En la Copa del Rey de baloncesto existe una especie de maldición que se repite año tras año. No es un torneo que traiga suerte a los anfitriones que suelen estrellarse pronto con bastante facilidad. No recuerdo que en la era ACB y con el actual formato el equipo de casa acabara alzando el trofeo pero sí bastantes ocasiones en las que se quedara fuera a las primeras de cambio. Unicaja engrosó la lista de anfitriones que terminaron como víctimas prematuras en la Copa. Partía como claro favorito ante el CAI y las posibles dudas estaban en si sabría sobrellevar la presión de ejercer como el equipo de casa. Las dudas terminaron por abrumar al equipo entrenado por Joan Plaza. Tiró a la basura una ventaja interesante en el segundo cuarto que bien le podía valer para encarrilar el encuentro y acabó víctima de un CAI que no se desesperó y con seriedad y buena cabeza dejó en la cuneta a un equipo malagueño incapaz de aprovechar su indiscutible superioridad en el rebote. Más que un acicate jugar en el Martín Carpena le supuso una presión que fue incapaz de controlar hasta terminar asfixiado. Varapalo para este nuevo Unicaja que apuntaba un regreso a los buenos tiempos con la llegada de Plaza y en cambio se lleva su primer bofetón en casa para sucumbir a la maldición del anfitrión.
Real Madrid 83 – Gran Canaria 60: El 0-2 fue la única alegría que pudo llevarse el Gran Canaria en la eliminatoria que abría la Copa del Rey. Muy pronto el Real Madrid comenzó a atacar bien y con velocidad. Mirotic (17 puntos, 3 rebotes, 20 de valoración) se erigía en el baluarte ofensivo del equipo, con 11 puntos anotados en el primer cuarto (17-6, min 7). Gran Canaria comenzó a darse de bruces con la intensidad de la defensa madridista. Los de Pedro Martínez la atacaron a triples con un resultado desastroso. Se olvidaron de otras soluciones como meter balones al gigantón Tavares. Su obsesión por el tiro exterior le costaría muy cara. Ni siquiera pudo cambiar el signo del partido con el relevo en el puesto de base. Oliver se encontraba muy mermado por la lesión sufrida en la mano en un entrenamiento esta semana y apenas pudo aportar. Su equipo echó de menos su experiencia y buena dirección y comenzó a sufrir los envites de Sergio Rodríguez que entró repartiendo asistencias para sendos alley-oops de Slaughter y Rudy. El Madrid empezaba a gustarse y con el 10-2 de inicio en el segundo cuarto dejaba el partido casi roto definitivamente (29-11, min 14). Las noticias eran desastrosas para Gran Canaria. Su porcentaje en triples era paupérrima, con uno anotado en los primeros doce intentos. Únicamente tres jugadores (Tavares, Newley y Hansbrough) había anotado en los primeros 18 minutos. Sólo Tavares parecía un peligro real para el equipo blanco. Su ritmo anotador iba a punto por minuto, un bagaje desolador cuando el rival que está enfrente es el Real Madrid. No iba a desaprovechar la ocasión. Sergio Rodríguez continuaba repartiendo magia y Felipe Reyes (13 puntos, 7 rebotes, 20 de valoración) aumentaba aún más el roto, ya fuera en su conexión con El Chacho o el juego entre pivots con Bouroussis (6 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias, 17 de valoración), que además de rocoso tiene buenas cualidades para jugar con su compañero en la zona. Al descanso el equipo canario ya estaba hecho unos zorros (41-20, min 20), arrasado por un rival que no le daba opción alguna.
La segunda parte parecía un mero trámite. Gran Canaria mejoró su imagen con un cambio de intensidad. Tavares (16 puntos, 12 rebotes, 4 tapones, 31 de valoración) demostró que hay madera de jugador determinante bajo el aro y que seguramente sus compañeros se equivocaron al no buscarle más en la primera parte. Pero el Real Madrid jamás perdió el control del partido. Rudy (17 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 20 de valoración) se encargó de recordar que a su equipo le sobran los recursos con un buen tercer cuarto. Mirotic le acompañó con otro par de pinceladas para seguir abriendo brecha (58-32, min 27). Los momentos de relajación del equipo blanco sólo servían para que Gran Canaria edulcorara el marcador durante unos instantes, como al final del tercer cuarto y principio del último. Pero los de Pedro Martínez seguían reñidos con el triple, como lo estuvieron en la primera parte. En cuanto aceleraban de nuevo los de Laso lograban aumentar la diferencia con mucha facilidad. No les costaba nada marcharse en el marcador. Sergio Rodríguez no estuvo nada fino en el tiro pero sí tenía las ideas claras como de costumbre. Volvió a combinar con Felipe Reyes para terminar de hundir en la miseria a un Gran Canaria al que se le acababan los recursos en cuanto apretaba en defensa su rival. Entre los dos endosaron un 15-2 de parcial que dejaba a las claras la enorme diferencia en la pista (81-50, min 37). Laso pudo darle sus minutos al final a Mejri y Dani Díez para repartir esfuerzos. El sábado espera otra batalla.
