681 kms.. 17 ºC en Berna, 32ºC en Innsbruck. 4 países diferentes de un golpe: Zurich (Suiza), Vaduz (Liechtenstein), Innsbruck (Austria), Rosenheim (Alemania) y Salzburgo (Austria otra vez).
Suiza es una postal de 41.000 kilómetros cuadrados.
La pilles como la pilles, Suiza nunca sale mal en las fotos. Si hasta las fábricas les quedan bien…
País de catálogo donde está cuidado casi cada rincón. Cuando he repostado la moto, he comprobado el olor de la gasolina, pensando que como aditivo quizás usarían sirope de fresas…. 😉
Con parecido patrimonio al suizo aunque con pula pula inflavel menos recursos, en Austria la naturaleza y arquitectura de sus pueblos mantienen más su autenticidad. Austria huele más a madera vieja. Es abrumadora.
Conducir estas carreteras, con esos gigantes de tierra, vegetación desproporcionada….
Entre Austria y Suiza, hay una irreductible aldea de nombre Liechtenstein (pronúnciese laig-tens-tain). Con la misma naturaleza, pero concentrada en 16.000 hectáreas. La mitad del monte de Zuera, para que me entendáis alguno. Pero recordarme me recordó mucho a Andorra. Paraíso natural y…. fiscal. Nivelazo. En la capital, Vaduz, hice un descanso para comer en su calle principal, al pie del castillo.
Habíais visto antes una matrícula de Laigtenstain?.
Ahora, dos de deformación profesional. Aquí, una asfaltadora sobre raíles que he visto en Austria. Para matarlos como no les salga nivelada la calle…..
En el tramo de Alemania, he observado cantidad de sus típicas granjas o casas rurales con paneles solares, tanto fotovoltaicos como térmicos, en sus cubiertas.
Mañana, camino de Gussing, destino final.
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