Fuente: heavy.com
Para Golden State la pretemporada había quedado atrás y, pese a momentos de excesiva relajación, había sido bastante exitosa. Ahora llegaba el momento de la verdad y, como siempre, comenzaban a toda pastilla. Los Clippers aceptaban el reto y el partido acumulaba balones perdidos; unos por precipitación, otros por la buena actividad defensiva sobre el balón del equipo local con un Draymond Green implacable en las zonas. No sería hasta la salida de los suplentes que comenzarían a abrirse algunos huecos en el marcador, todo porque los Warriors comenzaban a controlar más sus posesiones. Un parcial de diez a cero, en dos minutos, daba las primeras ventajas al cuadro local y, pese a la buena aportación de Lou Williams y Montrezl Harrell para los angelinos, un par de triples, y la buena dirección de Stephen Curry, permitían a los Warriors finalizar el primer cuarto con nueve puntos a su favor. Si el primer cuarto había sido loco de parco acquatico gonfiabile inicio el segundo traía una versión de Golden State insólita. Tres minutos sin anotar dejaban la desventaja visitante en la mínima expresión, gracias al acierto de Lou Williams, y Steve Kerr paraba el partido. La charla no daba soluciones ofensivas y era Harrell quien ponía por delante a los Clippers. Tenía que ser el retorno de Green, junto al quinteto más famoso de la liga, lo que obrase el cambio en el partido. Con una defensa agobiante, y una exhibicón de anotación de Curry, los Warriors volvían a estirar la diferencia hasta los trece puntos al descanso; para desesperación de Danillo Gallinari que se ganaba una técnica. Dejar la pista no le sentaba bien a Golden State que repetía los errores por exceso de velocidad del primer cuarto. Así la distancia se reducía a la mitad con medio cuarto disputado. Nuevamente los suplentes locales subían la intensidad defensiva, Kevin Durant se soltaba del pegajoso marcaje de Patrick Beverley y Curry tenía otro instante de inspiración. Los Clippers tenían que volver a empezar en el cuarto final, tenían que recuperar casi veinte puntos. Y comenzaban por el camino correcto, convirtiendo triples. Sin embargo, la defensa local ajustaba para mantener las diferencias. La sexta falta persona de DeMarcus Cousins no era un problema, porque Durant cubría toda la pista de su aura. Naturalmente, Beverley no se lo tomaba bien e intentaba calentar el partido y Durant no tardaba en responder en la jugada siguiente. Lógico que el árbitro decidiese no complcarse la vida y expulsarlos a ambos. Tras este incidente el partido se extinguía sin remisión, el primer punto de la serie era de Golden State. Invitado inesperado: Andre Iguodala, Kevon Looney (Warriors)
En el Oracle Arena se esperaba otra fiesta tras la victoria de su equipo en el primer partido. Nada más lejos de la realidad, las defensa eran cuerpo a cuerpo, las manos siempre estaban activas y, con esas premisas, costaba adquirir ventajas. Por encima DeMarcus Cousins se rompía en un intento de contra y no volvería de los vestuarios, parecía un día fatídico. Sin embargo, en la pista, sus compañeros desplegaban su mejor versión defensiva para poder correr. Sabiendo lo que podía suponer, Rivers paraba el partido con una desventaja de cinco puntos. Pese a las instrucciones, que evitaban las pérdidas de balón, cada pase era un riesgo y el cuarto llegaba a término con casi diez puntos de desventaja. Las dos cifras no tardaban en alcanzarse, con buenos ataques locales y el desacierto de los tiradores de los Clippers. Además, la entrada de los titulares permitía correr a los Warriors y la diferencia aumentaba. Curry aparecía con once puntos en un minuto de juego y Kevon Looney le acompañaba por dentro. Mientras los angelinos sólo tenían la respuesta de Montrezl Harrell, cuando le encontraban. Un triple de Curry ponía la diferencia por encima de los veinte puntos al irse a los vestuarios. Un tiempo de reflexión que no parecía frenar a Golden State, su puesta en escena era la del mejor equipo de la liga y coqueteaban con los treinta puntos a su favor. Sólo la cuarto falta personal de Curry parecía ensombrecer la situación pero, para sorpresa general, Quin Cook se mostraba acertado y los intentos de Lou Williams se quedaban en nada. Viendo la situación los árbitros relajaban el silbato ante la cada vez más dura defensa de Patrick Beverley a Kevin Durant. Como además Williams estaba desatado, en un momento la ventaja local se reducía a los veinte puntos. Naturalmente los árbitros compensaban y, ante esta situación de desatino arbitral, el público se iba del partido junto con su estrella. Steve Kerr reaccionaba con rapidez, quitaba a Durant de la