Final de los 800 m. femeninos del Mundial de atletismo 2009
La polémica surgió a los pocos segundos de su victoria. Los periodistas en un ejercicio perverso de manipulación pusieron el cebo para que a través de las palabras de las rivales de Caster se iniciará un juicio moral. En España la que picó ante el cebo de los micros fue Mayte Martínez. Ésta declaró tras la carrera: “Al verla de cerca es como un hombre. Parece cien por cien masculina, todo, la cara, el cuerpo, la manera de correr, la forma de moverse…Tiene todo para ser un hombre (…) Es complicado opinar porque se está poniendo en tela de juicio la sexualidad de una mujer. Además, si compite como una mujer habrá que creerla (…) Hace años sí que se hacían más controles, pero la IAAF para preservar la intimidad de las mujeres desde hace unos años ya no los realiza, sólo en casos excepcionales (…) Si me ponen a ella y diez hombres delante no sabría decir que ella es la mujer”. (Fuente: Marca).
Si nadie le hubiera preguntado por Caster seguramente Mayte seguramente no hubiera comentado nada. Mayte quedó séptima y no creo que le afectara en exceso a su resultado que Caster compitiera o no. ¿Qué hubiera ganado para su historial deportivo? ¿Un sexto puesto? Por tanto, si Mayte opinó fue porque el morbo periodístico preparó la trampa camuflándola bajo la apariencia de una simple pregunta. Y Mayte dijo lo que todos esperaban que dijera. Los periodistas suelen actuar así. En sus preguntas estan implicitas las respuestas. Oye Mayte, ¿no te parece extraño el físico de Caster? Y a esperar que opine. Los palos luego se los llevó Mayte, no el periodista que hizo la perversa y malintencionada pregunta. Es una práctica muy cobarde porque no se atreven a opinar directamente. Prefieren esconderse tras unas declaraciones forzadas ante una pregunta fuera de lugar. Es cierto que Mayte podía haberse callado y que hizo mal en opinar así de una compañera. Pero lo del periodista que le preguntó es una clara incitación que nadie critica.
Tras las declaraciones la prensa española no tardó en iniciar la veda. Los titulares surgieron como setas venenosas. “¿Ganó ella o él?” (El Mundo). “Caster sermanya ¿Es él o ella?” (Telecinco Informativos). “¿Es un hombre? ¿Es una mujer? No, es Caster Semenya.” (Espaciodeportes.com). Estos son algunos ejemplos del periodismo de altura que se practica en nuestro país. Y el mismo nivel de testosterona ético se utilizó en el resto del planeta. Se sometió a Caster a una humillación pública que conectaba profundamente con los prejuicios sociales hacia una atleta surgida en un rincón del planeta extremadamente pobre. Daba la casualidad que además era negra, y vaya por dios, poco femenina. Los ávidos espectadores del deporte, encantados con las deportitas Playboy, con los gemidos de la Kournikova y los eróticos bailes de la Vlasic, no se sentían satisfechos con la exhibición atlética de esta chica de 19 años. Le faltaban curvas.
Los prejuicios continuan muy presentes en una prensa que se dedica a escupir noticias sin reflexionar en las consecuencias de dichas prácticas. No informan. Simplemente provocan, y eso genera aludes de comentarios en la misma linea. Así, una vez ensuaciada de bajos instintos la noticia de una brillante medalla de oro no tardaron en proliferar por todo el mundo burlas y comentarios humillantes hacia Caster, pero que en realidad retratan y humillan al que los verbaliza, y especialmente al que los provocó.
Desde que surgió toda la polémica, en el blog de 13t de marca, me convertí en paladín de la defensa de la feminidad e inocencia de Caster. Por los foros circulaban todo tipo de comentarios, cuando menos acusándola de tramposa, incluso de doping, y en los peores casos denigrándola con calificativos de dudoso gusto por decirlo elegantemente. Con el tiempo hemos podido observar que Caster no ha jugado con intereses ocultos y hemos sabido que es y ha sido mujer desde su nacimiento. Su único delito ha sido nacer así. Lo que en la vida puede ser una desgracia, para su fortuna en el deporte es un don. No se trata de ninguna práctica fraudulenta, es una singularidad que en su caso la dota de unas características excepcionales para el deporte. No puede concebir hijos. Pero puede batir récords. Ya no tenemos dudas que es mujer desde que nació. ¿A qué esperan a aceptarla tal como es? Aquellos que quieren marginarla al ostracismo, exluirla del deporte, aquellos que opinan que deberían obligarla a una castración propia de régimenes salvajemente intolerantes, son ni más ni menos que los herederos del III Reich. Ese que utilizó a la ciencia médica para experimentar las mayores atrocidades imaginables con aquellas “vidas que no merecían ser vividas” -según palabras del führer. El mismo que clasificaba y categorizaba científicamente a unos como superiores y a otros como sub-humanos sin derechos.
