Fuente: cavsnation.com

Los Jazz se presentaban al tercer partido de la eliminatoria sin ninguna presión y no  sorprendía que, en menos de minuto y medio, Tyronne Lue tuviese que frenar el partido tras un parcial de ocho a cero. En Los Angeles se temían lo peor porque, pese al mal inicio en el marcador, su juego sólo había mostrado una debilidad, la defensa en transición. Algo que sorprendía tras ver como el técnico local volvía a apostar por un quinteto pequeño. Joe Ingles había sido el principal ejecutor, con dos triples, pero, tras el paso por los banquillos, el partido comenzaba a estabilizarse. Los Clippers cerraban los espacios de penetración de Donovan Mitchell con un dos contra uno, la circulación de balón se resentía, los tiradores no acertaban y, gracias al acierto de Reggie Jackson desde el exterior, los angelinos igualaban el partido. Los problemas ofensivos de Utah eran evidentes y Jordan Clarkson no veía el aro tan grande como para solucionar el atasco.  Como además Paul George sacaba partido de su calidad individual, era lógico que los angelinos cerrasen el primer cuarto con una pequeña ventaja. Algo que no debía gustar a Clarkson porque, en veinte segundos, lanzaba un manotazo a la cara de Ivica Zubac. La flagrante era obligada, pero no cambiaba el buen tono local. En los Jazz todo dependía de lo generado por Clarkson y eso era un problema si, además, sus tiradores no acertaban. En el cuadro angelino, sin embargo, los triples entraban y había más formas de llegar bajo el aro. Con Reggie Jackson nuevamente entonado, aprovechando las concesiones de la defensa visitante, Quin Snyder tenía que parar el partido. Los Clippers habían doblado la diferencia rápidamente y, pese a contar con su máxima estrella sobre la pista, Utah seguía teniendo grandes problemas de anotación y, pese a subir la intensidad defensiva, el Staples Center disfrutaba de la versión más acertada en el tiro de su equipo. La diferencia superaba la decena de puntos y el técnico visitante necesitaba una reunión con sus jugadores. Daba igual, faltaba concentración en el juego y sólo su jugador franquicia parecía querer despertar de la pesadilla. En los Clippers todo entraba desde la línea de tres puntos, ya fuese Paul George o Nicolas Batum, el tiro acababa dentro. La mejor noticia para los Jazz era llegar al descanso con quince puntos de desventaja. La segunda parte se presentaba interesante, sobre todo por ver la reacción de su técnico ante los problemas planteados por Tyronne Lue. Y sí, los quince minutos de refleión traían otra cara en el equipo visitante; para solventar los problemas ofensivos se buscaba atacar el aro desde los primeros segundos de la posesión, buscando que la defensa angelina no tuviese tiempo para cerrarse con buenas ayudas y, como Rudy Gobert comenzaba a crecerse en las zonas, sólo la mejor versión de Kawhi Leonard evitaba el recorte de la ventaja local. El partido se convertía en un duelo de estrellas pero, sorprendentemente, los tiradores visitantes comenzaban a acertar, la diferencia bajaba de los diez puntos y Lue consideraba necesario parar el ritmo del partido para recuperar el brillo ofensivo de sus jugadores franquicia. Así las cosas, los Clippers llegaban al último capítulo del partido con once puntos de ventaja. Y Utah tenía que salir desde el inicio a por todas, con Donovan Mitchell como protagonista. Sin embargo los balones perdidos en la circulación eran aprovechados por los angelinos para mantener su ventaja. Gracias a la aportación de su banquillo, y Paul George, los Clippers se acercaban a la mitad de cuarto con el partido bajo control. Tras un tiempo muerto de Snyder los Jazz volvían a por todas, ante una defensa zonal angelina, y, en pleno recorte, Donovan Mitchell se torcía el tobillo. Su desaparición de la cancha dejaba a su equipo en manos de Clarkson, demasiado poco ante el poderío local. La diferencia superaba los veinte puntos y en Los Angeles se celebraba la primera victoria de su equipo en la serie. Invitado inesperado: Tyronne Lue (Clippers)

