No hay hay muchos cómics sobre la antigüedad griega, a pesar de los suficientes alicientes que esta presenta, ya sea mitológicos, basados en la riquísma tradición (historias, leyendas, fábulas…) religiosa griega, en la combinación de mito e historia que suponen las dos obras maestras homéricas, La Iliada y La Odisea o, más prosaicamente, en cualquiera de las etapas históricas helenas,de Creta y Micenas a Alejandro Magno y el helenismo, ¿Razones? Podría deberse a la dificultad de acercarse con rigor – o con humor desprejuiciado- a un pasado que representa el origen de una sociedad como la nuestra, aunque resulta difícil admitirlo cuando un medio como el cine se ha acercado de una manera constante a esta temática-hay incluso subgéneros en el peplum centrados en la mitología o la historia griega -. En cambio, resulta innegable también que alguna de las obras claves del cómic histórico se enmarcan en esta época. Quizás sea debido precisamente a la necesidad de rigor de la que hablaba o, a esa misteriosa compensación que llamamos justicia poética.
La mitología en el cómic: Una ausencia poco sorprendente
Contrariamente a lo que podría suponerse no son muchas las adaptaciones de los relatos mitológicos al mundo del cómic. Parece que la abrumadora presencia del cómic de superhéroes de alguna manera lastra a los creadores que intentan atreverse con la mitología clásica, Razón por la que abro un paréntesis para hablar sobre la relación entre el mundo de la mitología y los superhéroes norteamericanos (1).
Sabemos ya que el de los superhéroes es un subgénero puramente estadounidense del cómic. Sus inicios están vinculados a la crisis de 1.929 y la posterior depresión de los años 30. La sociedad norteamericana necesitaba medios de evasión ante la triste realidad que la asolaba, y el cómic -como el cine- se aprestó a proporcionársela, pero también le ofreció un símbolo para la solución de sus problemas, Superman, un héroe surgido de entre la multitud – “democráticamente”- a la que regresa con su disfraz de hombre normal cuando acaba su tarea redentora (2) Los superhéroes de los años 30 no se distinguen por superpoderes concretos o limitados, sino que su alcance es total (como revelan el nombre de Superman, o el anagrama Shazam del Capitán Marvel=Maravilla).
Su relación con la mitología clásica proviene de que no son seres humanos corrientes; su origen es misterioso y se enfrentan al mal a cara descubierta, por lo que tienen que disfrazarse para habitar entre los humanos. A diferencia de los dioses griegos -amorales, caprichosos, conocedores del alma humana y sus dudas- los superhéroes de los años 30 luchan contra el mal, entendido como lo contrario al sistema de valores norteamericano ( libertad individual, respeto a la propiedad, acatamiento de la ley). Solo a comienzos de la IIª Guerra Mundial surgen otros superhéroes, que prefiguran los posteriores y que representan un papel opuesto – o si se prefiere, complementario- a los iniciales como por ejemplo el Batman de Bob Kane.
Habrá que esperar a finales de los años 50 para asistir al desarrollo del nuevo tipo de superhéroe, obra de DC Cómics y Marvel. Este nuevo superhéroe es ya un ser “normal” que ha adquirido su condición extraordinaria, (que no es ya genérica sino especializada como corresponde a una era tecnológica) debido a a algún suceso traumático (Spiderman, Daredevil, Los 4 Fantásticos, Hulk...). Va siempre disfrazado por la necesidad de preservar su normalidad y es esta situación esquizofrénica la que le hace vivir su condición de superhéroe como una pesada carga (recordemos que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”), un dilema interior entre lo que es y lo que le gustaría ser. Hay excepciones (Namor, Silver Surfer, Thor...) pero provienen de otros mundos y por lo tanto no se disfrazan y asumen su marginalidad directamente.
