El irresistible e imparable ascenso de la variante omicron del coronavirus afectó, como no podía ser de otro modo, de manera severa a la Liga ACB. Los incontables brotes en las plantillas han provocado el aplazamiento de numerosos partidos e, incluso, jornadas completas hasta convertir el calendario en un auténtico disparate imposible de seguir. Fue el caso de la jornada 16, que se debía disputar el 2 de enero y fue aplazada por entero debido a la enorme cantidad de jugadores afectados por el coronavirus. Uno de estos encuentros era el Clásico entre Real Madrid y Barça, dos equipos muy afectados en Navidades por la enfermedad, y que se acabó disputando el 23 de enero. Dejando a un lado la controversia arbitral de los minutos finales y que molestó en grado sumo a los aficionados madridistas, en el primer duelo liguero entre los dos grandes futboleros dejó de manifiesto que Laso sigue sin tomar el pulso a Jasikevicius, que siempre se adelanta a cada decisión del entrenador del Real Madrid. No es capaz de encontrar el truco a un método muy personal, cargado de intensidad y plagado de decisiones sobre la marcha, aunque implique decisiones inauditas como pedir tiempo muerto cuando sólo ha transcurrido medio minuto de un cuarto. Por el momento, sólo es capaz de contemplar cómo Saras se anticipa, cómo marca el ritmo, cómo marcha un paso por delante.
Disputado el 4 de enero:
Unicaja 112 – Basket Zaragoza 72: La victoria se antojaba imprescindible para que Unicaja apurara sus últimas opciones de disputar la Copa, pero su comienzo de encuentro no estuvo marcado por la intensidad y las urgencias precisamente. Baja tensión que provocó que Basket Zaragoza le endosara un 0-6 de salida, aunque el rebote ofensivo le permitió despertarse. Además, la defensa maña fue incapaz de frenar los continuos cortes por la zona del equipo malagueño, el continuo recurso ofensivo a la vista de que los visitantes no se enteraban de la película. De todos modos, al conjunto de Katsikaris le faltó regularidad y, fruto de ello, encajó un parcial de 2-10 en un nuevo arreón rival cuando Omar Cook apareció en la pista (12-18, min 7). Floja la defensa de Unicaja dentro de su propia zona, pero la insistencia en atacar el aro fue suficiente para mantener el marcador apretado durante el primer cuarto. En el siguiente periodo añadió el tiro exterior al repertorio, lo que le sirvió al equipo malagueño para tomar la delantera, aunque sin posibilidad de tomar una renta suculenta por el momento. Aún no había aparcado los errores que impedían que abriera brecha en el marcador y tuvo que esperar a la parte final del segundo cuarto para establecer diferencias. Lo consiguió a partir de una buena presión defensiva que acompañó al acierto en la línea de tres y que se tradujo en un parcial de 11-0 que colocaba a Unicaja en la buena dirección (46-35, min 18).
Todo sería más sencillo a partir de ese momento, ya que Basket Zaragoza volvió a derrumbarse cuando la situación se ponía fea. Una costumbre peligrosa que ha colocado al equipo maño en una posición delicada en la clasificación y que se repitió una vez más cuando Unicaja hizo trizas el partido a golpe de triple. Un 11-0 de inicio en la segunda mitad le bastó para dejar al desnudo las limitaciones del conjunto de Ponsarnau, aún más evidentes cuando renuncia a defender. Los locales, que no destacan por el juego interior, dominaron la zona de Basket Zaragoza con una facilidad pasmosa, sobre todo porque los pívots se encontraban completamente solos. No se le escapó esta circunstancia a Jaime Fernández (12 puntos, 11 asistencias, 21 de valoración), que se puso morado a surtir de balones a Eric (13 puntos, 4 rebotes, 16 de valoración) y Nzosa. El partido ya no tenía ninguna emoción al final del tercer cuarto (74-50, min 30), pero la pesadilla no acabó para el equipo maño, incapaz siquiera de aprovechar los rebotes ofensivos que capturaba al inicio del último periodo. Su defensa fue inexistente, no opuso resistencia alguna. Incluso Bouteille (19 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, 31 de valoración) se permitía el lujo de sumar con frecuencia en el poste bajo. un recurso nada frecuente en su repertorio. Bone (21 puntos, 4 asistencias, 19 de valoración) fue el único que se salvó de la quema en un Basket Zaragoza que ofició de felpudo sobre el que pasó por encima Unicaja. Una victoria muy plácida para el conjunto de Katsikaris, aunque se antoja estéril.
