Fuente: ocregister.com
Tras verse muy superados bajo canasta en el segundo partido, Terry Stotts optaba por poner sobre la pista a Hassan Whiteside para dar consistencia a su equipo. Y la cosa funcionaba bastante bien para Portland porque, al mismo tiempo que protegían su aro, atacaban el angelino y los primeros aciertos de Damien Lillard procuraban la atención de Frank Vogel. El problema era que, mientras Danny Green abría los espacios en ataque, los Lakers no encontraban soluciones defensivas para frenar a las estrellas rivales. Por suerte la entrada de los suplentes mejoraba la defensa y LeBron James disfrutaba corriendo. Apenas cuatro puntos separaban a ambos equipos al comienzo del segundo cuarto. El par de minutos de reposo no cambiaba nada en el partido, los Blazers dejaban el ataque en manos de sus estrellas y, como estaban mejor cubiertos, el marcador fluctuaba sin terminar de romperse a su favor porque a LeBron no podían controlarlo. Ni la aportación de Carmelo Anthony conseguía alterar la dinámica del partido y, con un triple sobre la bocina de CJ McCollum, se llegaba al final del cuarto con la misma diferencia en el marcador que en su inicio.Sin embargo el tercer periodo si traía cambios en el partido, el buen marcaje a las estrellas de Portland continuaba, la única referencia positiva en ataque era su juego interior pero, la precipitación hacía acto de presencia en los de Oregón y Kentavious Caldwell-Pope ponía por delante a los Lakers. Carmelo rompía un parcial de doce a cero, pero era insuficiente. En Los Angeles por fin veían a un equipo y las individualidades de los Blazers se quedaban cortas para solventar el problema. La distancia entre ambos equipos alcanzaba los dos cifras y Portland tenía suerte de tener un minuto final inspirado para dejar el partido a siete puntos para presentarse en el último cuarto. Unos minutos finales donde las defensas se cerraban mucho, el desacierto de los exteriores era constante y el mayor acierto de Jusuf Nurkic acercaba a los Blazers. Frank Vogel tenía claro que buscar el aro era la mejor solución para los suyos. La diferencia volvía a crecer y Terry Stotts no encontraba soluciones ofensivas para su equipo. por encima Anthony Davis se inspiraba. Los barrera de los diez puntos volvía a ser superada y con eso era suficiente. El cansancio, y la falta de confianza de Portland, permitía a los Lakers presentarse al cuarto partido con un dos a uno a su favor. Invitado inesperado: Alex Caruso (Lakers)
La eliminatoria se había puesto en contra para los Blazers y se esperaba una buena respuesta en los de Terry Stotts. Sin embargo eran los californianos quienes abrían el partido con un fuerte parcial a favor. Este venía marcado por su buena intensidad defensiva y un LeBron James acertado. Esto obligaban a un tiempo muerto a los de Oregón, pero el parcial continuaba abierto hasta un quince a cero. En los angelinos comenzaban a despertar los secundarios (incluso los tiradores) y, pese a que los interiores de Portland comenzaban a ayudar, Anthony Davis lideraba a su equipo para llegar al final del primer cuarto con casi veinte puntos a su favor. El escenario se repetía en el inicio del segundo acto y la defensa bajo canasta de los Blazers comenzaba a flaquear. Entre eso, y los balones perdidos, la diferencia casi alcanzaba la tres decenas al descanso. Todo lo que tenían que hacer los angelinos era no permitir acercamientos en el marcador y, a pesar de perder a Davis por lesión, lo hacían sin problemas. El último cuarto sobraba, porque se anunciaba que Damien Lillard no iba a volver a la pista por lesión y los Lakers celebraban tener la eliminatoria bajo control con el tres a uno. Invitado inesperado: Dwight Howard, Kyle Kuzma (Lakers)
Fuente: elnacional.com
