Tras sus dos victorias en la Fonteta parecía certificado el pase rápido a la final para el Barça, máxime con las bajas y problemas físicos que afectaban a gran parte de la columna vertebral del Valencia Basket. La derrota en el tercer encuentro, desperdiciando 14 puntos de ventaja en el segundo cuarto ante un rival mermado pero todo voluntad, era inesperado pero parecía un simple tropiezo que tenía fácil arreglo en el siguiente partido en el Palau Blaugrana. No se podía suponer que realmente hubiera hecho tanto daño esta derrota. El sorprendente traspiés ha generado un estado de nervios e inseguridad que consume a la plantilla azulgrana. La actuación del Barça en el cuarto partido resultó fantasmagórica. Ya no sólo por el mal juego sino por los nefastos síntomas de algunos jugadores, acobardados y presos de la presión y los nervios. Resulta impensable en una plantilla tan experimentada y a la que se le supone el talento pero que se ha sumido en un agujero que amenazaba con llevarle al desastre. Valencia Basket, en otra exhibición de equipo, destrozó sin contemplaciones a un Barça que acabó abroncado por su propia afición, cansada de esperpentos. La serie vuelve a Valencia donde el equipo de Perasovic tiene una oportunidad de oro ante su afición para llegar a la final. Un duelo dramático que disfrutarán sentaditos los jugadores del Real Madrid, viendo cómo sus posibles rivales en la final se despellejan en un quinto partido a cara de perro.

Unicaja 79 – Real Madrid 89 (tras prórroga) (1-3): Los prolegómenos traían dosis de pizarra de los entrenadores. Laso sentaba en el banquillo a Mirotic y Plaza a Fran Vázquez. Extraña la decisión del técnico catalán cuando el pivot gallego era uno de los jugadores más destacados de la serie. Mirotic duraría poco en el banco. Slaughter se torcía el tobillo al medio minuto de iniciarse el encuentro y el hispano-montenegrino entró en la pista. Tampoco es que tuviera demasiada influencia, sumido en su evidente bajón desde hace más de un mes. En cambio su equipo salió mucho mejor. Más agresivo en defensa, aunque costara entrar pronto en bonus, y más atento en el rebote que en los partidos anteriores. El Real Madrid dominaba liderado por Llull que llevaba la manija del encuentro, más lento y áspero que los previos de la semifinal. Toolson atajó la primera ventaja madridista con 8 puntos consecutivos pero el Real Madrid no se puso nervioso. Defendía bien, cerraba bien el rebote y por primera vez en esta serie se sentía dominador del juego. Llegaban los robos de balón que permitían a los jugadores del Madrid correr para desesperación de Joan Plaza que paró el encuentro cuando la avalancha rival amenazaba con romper el partido (21-32, min 13). Logró cambiar la dinámica a un choque más duro y defensivo. Atrás se repartía de lo lindo. Ni importó la tercera falta de Fran Vázquez, que se la tomó la hinchada de Unicaja con un enfado monumental. La dureza defensiva se imponía en la cancha. Al Madrid le afectó el cambio de guion del partido. No lograba atacar con acierto la intensísima defensa local. Sólo fue capaz de anotar cinco puntos en los últimos siete minutos, ofuscado. Un gran último minuto de Caner-Medley, con dos triples consecutivos, reducía la desventaja al descanso casi a la mínima expresión (35-37, min 20). La sensación para los madridistas era la misma que en aquella infausta final de Euroliga ante el Maccabi. Habían dejado escapar una buena ventaja y el ritmo del partido a un rival que se marchaba a vestuarios muy vivo.