Disputados el 22 y 23 de enero:
Real Madrid 75 – Barça 85: Tres semanas se hizo esperar el Clásico, el tiempo necesario para dejar a un lado el coronavirus que había asolado a ambas plantillas y obligó a aplazar el choque y la jornada entera. Una tarde y un escenario ideal para los homenajes. El primero a Paco Gento, la leyenda del equipo de fútbol recientemente fallecida y que recibió un sentido minuto de silencio. Para el otro tributo aún habría que esperar unos minutos. Mientras, el Barça se sintió muy cómodo en los minutos iniciales. La buena dirección de Laprovittola (9 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes, 19 de valoración) y los dos triples anotados por Kuric le servían a los azulgranas para controlar con cierta solvencia a un Madrid que buscó en exceso el tiro exterior y que contó como recurso inesperado los dos lanzamientos de tres anotados por Taylor. El ambiente aún era demasiado tranquilo para un Clásico futbolero, todavía faltaba prender la llama. No subieron los decibelios hasta el minuto cinco con la entrada a pista de Mirotic, recién recuperado de Covid y al que Jasikevicius dejó fuera del quinteto inicial. Como era de esperar, el recibimiento tuvo la hostilidad de costumbre. A su vez, Laprovittola y Kuric se marcharon al banquillo, quizá demasiado pronto. Fue el único error de Saras, que se precipitó en dar descanso a sus dos jugadores más inspirados. El Barça pagó su ausencia con un parcial de 14-3, una vez que el Madrid buscó con más frecuencia el juego interior y encontró en condiciones a Tavares (12 puntos, 3 rebotes, 18 de valoración) . Antes de acabar el cuarto, en el minuto nueve, llegó el otro momento emotivo: el homenaje a Felipe Reyes. Partido interrumpido durante un par de minutos para que pudiera dedicarle unas palabras a los aficionados, que le dedicaron la cálida despedida que la pandemia había aplazado. Una vez reanudado el choque (24-18, min 10), Jasikevicius contó de nuevo en el segundo periodo con sus hombres más inspirados. Además, el Barça alcanzó la intensidad defensiva que le caracteriza y complicó la vida al juego ofensivo del Madrid, ya sin Tavares en pista y sin auxilio de un tiro exterior demasiado irregular. Tampoco fue momento para la venganza de Heurtel, que no consigue transformar su exceso de motivación ante su ex-equipo en efectividad.
Fuente: meritocraciablanca.com
Los azulgranas recuperaron el terreno paulatinamente, sin prisas. No lanzaba mucho desde fuera, pero el acierto era casi pleno en la línea de tres. Como ocurriera en el partido de Euroliga en el Palau Blaugrana, Davies volvió a imponerse con relativa comodidad a Poirier durante el segundo cuarto. Laso veía que su equipo necesitaba más chispa para acabar con tanta espesura y puso en pista a Llull como revulsivo. De inmediato despertó los ánimos con un par de triples que evitaron que el Barça tomara una ventaja cómoda. Una falta ingenua del joven Nnaji sobre Yabusele en el último segundo permitió al equipo blanco reducir la desventaja a un margen mínimo al descanso (40-42, min 20). La primera mitad había finalizado en un combate nulo, aunque el Barça se mostrara algo más solvente. Los problemas de verdad para el Real Madrid llegarían con un mal inicio de tercer cuarto. Los despistes provocaron que el conjunto azulgrana lograra un 0-7 de salida que resultaba inquietante para los madridistas. Llull volvió a tomar la responsabilidad del ataque, pero no se veía a su equipo nada suelto. Enredado en la trampa urdida por Jasikevicius, en el Madrid echaban de menos a varias piezas clave. Estaban presentes en pista, pero fuera de la dinámica del partido. Ni rastro de Yabusele, que volvió a defraudar en un duelo de eterna rivalidad. El naufragio de los bases fue absoluto, ninguno puso orden ni acierto. Contrastaba con el control y el trato exquisito del balón en los ataques del Barça, como demuestra que sólo perdieran tres balones en todo el partido. Todo un récord. Los azulgranas encontraron un filón en Sanli (17 puntos, 5 rebotes), que superó a Tavares en todo momento durante el tercer cuarto. 13 puntos anotó en este periodo el pívot turco, artífice en buena medida de un margen tranquilizador, aunque no fuera definitivo. La sensación al inicio del último cuarto era que el Barça tenía el partido en el bolsillo y que estaba dejando escapar la oportunidad de sentenciar el partido, por mucho que un triple de Smits pusiera la máxima diferencia (56-68, min 32).
