Portada. Hay una  California mítica, amable y risueña. Es la California de las playas, el surf, los descapotables y los chicos -y chicas- robustos y saludables. No hay una banda sonora más asociada a este way of life que la música surf. Fantasías melódicas para adolescentes despreocupados de clase media: Jan and Dean, The Trashmen,, The Torpedoes…. y claro, los Beach Boys. Íconos de un tiempo y una generación, los chicos de la playa fueron, por supuesto, mucho más: uno de los grandes grupos de la historia. Liderados por la figura esencial de Brian Wilson, el resto del grupo quedó ensombrecido por el genio del hermano mayor. Se suponía que no había problemas en este liderazgo: casi todos miembros de la misma familia (3 hermanos y un primo), tutelados por la autoridad paterna, daba la impresión de que los Beach Boys eran una genuina representación de la América que cantaban, sana y despreocupada.

Pero hoy sabemos que la historia que había detrás no era tan ejemplar: despotismo y maltrato del padre; problemas con las drogas de Brian, causa de sus posteriores fobias y alucinaciones, conocemos las extrañas aventuras de Al Jardine con bocazas y fantoches tipo Maharishi, o las angustias creativas de un Dennis Wilson, el hermano más comprometido con la mística surfera. Dennis jumping castle también cayó en las drogas, coqueteó peligrosamente con la secta de Charles Manson e intentó escapar a la tiranía genial de su hermano Brian. Siempre insatisfecho, intentó ampliar su registro artístico como actor, co-interpretando con James Taylor y Warren Oates un pequeño clásico hippy, Carretera en dos direcciones de Monte Hellman y cuando los Beach Boys iniciaron su lento declive a partir del fracaso de Smile y las paranoias de Brian, vio la oportunidad de levantar el vuelo como cantante en solitario.

Solo un disco publicó Dennis Wilson, Pacific Ocean Blue, (1977) y es  imprescindible; magnético, sencillo, delicado y, por supuesto, muy “marítimo”.  Pero,a pesar de tener buenas ventas, no llegó a tener el reconocimiento que merecía. Sí, tenía una clase innegable pero fue visto casi como un divertimento del batería de un gran grupo. Ni siquiera pudo difundirlo, como pretendía, en actuaciones; los Beach Boys exigían sus propias giras con sus canciones emblemáticas. No había sitio para este tipo de aventuras. Dennis proyectó un nuevo disco, Bamboo, que nunca pudo, o le dejaron, completar y volvió a la rutina. Había intentado escapar a la asfixiante genialidad de su hermano, a la maquinaria de un gran grupo y a sus propias inseguridades, y todo se había saldado con un resultado decepcionante . El 28 de diciembre de 1983 un Dennis Wilson próximo a los 40 años, salió de su casa junto a la playa californiana de Marina del Rey  subió a su barco, el Harmony y no se le volvió a ver más. Quiero creer que quizás encontró la respuesta a lo que buscaba en lo que más amaba, el mar.

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Contraportada. Hay otra California legendaria, contracultural y reivindicativa. Es la California de Berkeley, el flower power, San Francisco y los hippies. Sí, bonitos tiempos esperanzados en los que se creía que el mundo podía cambiar con una flor y una canción. Y no hay un grupo que, quizás, lo represente mejor que Crosby,Stills and Nash. Claro, que ni siquiera eran un grupo, eran un “supergrupo”, respuesta americana a esa efímera moda de finales de los 60 y comienzos de los 70 (Blind faith, Emerson Lake and Palmer…) Un supergrupo era la reunión de músicos importantes que además, sorpresa, se llevaban bien. En este caso, Stephen Stills era el rockero concienciado que venía  de los extraordinarios Buffalo Springfield, Graham Nash el británico cosmopolita y con alma pop, lider de los Hollies y David Crosby el trovador con raíces como enseñaba su paso por los Byrds. Faltaba quizás un punto de dureza, algo que advirtió muy pronto el astuto Stills,  que solucionó llamando a otro viejo compinche de los Buffalo, el arisco,bouncy castle introvertido y tan borde como sentimental Neil Young. Juntos, es un decir, compusieron algunos de los himnos de la progresía, universitaria sobre todo, estadounidense (“Chicago”) o aleccionaron  sobre las relaciones amorosas (“Ama a quien esté contigo”) o filiales (“Enseña a tus hijos”).

Stills y Young, espíritus inquietos,  buscaron pronto aventuras musicales paralelas, el primero en solitario o con su grupo  Manassas, el segundo con una carrera que los años han demostrado extraordinaria. Graham Nash,, alternaba el grupo con sus discos en solitario o a dúo con Crosby ¿Y David Crosby?. Este, un tipo, mucho más relajado nunca tuvo un interés excesivo en  meterse en otras batallas. Sí, colaboraba con Nash, pero  era algo cómodo y que prolongaba de alguna manera su pertenencia al grupo y aparecía también en discos de otros amigos, cómo no lo iba a hacer si se lo pedían,. Vivía en un mundo de ensoñación y drogas, en esa especie de comuna hippie para artistas que era Laurel Canyon, acudiendo de vez en cuando a conciertos y actos solidarios y  no necesitaba más.Un complemento prestigioso que no falla cuando se le necesita, modesto y generoso.

No sabemos por tanto cómo se le ocurrió hacer un disco en solitario, quizás le empujaron sus muchos camaradas. Podemos imaginar a un grupo de ellos, Joni Mitchell, Graham Nash, Jerry García…  diciéndole, entre el sopor de varios canutos, :”eh Dave, si lo hacemos todos”. Y claro, lo hizo. El resultado fue If a Could Only Remember My Name, (1971), quizás uno de los discos más bonitos,  y emblemáticos de toda la era hippy., en el que las canciones se van desgranando con facilidad y relajación, en un ambiente de sosegada armonía contracultural.

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No le hizo falta más. Años después, en 1989, volvió a publicar otro disco, pero la cosas ya no eran igual. No le importó; seguía haciendo lo que más le gustaba, trabajar con sus viejos amigos y acudiendo donde le requerían. Un tipo sencillo.

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