Fuente: dunkingwithwolves.com
El Ball Arena ansiaba la victoria de los suyos y, por eso, el público se quedaba un poco frío con el arranque de Denver. Entre los problemas para circular el balón en ataque, y sus errores en los tiros abiertos, Anthony Edwards encontraba la forma de dar a los Timberwolves ocho puntos de ventaja. Aunque Mike Malone paraba el partido, la defensa local permitía anotar con facilidad y, como los triples seguían sin entrar, la diferencia visitante alcanzaba los dos dígitos. Sólo el despertar de Nikola Jokic permitía dejar la desventaja de los Nuggets en siete puntos para el segundo cuarto. El paso por los banquillos traía una mejora defensiva en los locales aprovechando una rotación interior más baja. Sin embargo el ataque empeoraba y Minnesota respiraba aprovechando los balones perdidos de Denver. El parón solicitado por el técnico local devolvía a la pista a su jugador franquicia y el ataque se aclaraba rápidamente. Además la defensa se ponía más agresiva y, a pesar de las instrucciones de Chris Finch a su equipo, los Nuggets se iban a los vestuarios mandando en el marcador. El reposo sentaba bien a Jamal Murray, que sacaba su versión ofensiva más acertada. Sin embargo Karl-Anthony Towns comenzaba a ser un problema para la defensa local con su agresividad y, ante el cansancio de su estrella, y el acierto de Edwards, los Timberwolves se ponían con cinco puntos de ventaja. El técnico local paraba el partido, sus estrellas recuperaban el tono y la igualdad era total de cara al cuarto final. Unos doce minutos que seguían viendo a Murray en su mejor versión y Minnesota comenzaba a encontrar a Rudy Gobert bajo el aro local. Denver comenzaba a soltarse en ataque y tomaba una corta renta que hacía reaccionar al técnico visitante. Los de Colorado salían sin poder frenar al juego interior visitante bajo su canasta y Anthony Edwards permitía los Timberwolves empatar el partido faltando dos minutos. Los errores se sucedían y, con un rebote ofensivo de Jokic, los Nuggets se ponían con dos puntos de ventaja entrando en el minuto final. El balón visitante iba a su escolta estrella, que erraba un tiro forzado y en la posesión siguiente el pivot serbio se ganaba un dos más uno para dejar el partido casi decidido. Quedaba menos de medio minuto y las opciones visitantes crecían tras un triple de Mike Conley, aunque Bruce Brown rebajaba sus expectativas al convertir los dos tiros libres de la falta obligada. Taurean Prince erraba el triple abierto para pelear el partido, aunque Edwards rescataba el rebote para dejar la diferencia en dos puntos. Sin embargo apenas restaban tres segundos y Jokic tenía dos tiros libres para cerrar el partido. Sólo convertía uno y las esperanzas de Minnesota renacían, la jugada final era para Edwards que erraba el triple para despejar los nervios del Ball Arena. Invitado inesperado: Bruce Brown, Jeff Green (Nuggets)
Eliminatoria cerrada: Nuggets ganan cuatro a uno
Fuente: americansuperbasket.com
Los primeros minutos del quinto partido dejaban claro la importancia de la victoria para Memphis. Su agresividad en el juego le daba las primeras ventajas gracias al acierto de Desmond Bane y Ja Morant. A pesar de que Darvin Ham intervenía en el desarrollo del partido, la dinámica no se cortaba y, gracias a los triples de Luke Kennard, un parcial de diez a cero ponía a los Lakers con catorce de puntos en contra para el segundo cuarto. Se hacía necesaria un ajuste defensivo en los angelinos pero, gracias a su mejor movimiento de balón, los Grizzlies podían mantener la diferencia en torno a la decena de puntos. Ja Morant se encendía, los triples locales entraban y Anthony Davis no podía impedir que la diferencia se asomase a los veinte puntos. Darvin Ham ordenaba subir la presión de sus líneas defensivas, arriesgando más y, con LeBron James corriendo gracias a los balones robados, la desventaja angelina era de nueve puntos para la segunda parte. El intermedio, además, no le sentaba bien a los de Tennesee y los Lakers se acercaban en el marcador gracias al despertar ofensivo de D´Angelo Russell. Taylor Jenkins tenía que parar el partido, porque su ventaja se había esfumado en minuto y medio. Los locales volvían a centrarse en compartir el balón y, pese a que Davis volvía a ser un problema para su defensa, Morant daba una corta renta a Memphis. De nuevo LeBron surgía para intentar recuperar el terreno perdido, esta vez acompañado por Austin Reaves, pero costaba mantener el esfuerzo en el tiempo y la distancia se volvía a