Llevamos muchos años comenzando los resúmenes anuales en el baloncesto europeo cantando las excelencias y triunfos de la selección española masculina. Salvo ocasiones puntuales cada año el balance lo encabeza un nuevo triunfo de los hermanos Gasol, Navarro, Rudy, Ricky, Calderón y compañía. Sin embargo este 2013 es diferente. Es de justicia comenzar con un gran éxito de la selección española pero los protagonistas son diferente. Esta vez son ellas las triunfadoras, las jugadoras de la selección femenina que han encabezado la gran explosión del baloncesto femenino español a nivel internacional.
España accedía al Eurobasket que se celebraría en Francia tras pasar por el purgatorio del Preeuropeo. Era el peaje a pagar tras el batacazo en el Eurobasket de 2011 que le dejó fuera en la segunda fase y sin posibilidades para clasificarse a los JJOO de Londres. Llegó a la cita europea sin mucha brillantez, como segundas de grupo tras Suecia. El equipo se encontraba aún a medio camino entre el bloque que fue bronce en el Mundial de 2010 y la renovación que estaba al llegar. No había muchas expectativas puestas en las chicas de Lucas Mondelo de cara a alcanzar los puestos de honor, se daba por buena una clasificación para el próximo Mundobasket. Pero pronto demostraron que habían llegado al Eurobasket a pelear con quien fuera. El debut fue ante Rusia, la bestia negra en tantas citas importantes. Afrontaba un profundo proceso de renovación y ya no contaba con Becky Hammond, verdugo en tantas ocasiones, pero su peligro siempre está ahí. Sin embargo las jugadoras españolas estuvieron lejos de achicarse. Una espectacular exhibición de Alba Torrens, que anotó 30 puntos, acabó con los fantasmas para liderar la victoria por 77-72. Todos los complejos y miedos se habían esfumado de golpe en el debut. Italia, una selección alejada de sus tiempos de gloria, era el siguiente escollo. No fue brillante y jugó con altibajos pero a la selección española le bastó con las que serían sus dos grandes bastiones en el torneo, Alba Torrens y Sancho Lyttle. Con la ayuda de Amaya Valdemoro, en sus últimos coletazos como jugadora profesional, alcanzaron la segunda victoria por 71-59. La primera fase se cerraba ante Suecia, con la que se cayó en el Preeuropeo en los dos partidos. En la mente de las jugadoras aún estaba aquel tiempo muerto pedido a destiempo por el seleccionador sueco en uno de los encuentros. Tras un primer tiempo igualado salieron dispuestas a destrozar a las suecas, sin contemplaciones. Fue una auténtica humillación. La intensidad defensiva anuló a una superclase como Frida Eldebrink, que sería elegida posteriormente en el quinteto inicial. Sin su faro la selección sueca acabó a merced de los contraataques de las jugadoras españoles que no bajaron el pistón en ningún momento. Tenían deudas que cobrarse y vaya si las cobraron. La frase de Lucas Mondelo en un tiempo muerto en el último cuarto, “La sangre con sangre se limpia”, no dejaba dudas del sentimiento de revancha. 73-49, la venganza estaba cobrada. España pasaba a la segunda inflatable water slide fase invicta y con el pase a cuartos casi en el bolsillo pero este equipo quería más, mucho más. Su gran intensidad defensiva y el dominio de la zona de Sancho Lyttle, el referente interior por el que tantos años suspiraba el baloncesto femenino en España, fueron sus señas de identidad para pasar por la siguiente fase como un vendaval incontenible. Arrasó sin contemplaciones a Eslovaquia (80-44), se vengó de Montenegro (66-50) tras la derrota que le inflingió en el pasado Eurobasket y que comenzó todas las calamidades de la selección en aquel torneo, y se jugó el liderato de grupo en la última jornada con Turquía, una de las nuevas potencias del baloncesto femenino gracias a su poderío económico. Dos jugadoras que juegan en la liga turca, Alba Torrens y Sancho Lyttle, liquidaron a las otomanas con la inestimable ayuda de Marta Xargay, que va a dar mucho que hablar en el futuro, y la eficacia defensiva que dejó la anotación de Turquía en números irrisorios. 61-48 que le daba el pase a cuartos de final como líder de grupo a las chicas dirigidas por Lucas Mondelo.