Esta ambivalencia acerca más de la cuenta a nuestros héroes con aquellos seres a los que combaten -tan bipolares como ellos- y les enfrenta con la autoridad. Algunos de los nuevos superhéroes son de origen mitológico, pero no pasan de ser figuras menores (el Hércules o la Athena de Marvel, o los Olympian gods de DC ) u objetos de alusiones poco sutiles ( como el escudo-Perseo- y el casco -Hermes- del Capitán América).
Una curiosa adaptación del mundo mitológico a los superhéroes la tenemos en el episodio de Hulk Fin o Principio de Peter David y Dale Keown en el que la humanidad ha desaparecido en una catástrofe nuclear y Bruce Banner se enfrenta a Hulk (pura esquizofrenia) en un trasunto de Prometeo moderno.
De todos los superhéroes, Wonderwoman es sin duda la más vinculada con la mitología clásica; miembro de las legendarias Amazonas y transplantada a la época actual. Wonderwoman fue creada en 1.941 para DC por William Moulton Marston, que infundió a las aventuras de su superheroina de un nada disimulado contenido erótico (sadismo, fetichismo, dominación…) que fue mitigándose con los años para amoldarse a los principios morales de una sociedad tan puritana como la norteamericana.
En la actualidad, los superhéroes se debaten, al igual que la sociedad a la que defienden, entre una evidente ausencia de certezas y el temor al enemigo interior, claras secuelas del 11 S, de ahí que hayan coordinado esfuerzos (Los Vengadores, La Liga de la Justicia...) para poder enfrentarse a las nuevas fuerzas del mal, nada que ver con las alianzas caprichosas de los dioses durante la Guerra de Troya, aunque los dioses griegos se hayan convertido en alguna ocasión en supervillanos, como los New Olympians de DC (Anteus, Argo, Vulcano,Diana, Nox y Proteo), dirigidos por el supervillano MaxiZeus .
Alejándonos del ruido y la furia de los superhéroes modernos podemos reseñar algunos, pocos, cómics inspirados en la mitología, como por ejemplo, Furia de Titanes de de Darren y Scott Davis y Nadir Balam publicado en 4 números por Bluewater Comics y que menciono porque fue el original de la posterior versión cinematográfica de 2010 (no confundir con la maravillosa cinta de Ray Harrihausen de 1.980). Más interés tiene la aproximación al mito de Hércules que hizo Miguel Calatayud en los años 70 con Los doce trabajos de Hércules para la revista española Trinca, en el que Calatayud da rienda suelta a sus influencias pop con un trabajo muy ajustado.
Más reciente es Herakles del francés Eduard Cour (Akileios, dos tomos hasta el momento) no publicada aquí, interesante revisión del semidiós, con un dibujo muy dinámico y enérgico,
A medio camino entre el humor y la fantasía, se encuentra Atalanta del dibujante belga Crissé con 4 tomos publicados entre 2.000-2009 (En España por Norma) en la cual el autor demuestra sus conocimientos de mitología para narrarnos, con su peculiar estilo barroco con rasgos caricaturescos las andanzas de esta heroína junto a los Argonautas en un escenario heterogéneo en el que conviven palacios cretenses, salas egipcias o fachadas nabateas -Petra- . Y no me puedo olvidar de la revisión posmoderna del mito de Orfeo por Neil Gaiman en su extraordinaria The Sandman, al que dedicó un capítulo especial, La canción de Orfeo (1.991), dibujado por Bryan Talbot.
Los franceses Serge Le Tendré y Christian Rossi se han especializado en los últimos años en hacer adaptaciones mitológicas al cómic, entre las que destacan (publicadas en España por Planeta en 2.009) La Gloria de Hera (aventuras protagonizadas por Alceo y el centauro Agrios) y Tiresias, esta de corte más erótico. Y por último, mencionar al español Jan, uno de los grandes de nuestro humor gráfico, que en La Caja de pandora enfrenta con resultado notable a Superlópez con un sin fin de personajes mitológicos.
