Apenas había finalizado el primer partido y la Copa ya dejó su primera noticia de alcance en esta edición. El Barça cayó a las primeras de cambio tras dejar una imagen pobre y de conjunto poco trabajado contra Valencia Basket, que se impuso con toda justicia por juego e intensidad en una eliminatoria que dominó en gran parte. Queda frustrado el Clásico que aguardaba para semifinales y la tentativa de los azulgranas de lograr el título de Copa por tercera vez consecutiva. El golpe más duro que recibió hasta ahora el proyecto estelar y millonario del Barça esta temporada. Cinco meses de temporada que no han servido para convertir en un equipo compacto a la suma de grandes individualidades. Un gigante con pies de barro, sometido a una innegable dependencia hacia Mirotic y sin patrón de juego definido más allá del talento individual cuando los partidos se ponen feos. Todos los defectos, todas las dudas que generaban la amalgama de nombres ilustres, salieron a la luz en la primera gran cita de la temporada. Un rival compacto, intenso al extremo y con las ideas claras se convirtió en el causante del primer fracaso del Barça.

Barça 78 – Valencia Basket 82: Un tópico recurrente en torneos cortos es la dificultad para arrancar en el primer partido. Así fue en este partido. Malos ataques que proliferaron en los primeros minutos. Al Barça le costaba arrancar debido a la buena defensa rival. Valencia Basket cayó en una mala selección de tiro y peor ejecución. Dos triples de Claver (15 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 20 de valoración) sacaron el encuentro del frío comienzo y lanzaron al Barça hacia una ventaja interesante para lo poco que se había jugado (11-3, min 4) pero Valencia Basket respondió con rapidez. San Emeterio tomó la responsabilidad y dio mayor velocidad al juego ofensivo de su equipo. El Barça volvió a amagar con poner tierra de por medio pero todo cambió cuando Jaume Ponsarnau movió el banquillo. Valencia Basket desplegó una defensa muy inteligente, presionando el tiro exterior azulgrana para que no encontrara oportunidades de lanzar con comodidad de tres. Una defensa muy efectiva que secó el ataque del Barça, nulo por completo sin Claver y Mirotic en pista. Y eso que el hispano-montenegrino apenas hizo nada aún. El banquillo azulgrana no aportó absolutamente nada. Romo, fallón, a merced de un Colom que mandaba por encima de todos en la cancha. Valencia Basket dio la vuelta al marcador antes de finalizar el primer cuarto pero no se conformó con igualar el encuentro. Muy eficaz en el tiro, sin escatimar en canastas de mérito. Ataque acelerado que desarmó la defensa del Barça. Cerró bien el rebote para evitar cualquier segunda oportunidad. Pesic tuvo que recurrir a todos los titulares porque el descalabro era considerable tras seis puntos seguidos de Tobey (18-32, min 13). No podía aguantar más tiempo, el parcial encajado alcanzó un bochornoso 0-20. Con el quinteto inicial en pista la mejoría fue instantánea. Regresó el acierto en el tiro y su despliegue físico atascó a un rival que no funcionaba con sus titulares. En sólo seis minutos el Barça consumó la remontada. 10-0 de parcial que dejó los casi siete minutos sin anotar en una anécdota (38-38, min 19). Un triple postrero de Doornekamp (12 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias, 18 de valoración) dio una pequeña ventaja al descanso al equipo taronja, que había perdido una buena oportunidad de inquietar seriamente al Barça.

