En estas semifinales de guiones cambiados, aunque parece inevitable otro Clásico futbolero en la final de la ACB por tercera temporada consecutiva, se pueden observar algún que otro detalle muy interesante. Por ejemplo, dos maneras muy diferentes de incertidumbre y emoción. Una es la del partido de la Fonteta. Valencia Basket y Barça pelearon por la victoria hasta el último segundo en un partido con todos los ingredientes de un encuentro importante de los años 90: defensas a ultranza, agresividad sin límite, ataques espesos y largos y un marcador de registros merdentos como diría un profesor que tuve en la carrera para algo minúsculo e insignificante. Mucha intensidad pero nada de belleza y lírica. La otra forma de emoción está en el partido disputado en el Palacio de los Deportes. Un partido de juego mucho más abierto y alegre, más pensado en buscar la máxima anotación que en minimizar la producción rival. A veces parecía que apenas había defensas pero quien busca un baloncesto más dinámico y anotador quedó encantado con el derroche anotador y la espectacularidad ofensiva de Real Madrid y Unicaja que dejaron el desenlace para el último segundo. Dos maneras de llegar al mismo punto, dos formas de concebir el baloncesto. Yo tengo claro que prefiero la segunda.
Valencia Basket 59 – Barça 60 (0-2): El Valencia Basket atascado y sin ideas del primer encuentro desapareció en el primer cuarto de este segundo partido. Dominó con solvencia los primeros minutos. Sato solucionaba momentáneamente los enormes problemas de su equipo en el rebote durante el primer partido y la agresiva defensa local permitía ataques rápidos que ponían en jaque a los azulgranas, desconcertados y que se empeñaban en perder demasiados balones como le ocurriera en el anterior partido en la Fonteta. Siete pérdidas en el primer cuarto es un número excesivo. Los hombres de Perasovic aprovecharon la circunstancia para castigar con un 18-4 de parcial que hacía olvidar los malos momentos del primer partido y las sensibles bajas en el juego interior (22-9, min 8). Sin embargo la misma empanada que sufrió dos días antes aparecería en el segundo cuarto. Al Valencia Basket se le volvieron a apagar las luces de repente para deambular como alma en pena en ataque. Fue incapaz de anotar una sola canasta en juego en los primeros siete minutos de este periodo. Una rémora que metió de nuevo en harina al equipo dirigido por Xavi Pascual. Sin hacer nada del otro mundo el Barça iba recortando la desventaja, aprovechando la nueva pájara ofensiva de su rival. El juego volvía a ser muy espeso, embarullado. Las faltas abundaban y los jugadores acudían con frecuencia a la línea de tiros libres. Pese a otro mal día en el tiro exterior y la poca claridad en ataque, Valencia Basket logró salvar los muebles al descanso (31-28, min 20) pero la pausa no refrescó sus ideas. Continuaba sin frescura en ataque y el Barça aprovechó para adelantarse con un parcial de 2-9 en unos buenos momentos de Lorbek. Perasovic buscó desconcertar de nuevo al Barça con una zona muy agresiva. Volvió a conseguir su objetivo, como en el segundo cuarto del primer partido. Se frenó la producción en ataque para respiro de un rival que se mantenía vivo con la aportación de Doellman (16 puntos, 9 rebotes, 26 de valoración), el único jugador con inspiración en el bando local (43-46, min 30).
El partido tenía que acabar igualado a la fuerza. Pero no por una lección de poder de ambos sino por lo erráticos y descontrolados que estaban los dos. Costaba horrores anotar, los ataques parecían un complicadísimo parto. Se sucedían las alternativas en los pocos ataques que recogían fruto. Volvían a abundar las faltas. Se sucedían los jugadores cargados de personales. El final se presentaba dramático. Van Rossom anotaba un triple providencial para empatar a 57 a falta de 1:07. Cada ataque era de oro. Como corresponde a un final apretado la responsabilidad la tomó Navarro. Su triple se convirtió en un airball extraño para un jugador como él. Tomic tuvo el don de la ubicuidad para capturar el rebote ofensivo y sacar una personal. Su primer tiro libre se convirtió en su cuarto error consecutivo desde la línea de personal, que se había convertido en un tormento para el pivot croata. Atinaría por primera vez con su segundo lanzamiento. Un despiste en la defensa azulgrana permitió que Van Rossom viera la puerta atrás de Doellman para que el ala-pivot estadounidense anotara el 59-58 a medio minuto del final. Restaban dos ataques. Marcelinho y Navarro se juegan dos tiros infames. Tomic enmendó la plana en las dos ocasiones con otros dos rebotes ofensivos providenciales. El segundo lo convirtió en el 59-60 a falta de dos segundos. Aún le quedaba un tiempo muerto a Perasovic para iniciar el ataque a ocho metros de canasta. No había demasiado tiempo pero seguro que su jugada no era un triple lejano y forzado de Lafayette. Con este error se diluían todas las opciones de clasificación del Valencia Basket. El Barça se encuentra con la oportunidad de poner la puntilla en el próximo partido en el Palau Blaugrana a un rival cansado y debilitado en el juego interior. Seguro que no pensaba que se pudiera resolver la eliminatoria por la vía rápida.
