No podía tener esta semifinal otro guion más emocionante e imprevisible. Valencia Basket y Barça se jugaron el pase hasta la última jugada, el último segundo. La suerte sonrió a los azulgranas. Marcelinho Huertas, que estuvo todo el partido en pista como las grandes figuras del baloncesto en los años 80, decidió el encuentro con una bandeja a su manera que mete en una nueva final de la ACB al Barça. Una tarde de suspense en la Fonteta que llenó de lágrimas los ojos de aficionados y jugadores del equipo valenciano, al que no se le puede pedir más en cuanto a entrega y fe en sus posibilidades. Lo acariciar con la punta de los dedos pero los hombres de Perasovic vieron esfumarse el sueño de llegar a la final con la canasta decisiva del base brasileño del Barça. Tras complicarse la vida sobremanera con las dos derrotas inesperadas en el Palau Blaugrana, la última especialmente sangrante, el Barça reserva su plaza para la final. El Real Madrid espera para reeditar por tercer año consecutivo un Clásico con el título en juego. Marcelinho lo hizo posible poniendo el punto final sobre la bocina.
Valencia Basket 75 – Barça 77 (2-3): La Fonteta presentaba un lleno a reventar para el desenlace de esta semifinal tan loca e imprevisible. A Valencia Basket se le presentaba una ocasión de oro para lograr la primera victoria de un equipo local en la eliminatoria y lograr el pase a la final, como hiciera hace once años en su única aparición en la serie por el título. El encuentro comenzó con un duelo anotador entre los bases, entre Van Rossom y Lafayette y un Huertas que comenzaba a reclamar su tarde de gloria anotando los siete primeros puntos del Barça. La facilidad para penetrar le dio pequeñas ventajas a los locales pero la alegría ofensiva iba desapareciendo conforme avanzaba el primer cuarto. Llegaban los errores para frenar la anotación aunque Doellman (18 puntos, 5 rebotes, 18 de valoración) ponía la lucidez para que su equipo mantuviera una ligera ventaja. En el segundo cuarto no tardaron en presentarse los problemas en la casa azulgrana. El Barça entró pronto en bonus y perdía por primera vez la batalla en el rebote. Valencia Basket aumentaba el colchón y el Barça intentaba contrarrestarlo metiendo balones a Tomic pero una vez más los tiros libres se convertían en un lastre, en una pesadilla recurrente. Demasiados errores de nuevo en la línea que comenzaban a desquiciar. Además le costaba anotar de otra manera. Una antideportiva a Papanikolau, como respuesta a otra pitada un par de minutos antes a Sato, comenzó a desnivelar la balanza. Siete puntos seguidos del alero centroafricano colocaron al Barça al borde del abismo (41-30, min 18). Valencia Basket alcanzaba una ventaja seria para un partido tan decisivo. Los de Xavi Pascual lograron frenar la hemorragia de cara al descanso pero las sensaciones del Barça no eran buenas. Necesitaba un plan definido para frenar la euforia que recorría la Fonteta.