Fuente: altaspulsaciones.com

La segunda parte continuaba con un gran esfuerzo defensivo que llevaba al desacierto en los ataques. Felipe Reyes (22 puntos, 9 rebotes, 26 de valoración) tomaba toda la responsabilidad ofensiva en el equipo blanco para mantener una pequeña ventaja, imposible de ampliar debido al diferente criterio arbitral en las zonas. El arbitraje tomaba un cariz casero, cargando de personales a los jugadores madridistas que cada vez estaban más desesperados. Los problemas de faltas eran cada vez más acuciantes. Bouroussis y Darden cometían la cuarta personal y la rotación blanca se reducía aún más. Unicaja sacaba provecho de sus numerosos tiros libres y los rebotes ofensivos, que volvían a controlar, mientras el Madrid sufría con una defensa dura que contaba con la permisividad arbitral. No se adaptaba al criterio y Unicaja llevaba el encuentro a su terreno. Un 12-4 de parcial, rematado por un 2+1 de Suárez (12 puntos, 8 rebotes, 19 de valoración) daba la delantera a Unicaja pero el Real Madrid volvió a reaccionar en un mal momento. Sin preocuparse por estar en bonus, los hombres de Laso volvieron a defender con mayor agresividad. De nuevo robaba y corría en unos momentos de desacierto en el equipo malagueño. 1-11 de parcial y el Real Madrid empezaba a construir el camino hacia la victoria (59-67, min 34). Unicaja seguía insistiendo, es un equipo muy pesado, pero un par de triples de Sergio Rodríguez cortaban la reacción local. El Real Madrid encaraba la recta final en una posición muy favorable pero no tuvo la calma necesaria. Se empeñó en lanzar de tres, sin buscar más opciones, y Unicaja volvía de nuevo de la fosa. Demasiados tiros mal planteados que concedía de nuevo esperanzas a un Martín Carpena enfervorizado. Fran Vázquez contó con dos tiros libres para adelantar a su equipo a 20 segundos del final pero sólo aprovechó el segundo. Con 73-73 quedaba la última posesión para el Madrid. Rudy amasó el balón en todo momento. Fue un movimiento estéril porque ni siquiera amagó con penetrar a canasta. Pasó y pasó el tiempo hasta jugarse un triple suicida a ocho metros sin opciones. El remate lógico a un final de cuarto penoso del Real Madrid que le abocaba a la prórroga. Siguen las similitudes con el partido contra Maccabi.

Fuente: teinteresa.es

La prórroga era el momento para los hombres importantes de la eliminatoria. Felipe Reyes, bregando incansable, y Fran Vázquez con sus palmeos mantenían el marcador igualado hasta que apareció el jugador decisivo del tiempo extra. Llull (22 puntos, 8 asistencias, 21 de valoración) comenzó el festival con un triple sobre la bocina tras un ataque muy deslavazado. A Unicaja le hizo mucho daño. Se le acabó la gasolina y ni el aliento del Martín Carpena le revivió. Una bandeja de Llull y un triple de Sergio Rodríguez ponían la puntilla de cara al último minuto. Felipe Reyes cerraba el 0-10 de parcial que le daba la eliminatoria al Real Madrid. Había sufrido y se vio dominado gran parte de la semifinal pero volvía a alcanzar una final más. El Martín Carpena no abandonó a su equipo, al que despidió con una gran ovación durante todo el último minuto, agradecido por devolver al equipo malagueño a ese lugar entre los grandes de la ACB que ocupaba hasta hace pocos años.

Fuente: eurosport.yahoo.com

Barça 63 – Valencia Basket 81 (2-2): Pese al tropiezo insospechado en el tercer encuentro resultaba difícil imaginar que esta vez se le escaparía la ocasión de sentenciar al Barça, que comenzó dominando y controlando el ritmo sin aparentes problemas (11-5, min 4). Nada que ver con lo que sería el encuentro. Pronto el Valencia Basket, con una notable intensidad defensiva, igualó el choque aunque tuviera que pagar el peaje de las faltas personales. Lo que fuera antes que el Barça se sintiera cómodo. Además entrar en bonus no era precisamente un problema en este encuentro. Los azulgranas no tardaron en sufrir la angustia desde la línea de tiros libres. Tras un 3-13 de parcial el Valencia Basket pasaba a dominar el encuentro antes del final del primer cuarto (16-20, min 10) que se cerró con un triple de Nachbar desde medio campo que sería anulado por producirse fuera de tiempo. Para un triple que entra, no vale. Los porcentajes en el tiro de tres eran de nuevo horrendos pero quien más lo acusó fue el Barça. Cada vez se mostraba más nervioso e inseguro. La intensa defensa valenciana le tenía completamente maniatado. Las pérdidas de balón y los puntos de Doellman (14 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 17 de valoración) colocaban a los azulgranas en una situación complicada (23-37, min 16). Para colmo, el Barça continuaba errando tiros libres, desesperando a los aficionados que iban perdiendo la calma con cada error, en especial de un Tomic negado en los tiros libres. Resultaba un suplicio para el pivot croata. No salían las cosas y se contagiaba en cada aspecto de juego. El Barça era la viva imagen de la impotencia. Pudo dar gracias a que su rival estuvo los últimos tres minutos sin ver aro porque el daño, en condiciones normales, debía ser mayor. La pobre imagen culé fue castigada con los pitos de la grada tras marcharse el equipo a vestuarios (25-37, min 20). El consuelo para el Barça era que no podía hacerlo peor. O eso se creía.