Los temidos cruces de cuartos siguieron el mismo guion de las fases anterior. La selección española no tuvo piedad de la República Checa, otrora una de las grandes del continente europeo. Las checas aguantaron como pudieron tres cuartos los embites de Torrens y Lyttle hasta que acabaron asfixiadas por la defensa española y la eficacia de las dos grandes figuras de su rival. 75-58 que llevaba a España al camino de las medallas. Serbia, la revelación del torneo, era el obstáculo en semifinales. No lo sería tal porque fue arrasada desde el comienzo por una selección española que la redujo a la nada en una primera parte casi perfecta. Defensa, contraataque y, como no, las infalibles muñecas de Alba Torrens y Sancho Lyttle dejaron el partido visto para sentencia al descanso. Mondelo se pudo permitir el lujo en una semifinal de dar muchos minutos a jugadoras del banquillo, que bien aprovechó Cristina Ouviña con su exhibición de triples. 88-69 tras un recital maravilloso. España regresaba a las medallas pero las jugadoras sólo tenían la vista puesta en la gloria, en repetir el título europeo logrado en Italia 20 años antes. El rival eran las anfitrionas, Francia, un equipo diseñado a imagen y semejanza del masculino con un poderío físico bestial que le permitía marcas las diferencias en Europa. En esta ocasión contaba además con un pabellón de Orchies lleno hasta la bandera para llevarlas hasta el oro. Pero España no salió intimidada ni mucho menos. Alba Torrens completó un inicio de partido espectacular, casi infalible. En defensa las jugadoras españolas sujetaron bien a Dumerc y Yacoubou, grandes figuras galas, y la diferencia se fue por encima de los 10 puntos. A las jugadoras francesas les costó arrancar pero poco a poco fueron igualando el partido el choque con los puntos de una imparable Gruda y el despliegue físico de su plantilla. Logró dar la vuelta al partido al inicio del último cuarto pero las jugadoras españolas no estaban allí para quedarse otra vez a las puertas del triunfo. Querían la gloria y la querían ya, por mucho que se encontraran en territorio comanche. Volvieron a defender, volvieron a correr, Alba Torrens encontró de nuevo la inspiración y Sancho Lyttle complicaba la vida a sus defensoras jugada tras otra. Ella sería la gran heroina. Una canasta suya a 4 metros a pocos segundos del final decidió el destino del choque. 70-69 para la historia del baloncesto femenino español. España lograba el oro que tantos años llevaba buscando. El mejor broche para la brillante carrera de Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro, la mejor jugadora española de todos los tiempos y que finaliza su carrera deportiva de la mejor manera posible.
El triunfo en el Eurobasket femenino fue la guinda, la punta de lanza de la explosión vivida por el baloncesto femenino español el pasado verano. El gran trabajo de base que se lleva haciendo durante muchos años ha llevado a cada selección de categorías inferiores al triunfo en las competiciones europeas. Las selecciones sub-20, sub-18 y sub-16 siguieron el mismo camino triunfal que la absoluta para completar un verano glorioso. El relevo está garantizado con una hornada de jugadoras jóvenes que apuntan a una carrera larga y fructífera, con especial atención a Astou Ndour que está llamada a ser el relevo natural de Sancho Lyttle. La crisis económica ha obligado a emigrar a gran parte de las jugadoras internacionales y sus huecos han sido ocupados por jugadoras jóvenes que gozan de muchos minutos en plena etapa de formación, algo que hubiera sido impensable en época de vacas gordas. El baloncesto es otra parte más dentro de la gran eclosión que ha vivido el deporte femenino en España tras los JJOO de Londres.