Real Madrid 89 – Unicaja 87 (2-0): Con la primera victoria en el zurrón, pese al susto del primer encuentro, el Real Madrid salió con otro aire, sin la frialdad del partido anterior. Los tiradores habían hecho acto de presencia con las escopetas cargadas. Tres primeros triples, tres aciertos. La presencia de Carroll en el quinteto inicial, algo inusual en los planes de Laso, añadía poder anotador en el equipo blanco (11-4, min 4). Sin embargo el buen inicio se cortó con las concesiones defensivas que volvió dar el Real Madrid. Jayson Granger (18 puntos, 4 asistencias, 17 de valoración) penetraba con una facilidad pasmosa, sin nadie que se pusiera en medio. Por no hablar ya de la masacre que perpetraba Fran Vázquez (18 puntos, 9 rebotes, 24 de valoración) cada vez que pisaba la zona, dejando en ridículo a Bouroussis a cada ocasión. Tampoco mejoró las cosas para los madridistas la entrada de Slaughter, superado por Stimac en sus primeros minutos en pista (22–26, min 10). El Real Madrid no tenía problemas en ataque. Sergio Rodríguez le daba fluidez y el equipo anotaba con cierta comodidad pero la defensa se convertía en un drama. En especial el apartado reboteador. Unicaja podía permitirse el lujo de contar con dos o tres oportunidades en cada ataque porque siempre capturaba el rebote ofensivo. La inferioridad manifiesta bajo tableros del Real Madrid ponía de los nervios a la afición presente en el Palacio de los Deportes, desesperada ante la imposibilidad de cerrar el rebote. Lo extraño era que el Real Madrid aguantara cerca en el marcador tras ser arrollado de tal manera en un aspecto tan vital en el baloncesto. Las sensaciones seguían sin ser buenas pero podían consolarse los madridistas con un daño mucho mejor que el recibido al descanso del primer encuentro (44-48, min 20).
Fuente: vavel.com
Unicaja esta vez salió más fuerte en la reanudación. El acierto exterior le permitía al equipo malagueño marcar la máxima diferencia, ocho puntos. Granger seguía haciendo lo que quería y Fran Vázquez dominaba a su antojo a los pivots rivales. El drama del rebote ofensivo ya empezaba a tornar en tragedia para los madridistas. El agujero dentro de la zona era inmenso. Incluso Granger logró postear con éxito a Bouroussis. Increíble pero real. Desesperación madridista aunque Laso no se arriesgó con una zona 2-3 para proteger mejor el rebote (algo que celebró mi prima que le tenía más miedo al tiro exterior de Unicaja que a la sangría reboteadora). La pinta era aún peor que la del primer partido para el Real Madrid (53-61, min 26). Le aguantaban los triples de Carroll y las entradas a canasta heroicas de Llull (17 puntos, 6 asistencias, 23 de valoración) pero el salvavidas fue la cuarta personal de Fran Vázquez. Stimac estuvo más atolondrado que en la primera parte y las rotaciones de Plaza no le irían nada bien a su equipo. Al cambiar a Suárez y Granger el equipo malagueño tenía en la pista a un pegote (Hettsheimeir), un jugador intrascendente (Kuzminskas) y otro que no tenía el día (Calloway). Laso puso en pista a Felipe Reyes por un Mirotic blando y poco participativo y el madridismo entró en ebullición. La defensa tomó un cariz mucho más intenso y agresivo. Los visitantes no veían aro y regalaban balones con demasiada facilidad. El Real Madrid podía correr y eso era letal para las opciones del equipo malagueño. 12-0 de parcial y el partido cambiaba por completo. Pese a dos triples seguidos de Carlos Suárez (16 puntos, 6 rebotes, 25 de valoración) el equipo blanco ya se había desatado. Rudy (18 puntos, 4 robos, 17 de valoración) apareció para mostrar el catálogo de genialidades. Llull seguía sembrando el pánico cada vez que penetraba y Felipe Reyes (15 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 21 de valoración), siempre Felipe, otorgó la solidez que le faltaba al juego interior de su equipo. El lapsus ofensivo de Unicaja le estaba costando el partido (78-69, min 34).