Fuente: altaspulsaciones.com

El inicio no mejoró nada el problema. Al contrario, las pérdidas de balón propiciaron un 0-5 que dejaba con el agua al cuello al equipo azulgrana. Valencia Basket estaba demasiado cómodo, instalado en el papel de fiero defensor. Empezaban a borrarse jugadores en el bando local. A las malas, algunos optaron por escurrir el bulto o a no atreverse a tirar, presa del pánico, como Huertas. Ante la falta de valor tuvo que tomar la responsabilidad el de siempre: Navarro (18 puntos, 2 asistencias, 9 faltas recibidas, 20 de valoración). La Bomba siempre pidió el balón, siempre aparecía para liderar una remontada que no llegaba. Le faltaba el suficiente acierto para lograr que el Palau Blaugrana entrara en ebullición. Al Barça no le animaban ni unos momentos de desbarajuste que acabaron en varias pérdidas del Valencia Basket. Los de Perasovic no escatimaban ni un ápice su esfuerzo defensivo. El Barça estaba al borde del naufragio. Ni había ideas en la pista ni en el banquillo. Los pitos eran cada vez más insistentes. Xavi Pascual ya buscaba cualquier cosa, como recurrir a Pullen como revulsivo. Ni por asomo. Impotencia pura ante un equipo lanzado. Las acciones de Sato (15 puntos, 6 rebotes, 19 de valoración) cerca del aro, los contraataques, el acierto de Van Rossom (17 puntos con 7/8 en t2)… Ya no es que cayera el Barça, es que estaba recibiendo una humillación en toda regla en su propia casa (41-64, min 31). El desastre era irremediable. Navarro volvió a ejercer de líder en los momentos más bajos, tirando del equipo hacia una heroicidad en la que nadie podía creer ya. El 14-3 de parcial en unos minutos de relajación ofensiva visitante (57-69, min 35) quedó cerrado con un tiempo muerto de Perasovic y con la decisión de poner en pista a los dos bases. Valencia Basket ya atacaba con la suficiente cabeza para manejar el final de partido a su antojo pese a la defensa presionante de su rival. La machada del equipo valenciano era un hecho. La semifinal volvería a la Fonteta, donde el equipo taronja puede culminar la machada ante un Barça despedido entre broncas y pañoladas por una afición hastiada.

Fuente: diariodecanarias.es

Y DIGO YO…:

• River Andorra es nuevo equipo ACB tras cumplir con el pago del canon exigido y las condiciones solicitadas por la ACB. Me alegro que un equipo que se ganó el ascenso en la pista lo haya podido certificar en los despachos. Sin embargo el pago de este canon de ¡¡5 millones de euros!! tiene su parte mala ya que cargará de razones a la ACB para seguir manteniéndolo ya que hay quien lo puede afrontar. Muy pocos se lo pueden permitir en estos tiempos.
• Es algo incomprobable y, posiblemente, una chorrada pero últimamente me da por pensar que todo lo que vemos de Felipe Reyes de 34 años es el papel que podría haber tomado el gran Fernando Martín de haber llegado a su edad. Nunca lo sabremos pero lo que sí sé es lo grande que es Felipe Reyes en la pista.
• La eliminatoria Valencia Basket-Barça será tan extraña como histórica. La victoria valenciana provocaría que un equipo remontara por primera vez un 0-2 en semifinales. La victoria azulgrana, en cambio, significaría que ningún encuentro de la serie se lo llevaría el equipo local. Costará ver algo así de nuevo.
• Ya son demasiadas ocasiones que el Barça se mete en un lío por bajos porcentajes en el tiro libre. Ante el Valencia Basket lanzó 18 tiros libres más pero sólo sumó seis puntos más que su rival. Un apartado que podía ser fundamental acabó en nada por otro nefasto día desde la línea de tiros libres. Multirreincidente en un aspecto vital del baloncesto.
• No todo era tristeza y enfado en el Palau Blaugrana. En la pista del Barça estaba presente Joe Ingles, flamante campeón de Europa con el Maccabi que también acaba de llevarse la liga israelí. Felicito el triunfo a todos los seguidores del Maccabi en la web; sin olvidarme, por supuesto, de Slumdar.