Homero
Las dos obras maestras homéricas, La Iliada y La Odisea, han tenido suerte variada en su paso por el cómic. Adaptaciones no muy abundantes, especialmente La Iliada, y de calidad dispar y alguna obra interesante inspirada en estos poemas épicos.
Merece ser citado en primer lugar, sobre todo por insistente, Roy Thomas, reputado guionista norteamericano (Conan, por ejemplo) que, fascinado con las obras homéricas, tras un largo periodo de investigación adaptó, con el dibujo del español Miguel Sepúlveda, el ciclo troyano en dos tomos, La Iliada (2.008) y La Guerra de Troya (2010), para Marvel Classics Illustrated, editadas en nuestro país por Panini en 2011. Las dos obras son fieles al original aunque les falta quizá algo de emoción épica y el dibujo, siendo de calidad, remite quizás demasiado tanto la estética Marvel como a cierta iconografía filmica (la Troya de Wolfgang Pedersen, por ejemplo).
El éxito de la primera entrega llevó a Thomas a realizar una versión de La Odisea, acompañado esta vez en el dibujo por el brasileño Greg Tochini (2.009, aquí, en 2.011), algo más plano en mi opinión y con menos garra.
Poco que ver con Homero pero típico héroe de la escuela española de Jesús Blasco es el Aquiles de Pedro Quesada y Eustaquio Segrelles publicado en 1.962 por Editorial Maga y que llegó a los 36 números (no muchos, pero tampoco pocos).
Más reconocimiento en el mundo del cómic ha tenido La Odisea y la figura de Ulises, En 1.969 en plena renovación estilística del cómic francés (Gigí, Druillet. Peellaert….) Georges Pichard y el guionista Lob ofrecieron una lectura del héroe homérico en clave sci-fi en Ulysse (11 números para Losfeld)..Habrá que esperar a 2010 en el que la Editorial Bruño publicó, dentro de una colección de clasicos literarios adaptados, una versión de la odisea para un público juvenil (lo que implicó una estética “cartoon”) obra de Tim Mucci (guión) e ilustrada por Ben Caldwell y Rick Lacy. Sin grandes pretensiones.suaviza gran parte de los pasajes más “adultos”.
Mayor interés tiene el Ulisses del dibujante francés Sebastien Ferran, publicado en tres volúmenes entre 2002-2004 y aqui por Sexto Piso entre 2007 y 2011. También destinado a un público juvenil y con una estética similar a la anterior, pero no ahorra detalles y con una estupenda planificación en algunos momentos (en páginas dobles o enteras).
Aunque quizás la mejor obra sobre este poema épico sea de dos españoles, Perez Navarro y Martín Sauri, que publicaron La Odisea en Francia (y editada aquí por Norma). No muy extensa (66 páginas) pero muy bien resumida y con dibujos espectaculares, a veces algo efectistas, en blanco y negro.
Dos obras singulares tienen a Homero como inspiración. La primera sería Las Cronicas de la Era Galáctica de Valerie Mangin y Thierry Demarez, publicadas entre 2004 y 2008 (existe una integral en España editada por Planeta Agostini). Si bien el dibujo está bastante logrado con una efectista mezcla de fantasía y realismo, el guión resulta, en mi opinión, un tanto confuso, pues Mangin no acierta a mezclar adecuadamente todos los ingredientes que presenta: ciencia ficción (con planetas desconocidos, seres extraños, platillos volantes…), poemas homéricos, Virgilio, Hesiodo y la desbordante imaginación de su autora.
Prefiero la obra de Milo Manara, otro de los grandes del cómic europeo, publicada como noveno y último tomo de su serie (aquí en 2006) las Aventuras de Giuseppe Bergman, en la que Manara utiliza la Iliada y la Odisea en una trama algo onírica muy curiosa con el estilo sensual y colorista pero muy influenciado narrativamente por Hugo Pratt típìco del autor italiano.(3)
Llega la Historia
Entramos en terreno histórico con un período que sigue relacionado con Homero. Me refiero a la época cretomicénica. En 1.972 los españoles Fernando Manuel Sesén y Eduardo Feito elaboraron para la revista Trinca un cómic histórico, Antes que Troya cayera, editado posteriormente en un libro y que no tuvo la continuación que se presumía.
