Hallábame inmerso en un ejercicio de memoria, recuerdos y recopilación de datos para un detallado artículo por estos lares de una de mis pasiones atléticas (la historia del medio y fondo en general y del 1500 en particular) cuando salió a relucir el nombre de Herb Elliot (oro en 1500m de los JJ.OO. en Roma) lo que, inmediatamente, evocó en mi mente uno de los sucesos más fascinantes que ha dado este deporte y que, con vuestro permiso, me parecería imperdonable obviar antes de sumergirme en mi otra gran tarea.
Han existido barreras de tiempo legendarias que han encumbrado a los atletas que las han superado como los 10” en los 100m (Jim Hines en los JJ.OO. México 68) o los 13´ en los 5000 (Said Aouita en el GP de la IAAF en Roma 87) pero hay una que me gustaría destacar, los cuatro minutos de la milla.
ROGER BANNISTER: LA MILLA MÍTICA
Estamos a mediados del siglo XX y en el atletismo se bajan marcas a ritmo de vértigo, pero hay una que sigue infranqueable y se empieza a generar una leyenda sobre esta prueba y unos atletas que la abordan en busca de la proeza.
En aquel tiempo el record mundial de la milla estaba en 4:01:4 (Gunder Hagg en 1945) pero habían pasado nueve años y nadie era capaz de recorrer esos 1609 metros en menos de 240 segundos lo cual provocó que cada carrera de la especialidad se convirtiera en un acontecimiento por parte de prensa y opinión pública.
Bannister escribió años después en su autobiografía First Four Minutes (Los primeros cuatro minutos) lo siguiente:
La milla en cuatro minutos se había convertido en una especie de Everest. Era un desafío al espíritu humano, un obstáculo que parecía mofarse de todos cuantos intentaban vencerlo, un llamamiento punzante contra el que el hombre luchaba en vano.
El 6 de Mayo de 1954 amaneció con un fuerte viento, mala noticia para nuestro protagonista quien iba a afrontar una de las más grandes barreras del atletismo, el “muro”, sabedor de que pocas oportunidades más le iban a quedar a este joven de 25 años quien al finalizar la temporada abandonaría el atletismo para realizar el doctorado en Neurología. Aparte llegaban noticias indicando que el australiano John Landy cada vez se acercaba más a la barrera de los cuatro minutos y vista su progresión el record podría no tardar mucho en alcanzarse.
Esa mañana estaba todo preparado en el antiguo estadio Iffley Road de Oxford (un modesto complejo con pistas de ceniza y una tribuna de madera en la recta principal), donde más de un millar de personas aguardaban la cita expectantes. Un grupo de atletas correrían, mención especial a Brasher y Chataway, portando dorsales de dos cifras que empezaban por el 4 (Bannister llevaba el 41) en clara referencia al reto propuesto.
En la salida estaban grandes especialistas en la distancia, la primera liebre sería Brasher con el objetivo de recorrer los primeros 800 metros en 1:58, estuvo a la altura cubriendo las primeras 220 yardas en 27” pero Bannister, ante un griterío ensordecedor, escuchó mal el primer parcial y visiblemente nervioso empezó a gritar a su compañero “faster, faster ¡!!!” quien sí había oído bien el tiempo y no modificó su ritmo de carrera cubriendo las primeras 440 yardas en 57,4”. Comienza la segunda vuelta y Brasher (posteriormente campeón olímpico de los 3000 obstáculos en Melbourne 1956) aminora la marcha a los 700 metros tomando el relevo inmediatamente Chris Chataway cubriendo la media milla (880 yardas) en 1:58”. Chataway mantiene ese ritmo alto pero el tiempo no parece suficiente marcando tres minutos exactos a falta de la última vuelta lo que equivalía a hacer esos últimos cuatrocientos metros en menos de 60 segundos (en aquel tiempo toda una proeza).
Bannister mantiene el ritmo hasta falta de 250 metros donde se lanza a por el record, pese a que el viento le castiga con dureza en ese tramo, cubriendo una descomunal última recta que hace mantener al público en vilo a la espera de ser anunciado por megafonía el tiempo una vez confirmado por los jueces. La persona encargada de ello (Norris McWriter) dio fe de la famosa flema británica utilizando una gran retórica para decirlo, su anuncio fue el siguiente:
Estimados señoras y señores: he aquí el resultado del noveno evento, la milla. Primero, el número 41, Roger Bannister de la Amateur Athletic Association, antiguamente colegio Exeter y Merton, con un tiempo que se constituye como nuevo récord de pista, y estando sujeto a confirmación se constituye también nuevo récord británico, europeo, del Imperio Británico y récord mundial. El tiempo es de tres minutos…
No se escuchó más, el griterío lo invadió todo, no importaba el tiempo completo (3:59:4), se oyó por primera vez el TRES como primera cifra lo que significaba que el hombre había derrotado al “muro”.
El 21 de Junio (sólo 46 días después) John Landy paró el crono en 3:58:0 quitándole el record a Bannister, no así la gloria ni el recuerdo de ser el primero en alcanzarla. Bannister había superado su Everest particular y, al igual que Edmund Hillary, había logrado la eternidad.
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3 Comments on "CITIUS ALTIUS FORTIUS. LA MILLA MÍTICA"
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Gran post sobre una de las pruebas más emblemáticas y,es que no hay nada más emocionante, épico y romántico a la vez que los esfuerzos, casi siempre anglosajones, en el medio fondo, tanto en la milla como en el 1.500 (y en parte, pero menos, el 800). Todos los que han hecho grande esta disciplina:Snell, Elliot, Walker, Wootle, Coe, Ovet hasta llegar a los norteafricanos (Aouita, El Guerrouj, Morceli..) y algunos europeriféricos,como Peko Vasala o Borzakovski, todos, nos han dejado momentos gloriosos. Aquí, uno de los últimos, Borzakovski en Atenas, 2004, apretando en los ultimos 200 metros del 800 para… Read more »
Gran post Hobbes, es genial poder recuperar todas esas historias olvidadas que ha dado el atletismo. Todavía se sigue uno emocionando con esto de derribar el muro infranqueable.
PD. Chris Brasher, el atleta gafapasta. Deberíamos hacerle un hueco de honor junto a Caster Semenya, flags 😀
@Rosschak La verdad es que el 800 ha sido el patito feo de del medio fondo, antiguamente la milla y posteriormente los 1500 se han llevado la gloria. Sólo hay que ver que quien pasó a la historia fue Coe por ganar en el “milqui” en Moscu 80 cuando Ovett se le cepilló en los 800 (por cierto, cosa paradójica ya que Coe era favorito en la prueba corta mientras que Ovett lo era en la larga). De los españoles uno tenía grandes esperanzas con Antonio Reina, a principios de la década pasada me parecía que se iba a comer… Read more »