A Laso, superado en la pizarra, no le quedó otra que tirar por la tremenda en busca de un cambio radical, del colapso que generó en la final de Supercopa. Llenó el quinteto de guerrilleros, con Rudy, Abalde y Deck en pista como garantes del ardor e intensidad necesarios atrás en busca de la remontada. Lo cierto es que al Madrid le vino muy bien el duelo entre trincheras, ya que fue el único momento en que llevó el ataque culé al atasco. A base de defensa y forzar personales, el equipo blanco se metió de lleno en el partido con un parcial de 11-0 que ponía en pie el Palacio de los Deportes. En pleno bloqueo ofensivo y en bonus a cinco minutos del final, los fantasmas de la Supercopa pasada se presentaban de nuevo al Barça, pero el viento viró en el momento justo para alejar los malos presagios. Una antideportiva señalada a Hanga tras revisión (protestada por los aficionados, ya que no se hizo lo propio con otra acción de Calathes en el primer cuarto) marcó el inicio de una nueva tendencia. El Barça sólo anotó un tiro de campo en nueve minutos, pero no le hizo falta más debido a que acudió a la línea de tiros libres en cada ataque para cabreo de los aficionados madridistas. Por otro lado, los hombres de Saras pudieron aplicarse atrás sin que se les penalizara con faltas como en minutos anteriores. Definitivamente, el criterio arbitral había cambiado y en la zona azulgrana se decretó manga ancha en el tramo final. Tampoco el Madrid encontró soluciones para sortear el campo de batalla y se acogió a la subsistencia en espera de un giro imprevisible que no llegó. Un triple de Mirotic, celebrado con rabia y dedicatoria velada hacia su antigua afición, selló el destino del encuentro antes de que otro más de Kuric (17 puntos, 3 rebotes, 19 de valoración) cerrara la cuenta. El Madrid llegaba en un gran momento, pero su paso quedó bloqueado por la pericia de su eterno rival. Jasikevicius vuelve a ganarle la partida en la pizarra a Laso.
Andorra 79 – Manresa 82: El juego interior se convirtió en el principal recurso de ambos equipos en unos primeros minutos envueltos en una igualdad que no se rompió hasta que un parcial de 0-10 que le otorgó a Manresa la primera ventaja seria del encuentro. Los hombres de Pedro Martínez se encontraron muy cómodos en el intercambio de canastas y terminaron el primer cuarto dominando con solvencia (14-24, min 11), pero la tónica cambió cuando Andorra apretó en defensa al comienzo del segundo periodo. Aunque los visitantes se mantuvieron arriba durante unos minutos con canastas muy meritorias, la efectividad arrolladora del conjunto andorrano en el perímetro cambió el partido de forma radical. Los triples de Morgan y Hannah (16 puntos, 3 rebotes, 16 de valoración), que anotó 15 puntos en la primera mitad, dieron la vuelta al marcador, aunque el vendaval desatado por el tiro exterior local no se detuvo ahí. Andorra estuvo prácticamente infalible en el triple durante todo el segundo cuarto, acumulando incluso un espectacular 8/9 en el tiro de tres en unos diez minutos de auténtica locura anotadora. Crawford se unió a la fiesta para elevar el parcial a un 21-2 que colocaba a Manresa contra las cuerdas (47-33, min 18).