El Staples Center mostraba su mejor ambiente buscando la victoria de su equipo en el cuarto partido y el equipo angelino mostraba su mejor cara defensiva para tomar la delantera en el marcador. Muy activos en las líneas de pase, y pudiendo correr, castigaban la mala transición defensiva de Utah. En dos minutos, y tras encajar un parcial de diez a dos, Quin Snyder paraba el partido. El aspecto defensivo no mostraba una clara mejora y en ataque, aunque se seguían forzando los tiros, cuando menos no se perdían balones. Mientras, en el cuadro angelino, seguían disfrutando de la mejor versión ofensiva de Paul George y Marcus Morris y, como la aportación de Kawhi Leonard era constante, la diferencia se mantenía fácilmente por encima de la decena de puntos. Medio cuarto tardaba Donovan Mitchell en anotar su primera canasta en el partido y se resentía ligeramente de su lesión de tobillo. Todas las noticias eran malas para los Jazz y, tras un recital de malos tiros y balones perdidos, la desventaja al terminar el primer acto era de diecisiete puntos. Para el segundo se esperaba la reacción visitante, pero la circulación de balón seguía siendo deficiente y los Clippers disfrutaban del juego mejor repartido de sus jugadores de banquillo. La diferencia superaba los veinte puntos y el Staples Center lo celebraba. Pese a los intentos de su estrella, todo era insuficiente cuando volvían los titulares angelinos; hasta Derrick Favors se comía un mate en la cara de Leonard y Morris seguía con su acierto en el lanzamiento de tres. Utah llegaba al descanso a veinticuatro puntos de desventaja y con la sensación de estar noqueado. El tiempo para la reflexión le sentaba a los visitantes que, con su estrella acertando en sus decisiones y una mejor actitud en la ayudas defensivas, lograba un parcial de quince a cinco para levantar las esperanzas de remontada en Salt Lake City. Sin embargo, cuando llegaba el momento de acercarse más, los Jazz se precipitaban y en Los Angeles se alegraban viendo como sus estrellas mantenían la diferencia con tranquilidad. Los contactos aumentaban y los Clippers sacaban partido de ello para llevar la diferencia, de nuevo, hasta los veinte puntos el técnico visitante volvía a reclamar a sus jugadores y, pese a que la conexión con Rudy Gobert ya funcionaba, la diferencia se mantenía. El pivot francés se ganaba una técnica al protestar por los empujones recibidos y todo seguía igual de cara al último periodo porque la estrella local era imparable para Utah y la defensa de Patrick Beverley una pesadilla. Se volvía a la actividad con demasiada relajación en el equipo angelino y Tyronne Lue tenía que parar el partido pese a que el recorte era mínimo. Mitchell se dejaba enredar por  Beverley en la lucha por un rebote e iba perdiendo energía para el ataque. El partido se iba cerrando con cada vez más errores por parte de ambos equipos y, pese a que Bojan Bogdanovic lideraba a los suyos para ponerse a nueve puntos (tras un parcial de veintisiete a once), los Clippers lograban el objetivo de empatar a dos la serie. Invitado inesperado: Ivica Zubac, Patrick Beverley (Clippers)

Fuente: usanewsexpress.com

En Denver se celebraba la entrega del premio, a Nikola Jokic, del premio a jugador más valioso de la temporada. Tras los gritos de MVP, y el discurso de la estrella local, arrancaba el partido.Y se notaba una ligera diferencia entre ambos equipos, los Suns no permitían tiros claros y Devin Booker aprovechaba las mejores posiciones de tiro en el ataque visitante para poner a los suyos en ventaja. Y la dinámica no variaba con el tiempo muerto de Mike Malone, la diferencia llegaba a los diez puntos con Chris Paul a los mandos. Ni con la salida de los suplentes variaba la situación, la defensa local no era capaz de frenar el ataque de los de Arizona y la diferencia se mantenía al comenzar el segundo cuarto. Un cuarto donde la intensividad defensiva local aparecía por primera vez en el partido. La ventaja visitante disminuía a cada minuto y Monty Williams recurría a sus titulares. Desde una mejor actitud defensiva y, con Torrey Craig dispuesto a aprovechar la atención generada por sus estrellas, la distancia entre ambos equipos volvía a su orígenes y, pese a que Denver comenzaba a mostrar su cara más agresiva en el juego, no conseguía reducir la diferencia.Por encima Jokic se torcía el tobillo y el Ball Arena sufría viendo la situación tan complicada para su equipo. Sin embargo, inesperadamente, toda la intensidad mostrada en el juego tenía su recompensa; Phoenix perdía el control del ritmo del partido y, con Facundo Campazzo acertando desde el exterior, los Nuggets cerraban la primera mitad con un parcial de catorce a seis para dejar el partido a cuatro puntos. Sin embargo era un espejismo, tras intercambiarse los campos, todo quedaba claro. Los tiradores locales no encontraban ni espacio ni acierto y Jokic centraba todos los ataques. Chris Paul volvía para mantener la ventaja visitante en torno a los diez puntos y, con los suplentes visitantes aportando, Denver tenía que recortar catorce puntos de cara al último acto.  Sin embargo la salida de los Suns era fulgurante; los Nuggets no tenían recursos, ni energía, para competir el partido. La diferencia se movía entre los quince y los veinte puntos y el tiempo pasaba en un suspiro. Phoenix se ponía a una victoria de cerrar la eliminatoria. Invitado inesperado: Torrey Craig (Suns)

