El domingo haremos un viaje al pasado en el mundo del baloncesto. Regresamos a 1995, a aquella final Real Madrid-Olympiacos. A aquella exhibición de Sabonis en sólo 22 minutos, al partidazo de Arlauckas cargando con el ataque blanco cuando el Zar lituano estaba en el banquillo cargado de personales, la impresionante defensa de Santos y García Coll que secó a Eddie Johnson, el gran trabajo colectivo del equipo blanco, el ambientazo en Zaragoza que llenó de color blanco las gradas del Príncipe Felipe para llevar en volandas al Madrid a su 8ª Copa de Europa. Esa última final del Real Madrid en Euroliga se repetirá el domingo en el O2 de Londres tras dejar en la cuneta a Barça y CSKA en las semifinales. Un duelo por el título europeo lleno de buenos recuerdos para los aficionados madridistas, un buen augurio para volver a lo más alto del baloncesto continental. El domingo sabremos si este viaje al pasado acaba con el mismo destino: con el Real Madrid alzándose con la Euroliga.

CSKA Moscú 52 – Olympiacos 69: El partido que abría la Final Four comenzó muy igualado y no por la dificultad en sumar puntos sino por el intercambio de canastas de los primeros minutos. Printezis anotaba en la zona mientras en el bando moscovita entre Weems y Khryapa se iban repartiendo todos los puntos. Quién se iba a imaginar entonces que iban a ser los dos únicos jugadores del equipo ruso con algo de luces en ataque. Menos aún cuando la entrada de Erceg propiciaba que todo el quinteto del CSKA Moscú superara los dos metros. Un poderío físico inigualable en Europa. Pero esa ventaja no le sirvió de nada al juego del CSKA. Se veía al equipo griego mucho más metido, más intenso en defensa. A los de Messina no se les veía cómodos. Jugaban por fuera más de lo normal, desperdiciaban demasiados tiros libres en las numerosas faltas que le pitaban a Olympiacos y comenzó a perder demasiados balones, 6 en total, en la recta final del primer cuarto. Mientras, el conjunto heleno defendía con intensidad y movía el balón con muy buen criterio. De hecho, estaba pasando por encima de un errático CSKA que continuaba anclado en ese fatídico último cuarto de la final de Estambul de la temporada pasada. Ni el tiempo muerto que pidió Messina lo espabiló (25-38, min 15). El Olympiacos dominaba todas las facetas del juego. Los suplentes cumplían con su trabajo. Pero Antic volvía locos a los defensores con su versatilidad, Sloukas dirigía con criterio, Shermadini reboteaba y Hines aparecía por todas partes en la zona. El CSKA no podía despertar de la pesadilla. Seguía fallando tiros libres (3/10 en t1 al descanso) y Teodosic y Krstic estaban desaparecidos en combate, desesperados ante la defensa griega. Sólo Kaun (7 puntos, 7 rebotes, 3 tapones,16 de valoración) ponía algo de dignidad desde el esfuerzo en defensa. Y menos mal que Spanoulis no estaba fino en el tiro, el desastre al descanso pudo ser aún mayor en un partido más fino de la estrella helena (28-40, min 20).

Fuente: lainformacion.com

No cambió la situación tras el descanso. El naufragio parecía inevitable. El marcador se movía lentísimo pero la espectacular defensa de Olympiacos brillaba por encima de todo. Impresionante despliegue de ayudas, intensidad y actitud que aumentaba la frustración de su rival. El CSKA sólo anotaba desde el tiro libre. No le importaba mucho al Olympiacos cometer faltas, todos defendían a cuchillo en un partido que se había vuelto lento y cuartelero. El duó de la fama serbio, Teodosic y Krstic, seguían sin enterarse de nada. En cambio Hines (13 puntos, 10 rebotes, 16 de valoración), un ala-pivot que ni llega a los dos metros, dejaba en paños menores a los altísimos y fuertes pivots del CSKA. Se hizo el amo y señor de la zona. Un 0-10 de parcial entre el final del tercer cuarto y el principio del último selló el destino del partido para asombro de todos y euforia de los aficionados de Olympiacos (36-57, min 32). El desastre era mayúsculo para el gran favorito. La cara de Messina, un poema. La exhibición defensiva de Olympiacos llegó a tal extremo que ridiculizó a todo un plantel de figuras. El codazo de Teodosic a Antic, que le supuso una antideportiva, fue el mejor reflejo de la frustración del equipo ruso. Había caído de nuevo en la misma piedra y esta vez no por accidente. Fue superado por un bloque de granito. Por un EQUIPO.