Manresa trató de cambiar la dinámica con su habitual juego alegre y veloz, pero cayó en ocasiones en un exceso de velocidad que desembocaba en pérdidas de balón, hasta siete en el tercer cuarto. Regalos que le facilitaban la vida a Andorra, que seguía disfrutando del demoledor acierto de Crawford (22 puntos, 6 rebotes, 21 de valoración) en el triple y le permitieron manejar con calma una diferencia superior a los diez puntos hasta el comienzo del último periodo. Quizá necesitaba algo de ayuda Francisco, sobre el que giraba todo el ataque de Manresa, pero el base se las apañó solo para volver loco el partido en los últimos diez minutos. Don Paco, como ya se le conoce por el Bages, volvió a mostrar la facilidad que tiene para incendiar la cancha con su juego eléctrico, repleto de un descaro que tan bien casa con el estilo de juego del equipo manresano. Cada triple, cada corte por la zona, cada ruptura de la defensa local llevaron su firma en plena remontada, culminada por un triple más de Francisco (27 puntos, 4 asistencias, 24 de valoración) cuando restaban dos minutos (75-76, min 38). Aunque Crawford volvió a tirar de Andorra en un final de partido muy apretado, la fortuna estuvo del lado visitante. Un tapón de Moneke a Olumuyiwa y la antideportiva cometida sobre Moneke a seis segundos del final sellaron un triunfo que parecía imposible. La remontada de Manresa supuso la gota que colmó el vaso de la paciencia en Andorra, que señaló a Ibon Navarro la puerta de salida del club.
UCAM Murcia 88 – CB Canarias 86: El descontrol se adueñó de CB Canarias en unos primeros minutos llenos de imprecisiones, de balones perdidos que aprovechaba UCAM Murcia al contraataque para tomar tierra de por medio. Apenas generaba juego, como reflejaba que solo sumara dos asistencias en el primer cuarto, y todo dependía del tiro exterior. En cambio, el equipo murciano vivía con tranquilidad su primera ocasión para lograr el billete a la Copa. Las tres faltas de Bellas eran el único motivo para la preocupación en un primer cuarto que dominó con mucha claridad (23-14, min 9). CB Canarias consiguió reducir distancias en el segundo periodo a partir de una férrea defensa, a la vez que Shermadini apareció en un par de ocasiones dentro de la zona. El parcial de 2-10 obligó a Sito Alonso a pedir tiempo muerto, pero la mejoría local registrada tras el parón no sirvió para recobrar la ventaja perdida debido al acierto rival en el lanzamiento exterior. Los triples de Wiltjer (16 puntos, 4 rebotes, 20 de valoración) y Todorovic evitaron que UCAM Murcia volviera a marcharse, pese a que el conjunto murciano se sentía cómodo en el intercambio de canastas. El 8/12 en triples que atesoraba al comienzo del tercer cuarto permitía al equipo aurinegro mantenerse a rebufo de los locales, pero los de Vidorreta no fueron capaces de quitarse de encima las pérdidas de balón que tanto daño le hicieron al comienzo de partido. Además, Shermadini no tenía la mañana inspirada y desaprovechaba los buenos pases que le enviaban Fitipaldo y Huertas. Por contra, los hombres de Sito Alonso tenían las ideas muy clara y no dudaron en atacar insistentemente el aro rival con entradas a canasta que se convirtieron en el recurso habitual. La defensa visitante no pudo frenar en ningún momento las penetraciones de Taylor y Jordan Davis (16 puntos, 3 robos), martillos pilones que macharon incansablemente a CB Canarias (63-52, min 28).
