PORTADA Y CONTRAPORTADA: MY BLOODY VALENTINE/ TEENAGE FANCLUB

PORTADA-CONTRAPORTADA - My Bloody Valentine y Teenage Fanclub

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Que un aficionado promueva una discográfica es algo habitual en el Reino Unido desde hace mucho tiempo; ocurrió  ya en tiempos del hippismo, a principios de los 70 (Chrysalis, Virgin). Poco después, con el estallido del punk y  la new wave la práctica se extendió (Chiswick, Stiff, Cherry Red,Rough Trade…). No es extraño, por tanto, que a mediados de los 80 un joven promotor de Glasgow quisiera crear su propio sello para así editar a los grupos que le interesaban. El modelo que inicialmente  tenía el escocés Alan McGee (ese era su nombre) en la cabeza era el ideado por el periodista Tony Wilson, que había forjado un pequeño imperio en Manchester con su sello Factory y un club, The Haçienda, en donde  se fogueaban sus grupos. ¿Porqué no hacer lo mismo en Glasgow?. Dicho y hecho, ayudado por un par de socios y con algo de dinero McGee inició su aventura, Creation Records, en 1.983 , fichando a dos prometedores grupos  de la ciudad, Jesus and Mary Chain y Primal Scream.

Y tan prometedores, en pocos años los primeros ya habían volado hacia otra discográfica más potente. McGee no se desanimó y eso que eran tiempos complicados (estábamos a finales de los 80); las diferentes corrientes de la new wave parecían agotadas y surgían nuevos estilos como el house, frenética combinación de electrónica y música de baile o el noise (=ruido), originario de USA (con grupos como Sonic Youth o Pixies) y su distorsion de las estructuras melódicas del pop. El éxito del sonido Madchester (casi monopolizado por el inquieto Wilson) obligó a McGee a rebuscar por distintos rincones de las Islas británicas hasta encontrar varios grupos: The House of Love en Londres, Ride en Oxford, My Bloody Valentine en Irlanda o Teenage Fanclub en Escocia.

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Ride y My Bloody Valentine pertenecían a un pequeño subgénero surgido del noise, denominado shoegazing (literalmente, ensimismado en los zapatos), consistía en llevar la distorsión del noise a su máxima expresión mientras los músicos tocaban concentrados mirando al suelo y sin fijarse en el público. McGee apostó por ellos y en especial pòr My Bloody Valentine. Sin embargo, los irlandeses quedaron descontentos con su primer disco Isn,t anything (1.988) y McGee, para evitar decepciones conocidas aceptó sus pretensiones (más dinero y más horas en el estudio de grabación) para su segundo disco, Loveless (1.991).

La inversión no arruinó a McGee como se ha llegado a insinuar pero tampoco salió demasiado rentable, económicamente hablando. Pero, ah, quedó el prestigio. Loveless es, todavía hoy, uno de los discos emblemáticos de los 90, la piedra angular del shoegazing y el noise y su influencia no ha dejado de crecer.

Pocos son los grupos de rock alternativo que no muestran  de alguna manera su deuda con los irlandeses y, posiblemente, sea un disco más comentado que oído. Mi opinión sonará posiblemente a herejia, pero  creo que no es para tanto; Loveless difícilmente aguanta una escucha continuada y con frecuencia uno desearía (vicios de un alma popera) que las melodias y voces susurrantes que se insinúan en las canciones no quedaran ahogadas por las distorsiones, cambios bruscos, aceleraciones y amplificaciones de los instrumentos. Pero es lo que es y siéndolo, representa sin duda una perfecta radiografía de la música británica a comienzos de los 90.

A My Bloody Valentine la leyenda de su obra maestra le sobrapasó; tantos elogios desmesurados (incluso de gente tan establecida como The Edge -U2– o Robert Smith -The Cure) les dejó sin posibilidad de recuperación hasta el punto de que no han regresado hasta 2013 con un álbum (m.b.v.) en el que siguen explorando los mismos caminos, pero,claro, ya han pasado más de 20 años.

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Contraportada

El pop escocés se ha caracterizado desde siempre por sus inclinaciones melódicas,bonitas baladas, guitarras cristalinas y estupendas armonías vocales ( Orange Juice, Aztec Camera, The Bluebells o más recientemente Travis, Belle and Sebastian, Camera Obscura…). Quizás por esta razón podemos imaginarnos  el tremendo impacto que supuso la aparición a mediados de los 80 de grupos como  los antes mencionados Primal Scream o Jesus and Mary Chain, que utilizaban las melodías pop y los tiempos medios para sepultarlos bajo una cascada de música ruidosa y distorsionada.