Fuente: altaspulsaciones.com

Barça 67 – Real Madrid 74: El Madrid tardó en enterarse que la Final Four había dado comienzo porque su inicio de partido fue para olvidar. No supo leer que en esta semifinal había más permisividad con las defensas que en la anterior desde el comienzo y su ataque no lo encajó bien. Llull estaba perdido en la dirección, no se anotaba en la zona ni por asomo y sólo cuando salía el balón hacia afuera entraba algo. El Barça controlaba el ritmo del partido como le interesaba. Marcelinho Huertas impuso ese ritmo pausado que necesita un equipo tocado físicamente y en el que se maneja mucho mejor que su rival. Además Navarro empezaba entonado, malas noticias para los blancos que acababan el cuarto dando malas sensaciones (18-11, min 10). El Madrid necesitaba un revulsivo, un cambio de timón. Laso le cedió el mando a Sergio Rodríguez (12 puntos, 9 asistencias, 16 de valoración) y el partido cambió radicalmente. El ritmo se volvió frenético, como le gusta al Real Madrid. Llull encendió la mecha con 3 triples seguidos. De escolta se mueve mucho mejor. Los blancos enjugaban la diferencia pero les costaba ponerse por delante. El Barça comenzaba a sufrir con las rotaciones. El único recurso al que pudo agarrarse fue a Tomic (18 puntos, 12 rebotes, 34 de valoración), único argumento ofensivo que encontraron los azulgranas en pleno vendaval blanco. Sergio Rodríguez daba un curso de dirección a cámara rápida y el Madrid disfrutaba del ritmo desenfrenado que marcaba El Chacho. Felipe Reyes agrandaba la herida culé mostrándose incontenible en la lucha por el rebote ofensivo. 28 puntos encajados en el 2º cuarto lo decían todo. El Madrid ya estaba donde quería y había puesto todo lo necesario para labrarse su futuro en la final (33-39, min 20).

Fuente: zimbio.com

Laso volvió a confiar en el quinteto inicial para el comienzo de la 2ª parte. Volvió a repetir error porque regresaron todos los defectos del primer cuarto. La mala circulación de balón, los problemas en la zona por la falta de un referente interior de garantías y las dificultades para atacar la zona ordenada por Xavi Pascual. El Barça no tardó en igualar con un 8-3 de salida. Huertas (19 puntos, 6 rebotes, 16 de valoración) volvió a manejar el partido a su antojo para que entrara en la dinámica que le convenía al Barça. Tomic seguía muy activo en la zona y para preservarle Xavi Pascual decidió arriesgarse con Jawai. No tardó ni dos minutos en darse cuenta que, cojo, el australiano no era de mucha utilidad. Había que seguir tirando de los titulares hasta donde aguantaran. Funcionaba. El Barça daba la vuelta al marcador poco antes del final del 3º cuarto y entró al último disparado, anotándolo todo en las primeras jugadas del último acto (61-52, min 33). El Madrid seguía colapsado parecía muy complicado que a un equipo de la experiencia del Barça se le pudiera escapar la presa. No creo que fueran pocos los madridistas que lo vieran ya negro. En los últimos años un revés así ante los azulgranas habría acabado en hundimiento y nuevo golpe a la moral, como también ocurrió hace dos años ante Maccabi en Barcelona. Pero este Madrid es de otra pasta.

Fuente: eleconomista.es

Sergio Rodríguez comenzó a explotar sus penetraciones para acabar con un pase al pivot bajo el aro. Le valió un par de veces con Slaughter y otro par con Felipe, los dos sorprendentemente solos ante la pasividad de los hombres altos del Barça. Xavi Pascual no reaccionó hasta que el Madrid volvía a meter el miedo en el cuerpo con un 0-7 pero la imprudencia de meter a los blancos en el partido de nuevo ya estaba hecha. La defensa del Madrid subió de intensidad. Al Barça se le hacía de noche y la gasolina empezaba a acabarse. Marcelinho ya no anotaba como antes, Tomic desaparecía bajo los efectos del cansancio y los minutos y Navarro estaba atado en corto. Se había activado el modo de autodestrucción. Felipe Reyes (17 puntos, 5 rebotes, 23 de valoración), en el otro aro, humillaba una y otra vez a los pivots azulgranas en la lucha por el rebote. El capitán blanco no falla cuando se le necesita en un final de partido, siempre está ahí. El hundimiento era ya imparable. Las concesiones en el rebote se habían convertido en críticas y sonrojantes y el Madrid se aprovechó de ello. El parcial llegaba a 2-17 (63-69, min 38), los azulgranas estaban viviendo la pesadilla de final de partido que querían evitar. Ya no había fuelle para volver a levantarse. Se buscaba a Navarro pero el marcaje que recibía le impedía siquiera mirar el aro. Sin él tomando la responsabilidad los azulgranas volvieron a sentirse huérfanos, perdidos sin remedio. Sergio Rodríguez remataba a su rival desde la línea de tiros libres. El Madrid volvía a una final de Euroliga 18 años después. El Barça se marcha del partido con la sensación de haber dejado escapar un encuentro que tenía en la mano y encauzado.