Desde la IAFF y la Federacion de Atletismo Sudafricana han cometido una tropelía con la inestimable colaboración de la prensa maltratando la imagen y vulnerando la intimidad de una joven que aprovechó el don que la naturaleza le dio para correr, como Thorpe aprovechó esas aletas que tenía por pies. Así de natural. 100%. Siempre habrá quien diga, avalado por miles de científicos, que es hermafrodita, y por tanto no es mujer. Pero, eso es socialmente falso. La legislación deportiva no puede abstraerse del derecho internacional. Caster está reconocida socialmente y legalmente como mujer. Eso ya nadie lo discute. Por tanto nada la invalida como atleta. ¿O acaso no tienen derecho a la práctica deportiva las mujeres con esas características?
La semana pasada las autoridades sudafricanas hicieron público un comunicado en el que afrmaban que Caster Semenya conservaría su medalla. La IAFF no lo quiso confirmar. Por lo visto siguen barajando que van a hacer con la chica en un futuro. Dicen que resolverán el caso el mismo día que se realiza el sorteo del Mundial de Fútbol. ¿Quieren minimizar el impacto de su exclusión? Si es así, vuelven a demostrar su cobardía moral y humana.
De las declaraciones posteriores de la IAFF cabe resaltar está esclarecedora frase: “Semenya tiene que firmar una carta admitiendo que tiene un problema y aceptando la decisión de la IAAF y no puede demorarse mucho porque se arriesga a perderlo todo”. Un claro caso de chantaje y extorsión tanto moral como económica pues se la coaaciona con arrebatarle la medalla, los 60.000 dólares del premio en metálico y con continuar dañando su imagen. Lo que pretenden esta panda de desaprensivos es evitar una demanda de Caster. Por eso quieren ese papelito en el que renuncie a un derecho tan fundamental como el amparo de la justicia. Que desverguenza. Pretenden obligarla a que admita y acepte su resolución sin posibilidad de recurso ni denuncia ante los tribunales de justicia. Impresentable.
Caster Semenya, pase lo que pase, se ha ganado con honores ser considerada por este humilde aficionado al deporte como la atleta que ganó en la pista y luchó contra los prejuicios de sus rivales, de las instituciones deportivas, de la prensa y de los aficionados. Ni Jesse Owens llegó tan alto. Algún día se le hará justicia. No lo dudo. No hay nada más bello que su extraordinaria zancada y su inocente sonrisa. Galopa, amazona del pueblo, que la tierra es tuya.
Siendo como es, surgiendo como surgió, sin quererlo, Caster Semenya se ha convertido en un símbolo de la lucha por la igualdad. Si ya era única, ahora es imprescindible.
And, you are…
… so beautiful to me.
Magnifico post, en el que estoy aproximadamente de acuerdo.
Esperemos que la historia tenga, si no final feliz, si por lo menos justo.
¿Conoces la historia de María José Martínez Patiño? Era plusmarquista nacional de 60 metros vallas. Tuvo que abandonar la práctica deportiva porque desde la federación Española de Atletismo le retiraron la licencia tras unos análisis en los que le detectaron una alteración cromosomática. Le detectaron que su cromosoma era XY y no el XX prototipo femenino. La Federación Española chantajeó a Maria José proponiéndole que fingiera una lesión y no se viera envuelta en un escándalo internacional. Patiño no cedió y siguió corriendo defendiendo su inocencia. Y a partir de ahi, la misma historia. Sufrió en la época la misma… Read more »
Pos no, no conocia la historia. Me imagino que el revuelo mediatico no pasaria de simple soplido, no habia oido na de na.
La verdad es que me gusta enterarme de estas historias, pero al mismo tiempo me disgusta. ¿Cambiara la cosa algun dia?
Estamos hablando de un caso de hace mas de 20 años. En su momento fue un bombazo porque ademas la moral de la epoca era muchisimo mas puritana con las mujeres. Si ahora somos intransigentes, en la España del post-franquismo lo eran mas.
Caster es todo un icono de la libertad. Espero verla correr en Londres con el Estadio en pie.