En un Eurobasket de tono menor, más físico que técnico, más intenso que brillante, más de músculo que de talento, no se podía llevar la medalla de oro otra selección que la más poderosa en el apartado físico, Francia. Tras muchos años persiguiendo un título europeo la generación dorada del baloncesto francés ha logrado coronarse por fin campeona de Europa en Eslovenia. Los Parker, Batum, Diaw, Pietrus o De Colo llevaban demasiado tiempo buscando en balde la gloria continental, de la que tantas veces le apartó su auténtica bestia negra, España. Tras dejar a la cuneta a su habitual verdugo no dejó escapar la oportunidad en la final. Lituania no tuvo nada que hacer tras un segundo cuarto mágico que entra en la historia del baloncesto galo. Llega un nuevo inquilino a la lista de campeones europeos. Un equipo al que la medalla de oro del palmarés europeo llevaba años esperando. Francia ya se ha hecho un sitio entre los triunfadores.

LA FINAL

Francia 80 – Lituania 66: El primer cuarto daba a entender que nos ibamos a encontrar con una final disputada de poder a poder, dura e igualada. El marcador se mantenía apretado en aquellos primeros minutos, en los que Parker no se sentía nada cómodo ante la defensa lituana. Francia mandaba ligeramente en los primeros compases pero su estrella no terminaba de lucir. Lituania dio la vuelta a la situación con la aparición de Kleiza (20 puntos, 5 rebotes, 16 de valoración). El alero lituano ha estado tocándose las narices casi todo el Eurobasket pero en semifinales y la final apareció en todo su esplendor, en aquella versión de jugador casi imparable que vimos hace 3 años en Turquía. Su infalible muñeca anotó 11 puntos consecutivos, claves para el 4-12 de parcial que le valió a su equipo para marcharse con ventaja al final del primer cuarto (19-22, min 10). El guion no varió en la primera mitad del segundo cuarto. Kleiza seguia anotando con muchísima facilidad y Kalnietis (19 puntos, 4 asistencias) jugaba a su antojo, lo que siempre es buena noticia para Lituania. Sin embargo el partido saltó en pedazos en los últimos minutos del cuarto. Batum (17 puntos, 6 rebotes, 19 de valoración) dio la réplica a Kleiza con un acierto no menos espectacular que el del alero lituano. Parker empezó a manejar el partido con la entrada a pista de Diot para ayudarle en la dirección. Un acierto de Collet, sin duda. A los jugadores galos les entraba absolutamente todo. En cambio a los jugadores lituanos se les encogió la muñeca con la intensidad de la agresiva defensa gala. La brecha se abría rápidamente al mismo ritmo que crecía un parcial demoledor, de aquellos que pueden decidir un partido. Un 21-3 culminado con un triplazo de Diot sobre la bocina en una jugada en la que sólo se disponía de 9 décimas. 31 puntos encajados en el segundo cuarto pesan demasiado en una final y ante un rival tan físico e intenso. Ese triple resultaba letal, parecía que el oro ya tenía dueño (50-34, min 20).

Fuente: usatoday.com

El partido ya no se escapó en ningún momento del dominio francés. Los hombres de Collet le echaron la llave al cerrojo y la tiraron al mar Adriático. Diaw (15 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 16 de valoración) se encargó de seguir martirizando a los lituanos que eran incapaces de bajar la diferencia, demasiado cercana a los 20 puntos. No tenía la regularidad necesaria en el juego y Kleiza ya estaba bien sujeto. Además ni siquiera quedaba el recurso de meter balones a los pivots, sus hombres altos estaban desaparecidos en combate. Los minutos se agotaban al ritmo que imponía Parker. Lituania ya había agachado la cabeza. Sus aficionados estaban resignados a la derrota. Kleiza pagaba su impotencia montándole pollos a Arteaga, que decidió no alargar la agonía lituana con una técnica que el alero se estaba buscando a pulso. El partido ya llevaba muerto demasiado tiempo. Como hiciera España ante ellos dos años antes los últimos minutos le sirvieron a los franceses para disfrutar del triunfo y para que los menos habituales tuvieran su momento en la pista. Tras muchos años de frustraciones, fragilidad mental y sinsabores en busca del oro europeo, la generación más deslumbrante del baloncesto francés se sube al trono continental. Llegó el triunfo que muchos expertos del mundo de la canasta llevaban tanto tiempo aventurando, sin éxito hasta ahora. El músculo francés llega a lo más alto.

Fuente: youtube.com

EL PARTIDO DE ESPAÑA: bronce

España 92 – Croacia 66: Si alguien pensaba que el bajón anímico que pudiera afectarle a la selección española tras caer en semifinales iba a acompañarle en la lucha por el bronce pronto tuvo que cambiar de opinión. Aunque no sea lo mismo que el oro los jugadores de Orenga no iban a tirar la medalla de bronce así por así. Comenzaron con la misma intensidad atrás de costumbre, provocando 3 pérdidas croatas en los 3 primeros minutos y moviendo bien  y rápido el balón. El 11-2 inicial encendió las alarmas en el banquillo de Repesa, que dio entrada a Draper para que el juego croata tuviera más sentido que la mala dirección de Ukic. Realmente el juego de Croacia se convirtió en darle balones a Bogdanovic para que se les apañara, visto que los hombres altos estaban de nuevo espantosos. El alero croata despertó a su equipo. Explotó los problemas endémicos de España en el puesto de 3, aprovechando la superioridad en altura sobre sus defensores (17-16, min 7). Llull solucionó los problemas con un par de triples que le dieron de nuevo un cómodo colchón a la selección española. Croacia volvió a la dinámica de las pérdidas de balón en los primeros minutos del segundo cuarto pero los suplentes de España que entraron en la pista no fueron capaces de abrir brecha. Su desacierto impidió asestar un duro golpe a los croatas que terminaron despertando otra vez con Bogdanovic (22 puntos, 4 rebotes, 21 de valoración). El alero volvió locos de nuevo a sus defensores, tanto en la zona como en el perímetro. Se preveían problemas porque él solo logró darle la vuelta al partido (28-29, min 15) tras un 3-11 de parcial. Croacia no llegó más allá. Aparecieron Llull (21 puntos) y Claver (16 puntos, 6 rebotes, 23 de valoración) para terminar con el bloqueo ofensivo. Entre los dos destrozaron la defensa croata que no tuvo antídoto para ellos. Ni el rápido tiempo muerto pedido por Repesa sirvió de algo. Un triple de Llull sobre la bocina completaba su enorme segundo cuarto y cimentaba una diferencia interesante al descanso (47-36, min 20).