Fuente: laopiniondemalaga.es

LA JORNADA DEL DOMINGO: La jornada final comenzará el domingo 12 a las 18:00 con el 3º y 4º puesto entre Barça y CSKA Moscú. Como este partido siempre ha sido un absurdo que nadie tiene ganas de disputar espero que me permitáis pasarlo por alto e irme directamente al análisis de la final, que se jugará a las 21:00. Se repite la de 1995, la del último título de Euroliga del Real Madrid y con el Olympiacos como rival. Dos formas completamente opuestas de jugar al baloncesto: la alegría, desparpajo y velocidad del Real Madrid contra la intensidad defensiva de un bloque de granito  como el del Olympiacos. Dos estilos diferentes frente a frente. Por plantilla el Madrid presenta un equipo más profundo y talentoso que el equipo griego pero la exhibición defensiva griega ante CSKA impresiona. Será otra batalla de ritmo de juego. Si el Madrid corre y evita que el Olympiacos se plante a defender cómodamente tendrá todas las de ganar para llevarse el título. Pero será complicado correr ante un rival que lo va a evitar de todas las maneras posibles. En ataque estático sufrirá. La falta de un 5 poderoso convierte el juego en la zona en un martirio por lo que penetrar y encontrar buenas posiciones para los tiradores se convertirá en fundamental. Jugadores como Carroll o Mirotic, grises ante el Barça, deberán ganar protagonismo y acierto, serán fundamentales. Llull tendrá que hacer algo más que acertar de 3 y dirigir mucho mejor que en semifinales para evitar regalar tiempo al Olympiacos. En defensa deberá minimizar a Spanoulis como hizo con Navarro. Por él pasan gran parte de las opciones ofensivas del equipo de El Pireo. Importantísimo controlar el rebote. Ya vimos ante el CSKA que el Olympiacos carga muy bien el rebote en ataque y no bastará sólo con Felipe Reyes para dominarlo. Slaughter ayudará seguro pero si no echan un cable Begic o Suárez se complicará el asunto. El Madrid tiene muchas opciones pero el Olympiacos ya ha demostrado su solidez y entrar en su terreno te aboca a jugar a algo muy peligroso y con muchas opciones de pegártela. Más que nunca deberá ser él mismo.

Y DIGO YO…:

• Olympiacos acumuló fiasco tras fiasco juntando plantillas con grandres estrellas que acabaron conviertiendo el equipo en una banda pero ha encontrado la gloria con un conjunto de perfil más bajo pero duro como el granito, comprometido y que forma un EQUIPO. Sin duda, es más facil ganar un título formando un equipo que sabe lo que hace.
• Teodosic y Krstic se diluyeron como azucarillos ante las dificultades de un partido al máximo nivel. No es la primera vez que les pasa, ya son reincidentes. Si Serbia vio los JJOO por la tele gran parte de culpa la tuvo este dúo mingafría. En momentos así se distingue a los grandes jugadores de las estrellitas sin carácter ganador.
• Antes de los playoffs de la pasada temporada Sergio Rodríguez estaba sentenciado por los dirigentes de la sección y ya se había atado a Draper como sustituto. Hoy, Sergio Rodríguez se ha consolidado como hombre importante en el equipo y fue clave para cambiar el rumbo de un partido que se ponía muy feo. Draper apenas jugó medio minuto. Menudo ojito tienen algunos. Menos mal para los madridistas que a El Chacho le cambió la vida en los playoffs de 2012.
• Nuevo gran último cuarto de Felipe Reyes. De nuevo aparece en los momentos calientes para echar un cable a su equipo. Creo que nunca se valorará lo suficiente todo lo que ha aportado todos estos años al Real Madrid y la selección. Quizá cuando se retire. Y pensar que Messina quiso darle puerta en el Madrid.
• No entiendo cómo aún se mantiene el 3º y 4º puesto en la Final Four, es un partido absurdo que no sirve para nada. Bueno, sí sirve para algo. Para irte de turismo con el palo que le pegues a quien le revendas el abono para asistir a la final. Se recomienda, si es posible, trincar a seguidores del Maccabi si el equipo israelí está en competición. Suelen llevar billetes de 500 euros en la cartera como quien lleva de 5. Mi tío y mi prima pueden dar fe de ello tras sablear a un par de ellos al acabar las semifinales de la Final Four de Barcelona.
• Da pena ver como en toda una Final Four el O2 Arena presentaba abundantes huecos en la grada. Ni Londres es un lugar de tradición baloncestística ni los precios (mi prima y yo calculamos que todos los gastos no bajaban de 700 euros) invitaban con la que está cayendo en lugares como España o Grecia. La Euroliga se debería replantear elegir con más tino la sede para no repetir un error así pero me temo que a sus dirigentes se la trae floja. Una lástima.