acercar a los dos dígitos aprovechando el rebote ofensivo. Aunque Ham lo intentaba reconducir desde el banquillo, los visitantes perdían el orden en su juego. Los Grizzlies no se frenaban y, tras un parcial de doce a cero, conseguían llegar al último acto con el partido casi resuelto a su favor. No sorprendía, por tanto, ver a los Lakers abusando, sin acierto, del tiro de tres puntos en los minutos iniciales del último cuarto. De modo que Bane castigaba el error poniendo la distancia en los veinticuatro puntos y obligando al técnico angelino a frenar el disparate. Con el mejor Reaves ordenando el ataque, y el cansancio debilitando a Morant, y con ello a la ofensiva local, Memphis comenzaba a quedarse seco. El problema angelino era que quedaba poco tiempo y que Anthony Davis estaba muy solo en el ataque. Era normal que los Lakers se rindiesen antes del final. Los Grizzlies conseguían su segunda victoria en la serie y mantenían las esperanzas de pasar de ronda. Invitado inesperado: Santi Aldama (Grizzlies)
La victoria en casa hacía renacer las esperanzas de los Grizzlies para el sexto partido y no sorprendía ver a Ja Morant y a Dillon Brooks llevando la iniciativa en el marcador con su versión más acertada. Claro que la defensa angelina no tardaba en ser efectiva porque, para sorpresa de nadie, los triples visitantes dejaban de entrar y la mejor versión de conjunto en los locales les ponía con una corta renta a favor. Naturalmente Taylor Jenkins quería tener una charla con los suyos pero, aunque Desmond Bane rompía el parcial de nueve a cero en contra recibido, quedaba claro que no iba a ser sencillo. La locura se extendía sobre la pista y, ante un partido de alto ritmo, la presencia de Anthony Davis en las zonas se hacía inmensa. Su intimidación, y el acierto de D´Angelo Russell, acercaban la diferencia a la decena de puntos y el acercamiento propiciado por un tiempo muerto era insuficiente porque, con un parcial de diez a cero, los Lakers se plantaban en el segundo acto con once puntos a su favor. El reposo entre cuartos le sentaba bien al ataque de Memphis pero, a pesar de su mejor circulación de balón, no encontraba tiros cómodos o, si los encontraba, eran triples que no entraban. Jaren Jackson Jr se veía superado por los contactos bajo canasta y Wenyen Gabriel y LeBron James se bastaban para mantener la diferencia hasta el regreso de su pivot más dominante. Su aparición en el partido volvía suponer un tirón angelino en el partido. Taylor Jenkins daba nuevas instrucciones pero, entre la intimidación de Davis y los balones perdidos por los de Tennesee, los Lakers llevaban la diferencia hasta los veinte puntos. Sólo el acierto exterior de los Grizzlies buscaba aliviar la mala situación en el partido pero, viendo la desventaja en diecisiete puntos y las sensaciones del juego, la remontada se antojaba muy complicada. Y los primeros minutos del tercer cuarto confirmaban esos presagios. Memphis se enzarzaba en un duelo de triples y el parcial inicial era de nueve a tres, gracias a dos triples de Russell y uno de Jarret Vanderbilt. El técnico visitante volvía a romper el ritmo del partido, pero sólo dejaba sin acierto a los angelinos. Austin Reaves se activaba en ataque y, como Russell no paraba, la diferencia se acercaba los treinta puntos. Los Grizzlies estaban fuera del partido y ante el acierto del base local el partido se acababa antes de tiempo. En Los Angeles celebraban poder seguir optando al título. Invitado inesperado: Dennis Schroder, Wenyen Gabriel (Lakers)
Eliminatoria cerrada: Lakers ganan cuatro a dos
Fuente: anthemtalentagency.com
El buen resultado del cuarto partido, y la preocupación por el dedo lesionado de D´Aaron Fox, hacían renacer las esperanzas de los Warriors de cara a buscar la victoria a domicilio. Sin embargo los californianos mostraban su peor cara desde el inicio; perdiendo el balón, o realizando malos tiros ante la intensa defensa local, daban a Keegan Murray la oportunidad de correr y el seis a cero recibido, en dos minutos, ponía en pie al Golden One Center. Claro que los actuales campeones no tardaban en recomponer su ataque y el marcador se apretaba. Draymond Green se ganaba unos abucheos en su entrada desde el banquillo y la defensa de Sacramento comenzaba a activarse mientras Stephen Curry se iba a descansar. Con eso, y los triples entrando, la ventaja local, de casi diez puntos, obligaba a Steve Kerr a llamar a sus jugadores y a poner en la pista a su base titular. Los ataques visitantes ganaban en claridad y