Portada
El “Verano del Amor” de 1.967 comenzó realmente un poco antes. El 14 de enero de ese año se reunieron 20.000 personas en el Festival Be Human In en San Francisco, convocados para protestar por las nuevas leyes que prohibían el consumo de LSD en California. Fue aquí donde Timothy Leary, acompañado por Allen Ginsberg y Lawrence Ferlinghetti proclamó su famoso turn on, tune in, drop out (más o menos, “enciende, sintoniza, abandona”). Fue en este Be Human In donde se dieron a conocer a todo el país los grupos del área de San Francisco, Grateful Dead, Quicksilver Messenger Service, Big Brother and The Holding Company y Jefferson Airplane.
Jefferson Airplane llevaban en activo desde 1.965 y habían publicado ya un disco (Takes Off, “Despegue” obviamente,1.966) pero el concierto del 14 de enero les sirvió para presentar en sociedad a los nuevos miembros de la banda, la cantante Grace Slick y el batería Spencer Dryden. Slick, mujer de fuerte personalidad y espléndida voz fue sin duda el detonante para el salto de calidad, auténtico despegue, del grupo. De hecho, un mes después del citado festival los Jefferson editaban su segundo disco, Surrealistic Pillow, que, gracias a dos composiciones de su nueva cantante, “White rabbit” y “Somebody to love”, se convirtió en un éxito rotundo. Pero en el LP había algo más que las alusiones psicodélicas o declaraciones antibelicistas de estas dos canciones: un sonido sustentado en las dos extraordinarias guitarras de Jorma Kaukonen y Paul Kantner, unos juegos de voces fantásticos a cargo de Grace Slick y Marty Balin y una afortunada mezcla de pop, rock, folk y algo nuevo que se dio en llamar “psicodelia”, temas largos, vía libre a la improvisación, aires exóticos, solos envolventes…
Surrealistic Pillow era una obra maestra que condujo a Jefferson Airplane al estrellato: actuaciones televisivas, conciertos multitudinarios, presencia estelar en el mítico Festival de Monterrey , giras por Europa, nuevos discos (tres hasta 1.969) y claro está, su actuación en EL FESTIVAL rock por excelencia, Woodstock, en el verano de 1.969. Durante estos dos acelerados años los Jefferson crecieron como músicos, orientados decididamente hacía la psicodelia y profundizaron en su compromiso político, teñido de radicalismo.
El momento culminante de su carrera (y, como suele suceder, a la vez el principio del fin) llegó en noviembre de 1.969 con la publicación de su sexto disco, Volunteers. Concebido como un manifiesto musical y político, el disco se abre y se cierra con con dos himnos melódicamente similares (“We can be together” y “Volunteers”) y entre ellos una, posiblemente caótica, mezcolanza de sonidos pop (“Good Sepherd”), country (“The Farm” “A song for all seasons”), psicodélicos (“Hey Frederick” “Skimo blue day”).. en los que vuelve a brillar ese sonido característico de las guitarras así como sus armonías vocales (“Wooden Ships” apoyado por el fantástico acompañamiento de Kaukonen). A causa de sus explícitos mensajes políticos a la discográfica -RCA- no le gustó el experimento demasiado, pero creo que el disco está a la altura de Surrealistic Pillow.
“Volunteers” alertaba de que algo estaba ocurriendo en las calles, pero lo que sucedió fue la catástrofe de Altamont en diciembre de ese mismo año con toda su carga de oportunismo (un capricho de los Rolling Stones), violencia y muerte. El aeroplano descendió a una amarga realidad. Balin y Dryden, desengañados, arrojaron la toalla poco después, mientras que Kaukonen y Kantner exploraban nuevos caminos con Hot Tuna. Jefferson Airplane tardaron tres años en publicar un nuevo disco, Bark, que sólo contenía algunos destellos de lo que habían sido. Para entonces, 1.972, el sueño hippy era ya para muchos un mal viaje.
Contraportada
No hubo nadie, posiblemente, más afectado por la cadena de infortunios que coincidieron en el festival de Altamont de 1.969 que los miembros de Grateful Dead. Señalados por casi todo el mundo por haber sido los, indirectos, responsables de la presencia de los Ángeles del Infierno como improbable equipo de seguridad, de nada les sirvió en su defensa que hubieran sido precisamente ellos los que solicitaran medidas de protección a unos inconscientes Rolling Stones, buenos conocedores como eran de las malas vibraciones que empezaban a asomar en el paraíso californiano: violencia, indeseables dispuestos a aprovecharse de jóvenes ingenuos, primeras consecuencias serias de alucinaciones psicodélicas….