Vistas las dificultades, Marcelinho Huertas (17 puntos) tiró de galones y se fabricó su propio sistema, en el que era el protagonista absoluto. Tiró de su equipo con diez puntos consecutivos, pero los minutos de brillantez del brasileño quedaron neutralizados por tres triples consecutivos de McFadden. Por dentro, James Webb (16 puntos, 9 rebotes, 24 de valoración) se activaba al final del tercer cuarto y Lima (8 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, 20 de valoración) superaba ampliamente al juego interior rival y dejaba el encuentro prácticamente encarrilado (79-65, min 34). Pese a los esfuerzos de Huertas y Todorovic, parecía que el partido no podía escapar del control de UCAM Murcia, que manejaba el tiempo con tranquilidad en manos de Bellas, pero dos acciones de 3+1 metieron a CB Canarias en el partido de forma inesperada. De repente, a los locales se les vino a la cabeza la remontada inverosímil de la pasada temporada y les entró repentinamente el tembleque. La sombra de la debacle de un año antes planeó sobre Murcia. Incluso Doornekamp dispuso de un triple para empatar que metió el susto en el cuerpo en la grada, pero el error del canadiense tampoco tranquilizó a la afición murciana, ya que su equipo se comió la posesión en la siguiente jugada. A CB Canarias le quedaba una nueva oportunidad más para forzar la prórroga, aunque los locales cometieron personal sobre Salin para evitar un nuevo lanzamiento de tres. El tirador finés estaba obligado a lanzar a fallar el segundo tiro libre, en busca del rebote salvador, pero el balón salió despedido en plena lucha. Sufrió de forma innecesaria, pero UCAM Murcia certificaba su primera clasificación para la Copa del Rey. Un logro que atestigua la brillante temporada del equipo de Sito Alonso.
Betis 71 – Bilbao Basket 88: Buen comienzo del Betis, que sumó de tres en los instantes iniciales para lograr un 9-2 de salida ante un rival un tanto frío en los primeros minutos. Bilbao Basket fue despertando cuando Ángel Delgado y Bigote comenzaron a cortar la zona, explotando los desajustes defensivos de los verdiblancos para cerrar la pintura. Por otra parte, el ataque del Betis se fue espesando y el marcador se apretó conforme avanzaba el primer cuarto, pero los cambios de Luis Casimiro revitalizarían a los locales tras los primeros diez minutos. Leslie entró al partido con mucho acierto y ejerció de valioso acompañante de Evans y Bertans, que mantenían la inspiración del comienzo de encuentro. El buen funcionamiento del tiro exterior bético fue clave para alcanzar una diferencia muy sustancial cerca del descanso (36-25, min 19), lo que obligaba a Bilbao Basket a buscar un cambio importante tras el descanso. Continuó buscando a Delgado (14 puntos, 9 rebotes, 19 de valoración), claro dominador dentro de la zona, pero el Betis no encontró demasiados problemas para mantener una renta cómoda durante buena parte del tercer cuarto. No varió esta dinámica hasta que entró en racha el gran protagonista del encuentro: Hakanson.
El festival anotador del base sueco volvió completamente loco el choque, al que prácticamente dio la vuelta en solitario aunque fuera una canasta de Withey la que significó la primera ventaja de Los Hombres de Negro. El conjunto de Mumbrú había conseguido ponerse por delante, pero ello no significó un motivo para relajación o tomarse un respiro. Hakanson continuó a lo suyo, anotando compulsivamente y volviendo loca a una defensa incapaz de frenarle. Anotó trece puntos en el tercer cuarto, decisivos en el parcial de 4-22 que supuso un punto de inflexión (51-62, min 29). El Betis ya no se recuperaría de este mazazo, no conseguiría recobrar la seriedad defensiva. Los buenos minutos de Álex Reyes y la aportación en el último cuarto y la valiosa aportación de Inglis (10 puntos, 12 rebotes, 20 de valoración) dentro de la zona ahondaron en el momento delicado de los verdiblancos, sin regularidad y a expensas de lo que conseguían Bertans y Pasecniks. A tirones fue imposible resistir la escapada de un rival que reventó el partido desde la línea de tres. Con todo el pescado vendido, Hakanson (26 puntos, 2 rebotes, 2 asistencias, 30 de valoración) redondeó en los minutos finales un partido redondo, seguramente el mejor de su carrera. Bilbao Basket alarga su magnífico momento de forma y ya atisba la zona de playoffs, un objetivo quimérico hace pocas semanas.