Hoy, la obra de los españoles Sesén-Feito aparece como predecesora de una de las cumbres del cómic histórico realista de siempre, me refiero a La Edad de Bronce, inacabable obra maestra del estadounidense Eric Shanower (están previstos 7 volúmenes de tres tomos cada uno), iniciada en 1.998 por Image Comics (aquí por Azake Eds.). Trabajadísima y muy elaborada reconstrucción de la Grecia Micénica y el Ciclo Troyano (el autor incluso publica una fe de errores), basada tanto en los relatos homéricos como en las más recientes excavaciones arqueológicas. De un detallismo y minuciosidad abrumadores, pero también dotada de un magnífico sentido narrativo, por el que Shanower prescinde de explicaciones farragosas (toda la información está en los diálogos) y alterna con sabiduría un dibujo clásico con composiciones de páginas enteras. Imprescindible.
En 1.960, la editorial valenciana Creo lanzó una colección dedicada a un aventurero por el mundo antiguo (Persia, los Hititas, Egipto…) llamado Ayax el Griego, obra de Vicente Tortajada y Jose Luis Macías, que solo alcanzó 20 números. Y es una lástima porque se presentaba como una alternativa más cuidada -más madura diríamos ahora-, en guión y dibujos a las historietas de su rival valenciana Maga.
Y llego a las dos obras que considero emblemáticas, junto a la de Shanower, del cómic basado en la Historia de Grecia. Dos obras que abordan el mismo episodio histórico desde ángulos estéticos e ideológicos distintos: La Batalla de las Termópilas de la serie Mort Cinder y la famosísima 300.
La Batalla de las Termópilas forma parte de la serie Mort Cinder, creada por los argentinos Hector Oesterheld y Alberto Breccia entre 1.962 y 1.964 para la revista argentina Mistérix (editada aquí en edición restaurada por Planeta Agostini en 2.002). Basada en un personaje inmortal (Mort Cinder) que va narrando a lo largo de 10 episodios a su interlocutor, el Anticuario (representación de la Memoria o de la Historia) diversos acontecimientos del pasado en el que ha estado implicado. Mort Cinder es una reflexión sobre la libertad y su negativo, la esclavitud, a la que aluden, por ejemplo, directamente dos episodios; en otro Cinder está preso y en el que nos ocupa es un guerrero, Dienekes, que pelea junto a Leonidas y los espartanos para no caer en la esclavitud bajo el yugo persa. Último episodio de la serie, es un colofón perfecto con una defensa apasionada sobre la libertad y en concreto, sobre la libertad personal.
300 se centra en la paradoja de que los espartanos defienden un modo de vida -el democrático ateniense- que no comparten. Leonidas y sus compañeros son ante todo soldados que tienen un deber que cumplir y lo harán hasta el final, de ahí su consciente renuncia al “yo” en beneficio del grupal “somos espartanos”. El planteamiento de Miller es cercano así a ciertos argumentos militaristas muy presentes en la sociedad estadounidense, próximos a los expresados, por ejemplo, por el coronel Jessup en el film de 1.992 de Rob Reiner Algunos hombres buenos. Oesterheld-Breccia y Miller, por lo tanto, plantean el mismo tema desde ópticas opuestas.