Entre los impresionados por estas nuevas formas se encontraba un grupo de las cercanías de Glasgow, Teenage Fanclub. Y eso que en principio la banda la había formado un trío de chavales amantes de la música sesentera de la costa oeste estadounidense; Beach Boys, Byrds o, sobre todo, Big Star, eran para ellos referentes indiscutibles. Pero se impuso la novedad y así grabaron un disco (A Catholic Education, 1.990) influenciado por las nuevas tendencias ruidosas. Pronto se les dio la posibilidad de grabar con un conocido sello estadounidense  de rock alternativo, Matador Records, pero con casi todo el disco hecho (The King, 1.991) prefirieron la libertad creativa que les ofreció Alan McGee y se pasaron a Creation, con el que grabaron el que iba  a ser su disco clave, Bandwagonesque (1.991).

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¿Puede incluirse Bandwagonesque dentro de la corriente noise o shoegazing entonces en plena ebullición (recordemos que se grabó el mismo año que  Loveless de My Bloody Valentine)? Pues yo diría que no. Teenage Fanclub utilizan la música distorsionada como un cliché (o un reclamo si  así lo preferís), por ejemplo, al principio de algunas canciones (“The concept” que abre el disco), o en cierto regusto sucio en el sonido (“Alcoholic day” “Star sign”) pero  rápidamente lo abandonan para centrase en lo que más les gusta. Todo el disco rezuma devoción y respeto por los grandes artistas de los 60 (Beatles, Byrds, Neil Young) y en especial por los ¿semiolvidados? Big Star (“December”) pero suena a actual, nada arqueológico. Un trabajo, en fin extraordinario.

Tras Bandwagonesque, Teenage Fanclub adquirieron respeto y cierta fama como grupo de culto (ya sabéis, admiradores incondicionales y pocas ventas). En los, siguientes discos, todos interesantes, se alejaron cada vez más de las primeras influencias noise convirtiéndose en una excelente banda de power pop contemporáneo (escuchad Songs from Northern Britain -1.997- o Man-Made de 2.005, por ejemplo), y ahí siguen.

No, no he olvidado a Alan McGee. Parecía que 1.991 había sido su gran año, pero algo faltaba, y ese algo llegó poco después. En 1.994 Creation publicaba Definitely Maybe de un grupo semidesconocido de Manchester, Oasis, y entonces sí, McGee tocó el cielo: millones de libras entraron en su cuenta corriente convirtiéndose además en el gurú musical del “nuevo laborismo” de Tony Blair. En 1.999 vendió la discográfica por  25 millones de libras y se retiró. Actualmente, se dedica a las promociones inmobiliarias (“se gana más” afirmó hace poco) y a dar conferencias. Gente como él o su auténtico modelo, Richard Branson, lo saben en el fondo muy bien, y es que, como ya avanzó hace tiempo un sabio Frank Zappa, no os engañéis, “estamos aquí por la pasta”.

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PORTADA O CONTRAPORTADA: Tú decides. ¿My Bloody Valentine o Teenage Fanclub?

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4 Comments on "PORTADA Y CONTRAPORTADA: MY BLOODY VALENTINE/ TEENAGE FANCLUB"

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10 years 10 months ago

Buenos días. Pues has dado en el clavo -otra vez- con dos de mis bandas favoritas, cada una en su terreno y con un tema que me apasiona, Creation Records. Muy recomendable, a pesar de lo propagandístico, ver Upside down: The creation records story, aunque sólo está en inglés y no he visto subtítulos en castellano en la red. Cuenta además con muchos pequeños grupos que han sido olvidados, aunque algunos merezcan mucho la pena (Sugar o Felt, a los que les conviene un artículo entre ellos). Guardo como un tesoro un especial que Viaje a los sueños polares, aquel… Read more »

10 years 10 months ago

Pues la realidad es que tan sólo había escuchado un tema reciente de My Bloody Valentine (con la tontería del programa irlandés que hijo Júpiter y lo del shoegazing); el cual, y sin ser demasiado simpatizante de la distorsión, he de reconocer me gustó.
Ahora, lo del voto es otra cosa, y para ello he elegido Teenage Fanclub; porque son escoceses, y porque eso de ser adoradores de Beach Boys y Byrds les honra bastante (además de la música que hacen).

Man
10 years 9 months ago

Al igual que Living,solo he escuchado algún tema suelto de My Bloody Valentine,pero al contario que a él tanto abuso de la distorsión,para mi,es contraproducente musicalmente hablando.Dicho lo cual mi voto va para Teenage Fanclub por esas reminiscencias a los grupos sesenteros norteamericanos.

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