No les faltaba razón, su experiencia les avalaba. Grateful Dead era el grupo por excelencia de la contracultura; se habían iniciado en los famosos acid test de Timothy Leary, sus miembros vivían en comunas en el mítico barrio de Hight Ashbury y su música era la la más genuina expresión de la psicodelia, con interminables improvisaciones sustentadas en una poderosa base rítmica (el bajo de Phil Lesh, la guitarra rítmica de Bob Weir y ¡dos baterías!) que permitían los experimentos guitarrísticos de su lider, Jerry García. Sus discos, en cambio, no hacían justicia a la lisérgica experiencia de sus conciertos y seguían siendo una asignatura pendiente. 1.969 no había sido un mal año, muchos conciertos (Woodstock entre ellos), dos discos, Aoxomoxoa, que no había sido precisamente un acontecimiento y un doble disco en directo, Live/Dead que, esta vez sí, reflejaba de manera aproximada sus experiencias en vivo y que quizás por ello había sido su mayor éxito hasta la fecha.
Decenas de seguidores incondicionales (los Deadheads) les seguían a todas partes y confraternizaban naturalmente con el grupo. Quizás por ello los Grateful Dead se percataron pronto de que algo se rompía en el edén hippy, aunque lamentablemente no supieron verlo a tiempo. Altamont fue el síntoma de que algo marchaba mal y los Dead optaron por el repliegue. Encerrados en un estudio, indagaron en sus raíces musicales y existenciales: el rock y el pop sí, pero también la música con la que crecieron: folk, blues, bluegrass, country…. Su amistad con Crosby, Stills and Nash les empujó a experimentar, por primera vez, con armonías vocales, disfrutando con sonoridades limpias y sencillas, alejadas de la sofisticación psicodélica. De todo esta inmersión brotaron dos discos excepcionales, Workingman,s Dead y American Beauty editados en el mismo año, 1.970.
La portada de Workingman,s Dead, una foto en sepia del grupo (incluido el letrista Robert Hunter), en un escenario casi de western revelaba la música que buscaban: juegos de voces a lo CS&N (“Uncle John,s Band”), aires country (“Dire Wolf”), blues (“New speedway boogie”, “Easy Wind”)… Un emotivo y extraordinario homenaje a la música norteamericana, y una obra que, como Nashville Skyline de Bob Dylan o Music from the Big Pink de The Band, quizás se adelantaba a su tiempo.
American Beauty supuso una triunfal continuación y situó a Grateful Dead en el Olimpo musical estadounidense, aunque ellos no se alteraron demasiado, continuaron con sus giras por todo el país, sus jams eternas y sus queridos deadheads, a pesar de que el interés en su obra posterior -con razón- fue menguando poco a poco. En 1.995, tras el fallecimiento de Jerry García la banda decidió continuar en la carretera. Hoy, quizás sean vistos como un pálido recuerdo de lo que fueron y posiblemente sus conciertos estén repletos de “trucos” psicodélicos, pero creo que tienen derecho a hacer lo que quieran. El rock norteamericano no sería lo mismo sin ellos.
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4 Comments on "PORTADA Y CONTRAPORTADA: JEFFERSON AIRPLANE/GRATEFUL DEAD"
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Pues iba a votar a los Dead, que son los que más conozco y cuyas canciones me habían agradado notablemente, pero he cambiado mi voto en el último momento al darme cuenta que, en cuanto les preste algo de tiempo y atención, el toque folk y la voz femenina de JA me darán un plus, casi con toda seguridad.
El directo de Grateful dead siempre me ganó más que la increible psicodelia del Surrealistic Pillow (el único disco, he de reconocerlo, que he escuchado en profundidad de Jefferson Airplane). Y sin embargo, como casi siempre, ha sido una decisión dificil.
Sigue el White Rabbit
http://www.youtube.com/watch?v=WANNqr-vcx0
Jefferson Airplane -White Rabbit
http://www.youtube.com/watch?v=v_gg6JNLtXI
Jefferson Airplane -Somebody to love & White rabbit (live at Woodstock)
Queda claro a quien he votado, ¿no?
Flags, en 2009, aprovechando el 40 aniversario de Woodstock se publicó una caja con varias de las actuaciones completas o casi, de algunos de los artistas que estuvieron (Janis Joplin, Santana, Sly and the Familiy Stone, J.A. y Johnny Winter) en un recopilatorio llamado “The “Woodstock experience” El CD dedicado a Jefferson Airplane es sencillamente espectacular y muestra a los californianos en su mejor momento, justo antes de la publicación de “Volunteers” disco del que estrenan varias canciones, resaltando la larguísima versión de “Wooden Ships”,(más de 20 minutos) canción que a alguno os sonará puesto que aparecía en el primer… Read more »