El golpe de perder el segundo partido de la serie era duro para los Clippers y Rivers se daba cuenta de que debía intervenir en el quinteto titular llevando al banquillo a Reggie Jackson y poniendo sobre la pista a Landry Shamet para dar más equilibrio al equipo. Sin embargo, la principal diferencia en el partido era la actitud de Kawhi Leonard, que cargaba con la responsabilidad ofensiva de su equipo. Junto a él estaba un Montrezl Harrell dispuesto a dejarse la piel. Mientras, en Dallas recurrían a sus estrellas para responder y comenzaban los nerios en ambos equipos. Harrell y Luka Doncic se ganaban una técnica cada uno y Marcus Morris y Kripstas Porzingis intercambiaban opiniones. El descanso de la estrella eslovena permitía un pequeño despegue angelino, pero los Mavericks respondían corriendo desde la defensa y nadie cobraba ventaja al finalizar el primer cuarto. El segundo periodo no traía muchos cambios al partido, Doncic volvía a llevar el peso del equipo tejano y, con su descanso, los Clippers volvían a distanciarse con su estrella como referencia ofensiva. Rick Carlisle solicitaba más defensa a su equipo, pero no era suficiente para recortar, debía regresar jugador franquicia. Sin embargo este estaba muy cansando, con malos pases, errando tiros libres, Porzingis quedaba como único sostén. insuficiente ante la inspiración de Lou Williams, Leonard y Shamet, en Los Angeles celebraban ver a los suyos con catorce puntos de ventaja al descanso. El tiempo de reflexión venía bien a los tejanos, que veían como Doncic y Porzingis habían recargado las pilas. Glen Rivers necesitaba un tiempo muerto para despertar a su equipo, los secundarios angelinos respondían tras el rapapolvo y los de Dallas se escondían. Solo los errores de Paul George aliviaban al cuadro tejano pero, al juntarse la versión más dominante de Leonard con la torcedura de tobillo de Doncic, el partido parecía visto para sentencia. sin embargo no era así, Seth Curry se mostraba muy acertado y el equipo sacaba su espíritu combativo para contener la escapada. La diferencia sólo llegaba a los diecisiete puntos tras un triple sobre la bocina de Shamet. El acto final traía el regreso del hijo pródigo de los Mavericks a la pista. Apenas el tiempo suficiente para completar un triple-doble, ni él ni su equipo estaban para competir el partido. Sólo faltaba que los Clippers, guiados por su estrella, cerrasen el partido. Pese a los esfuerzos tejanos, Dallas iba perdiendo la eliminatoria dos a uno. Invitado inesperado: Lou Williams (Clippers)
Poder contar con Luka Doncic debía ser un alivio para los Mavericks, pero la baja de última hora de Kripstas Porzingis era un golpe casi igual de duro y el inicio del partido no tardaba en darles la razón. Sin el letón, y con Trey Burke como sustituto, la protección de su canasta debía dejar mucho que desear en el lado tejano y en Los Angeles se relajaban pensando en las opciones que eso suponía. Sin embargo el equipo tardaba en encontrar esas soluciones y Kawhi Leonard cargaba con toda la responsabilidad ofensiva. Poco a poco la diferencia crecía hasta superar los diez puntos y Rick Carlisle paraba el partido. Los suplentes proporcionaban una defensa más agresiva y además hacían más complicado saber donde defender pero, pese a ello, la desventaja se mantenía en la decena de puntos al finalizar el primer cuarto. Y el paso por los banquillos no sentaba bien a los tejanos porque la buena dirección de juego de JJ Barea no era suficiente, Lou Williams salía encendido al segundo cuarto y la desventaja se doblaba en pocos minutos. El técnico de Dallas tenía que hacer regresar a su estrella para aliviar el ataque. El regreso del esloveno cambiaba el ataque, pero era necesario que los Clippers se olvidasen de atacar el aro para comenzar a recortar las diferencias. Un parcial de quince a