Baskonia 80 – Burgos 69: Los traspasos de entrenadores han llegado a la Liga ACB con el aterrizaje en el banquillo de Burgos de Paco Olmos, que abandonó Breogán para sacar al conjunto castellano de una situación muy apurada que nadie esperaba al inicio de temporada. El comienzo fue prometedor, dirigido magistralmente por un Renfroe (17 puntos, 5 asistencias, 17 de valoración) que hizo cuanto quiso durante los primeros minutos de encuentro. Burgos estuvo infalible en su puesta en escena, no desperdició un solo ataque en cuatro minutos y medio. Los triples de Dani Díez aumentaron la renta hasta los diez puntos (10-20, min 7), un margen que provocaba cierta inquietud en un Baskonia que necesitaba el triunfo para mantener sus opciones de disputar la Copa. Enoch se encontraba demasiado solo en el apartado anotador, pero varios balones perdidos por Burgos le dieron al equipo vitoriano la oportunidad de cambiar el rumbo del partido. Siete puntos consecutivos de Granger (17 puntos, 3 asistencias, 22 de valoración) apretaron el marcador y sirvieron de punto de arranque para la reacción local, consolidada definitivamente por la aparición de Lamar Peters como revulsivo. Hasta ahora su dirección ha dejado más detalles de precipitación que de buen criterio, pero su punto alocado valió en esta ocasión para meter una marcha más muy necesaria para Baskonia. El parcial de 16-3 permitió a los de Spahija tomar la delantera en pleno atasco ofensivo de Burgos, aunque el regreso a pista de los titulares permitió a los visitantes detener la caída y mantener el marcador apretado hasta el descanso.
Tampoco un buen arranque de tercer cuarto le sirvió al equipo vitoriano para asestar un golpe definitivo, pues encontró la réplica en un viejo conocido. No salió bien Nnoko (12 puntos, 8 rebotes, 17 de valoración) de su frustrante experiencia en Vitoria, cortado por su bajo rendimiento y un acto de indisciplina hacia Spahija, y quiso reivindicarse con seis puntos seguidos que frenaron la escapada de su ex-equipo, pero su aportación dentro de la zona no fue suficiente para cambiar las sensaciones de un Burgos que jugaba a tirones y sufría demasiados despistes defensivos cerca de su aro. A Baskonia le bastó con aprovecharlos para seguir por delante, ya fuera con Fontecchio atacando el aro rival o la efectividad que tuvo Costello cuando salió a lanzar a la línea de tres. Su rival suficiente tenía con subsistir, refugiado en un tiro exterior que le mantenía dentro del partido. Los triples, sobre todo de Dani Díez (11 puntos, 7 rebotes, 18 de valoración), fueron el recurso principal para seguir con vida hasta avanzado el último cuarto, pero a Burgos le terminó por costarle muy caro la falta de firmeza para cerrar su propia zona (70-60, min 37). La imposibilidad de frenar a Fontecchio y Costello le encaminó hacia una derrota segura, sellada definitivamente por el cuarto triple del pívot como cierre del partido. Ni se enteró de la buena mano con la que cuenta Costello (21 puntos, 10 rebotes, 29 de valoración), que vuelve a ser el jugador determinante de su etapa en Gran Canaria desde la llegada de Spahija. El triunfo mantenía a Baskonia en la pelea por la Copa, a la espera de que CB Canarias tropezara en sus dos partidos siguientes como única opción para estar en Granada.