Unicaja 74 – CAI Zaragoza 79: La presión de ejercer como anfitrión se hizo notar en los primeros minutos. Unicaja salió muy tenso y atascado en ataque mientras Shermadini le estaba creando muchos problemas en defensa. El 0-11 de parcial le creaba el primer problema serio a los anfitriones (5-13, min 6). Poco a poco se fue poniendo más serio para frenar el ataque maño pero le faltaba fluidez y acierto en ataque, costaba demasiado anotar hasta que entró en cancha Kuzminskas. El alero lituano fue la temporada pasada una de los grandes apariciones en Europa en el Zalgiris entrenado por el propio Joan Plaza. No ha lucido apenas en lo que llevamos de temporada pero eligió un buen momento para aparecer. Su actuación fue devastadora para el CAI durante el segundo cuarto. Kuzminskas (18 puntos) fue infalible. Sus 13 puntos en este periodo valieron para dar la vuelta al marcador y hundir poco a poco a su rival. Zoran Dragic se sumó a Kuzminskas para seguir destrozando el aro maño. El CAI seguía sin encontrar facilidades en ataque y no era capaz de frenar la sangría anotadora malagueña, aumentada por su claro dominio del rebote ofensivo. Los tiros libres que iba sacando Unicaja aprovechando que el CAI había entrado en bonus agrandaban aún más la herida. El parcial de 25-8 era el mejor punto de partida para comenzar a encarrilar el encuentro (38-26, min 18). Unicaja ya había alcanzado una buena velocidad de crucero y el Carpena iba entrando en ebullición. Sólo un lapsus en los últimos dos minutos le permitieron al CAI sacar la cabeza y minimizar daños al descanso.
Kuzminskas empezó la segunda parte con el mismo acierto que en el segundo cuarto. Sus dos primeros tiros se convirtieron en dos canastas más. El lituano aún no había errado ni una sola vez, era su día. En el CAI, Shermadini (15 puntos, 3 rebotes, 18 de valoración) se encontraba demasiado solo. Necesitaba ayuda cuanto antes para evitar que el partido se escapase. Su compatriota Sanikidze (12 puntos, 8 rebotes, 17 de valoración) apareció para echarle una mano. La pareja de georgianos logró ir reduciendo la diferencia poco a poco. La aparición repentina de Rudez (16 puntos) dio el vuelvo definitivo al marcador. Como suele ser habitual en él, el alero croata no se sabe de donde aparece pero cuando lo hace resulta muy difícil frenarle. Llompart se hizo con los mandos del partido y su equipo comienza a atacar a la velocidad que le gusta. Unicaja comenzaba a hundirse en el barro, inoperante en ataque. El parcial de 2-16 había cambiado completamente el escenario (51-58, min 31). El Unicaja pasaba miserias atacando el aro del CAI pero Plaza se olvidó de Kuzminskas, sentado en el banquillo. El técnico catalán buscó el revulsivo en Zoran Dragic (18 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 3 robos, 19 de valoración). El esloveno fue un buen acicate para despertar el juego ofensivo con su explosividad encarando el aro. Sólo los dos tiros libres errados por Dragic evitaron que Unicaja igualara el marcador de nuevo (64-66, min 35), minimizado de nuevo tras una antideportiva señalada a Rudez. Sin embargo el CAI no se descompuso. Cada vez que se acercaba Unicaja el equipo de Abós respondía con un triple. Seguía poniendo a prueba la moral de su rival, que empezaría a resquebrajarse en la recta final. Pese a que continuaba el dominio aplastante en el rebote de ataque, Unicaja era incapaz de aprovecharlo. El tiro exterior era un desastre. Suárez volvió a pasar inadvertido. Los pivots no se imponían a las rocosas torres de su rival. Un triple de Rudez ponía la puntilla a falta de un minuto. Los tiros libres acabaron sentenciando a un Unicaja que veía como su parroquia iba abandonando el pabellón antes de acabar el partido. La mejor muestra de un fracaso, apeado en casa a las primeras de cambio por un CAI que no se descompuso y acabó con la frágil moral de Unicaja.
Próxima jornada: Valencia Basket – Baskonia, Barça – CB Canarias.
Y DIGO YO…:
- Desde 2000 la Copa del Rey tiene un protagonista que nunca falta a la cita: Felipe Reyes. 15 temporadas consecutivas asistiendo a la cita copera y jugando al más alto nivel no está al alcance de cualquiera. Con los números y el trabajo que aporta ya son muy pocos en la lista.
- 1200 madridistas han acudido a la Copa del Rey en Málaga, record absoluto en una cita copera para el Real Madrid. La identificación del madridismo con este equipo arrastra a los seguidores a donde sea.
- Kuzminskas le hizo un roto descomunal en el segundo cuarto al CAI. Joan Plaza se olvidó de él cuando vinieron mal dadas. Cuando le preguntaron en rueda de prensa alegó que era un coladero en defensa. Unos piensan, ante todo, en mirar el aro contrario y otros en defender el suyo. Visto lo visto ya sabemos a quién le ha ido mejor en esta eliminatoria.
- El CB Canarias ya ha encontrado sustituto para Blagota Sekulic: el único e incomparable Lazaros Papadopoulos, bautizado como Patatapoulos en la época de gloria del 13t. Sekulic ha demostrado ser un gran profesional de magnífico rendimiento en La Laguna. Papadopoulos pasó como un jeta de cuidado en Madrid. Si no ha cambiado mucho de actitud el cambio no creo que vaya a ser para mejor.
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