Green lo agradecía sumando puntos con facilidad. Tras un cuarto donde habían metido ocho triples, los Kings daban gracias de irse a los banquillos con tres puntos de ventaja. El parón frenaba la anotación de ambos equipos y el protagonismo de Alex Len en las zonas. Fox y Curry se enzarzaban en un duelo anotador y, como el base local encontraba más apoyos entre sus compañeros, la distancia volvía a abrirse a favor de los locales. Sin las estrellas anotadoras de ambos equipos sobre la pista Kevin Huerter no tenía problemas para mantener la diferencia. Regresaba a la pista Fox pero, con dos triples de Klay Thompson, Golden State igualaba el marcador. Mike Brown buscaba ajustar defensa y ataque, pero el escolta visitante no tardaba en poner por delante a los Warriors. Por encima Fox no encontraba el acierto en el tiro necesario y el parcial en contra, de doce a cero, tenía que ser cortado por Domantas Sabonis. Así, pese a que Curry se llevaba un doloroso golpe, en San Francisco se celebraba ver a los suyos con cuatro puntos de ventaja al descanso. La situación no era agradable para los locales y salían a por todas en el regreso a la pista. Sin embargo Thompson seguía inspirado y Fox se ganaba una técnica al protestar una posible falta en el tiro. Las sensaciones no eran buenas porque, a pesar de la cuarta falta personal de Thompson, Fox se veía muy solo en el ataque de los Kings. Golden State cogía una renta de casi diez puntos y Mike Brown recomponía la defensa local obligando a Steve Kerr a parar el partido. La defensa visitante daba síntomas de flaqueza y tenían que llegar los suplentes para levantar la agresividad y no ser tan permisivos. El problema ahora llegaba en ataque pero, como el partido se volvía loco, Golden State podía resistir los embites de Malik Monk. Con el mejor Draymond Green del partido, Sacramento volvía a verse a nueve puntos cuando arrancaba el cuarto final. Pese al mal resultado el público local continuaba encendido, algo que daba ánimos a un Monk empeñado en la remontada. El problema era que Gary Payton II también estaba en su mejor versión para los Warriors. Así las cosas, pese a la quinta falta de Thompson, restando ocho minutos de partido, la iniciativa en el marcador era visitante. Los contactos en el partido aumentaban, junto con las quejas, y el parcial comandado por Monk, de trece a dos para los locales, dejaba la diferencia en un mísero punto a mitad de cuarto. llegaba la quinta falta personal de Andre Wiggins en el peor momento. Sin embargo el cansancio actuaba sobre los Kings, los balones perdidos eran una rémora importante que Thompson y Green castigaban para ampliar la diferencia ligeramente. Además Fox se ponía individualista y, tras una canasta de Sabonis, Golden State llegaba a los noventa segundos finales con tres puntos de ventaja. Ambos equipos erraban sus ataque y Wiggins se la jugaba en individual para poner la diferencia en cinco puntos entrando en el minuto final. Fox no acertaba en su opción por cansancio y Curry se recorría todo el campo de ataque para, con un dos más uno, resolver el partido y dar la tercera victoria consecutiva a los Warriors en la serie. Invitado inesperado: Draymond Green, Gary Payton II (Warriors)
En Sacramento sabían que el sexto partido era un todo o nada, a domicilio, y la intensidad en su juego era máxima desde el inicio. La defensa apretaba nada más cruzar el medio campo y los balones perdidos les permitían correr haciendo el ritmo del partido insufrible. Como además los triples entraban, en apenas dos minutos Steve Kerr tenía que parar el partido, ante la sorpresa del Chase Center, los Warriors habían encajado un parcial de ocho a cero en el arranque. los locales pasaban a agarrarse a la mejor versión de sus estrellas para mantenerse en el partido y, con la aparición de los suplentes, Golden State podía cerrar el primer cuarto con una mínima ventaja gracias al acierto de Donte DiVicenzo y al quinteto bajo puesto en pista por Mike Brown. La bronca del técnico visitante, en la pausa, debía ser buena porque el equipo recuperaba su tono más agresivo en defensa y ataque. Malik Monk era el principal responsable de la anotación visitante aprovechando la debilidad defensiva de los Warriors. Ahora los Kings mandaban en el partido y, aunque D´Aaron Fox se ganaba una técnica, la ventaja visitante no paraba de crecer aprovechando la tercera falta personal de Draymond Green y que el ataque local se obturaba en la circulación de balón o buscaba acciones demasiado precipitadas. El tiempo