Obradoiro 100 – Breogán 83: Inflamado ambiente en el Fontes do Sar, muy propio de un derbi, que animó la arrancada intensa y agresiva de Obradoiro en los instantes iniciales, aunque Breogán reaccionó de inmediato cargando con acierto el rebote ofensivo. Todo el ataque lucense pasaba por manos de Bell-Haynes (24 puntos, 3 asistencias), un recurso habitual en su brillante temporada y que gozó de gran inspiración durante el primer cuarto. Suficiente para poner por delante a los visitantes, pero la ligera ventaja de Breogán se fue al traste cuando entraron en juego los pívots de Obradoiro. Los de Moncho Fernández buscaron constantemente a Birutis, un coloso cada vez que entró en la zona y que hundió en la miseria a la defensa rival. El problema para Oriol Comas, entrenador interino del conjunto de Lugo, es que todos los hombres altos del Obra dominaron la pintura a su gusto durante toda la primera mitad. Un martilleo constante al que no encontró solución, al igual que los problemas que generó Robertson (21 puntos, 6 asistencias, 4 rebotes, 26 de valoración) cuando cortaba la zona para entrar hacia canasta. Pero por encima de todo y de todos estaba Birutis, una torre inabordable que dejó las mismas sensaciones inmejorables del inicio de la temporada pasada y que llegó al descanso con 17 puntos. Un argumento, el juego interior, más propio del baloncesto clásico, pero que sigue siendo muy efectivo bien usado.
La búsqueda de los hombres altos le sirvió a Obradoiro para dejar bien encarrilado el choque al intermedio (51-40, min 20) porque nada cambió en el tercer cuarto. El dominio de los pívots se mantuvo constante y fue clave en un 9-2 de salida que dejaba el choque completamente roto; sobre todo porque a los locales les salía absolutamente todo. Por si fuera poco, Scrubb apareció en el tercer cuarto para dejar el encuentro resuelto (67-46, min 25). Aunque Breogán reaccionó en la parte final del periodo con un 0-10 de parcial, liderado por Musa (20 puntos) y Lukovic (14 puntos, 7 rebotes, 19 de valoración), el propio Scrubb asestó otro golpe moral con un triple contra tabla desde medio campo para cerrar de forma espectacular el tercer acto. Ya no se levantó el equipo lucense de este sopapo. Basó todo su juego en el último cuarto en un único sistema con Bell-Haynes jugándose todo, pero siempre obtuvo respuesta de un Scrubb en racha. Además, Birutis (26 puntos, 8 rebotes, 37 de valoración, MVP de la jornada) no había dado por finalizado su recital en la pintura. Le restaba poner el broche de oro en los minutos finales, la rúbrica a uno de sus mejores partidos en Liga ACB. El gran artífice de un triunfo que supone aire fresco para Obradoiro y retrasa la ansiada clasificación de Breogán para la Copa.
Disputados el 28 de enero:
Fuenlabrada 82 – Joventut 104: Festival anotador durante los primeros minutos en el Fernando Martín. Nadie fallaba en unos instantes iniciales de pleno acierto; sobre todo, desde la línea de tres. Los bases de Fuenlabrada, Samar (15 puntos, 3 rebotes, 3 asistencias, 18 de valoración) y Novak (17 puntos, 5 asistencias, 16 de valoración), estuvieron muy inspirados en el primer cuarto, pero ni su clarividencia ni la efectividad en el tiro exterior le permitió a los locales tomar una ventaja significativa. Joventut contaba con su propio generador de juego, aunque no oficie como base y mida 2’17. Como suele ocurrir a menudo, Tomic se convirtió en un segundo director de orquesta dentro de la zona y en el gran recurso de los verdinegros, que no le hicieron ascos a intercambiar canastas con el Fuenla. Es más, redoblaron la apuesta con una vuelta de tuerca más al desenfreno ofensivo sobre la pista en cuanto Brandon Paul (17 puntos, 4 robos, 19 de valoración) se activó y empezó a convertir todo en el perímetro. Por su parte, Brodziansky se encargó de la aportación en la zona y ampliar el arsenal de la Penya, que empezaba a distanciarse de un rival que sufría para anotar (33-44, min 14).