Cerca del final de verano el equipo masculino aspiraba a un tercer oro europeo consecutivo que sólo habían logrando las antiguas URSS y Yugoslavia. Sumado al triunfo de las chicas se hubiera completado un doblete histórico. La misión no era sencilla porque las ausencias eran muy notables. Sin Pau Gasol, Navarro, Ibaka o Felipe Reyes, España debía hacer frente a la defensa del título en un Eurobasket de Eslovenia lleno de ausencias. Orenga tomaba el mando en el banquillo que había dejado Scariolo tras la inolvidable plata olímpica en el O2 de Londres. Cubrió las ausencias con un veterano que regresaba, Mumbrú; dos jugadores que deben ser importantes en la cercana renovación del equipo; Xavi Rey y Aguilar; y el gran olvidado de la generación de oro nacida en Lisboa, Germán Gabriel. La preparación resultó demasiado cómoda y sencilla, Salvo un doble duelo ante Francia, que se saldó con dos victorias, los rivales fueron de poca enjundia. Polonia, Macedonia o Gran Bretaña no eran el termómetro más fiable para medir a un equipo antes de la cita continental aunque ya se dejaban entrever varias virtudes (velocidad, intensa defensa, calidad individual y el poderío interior de Marc Gasol) y defectos (lagunas en los partidos, muchas pérdidas, falta de confianza en varios jugadores del banquillo, excesiva dependencia de Marc Gasol). Con todo ello y dudas por resolver se llegaba a Eslovenia dentro de un grupo bastante accesible en la primera fase. El debut llegaba ante Croacia, selección talentosa pero frágil mentalmente y falta de personalidad. Ante los croatas España mostró su mejor virtud, una defensa extenuante que anula al rival. En el último cuarto ridiculizó de tal manera a Croacia que sus aficionados presentes en las gradas acabaron abroncando a sus jugadores tras tremendo bochorno. 68-40 que despertaba muy buenos augurios. Al equipo le llovían alabanzas por su gran trabajo defensivo aunque en ataque no estuviera el equipo completamente afinado más allá de Marc Gasol y Rudy. Las buenas sensaciones se disiparían un tanto tras el segundo partido ante los anfitriones, Eslovenia. España llevó el mando en el marcador durante los tres primeros cuartos pero no el del partido. Siempre se jugó a lo que quiso el viejo zorro Boza Maljkovic, un partido trabado y muy físico, donde su rival no pudiera correr. España acabó el partido de mala manera, mal defensivamente en el último cuarto y superada por los hermanos Dragic. Derrota por 69-78 que alimentaba las primeras dudas. Se comenzó a criticar la falta de vista de Orenga para cambiar un partido, la escasa o nula confianza en San Emeterio, Xavi Rey o Gabriel, la labor de Claver como 4 o los gonfiabili per bambini pocos recursos ofensivos que se hacían inútiles cuando la defensa no funcionaba. Las aguas se calmaron con el apacible final de primera fase que afrontaba la selección española. Ni la República Checa (60-39), ni Polonia (89-53), ni Georgia (83-59) eran rivales para inquietar a los hombres de Orenga. No aguantaron ni un asalto el sistema español de defensa y contraataque en partidos que quedaban rotos tras un cuarto de anotación paupérrima del rival.