muerto de los de San Francisco no servía para nada, la defensa no llegaba a tapar los triples de Sacramento y no era capaz de impedir que Fox llegase de una canasta a la otra tras un saque de fondo. La diferencia superaba la decena de puntos y, aunque Klay Thompson se unía a Stephen Curry para sumar anotación, la defensa local seguía sin respuesta para la agresividad buscando el aro de Fox y Monk. La desventaja, de siete puntos, no era tan preocupante para Golden State como el juego realizado y el público local esperaba que la reacción de los suyos fuese contundente porque, después de todo, era complicado ir a peor. Sin embargo el equipo volvía a salir a bajas revoluciones, el rebote ofensivo era conquistado con facilidad por los Kings por su mayor velocidad y Fox seguía haciendo de las suyas. El sufrimiento en ataque para encontrar un buen tiro era constante ante las mejores ayudas de la defensa visitante y, a pesar de los intentos de su jugador franquicia, y de la cuarta falta personal de Domantas Sabonis, el técnico local tenía que parar el partido. Sabonis cometía su quinta falta de forma absurda y Thomspon volvía a surgir para despertar al Chase Center. El partido estaba a cinco puntos y eso dando mala imagen sobre la pista. Las esperanzas de cerrar la eliminatoria en casa estaban intactas hasta que, a mitad de cuarto, volvía a la cancha Malik Monk. El ritmo subía, la defensa local no tapaba las esquinas y los triples visitantes volvían a entrar. En un instante la diferencia se doblaba e, incluso, llegaba a los quince puntos pero, como el equipo visitante se apaciguaba con el final de cuarto, los Warriors respiraban viendo la desventaja en diez puntos cuando la bocina anunciaba el final del tercer periodo. El retorno al juego mostraba a Curry desesperado por alentar a los suyos, pero ni los tiros libres entraban. Además la pareja de anotadores visitante seguía haciendo diabluras para disgusto de la afición local y su jugador franquicia no podía con todo. Golden State comenzaba a precipitarse en su juego y dos triples de Kevin Huerter prácticamente sentenciaban el partido. Sobre todo porque los Warriors eran incapaces de hacer una canasta en juego en los seis minutos finales del partido. Invitado inesperado: Malik Monk, Trey Lyles, Davion Mitchell, Terence Davis (Kings)
Para el séptimo partido el Golden One Center se había convertido en una olla a presión donde todo el mundo estaba inquieto. Quizás el más tranquilo era Draymond Green y, seguramente por ello, Steve Kerr lo incorporaba al quinteto titular. Sin embargo los primeros minutos demostraban que, los jugadores aparentemente inexpertos de Sacramento, sí tenían el carácter necesario para pelear el partido sin verse intimidados por la situación. Con Domantas Sabonis acertado, y una defensa pegajosa donde Klay Thompson no disponía de espacio para levantarse, los locales se ponían por delante en el marcador. La respuesta de los de San Francisco era inmediata, en cuanto el acierto de los Kings bajaba un poco, un Andre Wiggins acertado inclinaba la balance para Golden State. Una situación que duraba poco, concretamente hasta la entrada de los suplentes; entonces aparecían los malos tiros, y los balones perdidos, mientras que Sacramento encontraba en Terence Davis a su mejor tirador de larga distancia. Así las cosas, y con el despertar de D´Aaron Fox, se hacía necesario el retorno de Stephen Curry a la pista para mantener la igualdad en el marcador para el segundo acto. Steve Kerr decidía implantar una zona para sorprender tras el paso por los banquillos, pero el ataque local resolvía el problema con relativa soltura y, como los Warriors también comenzaban a circular el balón relativamente cómodos, las ventajas eran mínimas para los Kings. tenía que ser el descanso del base estrella visitante lo que rompiese la calma y permitiese a los locales un pequeño tirón en el marcador. Naturalmente era el regreso de Curry, y la precipitación de Sacramento, lo que frenaba el despegue. los bases ya no daban más y era Domantas Sabonis el encargado de dejar a los Kings con una canasta de ventaja para la segunda mitad. El Golden One Center veía con optimismo las posibilidades de su equipo de llevarse la serie pero, para sorpresa del público, su base estrella comenzaba a forzar bastante sus situaciones de anotación, Sabonis ya no metía sus tiros y Curry encontraba en Thompson su compañero ideal para poner a Golden State con siete puntos de ventaja. Mike Brown solicitaba, de inmediato, una charla con sus