Y al último partido el cambio llegó. Tuvo que agotar todos los encuentros de la final y sudarlo hasta el último minuto pero el Real Madrid vuelve a llevarse el título de la ACB seis años después ante un Palacio de los Deportes completamente entregado a su equipo. El Madrid confirmó su gran temporada y mayor profundidad de plantilla para asaltar el trono de la ACB. Sin duda, se puede jugar bonito y ganar aunque nunca tuvo fácil imponerse al hasta ahora campeón. El Barça cayó con orgullo, luchando hasta el final pese a las ausencias e infortunios que le han azotado en este tramo final de la temporada. Es un equipo competitivo al máximo y del que no hay manera de librarse porque siempre regresa pero su carácter y experiencia no fue suficiente para frenar a un rival que venía pegando fuerte y al que se le esperaba desde el inicio de la temporada para suceder a los azulgranas en lo más alto del baloncesto nacional. Ahora el trono lo ocupan los madridistas. Con los refuerzos precisos se antoja una batalla apasionante entre los dos grandes futboleros las próximas campañas pero, por esta vez, la ACB se viste de blanco.

Real Madrid 79 – Barça 71 (3-2): El ambiente era inmejorable, digno del partido definitivo de la ACB. Gradas repletas a 10 minutos del comienzo. El Palacio de los Deportes se teñía de blanco aunque para este quinto partido no faltó la presencia de seguidores llegados desde Barcelona. El emotivo minuto de silencio por Manel Comas fue el último momento de calma antes de dispararse la emoción. El Palacio de los Deportes hervía desde el salto inicial. Sobre todo porque el Real Madrid comenzó como un tiro. Muy intenso atrás, bloqueó a un Barça que tardó en entrar en el partido. Los azulgranas tardaron dos minutos en tirar a canasta y casi cinco para anotar sus primeros puntos. La presencia de Navarro en el quinteto inicial era un farol, estaba muy mermado y ni siquiera podía lanzar en condiciones. El Madrid disfrutaba, sobre todo un Carroll que parecía liberado de la ansiedad que le atenazaba en partidos anteriores. Xavi Pascual, tras ver que sus cambios no surtían efecto, tuvo que pedir tiempo muerto tras el 10-0 con el que arrancaba el Madrid. Consiguió frenar un poco el estropicio ordenando que metieran balones dentro a Tomic pero cuando el croata se fue al banquillo regresó la oscuridad ofensiva. Los blancos mordían atrás y empezaban a correr, lo que es muy mala señal para el equipo contrario (20-10, min 8).

Fuente: esdeporte.excite.es

Xavi Pascual dio entrada a Jasikevicius y le cambió completamente la cara a su equipo. El base lituano le dio otro aire y entre faltas que le sacaba a Sergio Rodríguez y pinceladas en forma de algún pase de fantasía metía por fin al Barça en una dinámica positiva. 0-10 de parcial y el partido de nuevo igualado. El Madrid volvió a estirarse un poco cogiendo 6 puntos de ventaja tras la igualada pero no se quitaba de encima al Barça ni con agua caliente. Había apretado atrás, aprovechaba todo rebote ofensivo que capturaba y comenzaba a llevar el choque al terreno que le interesaba. Incluso anotaba más al contraataque que el Real Madrid. Uno finalizado por Ingles le daba la primera y única ventaja a los culés en el marcador (31-32, min 16). La dirección de Sergio Rodríguez no estaba siendo afortunada y Laso lo sustituyó por Draper tras el preceptivo tiempo muerto. El base estadounidense-croata estuvo realmente fino en los minutos que estuvo en pista. Con su entrada a pista aumentó el nivel defensivo y en ataque volvía a jugarse con más criterio. En cambio, Huertas estaba negado en el otro bando. Sin Saras a los mandos el Barça se diluía. Ni siquiera se podía recurrir a Navarro aunque le pusieran un par de minutos en pista. No estaba para jugar. Su final de 2º cuarto fue muy malo, se encontró dominado por un Madrid que había vuelto a pisar el acelerador partiendo de una gran actitud atrás. 10-0 para los blancos hasta el descanso y los locales se marchaban a vestuarios con un colchón que le permitía tranquilizarse un poco (41-32, min 20).

Fuente: paco11.blogspot.com

El inicio de la segunda parte fue nefasto para los intereses del Barça. Dos balones pérdidos, dos contraataques fáciles. Xavi Pascual no dudó en pedir tiempo muerto aunque no se hubiera consumido aún ni medio minuto. Este comienzo era muy peligroso si no cortaba la dinámica de raíz pero no sirvió de mucho. El Barça continuó atascado, bloqueado, a la deriva. A un pequeño paso de caer por el precipicio. El Madrid ya parecía lanzado a una victoria inapelable y humillante para los azulgranas. Rudy (15 puntos, 5 rebotes) era el abanderado de este arranque arrollador. Su primer triple al 20º intento puso la máxima ventaja en el marcador (50-33, min 24). Sumado al final del segundo cuarto, 19-1 de parcial. Se antojaba mortal de necesidad. Nadie aparecía en el Barça, obcecado en tirar de 3 sin suerte cuando conseguía mantener el balón hasta el final. Xavi Pascual tuvo que recurrir al manual de los milagros. Puso en pista a Jasikevicius e Ingles y en defensa ordenó la zona que tanto daño le hacía al equipo blanco. Volvió a hacer estragos porque el Madrid sufrió de nuevo para atacarla. Optó por la vía del triple y este recurso volvió a fallarle. Los cambios también funcionaron de maravilla, seguramente mejor de lo que esperaba. Jasikevicius (23 puntos, 2 asistencias, 24 de valoración) devolvió el rumbo perdido a sus compañeros. Ingles (25 puntos, 6 rebotes, 28 de valoración) se destapó como un infalible anotador. Tanto penetrando como desde el triple le amargó la existencia a sus defensores, no había manera de frenarle. Entre los dos, porque a excepción de un tiro libre de Tomic sólo anotaron los dos, devolvieron las esperanzas a todos los culés (55-48, min 30). La remontada heroica era aún posible, el Barça no desaparecía nunca.