Oposición que alcanza como no podía ser menos. también a los resultados estéticos. Mort Cinder, es tratado en un ascético blanco y negro, con un acento marcadamente expresionista, un uso muy sabio de las graduaciones de blancos, grises y negros y un ritmo narrativo extraordinario (por ejemplo en la escena de la batalla), fiel a la Historia pero sin recargar detalles; mientras que Miller utiliza de forma insistente los contrastes fuertes. sobre todo entre el rojo y el negro, asumidos como colores simbólicos y planifica su obra con una gran cantidad de planos enfáticos y espectaculares orientados no tanto a la reflexión,como a una respuesta emocional (y, todo hay que decirlo,con frecuencia maniquea). (4)
Dos obras maestras del cómic sin lugar a dudas, y aunque La Batalla de las Termópilas, por su propia concepción está destinada a ejercer gran influencia, pero no ser “copiada” , no así 300, cuyo tremendo éxito (multiplicado por la versión cinematográfica de 2006) ha originado un buen número de secuelas, entre las que destacan Sparte de Patrick Weber y Christophe Simon (2011,Le Lombard), Minas Taurus (2.012, 2.013, Le Lombard) de Thomas Mosdi y David Cerqueira o Golias de Serge Le Tendre y Jerome Lereculoy (2.012 Le Lombard).
No solo en Francia ha tenido eco la obra de Miller; en España Andrés Diaz y Carlos Giménez publicaron en Editorial Aleta en 2004 El Espartano, con evidentes influencias de 300, pero también de ciertos juegos de PC como God of War.
Más clásico y contenido se nos muestra el gran Jacques Martin en su “serie griega” Orion (4 tomos entre 1.990 y 2.010, publicado en España por NetCom2), que transcurre en la Atenas de Pericles, y en la que podemos contemplar las andanzas de los grandes personajes de entonces arropados por esa ambientación tan detallista característica del creador belga.
Dos interesantísimas y atípicas obras reflexionan sobre la cultura clásica griega con humor. La primera sería Epícuro el sabio de Sam Kieth y William Messner-Loebs (1.989, publicada por Norma en 2009), en la cual los autores utlizan al conocido filósofo como introductor de diversos aspectos de la cultura griega. El dibujo de Messner-Loebs recurre a una mezcla bastante lograda de dibujo realista y caricaturesco muy adecuada a las pretensiones de la obra.
En segundo lugar,Sócrates el semiperro de los franceses Joann Sfary Christohe Blain (3 volúmenes, editados en España por Sins Entido, 2010-12), que narra las andanzas de un perro que habla, y acompaña a Hércules lo que le da pie a hacer constantes reflexiones sobre la vida y otras cosas. El dibujo es muy actual, de cierto esquematismo, pero muy expresivo.
Siguiendo dentro de la cultura helena, el famoso dibujante de humor gráfico alemán Ralf König adaptó la comedia de Aristófanes Lisistrata -basada en un hecho de la Guerra del Peloponeso- con su reconocido estilo transgresor (Eds.La Cúpula, 2012) y el español Jesús Gracia hizo lo mismo, de una manera más formal, con Edipo Rey de Sófocles, en su serie Adivinanzas para la revista Zona 84 (para la que realizó también en los años 80 una versión del mito del laberinto).
Y entramos ya en la época helenística, que nos depara una decepción: casi no existen o al menos yo no he encontrado, cómics basados en Alejandro Magno y sus conquistas, de hecho, lo único que conozco son dos obras menores de dos grandes dibujantes españoles, una biografía de Jesús Blasco, planteada más como un texto reforzado con ilustraciones (o también a la manera de cantares de ciego), de carácter muy clásico y hecha para el mercado británico en los años 60 y otra de Enric Sió, publicada en 1.981 (Planeta Cómics) en la colección Grandes Héroes, curiosamente junto a Ulises, con su definido estilo pop con influencias del gran cómic italiano (Crepax, Bataglia…).
Ya que estoy con autores españoles, retrocedo algo más en el tiempo y llego a 1.960, año en el que la editorial Maga publicó una serie de un personaje heroico griego, lejanamente inspirado en una de las maravillas de la antigüedad, El Coloso de Rodas (o El príncipe de Rodas), con guiones de Pedro Quesada y Juan Antonio de la Iglesia y dibujada por Manuel López Blanco y José Ortiz que llegó a alcanzar la bonita suma de 83 números.