Fuenlabrada salió del atascó buscando el juego interior, pero chocaba con el acierto casi inmaculado de Joventut en la línea de tres. Y cuando la atención se centraba sobre los tiradores aparecían los espacios que necesitaba Tomic para anotar cómodamente en la pintura. Una sangría interminable para el conjunto del sur de Madrid, pues los de Carles Durán no fallaban ni un solo ataque. 58 puntos anotó Joventut en la primera mitad, una cifra que casi le aseguraba el partido por mucho que Fuenlabrada recuperara el acierto en el tiro exterior al inicio del tercer cuarto. De nada servía el intercambio de canastas, ya que la inspiración de los verdinegros apenas remitía. Ahora era Willis quien hacía daño dentro de la zona, quien aprovechó la modélica circulación de balón del equipo verdinegro (61-79, min 27) con Bassas (18 puntos, 7 asistencias, 24 de valoración) a los mandos. Además, la Penya sacó partido de las pérdidas de balón rivales para hurgar más en la herida. Los locales amenazaron con meterse en el encuentro con un 8-0 de inicio en el último cuarto, pero los desajustes defensivos impidieron cualquier opción de inquietar a un rival que no dejaba pasar ni una sola concesión (76-96, min 36). No había respuesta posible contra un Joventut inabordable y que puso la rúbrica con un 3+1 de Paul que cerraba una victoria muy brillante.
Valencia Basket 91 – Gran Canaria 62: El acierto de Ennis al comienzo del encuentro le proporcionó a Gran Canaria una ventaja inicial que no fue más que un espejismo de la realidad del choque. La zona visitante, la apuesta defensiva de Porfi Fisac en la Fonteta, saltó por los aires con tres triples consecutivos de Labeyrie que pusieron por delante a Valencia Basket (23-15, min 9) en pleno giro definitivo de los acontecimientos. A partir de entonces los hombres altos del conjunto taronja hicieron polvo a la defensa de Gran Canaria, todos ellos sin excepción. En cuanto Dubljevic (11 puntos, 4 asistencias, 16 de valoración) empezó a sumar con cierta frecuencia el dominio local se fue tornando irresistible, aunque sería el tiro exterior local quien destrozara un partido que llegó prácticamente decidido al descanso (50-30, min 20). Tampoco le sirvió a Gran Canaria recomponerse nada más iniciarse el tercer cuarto. Sólo consiguió entrar en un intercambio de canastas estéril, ya que el juego interior de Valencia Basket campaba a sus anchas en la zona visitante. Dubljevic continuaba haciendo lo que quería dentro de la pintura, pero Tobey hizo lo propio cuando tomó el relevo en la pista del pívot montenegrino.
La ternura de Gran Canaria cerca del aro facilitó el trabajo al equipo valenciano, que no tuvo problemas para mantener la diferencia estable por encima de los veinte puntos. El partido se había convertido en una balsa de aceite, en una estancia en un balneario que acababa de un plumazo con cualquier tipo de estrés. Los triples de Van Rossom (10 puntos, 6 asistencias, 16 de valoración) en el último cuarto situaban la ventaja en los treinta puntos (78-48, min 33) y agudizaban el bochorno por el que estaba pasando el equipo amarillo. En pleno naufragio, los primeros que buscan salvarse son los buscadores de números, los fabricantes de estadísticas aunque su efecto en el partido fuera nulo. Ennis y Slaughter se dedicaron a hacer la guerra por su cuenta, a la caza de unos números que disfrazaran la realidad. No lo consiguieron con la diferencia. De ello se encargo Jaime Pradilla (11 puntos, 6 rebotes), que firmó un notable último cuarto que dejó de nuevo de manifiesto la enorme superioridad de Valencia Basket en el juego interior. Un triunfo rotundo para asegurar definitivamente su presencia en la Copa, de la que se despide definitivamente un Gran Canaria en caída libre.
Tras la finalización de la jornada 16, el Real Madrid (14-2) continuaba en el liderato, aunque el Barça (12-3) ganaba terreno tras su victoria en el Clásico. Joventut y Manresa, ambos con 11-5, les siguen ya de lejos. Por entonces, el corte de la Copa lo marcaba Breogán (8-8), igualado con CB Canarias. La zona de descenso la ocupan Burgos (4-12) y Betis (3-13).
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