España pasaba a la segunda fase con una victoria, al igual que Eslovenia y Croacia. El primer rival en la segunda fase era una necesitada Grecia que se había clasificado sin arrastrar victoria alguna. España tenía en su mano dejar prácticamente fuera a uno de los grandes aspirantes a medalla. Los de Orenga salieron muy bien, cogiendo ventajas de 10 puntos ya en el primer cuarto con un Rudy acertadísimo desde fuera, pero en cuanto Marc Gasol se sentó cargado con 3 personales por la falta de previsión de Orenga comenzaron los problemas. La salida de Spanoulis, ausente durante gran parte de la primera fase, a pista fue un quebradero de cabeza. El base-escolta heleno dio la vuelta al encuentro liderando un parcial de 4-18 aunque la situación se calmó en el tercer cuarto con el regreso de Marc Gasol, incontenible para los griegos. Pero cuando mejor estaban las cosas los jugadores españoles cayeron en la precipitación. Orenga fue incapaz de cambiar la dinámica y Spanoulis decidió el encuentro. 75-79 que devolvía las dudas y complicaba la situación. Comenzaban las críticas a Orenga por su falta de planteamientos ofensivos más allá de enviar balones dentro a Marc Gasol y su empecinamiento en colocar a Mumbrú de 4 en detrimento de Aguilar o Gabriel. El partido ante Finlandia se presentaba vital pero los escandinavos no fueron rival. Bastó con tapar a Koponen, gran estrella finesa, y que Calderón se marcara un partidazo para ventilar con facilidad el encuentro por 82-56. España estaba ya clasificada pero quedaba por saber si como 3ª o 4ª. Parecía que sería la primera opción. Italia, el último rival, había quedado casi destruida en el tercer cuarto pese a su gran inicio de partido en el que llegó a irse arriba por 12 puntos. Completamente bloqueada en ataque, era víctima de un fuerte parcial de 18-2 propiciado por la velocidad de Sergio Rodríguez y el omnipresente Marc Gasol, dueño y señor del partido y que anotó 32 puntos. Pero cuando mejor estaban las cosas, con 15 puntos arriba al inicio del último cuarto, comenzó la antología de despropósitos de Orenga. Sentó a el Chacho por un Ricky nefasto y que decepcionó en Eslovenia. Se empecinó en mantener en pista a un Mumbrú inoperante como 4 y tardó un mundo en pedir tiempo muerto, hasta que Aradori y Gentile habían devuelto a los de Pianigiani al partido. Una canasta de Datome en el último segundo forzaba la prórroga en la que los transalpinos fueron superiores. La derrota por 81-86 abría definitivamente la caja de los truenos. Las críticas contra Orenga fueron feroces, pocos dudaban ya que el seleccionador resultaba un lastre para el equipo. Cada final igualado y partido con rival importante se contaba por derrota y ya no resultaba casualidad. Pensar en una medalla ya se había convertido casi en una broma.
El cuarto puesto condenaba a España a enfrentarse al líder del otro grupo, una joven Serbia remozada que estaba moscatel con el cruce. Se les pasó por la cabeza que España les había elegido como rival para evitar a una Lituania más rocosa y experta. Desde luego pagaron la novatada en cuartos. La selección española bordó el baloncesto en la primera mitad, jugando los mejores minutos de todo el torneo y recordando aquel mítico primer tiempo ante Lituania en el pasado Eurobasket. Krstic, el gran referente serbio, volvió a desaparecer en un encuentro vital y arrastró consigo a todo su equipo al desastre. El 48-23 al descanso no daba lugar a dudas, el encuentro estaba visto para sentencia. Sobró toda la segunda parte. El 90-60 final devolvió la fe de los aficionados en el equipo. España volvía a estar en una semifinal, a la que no faltaba en un Europeo desde 1997. Francia era el obstáculo hacia una nueva final. Una selección traumatizada y dolida tras todas las derrotas que había encajado en los últimos años ante España. Camino iba de otra más en el segundo cuarto, dominado a placer al ritmo que marcaba Sergio Rodríguez y que permitía a la selección española marcharse 14 arriba al descanso. Francia endureció el partido tras el descanso y su fuerte defensa desconcertó al rival. El acierto en los triples y el Parker-sistema permitió igualar el encuentro y forzar la prórroga, que no pudo evitar España tras jugar mal la última posesión y como volvería a jugar mal la prórroga debido a las malas decisiones del banquillo y el exceso de precipitación. Parker impuso su ley y Francia se quitaba una buena espina tras vencer 72-75. Un palo que evitaba revalidar el título por tercera vez y hacer aún más historia. Quedaban dudas de si los jugadores españoles tendrían la motivación suficiente para arremangarse por el bronce contra Croacia tras tantos años luchando por la gloria y codeándose con la mismísima NBA pero se despejaron pronto. Pese a la gran primera parte de Bogdanovic, el mejor alero del torneo, España puso la directa mediado el segundo cuarto y los croatas volvieron a sentirse como si les atropellara un tren. Entre Llull, Claver y Marc Gasol inflingieron una nueva humillación a Croacia a la que el partido se le hizo eterno. 92-66 que permitió disfrutar tranquilamente del bronce. Sabe a poco en un equipo tan brillante pero medalla al fin y al cabo. Francia logró finalmente el oro que tantas veces se le había resistido tras vencer en la final a Lituania por 80-66. Tony Parker por fin tenía ese título internacional que un jugador de su talla merece.