Fuente: altaspulsaciones.com
Tras unos momentos de intercambio, tantos de aciertos como de errores, el Barça se decidió a cambiar el planteamiento. Huertas surtió de balones a los jugadores interiores, para aprovechar la inferioridad física del Valencia Basket dentro de la zona debido al exceso de personales de los pivots. Unos buenos minutos de Lorbek propiciaron un 2-9 de parcial que acercaban a los azulgranas en el marcador. El Valencia Basket iba perdiendo el rumbo en ataque y la cabeza en protestas. El desnivelado número de personales de ambos equipos en el tercer cuarto fue sacando de quicio a los jugadores locales y los aficionados de la Fonteta. Huertas (22 puntos, 9 asistencias, 5 rebotes, 31 de valoración), al que aún no habían dado un momento de respiro, disfrutaba entre el desorden y la confusión. Continuó jugando con los pivots que seguían sacando personales dentro de la zona para enfado de los aficionados locales que la tomaban con el trío arbitral, como de costumbre en esta pista. Los tiros libres, el gran talón de Aquiles, pusieron por delante a los azulgranas (57-61, min 30). Aunque Sato (17 puntos, 8 rebotes, 23 de valoración) igualó al inicio del último cuarto el acierto duró muy poco. La falta de tino devolvió la ventaja al Barça y a Doellman a pista pese a sus cuatro personales. Ya no era tiempo para reservar las piezas clave (63-69, min 35). Perasovic ordenó la zona 1-3-1 que siempre despistó al Barça en esta eliminatoria pero esta vez su rival la atacó como se debe, metiendo balones dentro. Huertas, que seguía sin conocer el descanso, se puso tibio a meter balones para Tomic (20 puntos, 8 rebotes, 25 de valoración) que siempre ganaba la partida dentro de la zona. Una tortura psicológica para un Valencia Basket que marchaba a remolque y no era capaz de frenar al pivot croata. La diferencia era corta pero no había forma de contrarrestarla.
Fuente: plazadeportiva.com
Sin embargo el Valencia Basket es inasequible al desaliento. Dos triples consecutivos, uno de Rafa Martínez y otro de Van Rossom, en momentos candentes devolvían a los locales a la lucha a poco más de un minuto. 73-75 y el balón en manos azulgranas. Otra vez más el ataque giró sobre Tomic. Esta vez el croata tuvo respuesta en Sato que le colocó un soberano tapón. Valencia Basket tenía ahora la responsabilidad en sus manos. Doellman se jugó un tiro complicado que escupió el aro. El rebote llegó a manos del Valencia Basket. Rafa Martínez se la jugó de tres, también sin fortuna, pero Sato volvió a apropiarse del rebote. Quedó solo a cuatro metros del aro y no se lo pensó aunque restaban 6 segundos. Lanzamiento que entró limpio para igualar el choque. La Fonteta estaba a punto de entrar en erupción. La eliminatoria se decidiría en la última jugada, tras el tiempo pedido por Xavi Pascual. ¿O no? La prórroga era algo más que probable. La lógica invitaba a pensar que Navarro (11 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes, 21 de valoración) tomaría la responsabilidad. La última jugada no atendía a ella, como toda la eliminatoria. Navarro sacó de banda para Huertas, que no había sido sustituido en todo el partido. El brasileño ya no cedería el balón. Penetró con aparente facilidad, saltó, realizó su típico escorzo marca de la casa y lanzó contra tabla. El balón entraba justo en el último segundo, sin posibilidad de reaccionar. Marcelinho Huertas le daba el pase a la final al Barça. La Fuente de San Luis, pese a la tristeza, no abandonó a los suyos. Reconoció su esfuerzo y entrega hasta el último momento con una sentida ovación mientras sus jugadores se retiraban con lágrimas en los ojos. El sueño había pasado delante de ellos pero se esfumó en el último instante.
Fuente: extrends.es
PREVIA DE LA FINAL:
Era muy previsible que se repitiera por tercera temporada consecutiva un Clásico en la final de la ACB aunque muy pocos pensaban que ambos se encontraran con un devenir tan duro. No ha sido un camino de rosas para ambos. Se podía esperar que el Valencia Basket opusiera una dura resistencia, como así fue, pero no tanto que el Real Madrid pasara tantos problemas con Unicaja, que llegó a dominar gran parte del tiempo en los cuatro partidos pero al que le faltó rematar. El Real Madrid no perdona esos detalles. Desde luego no se podría decir que cualquiera de los dos grandes futboleros llega descansado a esta final porque han tenido que sudar, y mucho, para llegar a ella.