jugadores; aunque la situación se complicaba cada vez más. Fox cometía su cuarta falta personal, Kevin Huerter no metía sus triples y los Warriors se hacían con el rebote ofensivo constantemente. Andre Wiggins y Kevon Looney eran capaces de recoger hasta tres rechaces del aro consecutivos, pero también eran incapaces de meter la canasta correspondiente o los tiros libres asociados a ellos. Así las cosas Fox, ya descansado, volvía a intentar dirigir el acercamiento local, pero Curry sacaba su mejor versión ofensiva, dirigiendo y anotando, para mantener las diferencias rondando los diez puntos. Tenía que ser Klay Thompson, en la última jugada del tercer cuarto, el encargado de poner la diferencia en los dos dígitos tras completar un tres más uno. En Sacramento no se lo creían y el equipo local salía demasiado acelerado al cuarto definitivo. Por encima Curry las metía de todos los colores y, a pesar de los intentos de Mike Brown por reconducir la situación, la diferencia visitante alcanzaba los veinte puntos; Golden State se clasificaba para las semifinales de conferencia. Invitado inesperado: Gary Payton II (Warriors)
Eliminatoria cerrada: Warriors ganan cuatro a tres
Fuente: thesportsbank.net
El ambiente festivo del FootPrint Center era algo que los Clippers querían cortar desde el inicio y, para ello, Ivica Zubac se hacía poderoso en las zonas. La respuesta local la daba un Devin Booker de nuevo imparable y las diferencias eran mínimas porque, cuando Norman Powell se inspiraba, Phoenix sacaba todos sus recursos ofensivos. Así las cosas, y pese a que Russell Westbrook tenía el día poco inspirado, la mejor defensa de los suplentes locales les ponía al mando en el marcador tras los doce minutos iniciales. El segundo cuarto cambiaba un poco el panorama en el inicio porque, para sorpresa general, los de Arizona hacían demasiadas concesiones defensivas. Monty Williams llamaba al orden a su equipo pero, ante el acierto Nah´Shon Hyland, los Suns sólo oponían a Kevin Durant y la ventaja era angelina. Booker perdía los nervios protestando una falta, se ganaba una técnica y, ante el cansancio de Durant, los Clippers aprovechaban otros buenos minutos de Zubac para irse al descanso con casi diez puntos de ventaja. Estaba claro que Phoenix tenía que reaccionar, aunque nadie esperaba que recuperase la diferencia a base de defensa. Un parcial de siete a cero comandado por el acierto de Booker que volvía a igualar el marcador. La agresividad para defender su canasta desbordaba a los californianos, que pasaban a vivir del tiro libre ofensivamente. Tyronne Lue fracasaba en el intento de recuperar a su equipo y, en poco tiempo, los Suns mandaban en el partido. La segunda canasta en juego, en seis minutos de cuarto, cerraba otro parcial en contra de nueve a cero. Un parcial que, aunque el técnico visitante intentaba frenar, seguía abierto. Una flagrante de Westbrook, para evitar un mate de Bismack Biyombo, hacía que la diferencia llegase a los dos dígitos y, sin balance defensivo, el parcial se quedaba en dieciocho a cero. Con diecisite puntos de ventaja el último cuarto parecía un trámite para Phoenix. Y el inicio parecía confirmar esas sensaciones porque, en menos de un minuto, Hyland empujaba a Biyombo y se ganaba otra flagrante. La diferencia local llegaba a los veinte puntos gracias al rebote ofensivo y la relajación acababa llegando viendo el partido decidido. El encargado de encabezarla era el sorprendente Mason Plumlee y el juego exterior visitante despertaba su acierto exterior para poner el partido a seis puntos a pesar de verse los mejores minutos de Chris Paul y alguna anotación de Booker. Nicolas Batum se mostraba en racha y en los Suns no funcionaba nada. Sólo la precipitación de Westbrook permitía a Booker poner la diferencia en cuatro puntos entrando en los dos minutos finales. Sin embargo ambos equipos se quedaban sin acierto en los triples y, tras un balón perdido por Booker, los Clippers podían empatar entrando en el minuto final. Sin embargo Powell se liaba botando el balón y la contra de Durant casi sentenciaba el partido Por encima Terance Mann no podía atrapar el obús de Westbrook para su triple y Durant sacaba una falta de forma inteligente. Los Suns tenían el partido encarrilado con sus seis puntos de ventaja y Westbrook cerraba la eliminatoria al errar un triple en la posesión siguiente. Invitado inesperado: Bismack Biyombo, Josh Okogie (Suns)
Eliminatoria cerrada: Suns ganan cuatro a uno
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