado por vikingos, con 34 episodios y del que en los últimos años se ha editado una secuela, Los mundos de Thorgal (editado en España por Norma). El estilo de Rossinski, heredero de Foster, ha dejado su sello en muchos dibujantes contemporáneos.
La DC Comics creó en 1.941 The Shining Knight, obra de Craig Flessel, que ha continuado de manera esporádica, relatando las aventuras de un caballero de la Tabla redonda trasplantado al siglo XX.
Y, cómo no, el famosísimo Thor de Marvel (1.962), superhéroe creado por Stan Lee y Jack Kirby, de amplísimo y complicado recorrido cuya última transformación parece ser la de convertirlo en mujer, aunque no sabemos que dirá Odin a todo esto. (7)
Nos queda para terminar esta casi interminable relación las obras humorísticas sobre el tema vikingo. Además de aparecer en cómics ajenos (Astérix y los Normandos, Astérix y los Vikingos, Sigi y los vikingos, Mortadelo y Filemón y los Vikingos, etc, etc), he recopilado 4 historietas específicas. La primera, sin duda la más famosa, y la mejor, es Hagar the Horrible (en España conocida como Olaf el Vikingo) tira cómica de Dick Browne, editada en numerosos diarios (incluidos españoles) desde 1.973 y tras el fallecimiento de Browne continuada por su hijo Chris . Con un dibujo muy sencillo y efectivo,el grandullón y bonachón Haggar-Olaf muestra un humor blanco muy familiar y suavemente irónico.
Entre 1.965 y 1.974 Marcel Remacle (Barbe-Noir), uno de los grandes dibujantes humorísticos de Spirou, realizó los 4 volumenes de Hultrasson (aquí en España sin H, editado por Argos Vergara hacia 1.970), muy influenciado por Astérix, pero de gran calidad.
En 2.006 François Ravard y Matthiew Maudet realizaron para Carabas Viking! una obra dirigida a un público más infantil, con dibujos muy sencillos y expresivos.
Y acabo con Walhalla obra de Nicolas Pothier y Marc Lechuga (2.013, Glenat) que narra con mucho humor en un guión lleno de juegos de palabras, guiños y dobles sentidos, la búsqueda de una nueva tierra para habitar por parte de un poblado vikingo. El dibujo además acompaña al texto con un diseño agil y dinámico.
NOTAS:
(1) Vandersteen quizás es un buen ejemplo del injusto ostracismo que puede llegar a representar el utilizar una lengua minoritaria, como es el neerlandés, algo que le ocurrió también a otros grandes de la escuela belga como Marc Sleen,o, en menor medida, Bob de Moor. Popularísmos en su ámbito lingüistico pero mal o nada conocidos fuera de él.
(2) Vid Shaka “De Gales a Avalon el rey Arturo y la construcción de su mito”. The Golden Caster.The Flagrants. Hay varias páginas dedicadas al mito artúrico en la red. A mí me ha servido especialmente Arturiana y en concreto un artículo (aunque prometían dos) sobre comics artúricos: http://cuervogales.blogspot.com.es/2013/03/novelas-graficas-1ra-parte.html
(3) Aunque Foster es el indiscutible responsable principal de El Príncipe Valiente, la larga duración de su comic le obligó a buscar con el tiempo colaboradores.Entre 1.971 y 1.978 colaboró con Foster en el dibujo John CullenMurphy. Murphy se hizo cargo del dibujo en solitario en 1.978, colaborando Foster en el guión hasta 1.980 en el que Murphy fue ya el único responsable hasta 2.004 en que fue sustituido por Gary Gianni, hasta hoy.
(4) La bibliografía sobre Foster es muy amplia. En español, y solo monografías, por ejemplo, VÁZQUEZ DE PARGA, Salvador (1983): Cuando el cómic es nostalgia. Harold R. Foster. Toutain Editor, Barcelona; BARINGO, Víctor (1988-1992): Príncipe Valiente (edición y correos del lector), Ediciones B, Barcelona,MARTÍNEZ-PINNA, Eduardo: “Hal Foster y el Príncipe Valiente. Comentarios apasionados” (dos artículos) en Tebeosfera, 2.003. http://www.tebeosfera.com/1/Documento/Articulo/Clasicos/Foster/PrincipeValiente2.htm; MARÍN Rafael: Hal Foster, una épica postromántica. Ed. Sins Entido. Barcelona, 2.004
(5) La revista Flecha Roja fue una de las primeras que en España se planteó un modelo más adulto de lector, como Eagle en Gran Bretaña o Tintin en el mercado franco-belga. Mezclaba material propio (Segrelles, Gago..) con británico sobre todo (Bellamy, Lawrence). Duró escasamente un año, entre 1.964 y 1.965, 64 números, siendo un claro precedente de otras posteriores como Trinca o Strong.
(6) El manga japonés también ha abordado el mundo artúrico, siquiera tangencialmente, por ejemplo en Fate/State night de Nishiwaki Datto adaptación del juego y el anime homónimos (2.005. En 2.006 se publicó una precuela, de Gen Urobuchi y TakashiTakeuchi,Fate/Zero
(7) El origen de Thor se remonta The villain from the Valhalla de Joe Simon y Jack Kirby para AdventureComics, que iría evolucionando en TheMagic Hammer y Tales of Asgard hasta llegar al personaje conocido de Marvel
PARA VER LA SERIE COMPLETA: DE PURK A ATILA. CÓMIC E HISTORIA
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11 Comments on "DE PURK A ATILA. CÓMIC E HISTORIA. UNA APROXIMACIÓN. EPÍLOGO: FIN O COMIENZO DE UNA ERA"
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Hola Rosschak. Enhorabuena por esta serie de posts. Una investigación excelente. Me interesa mucho el tema, y realmente poco poedo añadir, y sí mucho puedo extraer y disfrutar. Añadiría “Peplum” de Blutch en Ponentmón, El Samaritano, editado en Netcom2 y el Tercer Testamento. Un placer que me gustaría comentar personalmente. Muchas gracias