Fuente: cuatro.com

Volvieron a dominar los de Pesic al inicio del tercer cuarto. Tuvieron una consigna muy clara, buscar a Mirotic por encima de todo. La perla de Montenegro lució en todo su esplendor, volviendo loco a un Ndour que no sabía cómo defenderle. Todo pasaba por Mirotic. Estaba espléndido pero el ataque culé cayó en una dependencia sobre él que no le vino nada bien a la larga. Valencia Basket aguantaba el chaparrón como pudo. Ndour acabó mareado en defensa pero sí contribuyó en ataque. Dubljevic le creó problemas a Tomic cuando salió a lanzar de tres. Entre los dos acaparaban toda la anotación hasta que Colom salió a pista por un dañado Vives. El base de Valencia Basket impuso de nuevo su voluntad en el partido. A partir de una defensa agresiva al extremo, el conjunto valenciano impuso una velocidad que partió por la mitad al Barça. Sin Mirotic, la nada. Muchos balones perdidos y desacierto absoluto. Volvió a encajar un parcial de escándalo, 2-17. El problema es que ahora sólo tenía un cuarto para arreglar el desaguisado (52-64, min 30). El vértigo le persiguió a Valencia Basket al comienzo del último periodo. Ya no anotaba desde fuera pero tuvo cabeza fría para no obsesionarse y cambiar su juego ofensivo para buscar el juego interior. Tobey (16 puntos, 5 rebotes, 22 de valoración) resultó fundamental, hizo estragos en una zona rival en la que se colaba cualquiera. El regreso de Mirotic (25 puntos, 8 rebotes, 24 de valoración) no aplacó la ansiedad del Barça. Quiso remontar demasiado rápido, obcecado por lanzar de tres. Su ataque se convirtió en una serie de triples rápidos que escupía el aro. Ni el rebote ofensivo aprovechaba. La situación se tornaba irreversible. Valencia Basket alargó los ataques, jugando con el tiempo para hacer valer una diferencia cómoda. Sin embargo, se complicó la vida él solo en el último minuto. Una antideportiva innecesaria de Doornekamp, una canasta fácil de Abrines, los tiros libres que desperdiciaron Colom y Doornekamp. Concedieron una última ocasión al Barça, que podía forzar la prórroga con un triple. No permitió un lanzamiento de tres. Falta sobre Higgins, que debía lanzar a fallar su segundo tiro libre tras anotar el primero. Todos pendientes del rebote. Cayó en manos de Abalde. Un rebote para sellar un resultado que sacude los cimientos del torneo nada más empezar.

Fuente: 20minutos.es

Real Madrid 93 – Bilbao Basket 83: El desacierto en el tiro de tres del Real Madrid en los primeros minutos propició que Bilbao Basket tomara el mando en el marcador nada más iniciarse el encuentro. Este dominio se esfumó en cuanto el equipo blanco dirigió su juego al poste bajo. Randolph comenzó muy centrado, llevando el peso anotador del Madrid para darle sus primeras ventajas. Los cortes por la zona de Deck (16 puntos, 4 rebotes, 20 de valoración) castigaron la defensa de Bouteille, inferior físicamente al alero argentino. El poderío reboteador de Tavares aliviaba la falta de acierto en el perímetro. Sin embargo, cada vez que el Madrid tomaba la delantera se encontraba por respuesta un triple rival. Un Rousselle (16 puntos, 5 asistencias) muy acertado fulminó con rapidez la primera ventaja madridista. Las alternativas en el marcador se sucedían porque Bilbao Basket contestaba de inmediato. Daba igual que Deck fuera infalible cuando atacaba el aro o Llull anotara un par de tiros seguidos, que el partido se metiera en un intercambio de canastas. Siempre llegaba un triple para atar en corto al equipo blanco, que no estaba cómodo con el desarrollo de partido. No podía tomar una ventaja sustancial y le faltaba ritmo. Mumbrú tenía muy claro que el Madrid no podía correr y no permitió el menor atisbo de contraataque. Resultaba frustrante el empecinamiento de un rival inasequible al desaliento y que goza de una férrea fortaleza mental. Lo peor para los de Laso es que Bilbao Basket gozaba de una mínima ventaja con frecuencia y Bouteille aún no hizo nada. Había motivos para estar inquieto. Un Causeur en racha y una defensa más incisiva le dieron la oportunidad al Real Madrid de conseguir una renta cómoda en los instantes finales. Un tesoro tal como se desarrollaba el partido (50-44, min 19). Ni así. Bouteille anotó un triple de casi ocho metros en el último segundo. Otra vez la misma respuesta, no encontraba el Madrid un instante para respirar tranquilo. Un triple de Kulboka nada más comenzar el tercer cuarto devolvió al Real Madrid al terror psicológico que soportó toda la primera mitad. No había forma de deshacerse de un rival muy insistente.