dos, con Trey Burke como principal apoyo, colocaba el partido a ocho puntos al descanso. Y el partido continuaba por los mismos derroteros tras el paso por los vestuarios. Luka Doncic se aliaba con sus compañeros para que la baja de Porzingis no se notase en ataque y, como el ataque angelino no buscaba el aro, ni un tiempo muerto evitaba que los Mavericks se adelantasen en el marcador. Tenían que llegar unos tiros libres de Lou Williams para cortar un parcial de dieciséis a cero en seis minutos. La distancia entre ambos equipos se ampliaba hasta los dos dígitos gracias a la aportación de Boban Marjanovic, pero Rivers encontraba la manera de frenar la escapada con una zona. Tenía que aparecer la estrella eslovena para dejar a los suyos con una ventaja de ocho puntos para el cuarto final. Los Clippers tenían mucho trabajo por delante y se hacía necesaria la presencia de sus estrellas desde bien temprano, porque Lou Williams no era suficiente frente a un Seth Curry inspirado. Naturalmente Carlisle llamaba a su jugador franquicia para igualar las fuerzas sobre la pista. el plan funcionaba hasta que, faltando cinco minutos, comenzaba el acercamiento angelino ante el cansancio de Doncic. Sin embargo Dallas no se rendía, tres triples consecutivos daban aire al equipo pero Leonard no quería rendirse y comandaba la reacción californiana. Dado que el desacierto volvía al cuadro tejano, se entraba en el minuto final con empate en el marcador. Un minuto donde primero los Mavericks atacaban demasiado nerviosos y no encontraban soluciones. Le tocaba el turno a los angelinos, que se lo tomaban con demasiada tranquilidad y el fallo en el tiro aseguraba una prórroga. Unos minutos de añadido donde Leonard seguia mostrando sus credenciales de campeón señalando el camino a sus compañeros, en Dallas no era necesario. El partido era un balancín donde, entrando en el minuto final, nadie tenía la iniciativa. El primer intento era de un cansado Leonard, que veía como al otro lado Doncic no fallaba. La pelota volvía a manos angelinas, concretamente las de Leonard, este abría a la esquina para que un triple de Marcus Morris pusiese por delante a los Clippers. A los Mavericks les quedaban nueve segundos, que quedaban reducidos a cuatro tras el apunte de Rivers de que todavía podían hacer una falta sin mandar a nadie a los tiros libres. Cuatro segundos escasos donde Doncic hipnotizaba a su defensor para clavar un triple sobre la bocina que empataba a dos la serie. Invitado inesperado: Boban Marjanovic, Seth Curry (Mavericks)
Fuente: purpleandblues.com
El retorno de Mike Conley al quinteto inicial llenaba de esperanzas a Utah de cara al tercer partido de la serie y su salida al partido lo confirmaba. Su defensa no permitía circular el balón con claridad y los Nuggets colaboraban no llegando a tiempo a las ayudas. Poco a poco Rudy Gobert se hacía con el dominio en ambas zonas, los suplentes de Denver no acertaban y la diferencia superaba los diez puntos al cerrarse el primer cuarto. Por encima el segundo periodo se abría con una versión más intensa de los Jazz, Mike Malone se desesperaba con los triples de Conley y, pese a frenar el partido con un tiempo muerto, la diferencia rozaba los veinte puntos. Por encima regresaba a la pista el pivot francés de Utah y el destrozo casi llegaba a los treinta puntos. Sólo una mejoría defensiva en los de Colorado dejaba la distancia en algo aceptable para la segunda mitad. El esfuerzo defensivo de los Nuggets continuaba de inicio, puesto que tenían el partido a diecisiete puntos. Sin embargo, la inspiración en el tiro de los Jazz frenaba cualquier esperanza. el ritmo ofensivo era imposible de seguir si solo Jamal Murray anotaba,. La diferencia fluctuaba en torno a los veinte puntos hasta que el resurgir de Gobert, y la energía de Jordan Clarkson, cerraban el partido antes de tiempo Invitado inesperado: Jordan Clarkson (Jazz)