Fuente: lainformacion.com

Croacia salió fuerte con un 0-4 de inicio pero el efecto fue el de la gaseosa. Se disipó en cuanto volvió a aparecer Llull, desatado en su versión de El pirómano de Mahón. Incendió el partido hasta dejarlo hecho cenizas. Croacia intentó hacer la goma durante el tercer cuarto pero la diferencia apenas bajaba de los 10 puntos. Era un quiero y no puedo. Cada vez que intentaba recortar aparecía Llull o Rudy o Marc Gasol (17 puntos, 8 rebotes, 23 de valoración) martirizando a los pivots croatas, incapaces de nuevo de frenar a la tanqueta que les estaba pasando por encima. España terminaba el cuarto con una diferencia muy cómoda (63-48, min 30) y esta vez no la iba a dejar escapar. Con Bogdanovic ya bien tapado Croacia se deshizo. La defensa croata se convirtió en un desbarajuste tremendo, castigada una y otra vez por unos jugadores españoles desatados, que volaban jugando a la carrera, libres de presión. En cuanto la diferencia llegó a los 20 puntos los croatas bajaron los brazos. El pescado estaba todo vendido. España había llegado al tramo decisivo con una diferencia muy amplia y definitiva, suficiente para evitar los disgustos que han producido en todo el torneo los finales ajustados. Orenga dio los últimos minutos a los menos habituales para que pudieran disfrutar de un bronce que el banquillo celebró con la efusividad que merece una medalla europea. No es el oro logrado en los dos campeonatos europeos anteriores pero este resultado era un gran éxito en los momentos de necesidad. No lo ha olvidado este equipo que tuvo la profesionalidad y amor propio adecuados para no despreciar un bronce.

Fuente: greenwichtime.com

EL RESTO DE LA JORNADA

Serbia logró la última plaza para el Mundobasket tras vencer a Italia en el partido por el 7º puesto a Italia por 76-64. Pesó más el agotamiento físico de los jugadores claves de Italia que el palo anímico que sufrió en semifinales el conjunto de Ivkovic. Serbia decidió el partido ya en el primer cuarto con un 27-11 que resultó mortal de necesidad. Serbia golpeó donde más le dolía al conjunto de Pianigiani. Le hizo mucho daño por dentro, donde Krstic (17 puntos, 4 rebotes) no tuvo rival, y en el puesto de base donde Nedovic se aprovechó de la falta de un base de garantías entre los italianos. El cansancio entre los Belinelli, Aradori o Gentile le pasó una enorme factura. Sólo Datome (19 puntos) tuvo el suficiente acierto pero estuvo demasiado solo como para inquietar el triunfo serbio. Italia se queda fuera del Mundobasket y parece poco probable que reciba una invitación viendo la lista de candidatos. En quinto puesto fue para Eslovenia, que cerró su torneo imponiéndose a Ucrania por 69-63 en un partido tristón y sin aliciente.

Fuente: 20minutos.es

Y DIGO YO…:

• Tony Parker, MVP del Eurobasket. El base francés logró de una tacada dos de los escasos galardones que le faltaban en su brillante carrera. Estuvo irregular y difuso en las dos primeras fases pero en el momento de la verdad apareció para decidir los partidos decisivos, como hace una gran estrella.
• El quinteto ideal lo han formado Parker, Goran Dragic, Bogdanovic, Kleiza y Marc Gasol. Me chirría Kleiza, sólo ha jugado tres partidos buenos, pero buscando bien me cuesta encontrar un ala-pivot que haya brillado en este Eurobasket. En este torneo hemos tenido un agujero tremendo en el puesto de 4, camino de extinguirse con la proliferación de aleros ocupándolo.
• Después de las luces hablemos de decepciones. Ricky Rubio, en ocasiones pareció peor jugador del que era antes de irse a Minneapolis. Valanciunas, al que le falta solidez y fortaleza mental para equipararse con la física. Ante Tomic, de nuevo en su versión blanda y distraída. Grecia y Turquía, dos selecciones que aspiraban a los puestos de honor y que pueden quedarse fuera el Mundobasket del próximo año.
• Y para terminar, una reflexión sobre el formato del torneo. Me sobran 8 equipos y una semana de competición. Cuando el Eurobasket contaba con 16 selecciones se le consideraba incluso más duro que un Mundial porque apenas había rivales de relleno y la dureza era tremenda. Prefiero que algún equipo ilustre quede fuera a aguantar selecciones que no pintan nada en partidos intrascendentes y eliminar una fase de grupos que alarga innecesariamente el torneo. Para mantener la calidad en un torneo de máximo nivel es preferible ser selectivo que generoso.