La presión estaba disparada en el Ball Arena, la victoria era la única opción local si querían seguir con vida en la serie y Mike Malone había dejado en el banquillo a Facundo Campazzo y Austin Rivers para dar entrada a Monte Morris y Will Barton. De modo que no sorprendía ver muchos errores en el tiro por parte de ambos equipos, demasiado tensos en el inicio. Sin embargo, con el paso de los minutos, se observaba que; mientras el ataque local necesitaba buscar el aro constantemente, a Phoenix le llegaba con trabajar bien sus ataques para encontrar puntos por parte de cualquier jugador. La ventaba era visitante y no tardaba en llegar a los diez puntos a mitad de cuarto. Denver reaccionaba subiendo la intensidad  y encontraba la versión más acertada de Monte Morris. Sin embargo Monty Williams aclaraba las ideas de sus jugadores de banquillo y la desventaja local se quedaba en seis puntos al cerrarse el primer acto. Sin embargo, el segundo cuarto no traía claridad al ataque local. Facundo Campazzo impedía el despegue de los Suns con buenas decisiones y acierto exterior, pero resultaba insuficiente ante el despliegue de Chris Paul, Los Nuggets sabían que tenían que apurar sus opciones desde la defensa, ajustaban el trabajo sobre las líneas de pase con Aaron Gordon defendiendo en el exterior a Devin Booker y, a mitad de cuarto, lograban dejar el partido a una canasta. El técnico visitante levantaba la intensidad de las ayudas en su equipo, que volvía a ampliar la diferencia pudiendo correr. Nikola Jokic dejaba de ser la principal referencia ofensiva local y el equipo lo agradecía. El partido era un intercambio de anotación y, sólo la precipitación de Monte Morris en el minuto final, permitía a Phoenix llegar al tercer cuarto con una cómoda ventaja gracias al acierto de Booker y Paul. El Ball Arena respiraba con intranquilidad en la retirada de ambos equipos a los vestuarios pero, para sorpresa general, los dos primeros minutos de Denver mostraban su juego más clásico y propiciaba el acercamiento en el marcador. Sin embargo en Arizona se veía el partido con tranquilidad, porque sus estrellas resultaban imparables para la defensa local. Cuando no era uno era otro, Monty Williams no tenía que gastar ni un tiempo muerto y Jokic perdía los nervios porque estaba reventado de intentar recortar la diferencia. Booker le afeaba el gesto, llevándose una técnica por ello, y el manotazo a Cameron Payne era sancionado con una flagrante de segundo grado y la expulsión. El efecto sobre el partido era inmediato, con un parcial de catorce a tres los Suns respiraban tranquilos con trece puntos de ventaja para lo que podía ser el final de la eliminatoria. Sin embargo el inicio del capítulo final era inesperado, la defensa de Campazzo a Paul desajustaba el ataque visitante y, junto con el acierto de Michael Porter Jr y Will Barton, eran las claves del acercamiento local. Claro que el base visitante seguía dirigiendo con maestría a su equipo y, pese a ganarse una técnica por reclamar una falta personal de Campazzo, la delantera en el marcador era visitante. El partido iba a tirones de acierto y, con la aparición del cansancio en las estrellas visitantes, el marcador se apretaba. Monty Williams buscaba dar un respiro a los suyos, la defensa visitante se aplicaba sobre el balón y Paul era el protagonista del distanciamiento de Phoenix. La ventaja superaba los diez puntos a falta de tres minutos y en Colorado se veía todo muy complicado. Los Nuggets no tenían más remedio que rendirse, los Suns ganaban la serie. Invitado inesperado: Monty Williams (Suns)

Eliminatoria cerrada: Suns ganan cuatro a cero