Y finalizo este capítulo sobre el cómic basado en la Grecia Antigua, con una obra que enlaza ya con la época romana (transcurre durante la conquista de Grecia en el siglo II a. de Cr.), Heros The Spartan, del británico Frank Bellamy, publicada en la más importante revista de historietas inglesa, Eagle, en 1.962. Obra de extraordinaria calidad y de gran influencia en Gran Bretaña, sobre todo por la complejidad de la composición de Bellamy (a veces a doble página). Lástima que Bellamy abandonara su obra, que fue continuada `por el español, Luis Bermejo con éxito, pero sin llegar a la altura de su predecesor.
Notas:
(1) Me ciño exclusivamente a la relación formal entre cómics y mitología no a vínculos más “profundos” , que creo exceden del contenido de este artículo. Puede verse, por ejemplo, desde el punto de vista psicoanalítico (un artículo que sigue las teorías de Jung es el de Christian Bronstein: “Superhéroes.Mitología Moderna” en Tierra Freak Agosto 2010-Febrero 2011),sociológico (Pedro Granoni: “Justicieros del Imperio. Los superhéroes en guerra contra el terror”. En Tebeosfera, 2.010) o desde la semiología (ya expuesto por Roland Barthes para la cultura de masas en Mitologías, Madrid, Ed. Siglo XXI, 2.008 o en el famoso libro de Umberto Eco Apocalipticos e Integrados.Ed.Tusquets, Barcelona, 1.995), etc,
(2) Un análisis muy acertado, en mi opinión, del origen de los superhéroes norteamericanos y su vinculación con la aparición del comic book en Oscar Massotta: La Historieta en el mundo moderno. Ed Paidós barcelona, 1.982. Págs 85 y sigs.
(3) Aunque el Manga japonés queda fuera de estos artículos (como comenté en el primero de ellos) anotar la influencia de la mitología griega y Homero en obras del cómic nipón, como, por ejemplo, en Los caballeros del zodiaco de Masami Kuramada (1.986) Saylor Moon de Naoko Takeuchi (1.992),, La pequeña Pollon de Hideo Azuma (1.980), Ulises 31 (1.981) o incluso la reciente publicación (Herder, 2013) de un curioso manga dedicado a La Iliada y La Odisea. Para más información ver Adexe Hernández Reyes:”Los mitos griegos en el manga japonés” en VVAA. Imagines. la Antigüedad en las artes escénicas y visuales. Univ. La Rioja 2.007. Págs. 633-644.
(4) La Bibliografía sobre estos dos cómics empieza a ser abundante. Algunos ejemplos: sobre Mort Cinder, Oscar Masotta: La Historieta….op.cit,págs 152-159 o Nino Ortea: “Oesterheld y Breccia. Los mitos del tiempo” en Tebeosfera, 2.008; y sobre la obra de Miller, Fátima Díaz Platas: “Imperio estético. griegos frente a persas según 300 de F. Miller” en Semata. Univ. de Santiago de Compostela 2011. vol. 23, págs 335-357 o Alberto Prieto Arciniega: La Antigüedad a través del cine. UBe, Barcelona, 2.010.
PARA VER LA SERIE COMPLETA: DE PURK A ATILA. CÓMIC E HISTORIA
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4 Comments on "DE PURK A ATILA. CÓMIC E HISTORIA. UNA APROXIMACIÓN. III. GRECIA ENTRE EL MITO Y LA ÉPICA"
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Épico.
Gracias Flags pero creo que el adjetivo apropiado seria este:
http://www.youtube.com/watch?v=Epmvim4iZ6E
http://www.youtube.com/watch?v=FhyQh56XUec
http://www.youtube.com/watch?v=lgsxrwVYyRk
Espectacular, rosschak. No se puede añadir nada más Enhorabuena.
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Sólo una cosa que decir: