A mediados de los 70 surgió un equipo en la élite europea que marcaría el rumbo del fútbol durante muchos años. Ese equipo era el Bayern Munich, vencedor de 3 Copas de Europa consecutivas con los Beckenbauer, Torpedo Muller, Sepp Maier, Hoeness y compañía. Con él llegó la hegemonía alemana, el auge del físico, el fútbol es un deporte de once contra once que siempre gana Alemania. Visitar el país germano se convertía en una pesadilla para cualquier equipo. Más de dos décadas de influencia, a la par que los inevitables italianos, hasta que la obstinación en un modelo que se agotaba llevó al fútbol germano a un bache del que le costó salir mientras se afianzaba un cambio de estilo e imagen que le llevara a un fútbol más moderno. Pero los alemanes vuelven a estar aquí y de qué manera, otra vez liderado por un Bayern llamado a llevar la voz cantante en Europa.
El Bayern comenzaba la temporada 2012-13 tras un final de campaña anterior lleno de decepciones. Se le escapó la Bundesliga en el partido crucial ante el Borussia Dortmund, que acabó alzándose con el título, y perdió la final de Champions en su propia casa ante un mermadísimo Chelsea que se proclamó campeón por penaltis tras una acumulación de enorme suerte que acompañó a un sistema de juego tacaño y cicatero. Unos golpes que podrían tumbar a un equipo de mentalidad frágil, algo que no es el caso del Bayern. Se levantó como los grandes campeones. Su caminar por la Bundesliga fue un auténtico paseo militar. Aprovechó el débil comienzo del Borussia Dortmund para abrir una brecha insalvable que apuntaló jornada tras jornda, sin presentar síntoma alguno de debilidad. Un bloque muy compacto formado por una plantilla portentosa. Ribery fue considerado por los medios y muchos aficionados como la punta de lanza de un equipo poderoso aunque particularmente me cuesta destacar sólo a un jugador como líder del equipo muniqués. Fue el triunfo del colectivo. Tan apabullante fue su dominio que se proclamó campeón dos meses antes de finalizar la Bundesliga. Un camino de rosas que permitió a los dirigentes del Bayern pensar en otras cuestiones. Principalmente una, el fichaje de Pep Guardiola como entrenador para la siguiente temporada y que revolucionó el mundo del fútbol.
Con el título doméstico atado quedaba tiempo de sobra para dedicarlo casi en exclusiva a la Champions. Pasó como primero de grupo en la primera fase, por delante del Valencia, pese a la sorprendente derrota ante el Bate Borisov en Bielorrusia que acabaría en simple anécdota. Logró un triunfo rotundo en la ida de octavos en el Emirates Stadium ante el Arsenal por 1-3 que le dio la clasificación aunque estuvo muy cerca de complicarse la vida por un exceso de confianza en la vuelta. Aún más contundente fue el resultado ante la peligrosa Juventus. Doble 2-0 que le colocaba en semifinales con una comodidad que asustaba a sus rivales. Las semifinales le enfrentaban a un Barça que había sufrido lo indecible para eliminar a Milan y Paris Saint Germain. Era su gran oportunidad para dar un golpe que no pasara desapercibido para nadie en la Europa futbolística, ante el considerado mejor equipo de los últimos tiempos. El equipo de Heynckes no dejó pasar la ocasión en el Allianz Arena. Fue una auténtica masacre. El Barça fue literalmente arrollado, aplastado por una mezcla perfecta de velocidad, buen trato al balón, físico y verticalidad. 4-0 que no dejaba lugar a dudas. Se puede discutir que el segundo y el tercer gol fueron polémicos pero no la diferencia brutal en el campo entre ambos. Fueron cuatro como pudieron ser siete a un Barça completamente superado e inofensivo, huérfano de un Messi muy lastrado por los problemas físicos. La vuelta quedaba como un trámite. Muy pocos siquiera soñaban en una proeza histórica tras lo visto en Munich. Desde luego Tito Vilanova no, que le ahorró el castigo a Messi. El partido del Camp Nou fue otro bofetón para los azulgranas. Tras estar a verlas venir en la primera parte el Bayern le endosó un 0-3 en la segunda sin apretar a tope el acelerador. Un global de 7-0 humillante que bien podía significar el cambio del dominio en el fútbol europeo. El Bayern estaba listo para ocupar el trono.
La fiesta alemana la completó el Borussia Dortmund, el otro grande germano. No pudo plantarle cara al equipo bávaro en la Bundesliga pero su trayectoria en Champions fue impecable. Acabó líder de un grupo terrible en la primera fase, por delante de Real Madrid, Ajax y Manchester City, desplegando un fútbol vistoso y eléctrico. Se quitó de encima al Shakhtar Donetsk en octavos tras un gran partido de vuelta y se enfrentó en cuartos al Málaga, gran revelación de la Champions. Pudo ganar holgadamente en La Rosaleda pero Willy Caballero firmó una grandísima actuación bajo palos para mantener el 0-0. En la vuelta los malaguistas rozaron la proeza. Ganaban 1-2 en el minuto 89 y parecía que nadie podía apartarle de las semifinales. Sin embargo el Borussia dio un vuelco inesperado al partido en el descuento, marcando el 3-2 en el último minuto en una jugada bochornosa donde cuatro jugadores locales estaban en fuera de juego. Con mucha polémica pero el Borussia Dortmund se plantaba en semifinales ante el Real Madrid, al que había superado en juego y resultados en la primera fase. El partido de ida resucitó todos los fantasmas del equipo blanco cuando pisa suelo alemán. Fue zarandeado por el despliegue físico y de juego del equipo del histriónico y carismático Jurgen Klopp. El medio campo hizo aguas ante la exhibición del joven Gundogan y la defensa no fue obstáculo para un Lewandowski que entraba en la historia negra del Real Madrid. Cuatro goles marcó el delantero polaco aquella noche para terminar de consagrarse como uno de los grandes delanteros del fútbol actual. El 4-1 obligaba a resucitar el manido Espíritu de Juanito, que tan poco éxito suele tener por otra parte. Otra vez la enumeración de la serie completa de grandes remontadas europeas para preparar una noche mágica en el Santiago Bernabeu. El público no falló. Llenó hasta la bandera el estadio madridista y hasta colapsó el paso del autobús blanco. Pero al Real Madrid le faltó la puntería en aquellas tres grandes ocasiones en los primeros minutos y se fue diluyendo. De hecho el Borussia contó con oportunidades de sobra en la segunda parte para aumentar el daño pero al final acabó sufriendo tras los goles en los últimos diez minutos de Benzema en una contra y Sergio Ramos tras resolver un barullo en el área. Sin embargo el equipo de Klopp aguantó la carga final y pese a caer 2-0 alcanzaba su segunda final en la antigua Copa de Europa. El sueño de la Décima desaparecía otro año más y Mourinho se tuvo que conformar con su tercera semifinal consecutiva, dato del que siempre sacaba pecho pero que tampoco significa un logro en la historia de un club como el Real Madrid.
Wembley se convertía en el centro de la fiesta del fútbol alemán. Nadie dudaba que el Bayern Munich se presentaba a la final como el gran favorito, al borde de completar un triplete histórico. Sin embargo el Borussia Dortmund presentó gran batalla, complicándole mucho la vida con su presión y juego vertiginoso en una primera parte en la que Neuer se vio muy exigido. Pero sería el Bayern quien se adelantaría a la hora de juego con un gol de Mandzukic, uno de los jugadores más destacados del equipo muniqués durante la temporada. El Borussia igualó poco después tras marcar Gundogan de penalti y el partido se dirigió a un intercambio de golpes aunque fue Weindenfeller, portero del Borussia, el guardameta que más tuvo que trabajar. Se vislumbraba que quien marcara el próximo gol se llevaría la gloria. La fortuna sonreiría al Bayern. Un balón filtrado entre la defensa rival llegó a pies de Robben que marcó el 2-1 definitivo en el mano a mano ante Weidenfeller. El jugador de cristal, el eterno perdedor se convertía en el héroe del encuentro. El Bayern lograba su quinta Copa de Europa y presentaba su candidatura a convertirse en el equipo de referencia en los próximos años. Una semana más tarde firmaba el tripleta tras derrotar en la final de la Copa alemana al Stuttgart. No pudo tener mejor despedida Heynckes, que abandonaba el banquillo tras lograr una proeza histórica para el Bayern.
Muy alto le quedaba el listón a Guardiola, al que le habian confiado todo el poder deportivo del Bayern. El inicio no fue el mejor. El Borussia Dortmund le ganó con claridad la Supercopa alemana por 4-2 y evitó que el Bayern lograra el pleno que logró el de Santpedor con el Barça en 2009. Pocos días después llegaba la Supercopa europea en un duelo cargado de morbo ante el Chelsea. No sólo era la revancha de la final europea de un año atrás sino un nuevo duelo en los banquillos entre Guardiola y Mourinho, que regresó al equipo londinense tras su turbulenta marcha del Real Madrid. Fue un duelo tenso, físico y de mucho choque. El Bayern tuvo que remontar dos veces. Ribery empató al inicio de la segunda parte el gol inicial de Fernando Torres para llevar el partido a la prórroga. El Chelsea volvió a adelantarse en el tiempo extra con un gol de Hazard y entre juego duro y paradas milagrosas de Cech parecía que volvería a mojar la oreja al Bayern. Sin embargo un gol de Javi Martínez, lesionado tras una dura entrada de Torres, en la última jugada forzó la tanda de penaltis. Ahí la suerte cambió. La parada de Neuer a Lukaku en el último lanzamiento le daba el primer título a Guardiola al frente del Bayern. Aún el Bayern no es una máquina perfecta pero ya tiene casi en el bolsillo el título en la Bundesliga y parte como gran favorito en la Champions tras pasar a octavos como primero de grupo. Entre medias se llevó el Mundial de clubes tras vencer con total autoridad a Guanghzou Evergrande y Raja Casablanca.
En España la Liga fue un paseo para el Barça, que ya tenía el título en el bote antes de Navidades. No tuvo ningún problema para mantener la enorme diferencia que llevaba sobre el Real Madrid y acabó con 100 puntos, igualando la marca que logró la temporada anterior el equipo blanco y que tanto destacaba Mourinho en cuanto podía. Sin embargo, pese al título liguero la temporada no terminó de llenar. Quizá sea que el listón estuviera muy alto o que el desastre ante el Bayern haya supuesto perder la hegemonía, quizá definitivamente. O también pudo pesar la eliminación sin paliativos en semifinales de Copa del Rey ante el Real Madrid tras una exhibición en el Camp Nou de Cristiano Ronaldo y la eclosión de Raphael Varane, en problemas tras la lesión de rodilla el pasado mes de mayo en Cornellá. La emoción quedó reservada para la final copera que albergó un derbi madrileño en el Santiago Bernabeu. La última oportunidad para Mourinho de abandonar el club blanco con un título. Cristiano Ronaldo adelantó al Real Madrid de cabeza en un córner y el partido se le ponía a huevo a los madridistas ante un rival al que le tenía comida la moral desde hace mucho años pero la historia iba a ser muy distinta. Diego Costa igualó el partido tras una contra que lanzó un pase de Falcao y los atléticos se encontraron que les favoreció todo lo que les fallaba derbi tras derbi. Le acompañó la suerte, con 3 tiros al palo de su rival. Tuvo un portero, Courtois, que lo paró todo y amargó la noche a los delanteros del Madrid. Se disputó un partido que le convenía, muy tenso y aguerrido, con mucho contacto e interrupción. Un derbi de toda la vida. Hasta tuvo de su parte la efectividad. Un cabezazo en el primer palo de Miranda, adelantándose a Diego López en el córner, daba el triunfo al Atleti en la prórroga. Se terminaban 14 años de decepciones en los derbis madrileños en el mejor escenario posible, en casa de su mayor enemigo con un título en juego. Una victoria que aumentó su moral y autoestima hasta el punto de marcha igualado al Barça en la Liga en lo que llevamos de temporada 2013-14 y considerado ya como claro candidato al título. La derrota madridista, el epílogo lógico a una temporada de sobresaltos y convulsa, puso fin a la era Mourinho que abrió la puerta de salida envuelto en ruido, con una afición dividida hacia su persona, una plantilla soliviantada y no menos fraccionada y una prensa que se alimentaba de toda la carnaza que ofrecía el técnico luso. Florentino Pérez, reelegido presidente sin pasar siquiera por las urnas, quiso devolver la calma con la contratación de Ancelotti con la promesa de recuperar la tranquilidad y un juego más vistoso. De momento lo más sonado ha sido el fichaje de Bale, ya conocido como el hombre de los 100 millones, porque el equipo no acaba aún de asentarse y marcha a cinco puntos de Barça y Atlético. Aún le queda dudas por resolver.