Sin embargo este Unicaja es un equipo muy pesado para el rival, testarudo. Otra vez se puso las pilas atrás y recuperó las ideas en ataque con el regreso de sus mejores hombres. Un par de minutos de descanso de Felipe Reyes, ya exhausto, permitieron que se reanudara el festival de rebotes ofensivos de Unicaja. El Real Madrid de nuevo abonado a sufrir tras un triple de Toolson a poco más de un minuto (85-83, min 38). Sergio Rodríguez no estuvo fino en el siguiente ataque pero ahí estaba Felipe Reyes para capturar el rebote ofensivo. No fue mejor el siguiente ataque (extraño porque el reloj estuvo un poco lento para volver a 14 segundos), espeso y que finalizaba con un triple complicado para Rudy que se sacó otra genialidad de la manga anotando de tres. Un triple que ponía patas arriba el Palacio de los Deportes, que volvía a sufrir tras devolver el golpe Urtasun con otro tiro de tres a 26 segundos del final. Unicaja tardó más de la cuenta en hacer la personal. Dejó escapar 16 segundos hasta que se cometió personal sobre Sergio Rodríguez. El Chacho aprovechó los dos lanzamientos para poner el 89-86 a 10 segundos del final. Laso no quiso saber nada de conceder un tiro de tres. Falta sobre Granger que tenía la responsabilidad en sus manos. Erró el primer lanzamiento, el único fallo de Unicaja desde el tiro libre. Se podía pensar que tiraría a fallar el segundo pero el base uruguayo anotó. Tras el tiempo muerto, falta sobre Felipe Reyes. El capitán del Real Madrid se caracteriza por no fallar en los momentos importantes pero no anotó ninguno de los dos lanzamientos. El Madrid decidió presionar arriba para dificultar el ataque. Lo hizo a la perfección. Granger se vio obligado a lanzar desde medio campo y sin opciones de anotar. Otra vez resoplando pero el Real Madrid viajará a Málaga con el 2-0 a su favor.
Y DIGO YO…:
- El Real Madrid se marcha a Málaga con 2-0 como podía haberse ido 0-2. En el Unicaja aún se estarán preguntando cómo llegan al Martín Carpena sin una victoria tras los dos partidos disputados en Madrid.
- Rebotes: Real Madrid 18 – Unicaja 38. Unicaja capturó los mismos rebotes ofensivos que totales los madridistas. Lo que nadie se explica es cómo pudo ganar el Real Madrid con un bagaje tan desolador en un punto clave en el juego. No siempre van a llegar los milagros.
- Unicaja ha explotado muy bien los defectos del Real Madrid. Fran Vázquez se impuso con gran autoridad a los pivots (Mejri, de nuevo sin jugar) y los aleros blancos han conseguido que alguien piense en postular de nuevo a Carlos Suárez como seleccionable. Y ni aún así… Para darse de cabezazos contra la pared pero menudo trabajo tienen en las oficinas del Real Madrid este verano.
- Valencia Basket no ha superado los 60 puntos en los dos primeros partidos. El Barça ha anotado menos que Real Madrid y Unicaja en sus dos encuentros. Sí, no faltó emoción en el segundo encuentro en la Fonteta pero me desesperan marcadores tan ridículos. Más que emoción me producen sufrimiento. Como ya he dicho alguna otra vez, si esto es modernidad prefiero que me llamen antiguo.
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1 Comment on "LIGA ACB 2013-14: PLAYOFFS. SEMIFINALES. 2º PARTIDO. DOS FORMAS DE EMOCIÓN"
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Y añadiría yo:
El “sin sangre”, el mismo que le abrió siete puntos en la ceja a la bestia parda de Dunston, que le haría después un traje a Mirotic en semis, va camino de ser decisivo en una hipotética final ACB. Ante Tomic MVP