Si atendemos a los precedentes y al factor campo a favor del Real Madrid el favoritismo recae en un principio en el bando madridista. Un Clásico siempre es, por definición, imprevisible pero el balance esta temporada es muy esclarecedor. 4-1 para el Real Madrid, cuya última victoria ante los azulgranas fue la histórica paliza en Milán por 38 puntos de diferencia, algo que cuesta asimilar y olvidar. Todos los partidos con título en juego cayeron del lado del equipo blanco. El factor campo también suele ser decisivo en estas eliminatorias. Sólo en dos entre los dos grandes futboleros saltó por los aires esta ventaja. Ambas en finales y en el quinto partido: en 1997, con la victoria del Barça en el Palacio de los Deportes en una exhibición de Roberto Dueñas que le consagró definitivamente; y en 2000, cuando el Real Madrid asaltó contra todo pronóstico el Palau Blaugrana para darle a Scariolo su único título como técnico madridista y a Sasha Djordjevic su cumplida venganza sobre Aíto. Ya hace tiempo de todo esto. Analizando ya la parte puramente deportiva, el Barça deberá, primero, borrar de la memoria la nefasta noche de Milán. A partir de ahí tendrá que mostrar una mejor cara en ataque de la ofrecida en semifinales. Esos lapsus contra el Real Madrid cuestan muy caros aunque los madridistas no estén ofreciendo su mejor versión últimamente, en especial en defensa. Siguen anotando mucho pero encajan demasiado y flojean peligrosamente en el rebote. Un aspecto que controla bien el equipo azulgrana y donde puede hacer mucho daño como lo hiciera Fran Vázquez en semifinales. Para ello, claro está, Tomic deberá superar el miedo escénico que le produce cada regreso al Palacio de los Deportes. El Barça también debería explotar la debilidad de su rival en el puesto de alero. Carlos Suárez estuvo a nivel de seleccionable en semifinales y bien pudieran hacer lo mismo Papanikolau o Abrines aunque ambos no hayan tenido ni protagonismo ni brillantez últimamente. En resumen, para competir el Barça debería mostrar la cara de la final de Copa. Todo lo contrario es un suicidio. Si Huertas no está a la altura, Llull y Sergio Rodríguez pueden protagonizar la segunda parte de Pesadilla en Milán. Si no controla el rebote, pueden convertir otra vez en MVP de la final a Felipe Reyes. Si dejan que el Real Madrid pueda correr son carne de cañón. Y si resucitan a Mirotic, tristón y ausente desde la final de Euroliga, mejor no decir nada más. Va a depender de la cara que muestre el Barça lo competitiva e igualada que pueda ser esta final que comienza el jueves.
Y DIGO YO…:
- Marcelinho Huertas disputó los 40 minutos del quinto partido. Pensaba que jamás iba a presenciar algo semejante en el baloncesto moderno. Me retrotrae a la época de Lolo Sainz o el mítico quinteto inamovible del Caja de Ronda. Tiene otra lectura. Xavi Pascual confía poco en los demás bases cuando llega la hora de la verdad. Puede repetirse en los partidos trascendentales de la final, cuando la victoria sea imprescindible.
- La última canasta de Marcelinho metió al Barça en la final pero seguramente fue igual de celebrada en su anterior equipo, el Baskonia. El pase del Valencia Basket en la final hubiera dejado al equipo vitoriano fuera de la próxima Euroliga, lo que hubiera sido el remate a una temporada para olvidar. Huertas realizó otro servicio al Baskonia pese a no estar ya en sus filas.
- El Barça lleva seis finales consecutivas de la ACB, todas las disputadas desde que Xavi Pascual llegó al banquillo. Un hito difícil de repetir. El técnico azulgrana no falta a su cita con la eliminatoria decisiva aunque esta vez su equipo jugara con fuego.
- No creo que veamos nunca más una eliminatoria tan extraña como ésta. Nunca se habían producido cuatro victorias visitantes en una serie de un playoff en la ACB pero se ha rizado el rizo. Que ningún equipo haya vencido en casa en una eliminatoria a cinco partidos es algo que no creo que se haya producido en cualquier competición. Eso sí, se sigue conservando la tradición. El 2-0 te garantiza la victoria.
Leave a Reply
Be the First to Comment!
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.