A nivel de selecciones, la española aseguró su pase al Mundial en el encuentro decisivo ante Francia en Saint Denis. Un gol de Pedro dio una victoria trascendental a la selección española en un encuentro duro en el que Valdés evitó cualquier sobresalto. Acabada la temporada afrontó el ensayo general de la cita mundialista en la Copa Confederaciones celebrada en Brasil. Como es propio en él Del Bosque se lo tomó con total seriedad y convocó a toda la artillería pesada. Sólo se quedaron fuera por problemas físicos Puyol y Xabi Alonso. La baja del tolosarra permitió a Del Bosque probar a Busquets como único mediocentro, decisión que pedía parte de los aficionados. La prueba salió redonda ante Uruguay contra la que se jugó un fútbol excelso. El 2-1 no refleja claramente la superioridad de España en el partido. Comenzó el debate sobra la idoneidad de suprimir el doble pivote pero pronto resultaría estéril. Tras el trámite ante la exótica y débil Tahiti (9-0) llegaron los primeros problemas ante la física Nigeria. España venció con mucha más amplitud en el marcador que juego. El 3-0 no reflejaba un encuentro gris y donde se perdió el control durante parte de la primera mitad. Contra Italia en semifinales se llegó al borde del abismo. Los italianos aprovecharon los espacios en el centro de campo para desbordar a un Busquets que no daba abasto. Sólo Casillas y los palos evitaron que el 0-0 se rompiera en una de las múltiples ocasiones de una Italia superior. España sólo consiguió imponer su juego en la prórroga, con los transalpinos muy cansados, pero no logró evitar los penaltis. Otra vez jugando a la ruleta rusa contra Italia. Otra vez la moneda salió cara. Bonucci falló el 13º penalti y Navas dio el pase a España a la final. Esperaba Brasil, el partido deseado desde hacía años ante la tradicional referencia en el mundo del fútbol hasta la irrupción de la generación más gloriosa del fútbol español. La extramotivación de los brasileños quedó patente desde los himnos. Iban a salir a cuchillo ante la selección que les había robado el protagonismo en los últimos años aunque no se hubieran enfrentado. A los dos minutos Fred adelantaba a Brasil tras un lío en el área pequeña entre Arbeloa y Casillas. Fue el inicio de la pesadilla. España era superada por la alta presión brasileña, su juego de contacto, duro en ocasiones con la condescendencia arbitral, aviso de lo que puede pasar en 2014. El agotamiento provocado por el palizón ante Italia y el terrible calor brasileño era otro enemigo que pesaba más a cada minuto. Sólo un remate de Pedro, sacado en la línea por David Luiz, inquietó a una Brasil que volaba. El 2-0 marcado por Neymar tras un veloz ataque por la izquierda al filo del descanso mataba el partido. La segunda parte se convirtió en una tortura. Otro gol tempranero de Fred, Piqué expulsado tras derribar a Neymar cuando se iba solo a portería e incluso un penalti errado por Sergio Ramos, ya con diez.
El 3-0 significaba un golpe de autoridad que coloca a Brasil como gran favorita en su Mundial. La derrota escoció durante unos días. Se censuraron algunas decisiones de Del Bosque, sobre todo la confianza depositada en hombres como Arbeloa o Fernando Torres, colocados en el disparadero por su discreto rendimiento y a los que podía pasar factura una derrota tan dura. Pero Del Bosque, como siempre, no cambió su planteamiento tras la Copa Confederaciones y nadie espera cambios significativos en la lista para el Mundial, donde ya tendrá que empezar fuerte desde el principio. El grupo B, en el que le acompañan Holanda, Chile y Australia le depara una primera fase muy incómoda y complicada. Salvo los aussies, venidos a menos en los últimos años, España se enfrentará a rivales muy duros que le complican el inicio del Mundial. El cruce con el grupo A, en el que está Brasil, añade aún más presión para evitar una eliminatoria de octavos temible con los anfitriones. Pero es algo que ya veremos en junio.
Para terminar no me olvidaré del fútbol femenino. España disputó el Europeo tras muchos años de ausencia y su participación fue más que digna. Sorprendió a Inglaterra tras batirla 3-2 con un gol in-extremis de Alexia Putellas, como aquel de Vero Boquete ante Escocia que clasificó a España para el Europeo. Dio la cara ante uno de los cocos, Francia, que hizo valer la diferencia física para ganar 1-0 y logró clasificarse para cuartos tras un empate a 1 con Rusia que le daba la segunda plaza. El cruce fatídico de cuartos ante Noruega significó el final del camino. La superioridad física de las nórdicas, una de las tradicionales potencias del fútbol femenino, fue demasiado para un equipo joven y más tierno en el apartado físico. 3-1 que deja en la cuneta a una selección española con mucho futuro por delante y que tiene bien encaminada su clasificación para el Mundial. Los grandes resultados en categorías inferiores garantizan la progresión del fútbol femenino español, dominado por el equipo femenino del Barça que logró el doblete con autoridad y dejando imágenes como el maradoniano gol de Alexia Putellas en la final de Copa. Por cierto, la Eurocopa se la llevaron las de siempre, Alemania, tras vencer 1-0 a Noruega. No podía acabar de otra manera este resumen, con otro triunfo germano, como empezó.
Mejor equipo fútbol 2013
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2 Comments on "LOS MEJORES DEL 2013: FÚTBOL. VUELVE EL OGRO BÁVARO"
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Perdi, me parece un gran resumen por extensión, objetividad y elegancia. Eres el Perez Galdós del blog, no se me ocurre mayor elogio. El Bayern sin duda es el mejor del año y otra cosa que admiro de ellos además de las que señalas es que tenga una directiva de la “cantera”, espero que en el Barça algún día también la tengamos. Con mi equipo seré indulgente: La marcha de Pep, la enfermedad de Tito y las lesiones de Messi fueron fatales. Creo que este año nos merecemos la revancha. Tenemos mejor plantilla y creo también que esto pesaría más… Read more »
Muchas gracias por los elogios, Batua. Jamás podía imaginar que me compararan con un genio como Pérez Galdós. Siempre intento escribir las cosas como las veo y de la manera que sé y espero poder seguir haciéndolo mucho más tiempo con todos vosotros.