Pasados unos días de la clausura del Mundial de atletismo de 2013 ya es momento para realizar un análisis profundo con la cabeza ya en frío y las ideas más claras. En Moscú se presentaba un campeonato típico del año preolímpico; con ausencias importantes, bajada de rendimiento de otros atletas que están con la vista puesta en la próxima cita olímpica y aparición de nuevos nombres o de otros que estaban a la sombra de las grandes figuras. La cita rusa me ha dejado dos conclusiones importantes. La primera es que en el primer examen que pasa Rusia en el aluvión de grandes competiciones deportivas que va a albergar en los próximos años suspende claramente en organización. No se ha facilitado su labor a deportistas ni periodistas, escasa repercusión y expectación en las gradas, seguimiento más que mejorable y una señal de televisión que llega a retirar imágenes de atletas por motivos extradeportivos, algo que es cuanto menos peligroso. No son buenos precedentes para futuras citas. Desde luego los grandes organismos deportivos deberían pensarse mejor a quien le entrega la organización de sus mayores eventos y no sólo pensar en la cantidad indecente de dinero que pretende gastar la futura sede. La otra conclusión que obtengo es que los  dominadores del atletismo siguen siendo los mismos y han afianzado su posición de hegemonía.

Fuente: elgrafico.com

Los focos siempre se dirigen a Usain Bolt cuando el jamaicano está presente en una gran competición. Una vez más ha vuelto a responder a las expectativas. Las grandes ausencias, como la de Yohann Blake por lesión o las de Tyson Gay y Asafa Powell por dopaje, le allanaban el camino. En todo momento dio la sensación que Bolt competía en las series como si fuera un simple entrenamiento y en la final ganaba sin dar el 100%. Sin ser exigido al máximo el velocista jamaicano no necesita competir a tope para vencer con autoridad sin que la marca deje de ser brillante. Es el reinado absoluto de Usain Bolt. Para colmo, en los primeros lugares se encuentra escoltado por sus compatriotas por lo que la tiranía de Jamaica en la velocidad es total y no parece que vaya jumpers for sale a cambiar en los próximos años. En las pruebas de fondo en la pista los africanos se han topado con un obstáculo inabordable, una cuña de la misma madera. Somalí de nacimiento, británico de adopción desde niño, Mo Farah se ha convertido en una pesadilla para los fondistas keniatas y etíopes. Su anarquía táctica les impide llevar a cabo una estrategia que haga frente al británico y acaban haciendo una carrera cómoda a Farah que les remata en la última vuelta con su imparable final. Así repitió en los 5000 y 10000 los triunfos que logró en ambas pruebas en Londres para confirmar que es el dominador absoluto de las pruebas de fondo. Da la sensación que hasta podría dar guerra en los 1500 si se lo propusiera. No en vano batió este año el record de Europa de Fermín Cacho. Las actuaciones de estos dos monarcas del atletismo masculino actual fueron lo más destacado entre los hombres junto a los concursos de Teddy Tamgho en triple salto, donde superó los 18 metros, y del ucraniano Bondarenko en salto de altura y que a punto estuvo de batir el record mundial de un mito como Javier Sotomayor.

Fuente: starmedia.com

En categoría femenina el brillo lo pusieron dos mujeres. Yelena Isinbayeva ponía el broche de oro a su gran carrera deportiva logrando un título más como campeona mundial. No tenía la mejor marca mundial del año pero sacó toda su competitividad en el momento clave de la temporada para despedirse del atletismo a lo grande. Mejor recordarla por esto que por su salida de tiesto al criticar a Emma Green por su apoyo a la comunidad homosexual rusa. La otra gran estrella fue Shelly-Ann Fraser Price, la velocista jamaicana que fue la indiscutible reina de las pruebas de velocidad en Moscú tras sus oros en 100, 200 y el relevo 4 x 100. Estas dos atletas fueron las grandes protagonistas de un atletismo femenino que domina Rusia, con la salvedad de un fondo y un mediofondo que se han convertido en el cortijo particular de las africanas.

Fuente: emol.com

Según el medallero el gran triunfador ha sido Rusia con 7 oros, 4 platas y 6 bronces, seguida de USA (6,14,5), Jamaica (6,2,1), Kenia (5,4,3) y Alemania (4,2,1). Resulta más que asombroso que el atletismo estadounidense se haya visto relegado a un segundo lugar. Al menos en el medallero. Porque aplicando el sistema Perdi (10 puntos el oro, 5 la plata, 2 el bronce) se da la vuelta a la tortilla. USA sería la gran triunfadora con 140 puntos, seguida de Rusia con 102, Kenia con 76, Jamaica con 72 y Etiopía con 53. Una clasificación que me parece más ajustada a la realidad del atletismo, que está muy lejos de quedar reflejada sólo por el número de oros. España quedaría clasificada en el puesto 31º, igualada con Serbia, con 4 puntos. Es la misma posición que ocupa en el medallero, esta vez mi sistema no sirve para tener otra lectura. Si comparamos con otro países de nuestro entorno, y a los que España siempre ha aspirado a acercarse, el atletismo español no queda bien parado: Alemania 52 puntos, Gran Bretaña 36, Francia 21. Sólo queda a tiro una Italia (5 puntitos de una medalla de plata) que ha vivido tiempos mejores.

Fuente: lainformacion.com

La actuación española no ha sido catastrófica pero, desde luego, es claramente mejorable. Las dos medallas de bronce conseguidas por Miguel Ángel López en 20 kms marcha y Ruth Beitia en salto de altura cumplen con las expectativas de medalla porque se esperaba que como máximo se consiguieran un par de preseas. Pudieron ser tres pero a Eusebio Cáceres le falto un centímetro para lograrlo. Cosas que pasan en el atletismo. El número de finalistas, la vara de medir que usaba el director técnico, Ramón Cid, antes del comienzo del Mundial, ha quedado en cinco. A los tres nombres anteriores se unen Alessandra Aguilar, quinta en maratón, y Beatriz Pascual, sexta en 20 kms marcha. No es un número para tirar cohetes precisamente. El  bagaje supera a lo obtenido dos años antes en Daegu pero si se tuviera como referente el nefasto Mundial celebrado en la ciudad surcoreana sería muy mala señal. Los medallistas españoles en Moscú definen el estado actual del atletismo nacional. Un atleta que está empezando (Miguel Ángel López) y otra que apura sus últimos momentos en activo (Ruth Beitia aunque parece que seguirá otro año más al menos). Este equipo es la mechanical bull for sale mezcla de jóvenes aún verdes y atletas muy veteranos y cercanos a la retirada. Apenas hay término medio. Y en los jóvenes, salvo excepciones, a la falta de experiencia se le añade otra de competitividad preocupante. Salvo una hornada interesante de jóvenes velocistas y marchadores se está perdiendo terreno en especialidades como el mediofondo donde España era una potencia tradicional. El estado de los 1500, prueba por excelencia en el atletismo español, es la viva imagen de la ruina. Habrá que esperar al próximo año, al Europeo de Zurich, para comprobar el estado real del atletismo español a nivel continental, quizá el único escenario donde se puede sacar la cabeza actualmente.

Fuente: tribunasalamanca.com