Hay películas que uno nunca menciona cuando se le pide confeccione una lista con el nombre de los mejores largometrajes que ha visto, pero que, por determinadas circunstancias, recuerda con una entrañable sonrisa en el rostro

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Conexion Tequila, rodada en 1988, un año antes de la caida del muro, es una de ellas.

El motivo es fundamentalmente el casting compuesto por Mel Gibson, que acababa de recuperar el rol de antihéroe por antonomasia en Arma Letal; Michelle Pfeiffer, que era la chica guapa en Hollywood del momento y protagonizaría ese mismo año Las Amistasdes Peligrosas; y el mítico Kurt Rusell, otro héroe de accion (Golpe en la Pequeña China) que, como tantos otros antes que él, intentaba huir del rol que le había catapultado a la fama.

La historia es simple

Un hombre joven y rico (Mel Gibson) está enamorado de una fascinante mujer rubia (Michelle Pfeifer), pero, incapaz de mostrar sus sentimientos por miedo al rechazo, contempla como ésta comienza a salir con su mejor amigo (Kurt Rusell). Tras una serie de vicisitudes, todo acaba bien, la rubia acaba haciendo juegos malabares en la playa con el protagonista, ante la mirada sonriente del amigo.

Un momento, ¿Mel Gibson y Kurt Rusell en una comedia romántica? Cuando menos suena extraño, aunque cosas más raras se han visto estando la Pfeiffer de por medio, pero ¿cómo se explica la presencia de secundarios como Raul Julia y J.T. Walsh?

Muy sencillo. La historia relatada presenta las siguientes particularidades que la convierten en un thriller:

Mel Gibson no solo es joven y es rico, también es un narcotraficante que quiere retirarse del negocio, pero no puede evitar que la sombra de su pasado le persiga.

Kurt Rusell no solo es amigo de la infancia de Gibson, también es un policia que quiere detener al narco colombiano con el que traficaba su amigo, eximiendo a éste en la medida de lo posible.

Michelle Pfeiffer es la dueña del restaurante al que Gibson va a cenar todas las noches (y ya, el personaje de la Pfeiffer es inmaculado, como no podía ser de otra forma).

¿Y qué es Tequila Sunrise?

Como Rusell no entiende porque Gibson va siempre al mismo restaurante y sus colegas empiezan a sospechar que allí ocurre algo ilegal, se persona en la mesa donde está comiendo Gibson, y conoce a la Pfeiffer, momento en el que comprende que su amigo se ha enamorado, pero aun asi comienza una relación sentimental con ella, consciente de que es un activo para la investigación.

Cuando tras media hora de pelicula no demasiado coherente ni interesante la Pfeiffer se da cuenta que Rusell la está utilizando, va a la casa de Gibson , donde tiene con éste un tórrido encuentro sexual justo la noche en que los narcos colombianos han ido a saldar cuentas con Gibson.

Esta escena es la única en la que la Pfeiffer sale medio desnuda de toda su filmografía y en el siguiente video podéis disfrutar de esta excepción fílmica en la carrera de la actriz icónica de la belleza de los años 80.

El acto final dejo que lo descubráis vosotros, pero como puede apreciarse se trata de un largometraje que presenta dos grandes disyuntivas, amor frente a amistad y trabajo frente a amistad, suficientemente cercanas al espectador medio como para generar la debida empatía.

Mis escenas favoritas

En mi caso la sonrisa entrañable que me despierta esta película viene provocada por las siguientes escenas y diálogos:

• El narco colombiano, que también es amigo (el grado de fortaleza de las amistades es la clave de la película) de Gibson, juega con este una partida de ping-pong enmedio de una colosal operación de narcotrafico, mientras le comenta “que barbaridad, cuatro horas chingando, mis observadores estaban empezando a pensar en esconder a sus mujeres” (porque durante la tórrida escena sexual, ni Gibson ni Pfeiffer son conscientes de que la casa está siendo vigilada por los federales y los narcos).

• El narco colombiano a Gibson “No te preocupes, no la matare sin tu consentimiento” (a la rubia, que le ha visto la cara), a lo que Gibson replica “¿y si no lo doy?”, “seguiremos hablando hasta que me lo des”, zanja Raul Julia. (Evidentemente Gibson no da su consentimiento e intenta cargarse a Julia, resolviendo la primera disyuntiva, a saber, pueden más dos tetas que dos carretas).

• Rusell al final de la pelicula, cuando ve a los dos tortolitos retozando en la playa: “Seguro que están hablando de mi”, resolviendo la segunda disyuntiva, una amistad auténtica supera al deber profesional.

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