Fuente: actualidades.es

Con el comienzo del último cuarto llegó el turno de Darden (13 puntos, 7 rebotes, 16 de valoración), que no se cortó a la hora de asumir la responsabilidad y aguantarle el pulso a Ingles. Poco a poco el Barça comenzó a acusar la acumulación de minutos. Jasikevicius emitía señales de cansancio e Ingles ya no podía aparecer como antes. El Madrid había puesto en pista al quinteto más agresivo y volvía a robar balones con facilidad. Los blancos corrían y volvían a dominar a placer. Xavi Pascual no podía dar apenas descanso a Jasikevicius e Ingles porque el Madrid se escapa de nuevo y el tiempo escaseaba (64-51, min 33). Saras volvió a asumir el peso de su equipo. Infalible, como en sus tiempos mozos. Pero sólo servía para acabar intercambiando canastas con su rival. Además había aparecido el que siempre está, el que nunca falla en el último cuarto. Felipe Reyes (14 puntos, 5 rebotes) volvió a hacer de las suyas cargando el rebote ofensivo y el triunfo blanco parecía inevitable. Sólo los numerosos errores en el tiro libre y la excesiva preocupación en dejar pasar el tiempo, acabando las jugadas en tiros forzadísimos, le dieron una pequeña opción al Barça que se puso 76-71 a falta de 25 segundos. Un balón perdido por Huertas a manos de Slaugher sentenció definitivamente el partido y el título de Liga.

Fuente: lainformacion.com

El Real Madrid recuperaba el cetro de la ACB seis años después. La explosión de alegría de los madridistas estaba más que justificada. Habían pasado muchos años de sinsabores hasta volver a dominar el baloncesto español. Vibraron con la entrega del trofeo, con la vuelta de honor de unos eufóricos jugadores y muchos de los aficionados no se movieron hasta que los jugadores volvieran a pista al grito de “si no salen no nos vamos”. Lo hicieron para corresponder a una afición entregada a estos jugadores y esta forma de entender el baloncesto. Saludos, abrazos con aficionados, numerosas fotos. Detalles para agradecer el apoyo de unos aficionados que se fueron a casa con una sonrisa de oreja a oreja aunque al día siguiente les faltaran horas de sueño.

Fuente: lainformacion.com

Y DIGO YO…:

• Felipe Reyes, MVP de la final. Su segundo galardón tras el que consiguió en 2007, en la anterior Liga que se llevó el Real Madrid. Muy merecido, marcó diferencias más que nadie con su entrega y lucha en la zona. Pues sí, va a ser que está acabado, es problemático y el gran lastre del Madrid. Se le echará de menos en Eslovenia en septiembre.
• Han pasado 20 años desde el último título liguero que ganó el Real Madrid en su propia cancha, desde aquel 1993 contra el Joventut. Los cuatro títulos posteriores se vencieron en cancha contraria, 3 de ellos en Barcelona. Nunca había vivido un título del Madrid en directo. Sabe mucho mejor.
• Entre Jasikevicius e Ingles anotaron 48 de los 71 puntos del Barça. El banquillo debe aportar pero si son dos suplentes los que tiran del equipo algo hay que decirles a los titulares. Navarro tenía coartada con la lesión. Tomic al menos hizo algo en la primera parte. Huertas, Oleson y Lorbek no pueden estar muy orgullosos del partido de ayer, estuvieron espantosos. Sin banquillo es muy difícil ganar un partido así. Sin la aportación de los titulares ya sería un milagro.
• El horario de las 22:00 será buenísimo para las audiencias de televisión pero para el aficionado es un incordio. Se llega a casa a hora golfa y, desde luego, no hay quien se pueda parar a celebrarlo un rato. Como siempre, el seguidor es el último mono.
• Llevo dos temporadas acudiendo al Palacio de los Deportes con asiduidad y contrasta notablemente el trato que dan a los aficionados los jugadores de fútbol y baloncesto. A estos no se les caían los anillos por mezclarse con el público. Carroll paseó el trofeo para que todos lo tocaran (a mí me faltó un pelo), Darden se hacía fotos con todo el mundo, Felipe le daba la mano a todo el que tenía delante, Sergio Rodríguez repartía abrazos, Llull dirigía los cánticos de los aficionados…A todos ellos los tuve justo delante. Igualitos que los de fútbol, que se escaquean todo lo posible. Sólo he visto a Pepe, y algo a Sergio Ramos, tratar con una sonrisa a todo el que le solicitara una foto o un autógrafo en las gradas del Palacio. Las comparaciones son odiosas.