Las sensaciones, de cara al cuarto partido de la serie, eran inmejorables para Utah, habían obligado a los Nuggets a cambiar su quinteto titular hasta en dos posiciones. Los de Colorado sacaban su mejor versión defensiva, pero Donovan Mitchell y el buen movimiento de balón de los Jazz arreglaban el problema. Las ventajas de Denver eran cortas y sustentadas por su acierto exterior porque Rudy Gobert volvía a hacerse grande bajo canasta. El paso por los banquillos enfriaba el acierto de los Nuggets y Jordan Clarkson volvía a ser difícil de controlar para su defensa. Michael Porter Jr daba algo de respuesta, pero sin su base estrella el equipo sufría y tenía que regresar a la pista rápidamente. El control volvía a su juego y mantenían el mando en el marcador, aunque fuese por la mínima. El tiempo de reposo permitía un reinicio espectacular de la estrellas de ambos equipos y se hacía necesaria una tercera pata en los ataques para romper el partido. La solución la encontraba Utah con la defensa de Gobert y el acierto de Mike Conley. Quin Snyder podía trabajar el cuarto final con ocho puntos de ventaja. Por eos daba más descanso a Mitchell, mientras que Mike Malone tenía que poner en pista a Murray porque a Denver no le bastaba con dejarse la piel para remontar. Los ataques estaban espesos y el rebote ofensivo y el acierto en los triples permitían a los Nuggets acercarse a un mísero punto. Sin embargo los Jazz encontraban alivio en una falta personal para cortar una contra. No era suficiente, la situación volvía a ser la misma cuando se entraba en los noventa segundos finales. La diferencia de un punto no parecía suficiente y el escolta de Utah alejaba los miedos con un triple entrando en el minuto final. Todo lo que restaba era administrar el final con los tiros libres, Denver tendría que remontar un tres a uno. Invitado inesperado: Jordan Clarkson, George Niang (Jazz)
Fuente: spin.ph
Oklahoma se presentaba al tercer partido de la eliminatoria sabiendo que se jugaba casi todas sus opciones en este juego. Por eso sorprendía ver como el equipo seguía teniendo graves problemas ofensivos al no poder acercarse al aro. Mientras James Harden parecía querer resolver rápido el partido y cargaba con la responsabilidad del ataque de los Rockets aprovechando la debilidad defensiva bajo canasta de los Thunder. La diferencia llegaba a la docena de puntos y Danilo Gallinari, con un triple, rompía más de cinco minutos de Oklahoma sin anotar en juego. Como quiera que Chris Paul y Dennis Schroder comenzaban a dar problemas a la defensa de Houston, y como Jeff Green no podía mantener el ritmo durante el descanso de la estrella tejana, el segundo cuarto se abría con la diferencia reducida a la mitad. El segundo envite nacía de unas bases asentadas que Shai Gilgeaus-Alexander rompía con su acierto exterior, pero Mike D´Antony solicitaba un parón y Harden volvía a tomar los mandos del partido. Así se llegaba al descanso con una separación de seis puntos, algo muy salvable con casi media hora de baloncesto por delante. Además, el buen trabajo defensivo ya no permitía puntos fáciles a la estrella tejana y, como sus compañeros no metían los triples abiertos (y los Thunder sí), la iniciativa en el marcador cambiaba de bando y las esperanzas de conseguir la primera victoria en la serie subían el ánimo del equipo de Billy Donovan. Sin embargo el parcial de nueve a cero era encajado bien por los tejanos y, con su estrella otra vez desatada, alcanzaban una ventaja de cuatro puntos para recorrer los doce minutos decisivos. Un cuarto donde la mayor agresividad ofensiva de Oklahoma le daba la vuelta al marcador. La solución del técnico de los Rockets era poner en la pista