Conforme avanza el Torneo se van despejando algunas dudas y confirmando ciertas sospechas. Esta segunda jornada que se disputa antes del primer parón, deja a Irlanda y Francia en cabeza contando sus partidos por victorias, y un candidato claro para la cuchara de madera. Pero, como dijera Jack el destripador, vamos por partes.

Irlanda 26 – Gales 3

Era el partido más esperado, toda vez que los precedentes habían sido, cada uno a su manera, magníficos. Desde que se encontraran en cuartos de final de la Copa Mundial, con victoria galesa, cada choque entre los celtas tiene marchamo de clásico.

En esta ocasión, el resultado no deja lugar a la duda. El espectador neutral que sólo aspira a ver un gran partido puede que tenga motivos para sentirse ligeramente decepcionado, a riesgo de caer en la injusticia de no valorar en su medida la exhibición del equipo irlandés.

Un resumen del partido podría ser el viejo axioma del rugby las delanteras ganan los partidos, los tres cuartos deciden por cuánto. El paquete verde se dio un homenaje de los que hacen época. La laminación en las abiertas, nudo gordiano del juego moderno, el castigo en la melé, el drama en que se convirtió para Gales cada saque de lateral o el estrepitoso fracaso en la defensa del maul son razones que bastan por sí solas para explicar la sangría, sí, pero no sólo. Connor Murray supo dar en todo momento la velocidad necesaria, Sexton, en otra actuación memorable, contribuyó con una clase magistral de juego con el pie, bombardeando sin piedad la espalda de la retaguardia galesa descolocando a una defensa desconcertada con el apoyo del inconmensurable Rob Kearney, rey en las alturas.

Cualquier equipo del hemisferio norte probablemente habría sufrido una tarde de perros dadas las anteriores circunstancias, pero la falta de argumentos y de respuesta de Gales es preocupante.

No pueden esperar ganar con cualquier cosa. La calidad y la potencia física de medio campo para atrás les da para ganar a Italia sin alardes, pero ante equipos tan engrasados como el Irlandés no pueden dejarlo todo a las rupturas de Roberts o la amenaza de North y Cuthbert. No me pareció sólo un mal día, algo que le puede pasar a cualquiera; de repente la tercera línea que iba a dominar un lustro en el norte se ha vuelto invisible, Alun Wyn Jones no puede él solito ser una amenaza para nadie y sus medios apenas tienen influencia en el juego. Mike Phillips estuvo quejica y protestón la mayor parte del tiempo, aunque al menos demostró cierto orgullo en la segunda parte, y sobre todo un Priestland absolutamente intrascendente.

Escocia 0 – Inglaterra 20

¿Quienes eran esos muchachos que vestían la legendaria camiseta azul oscura del, en tiempos, orgulloso equipo escocés? La mayoría dieron la impresión de preferir estar haciendo cualquier otra cosa en ese momento. Basta de excusas. Que si el profesionalismo, que si en Escocia es un deporte muy menor, que si la abuela fuma. En Murrayfield, contra the auld enemy, en un terreno de juego en un estado lamentable entre el barro y una infección en la hierba, uno al menos espera de los caledonios, si no pueden jugar de manera brillante, el orgullo y los arrestos para llevar el partido a un escenario de batalla campal en el que la diferencia técnica (que existe) tenga una influencia menor. Que le echen huevos, en suma, dicho en román paladino. El drama llegó a niveles esperpénticos en un equipo que perdía metros con el balón y sin él, que fue una broma en las fases estáticas y que pisó la 22 rival en una ocasión en 80 minutos.

Todo ello con la colaboración necesaria del seleccionador Scott Johnson, que ni cree en sus jugadores ni sus jugadores en él. Primero deja fuera de la convocatoria a su capitán Kelly Brown, uno de sus jugadores más solventes, además dedicándole algunas perlas en rueda de prensa y después sacando del campo al poco de reiniciarse el juego en la segunda parte a David Denton, el único que parecía enterarse de lo que iba el asunto. Vern Cotter, que le sustituirá en cuanto acabe su contrato con Clermont, no lo va a tener difícil para mejorarle.

Inglaterra tuvo una tarde tranquila, en un partido que nunca fue tal. Imposible sacar conclusiones o analizar nada del juego inglés, pero el hecho de lograr sólo 20 puntos ante un simulacro de equipo; la cantidad de oportunidades desperdiciadas a escasos metros de la marca, toda vez que cada acometida por el medio dejaba hecha añicos la defensa escocesa, lenta hasta la desesperación, es un dato preocupante. Ya les pasó ante Francia, en menor medida, y es un defecto recurrente. Falta instinto asesino. Esa falta de puntos puede ser determinante en un Torneo que puede decidirse por el point average. 

Francia 30 – Italia 10

12 minutos eléctricos le bastaron a Francia para finiquitar el partido, los que pasaron entre la reanudación y el tercer ensayo francés conseguido por el debutante Bonneval. La primera parte discurrió entre bostezos, la defensa italiana lograba desactivar al ataque francés, a cambio de conceder varios golpes de castigo, única forma de lograr puntos para una Francia que no daba dos pases seguidos. De no haber estado en la taberna viéndolo, me habría quedado dormido sin remisión, entre los efluvios de una comida copiosa y lo anodino del juego.

En la reanudación, Francia le dio otra velocidad al juego y pronto sacó réditos. Primero Picamoles, potencia con control, aparecía de un maul para conseguir la marca, concedida por el TMO a pesar de los dos movimientos. Inmediatamente después era Fofana el que se colaba por el lado ciego de una abierta para anotar ante un McLean que pudo hacer bastante más por detenerle, y una intercepción del propio centro clermontois en las puertas de la 22 francesa que acabó con el ya mencionado essai de Bonneval en la mejor jugada del partido.

Con todo perdido Italia se decidió a quemar las naves y se lanzó a un ataque constante que al menos les dio el ensayo del honor. Cabe la teoría de que con el partido resuelto Francia se dejase llevar, claro, pero el partido tenía tensión como lo demuestran las rojas a los pilares suplentes Slimadi y Rizzo por intercambio de cabezazos.

Próxima jornada

• Viernes 21. Gales – Francia (21:00)
• Sábado 22. Italia – Escocia (14:30) e Inglaterra – Irlanda (17:00) con la Triple Corona en juego.

Así va la Porra

46 puntos: Amirtam, Russkyi, Shaka
38 puntos: Perdi, Lastrado, Pollosaurio
34 puntos: Incubus, NETrunner
32 puntos: Mojo, Nervik, Peleida, Loide
30 puntos: Rosschack
28 puntos: Hobbes30, Javier Clemente, Jorf
26 puntos: Livinginthepast, Alomejor
24 puntos: Rvich, Moshulu, Rantamplan
22 puntos: Nita, Erkil, Flagrant
20 puntos: Eddie the Great, Garf
18 puntos: Man
6 puntos: Carcan