A nivel de clubes el dominio europeo siguió en El Pireo contra todo pronóstico. Si sorprendente fue el título de la Euroliga del Olympicos en 2012, más aún lo es que repitiera título en Londres. Se cargó en semifinales al gran favorito, el CSKA Moscú, tras una exhibición defensiva y tuvo que remontar los 17 puntos de ventaja que cobró el Real Madrid en un primer cuarto de ensueño. A base de fuerte defensa, estopa de la buena y el liderazgo indiscutible de Spanoulis el Pireo style volvió a triunfar en Europa tras una remontada inapelable a unos madridistas que quizá pecaron algo de ingenuos y blandos. 100-88 para un Olympiacos que demostró ser un bloque de granito y que no dominaba Europa por casualidad. En la Eurocup tuvimos también presencia española en la final. El Bilbao Basket se presentó en Charleroi dispuesto a vivir su mayor momento de gloria europea pero no tuvo nada que hacer ante el Lokomotiv Kuban, uno de los nuevos ricos de Europa, ante el que cayó por 75-64. En la ACB se cumplieron las previsiones. Se esperaba la llegada a lo más alto del Real Madrid de Laso, un equipo que ha deslumbrado por su juego brillante y que está destinado a hacer historia debido a la juventud y calidad de su plantilla. Se le escapó la Copa del Rey, que fue a parar a manos de un Barça que le dejó en la cuneta en una memorable eliminatoria de cuartos, rozó la gloria en la Euroliga en scivolo gonfiabile aquella final que se le escapó ante el Olympiacos pero no perdonó en la Liga. Tras desembarazarse sin problemas de Obradoiro y Cai Zaragoza llegó a la final esperada contra un Barça irregular y plagado de problemas físicos que tuvo los arrestos para forzar el quinto partido pero que no pudo evitar el triunfo blanco en un Palacio de los Deportes repleto y entregado al equipo madridista. Un título que sirve de respaldo a un estilo de juego que tiene maravillado a los madridistas y muchos seguidores de otros equipos. El Real Madrid ya se alzó con la Supercopa en esta nueva temporada en la que aún no conoce la derrota, deslumbrando con su juego espectacular y unos resultados de escándalo. El gran rival a batir esta campaña en Europa, con permiso del Olympiacos.
En categoría femenina, doblete para el Perfumerías Avenida de Salamanca, que se llevó el título en su propia cancha tras anotar dos tiros libres con el tiempo ya cumplido. En Europa las cosas son muy diferentes. La crisis económica ha debilitado mucho a los clubes españoles que ya no pueden competir contra los equipos más potentes de Europa como hasta hace bien pocos años. El título fue para el Ekaterimburgo ruso con una plantilla espectacular forjada a golpe de rublo y en la que forma parte la española Silvia Domínguez.
Mejor equipo baloncesto FIBA 2013
- Olympiacos (47%, 8 Votes)
- Selección española femenina (35%, 6 Votes)
- Real Madrid (18%, 3 Votes)
- Selección francesa masculina (0%, 0 Votes)
- Ekaterimburgo (0%, 0 Votes)
Total Voters: 17
Leave a Reply
2 Comments on "LOS MEJORES DE 2013: BALONCESTO FIBA. VICTORIA ES NOMBRE DE MUJER"
You must be logged in to post a comment.
You must be logged in to post a comment.
Grande el resumen perdi. Ya el título y principio me han convencido, voy a votar por la selección española femenina. 😉
Gran resumen. Me cuesta elegir una de las opciones para mejor equipo del año, pero creo que me voy a decantar por el Olympiacos, a pesar de lo mal que me caen, porque me parece de un mérito espectacular su capacidad de reconstruirse ahora que se acabó el cheque en blanco que ponía su dueño año a año, y que le hacía contar con muchos de los mejores nombres del baloncesto europeo. Primero fue la sorpresa que supuso su triunfo del año pasado, un triunfo muy afortunado en mi opinión, con esa remontada en el cuarto final al CSKA con… Read more »