Fuente: spainsnews.com

Sin embargo, la tercera falta de Rousselle supuso un serio problema para Bilbao Basket. Mumbrú le reservó, no quiso arriesgar una cuarta personal. Su ausencia en pista afectó seriamente al juego de Los Hombres de Negro. El Madrid fue cogiendo ritmo progresivamente. Empezó a ocurrir lo que temía Mumbrú, que su rival impusiera el juego vertiginoso en el que se mueve tan bien. El Madrid ganó en intensidad defensiva, avanzando la línea de presión. Le permitió robar balones y salir al contraataque. Tavares (12 puntos, 14 rebotes, 26 de valoración), dueño y señor en las zonas, impidió cualquier segunda opción en el aro madridista. Mumbrú no pudo esperar más en devolver a pista a Rousselle pero el Madrid ya iba lanzado al ritmo que imponía Campazzo (13 puntos, 9 asistencias, 6 rebotes, 22 de valoración). La zona planteada por Mumbrú tampoco dio resultados. Tavares y Deck seguían anotando con comodidad cerca del aro. El parcial de 14-0 suponía un punto de inflexión (71-55, min 28). Bilbao Basket se dirigía sin freno al precipicio pero el descanso de los titulares le supuso un respiro. Logró enderezar el rumbo en la parte final del tercer cuarto y entró con opciones a los últimos diez minutos. Mumbrú puso en pista a sus dos ‘5’, Balvin (12 puntos, 12 rebotes, 19 de valoración) y Lammers. Entre ambos colapsaron la zona y metieron en aprietos a los hombres de banquillo del Madrid. Su falta de acierto le dio la oportunidad a Bilbao Basket de volver al partido. Lo consiguió con un parcial de 2-13 (75-70, min 34). Los Hombres de Negro estaban de regreso, siempre volvían. Laso fue metiendo en pista titulares pero mantuvo a Llull. Sería clave en el último cuarto. Entró a escena para apaciguar una situación que se estaba complicando. Con la responsabilidad en sus manos, se sintió tan cómodo y rutilante como en sus mejores tiempos. Un 3+1 supuso un duro golpe para Bilbao Basket. Le siguió otro triple más para marcar diferencias. El Llull más brillante y decisivo estaba de regreso. Mumbrú solicitó tiempo muerto y pidió a sus jugadores que no perdieran el orgullo hasta el final. Lo cumplieron a rajatabla. Bilbao Basket trató de agarrarse a sus últimas esperanzas forzando personales pero le faltó fortuna en tiros cruciales. A Rafa Martínez se le salió de dentro un triple. Un minuto después, falló una bandeja tirada con prisa y miedo, apremiado por la amenaza de Tavares que ya bajaba a toda velocidad. Errores sin remedio posible. Bilbao Basket se batió de forma admirable pero no llegó otra machada.

Fuente: europapress.es

Y DIGO YO…:

• El Barça lanzó 27 tiros de dos y ¡¡43 triples!!. Un dato muy anormal para un equipo entrenado por Pesic, un técnico con una visión del baloncesto centrada en un juego ofensivo basado en el equilibrio y el control. Una cifra en la que se resume la ansiedad y falta de ideas del equipo azulgrana durante el partido. No es baloncesto moderno, es un despiporre.
• Los jugadores de banquillo de Valencia Basket anotaron 48 puntos. Aparte que muchos de los titulares no aportaron gran cosa en ataque, marca el nivel de una plantilla larga, experta y bien conjuntada. Ni siquiera las ausencias de Loyd y Van Rossom se hicieron notar. Esta temporada sí está más preparado para afrontar los rigores de la Euroliga.
• Las estadísticas dicen que, en veinte minutos, Jeffery Taylor anotó dos puntos, capturó un rebote, dio una asistencia y acabó con -1 de valoración. Unos números grises pero que no reflejan su verdadero trabajo: secar a Bouteille, la gran amenaza. Lo consiguió de pleno, estuvo menos participativo que de costumbre debido a la defensa de Taylor. Las estadísticas no explican todo en baloncesto por mucho que en los medios y cualquier partido televisado nos saturen con datos de todo tipo.
• Durante la retransmisión remarcaron en varias ocasiones que Heurtel no jugaba contra Valencia Basket y ya veríamos el sábado. ¡Puuuf! El desenlace dejó en mal lugar dar por supuesto la clasificación del Barça. Los rivales también juegan y Valencia Basket lo hizo mucho y bien.