a su mejor anotador. El problema era que su jugador franquicia ya estaba cansado, fallaba hasta algún tiro libre y la iniciativa siempre era de los Thunder con un Schroder desbordante. Chris Paul volvía a la pista con cuatro minutos por jugar y, casi al mismo tiempo, Harden cometía su quinta falta personal. Eso, sin embargo, no impedía que el ataque tejano no sacase provecho de su presencia en pista. Con un Jeff Green inspirado Houston llegaba al minuto final con cinco puntos de ventaja. Paul sacaba partido de su experiencia para recortar rápidamente, Danuel House Jr no cogía el tiro cuando debía y regalaba la posesión. Paul volvía a repetir la jugada rápida para asistir a Steven Addams ante la desesperación de D´Antony. Sin embargo la desesperación cambiaba de bando en la siguiente jugada; Harden y Paul se abrazaban antes de ponerse el balón en juego, la falta era señalada a Oklahoma y Harden ponía el partido a dos puntos con posesión por delante. PJ Tucker hacía un pase horroroso sacando de fondo y el balón se iba por la banda. Tras una revisión el balón era para los Thunder que, con veinticuatro segundos por delante, se la jugaban al triple desde la esquina de Gilgeaus-Alexander. A los Rockets les quedaban catorce segundos y, tras sólo cuatro transcurridos, House sacaba una falta. Empataba el partido con un tiro libre, pero no podía poner por delante a los tejanos y, como Paul se comía el último tiro, todo se iba a decidir con cinco minutos extra. Una prórroga que se suponía igualada, pero eso eran previsiones que saltaban por los aires con la eliminación por faltas de Harden tras un minuto de juego. Desde ese momento, y durante tres minutos, Houston se quedaba sin anotación y, con la inspiración de Paul y el resto de exteriores de Oklahoma, se lograba un parcial de doce a cero que cerraba el partido. Invitado inesperado: Dennis Schroder (Thunder)
La moral de los Thunder se había levantado tras la victoria del tercer partido y los primeros minutos mostraban a sus tiradores aprovechando los balones doblados por sus bases y, como Houston entraba mal al partido, la diferencia se iba hasta casi los diez puntos. Sin embargo el acierto tejano no tardaba en llegar y, con una defensa más activa que sólo Darius Bazley era capaz de romper, el marcador se igualaba. El partido se reanudaba con una flagrante sin intención en una entrada a canasta pero, lo más novedoso, era ver un duelo anotador entre Danuel House Jr y Dennis Schroder. Un duelo de suplentes donde los Rockets conseguían tener más recursos para anotar y hacían necesario el regreso de los titulares de Oklahoma. Entre el buen reparto de juego de sus bases, y el cansancio de James Harden, se quedaba todo igual de cara a la segunda parte. El tercer cuarto traía más acierto al juego, los Thunder seguían el ritmo mientras Chris Paul y Steven Addams estaban acertados pero, como Houston metía ocho triples sin fallo, el parcial de catorce a dos rompía el partido. Billy Donovan levantaba la intensidad defensiva de los suyos, los tejanos ya comenzaban a fallar más y era necesario el apoyo de Schroder desde el banquillo (triple desde la bocina incluido), para que la ventaja de los Rockets fuese la mínima expresión de cara al cuarto definitivo. Un cuarto donde la atividad defensiva sobre la ínea exterior tejana provocaban muchos errores. El partido se movía en la dinámica del punto arriba-punto abajo y, faltando noventa segundos, Paul daba la iniciativa a los suyos. Harden se precipitaba en dos jugadas, Schroder ponía el partido a tres puntos con medio minuto por jugarse, Eric Gordon fallaba el tiro desde la esquina para empatar y Oklahoma celebraba el empate a dos en la serie. Invitado inesperado: Dennis Schroder, Darius Bazley (Thunder)
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