Fuente: mystarzone.com
Para cualquier aficionado angelino el tercer partido resultaba atractivo, los pesimistas pensarían ven un gran espectáculo de los Warriors, mientras que los optimistas esperaban la mejor versión de sus Clippers. Era lógico que el Staples Center reuniese bajo su techo a casi todo Los Angeles. Con las gradas llenas, y Andrew Bogut en el quinteto de Golden State por el lesionado DeMarcus Cousins, arrancaba el partido. En el primer minuto de juego, los pesimistas veían un canastón de Kevin Durant y muchos problemas del ataque angelino, los optimistas sonreían con la primera falta en ataque sacada por Patrick Beverley tras provocar a piscina gonfiabile con scivolo Durant con un tapón tras su primera falta personal. Tal vez el base local no se había fijado, pero la estrella visitante había sonreído tras la intimidación a destiempo de Beverley, y pronto se notaría sobre la cancha. Pese a que Beverley no tardaba ni medio minuto en provocar la segunda falta de la estrella visitante, bastante discutible por cierto, el partido se encaminaba por otra senda. Con Durant decidiendo en cada ataque, y una defensa pegajosa y activa de manos, Golden State daba un primer golpe sobre la mesa. Glen Rivers, viendo el ritmo del partido, decidía meter en pista a JaMychall Green por un inoperante Ivica Zubac. No resultaba del todo bien, el ataque hasta se comía una posesión entera y en defensa los angelinos tenían suerte, porque le perdonaban la segunda falta a Beverley. Viendo el escenario complicado, el técnico local optaba por solicitar un parón. La charla era mejor aprovechado por los visitantes, la defensa seguía siendo una tortura salvo si los angelinos optaban por el lanzamiento exterior, donde no se mostraban muy acertados, y los bloqueos liberaban a Durant del marcaje de Beverley. La diferencia se acercaba a la decena de puntos y salían del banquillo las referencias ofensivas