pista y los Warriors mantenían catorce puntos de ventaja para el cuarto final. Los árbitros ya habían perdido el control del partido y los contactos eran la norma. Shaun Livingston y Curry eran los encargados de mantener las diferencias. Un buen movimiento de balón, donde Harrell era el beneficiario final, y el regreso de Beverley permitían un ligero acercamiento visitante. El técnico local cometía el error de reincorporar a la pareja de hecho del base. Volvían los contactos, a Beverley no le importaba sumar faltas y Curry comenzaba a acelerar a sus compañeros con sus malas decisiones. Tres minutos sin anotar permitían los angelinos ponerse a tres puntos con medio cuarto por delante. Cada pase del ataque local era una tortura, y la salida por faltas de Beverley no era un alivio, porque los Warriors habían perdido el ritmo del partido. Por encima Durant realizaba dos faltas en ataque seguidas, para dejar el partido definitivamente. Lou Williams empataba el partido, Curry se la jugaba con un triple salvador. Un hueco de tres puntos era un tesoro para el minuto definitivo, pero el escolta visitante no paraba. Con un punto de ventaja Klay Thompson erraba el triple abierto, Landry Shamet no y como Curry no acertaba con el triple forzado restando nueve segundos, Harrell cerraba el partido desde el tiro libre para poner el empate en la serie. Invitado inesperado: JaMychal Green (Clippers)
Fuente: heavy.com
Tras seis años si ver los playoffs de cerca, el Pepsi Center estaba ansioso por empezar el partido y los jugadores de ambos equipos también. Algo especialmente notorio cuando, tras dos minutos jugados, Derrick White se tenía que sentar con dos faltas personales cometidas en medio minuto. Poco a poco Denver se iba soltando, gracias a su juego de equipo, y los Spurs encontraban puntos ya fuese con tiros bien seleccionados o más apretados. No era sorpresa ver que, con el paso de los minutos, el acierto tejano disminuía y los Nuggets abrían un pequeño hueco. Sin embargo las ganas podían con los de Colorado; su precipitación, el acierto de Marco Belinelli y la buena defensa visitante permitían a San Antonio coger cinco puntos de renta para el segundo periodo. Un cuarto donde volvía el acierto tejano en los tiros, mientras que Denver no metía ni los tiros liberados. Así el cuadro visitante doblaba su ventaja y Mike Malone se desesperaba. La única mejora venía cuando el ataque local buscaba más el aro pero, pese a ello, los triples de Belinelli y Rudy Gay mantenían una cómoda ventaja para la segunda mitad. El reposo permitía salir más físicos a ambos equipos y, pese a los problemas visitantes para circular el balón, los Nuggets recortaban muy lentamente por su propia precipitación. Tenia que ser White, con un mate, el que despertase a sus compañeros. Con un LaMarcus Aldridge más entonado, San Antonio llegaba al cuarto final con dos canastas de ventaja. Y la proximidad del final hacía que los errores locales se multiplicasen, Torrey Craig daba esperanzas con dos triples que situaban el partido cerca. Sin embargo, Greg Popovich daba soltura al ataque tejano con un tiempo muerto. Lo volvía a intentar Gary Harris , pero lo Spurs encontraban la respuesta en sus jugadores de banquillo. El último intento era de Jamal Murray, que dejaba a su equipo a un punto con noventa segundos por delante. Su propia precipitación, con Nikola Jokic forzando la jugada, provocaba que su buena defensa no tuviese efectos en el marcador. Pese a ell contaban con una última opción restando catorce segundos. El balón era para Murray que salía muy libre de un bloqueo; no acertaba y San Antonio hacía necesario un triple para empatar el partido. De nuevo Murray recibía, pero se dejaba quitar el balón y el primer punto de la eliminatoria era visitante. Invitado inesperado: Rudy Gay (Spurs)
El rostro de Mike Malone reflejaba la seriedad de lo que se jugaba su equipo en el segundo partido. Y esa seriedad se connvertía en tensión sobre lapista, tanta que Jamal Murray hasta fallaba un mate. Eso tranquilizaba a los Spurs, donde Derrick White y DeMar DeRozan tomaban el mando ofensivo. La reacción local llegaba desde la defensa y, con el juego incisivo en ataque de Paul Millsap y Will Barton, el marcador se apretaba. Sin embargo el pivot cometía su segunda falta personal, los bases de Denver se precipitaban y San Antonio conseguia cinco puntos de renta para el segundo cuarto. La situación disparaba los nervios de los jugadores locales, tras sesenta segundo Malone tenía que para el partido porque la diferencia se doblaba. Pese a ello sus jugadores no reaccionaban, con el partido a dieciocho puntos se ganaba una técnica y gastaba otro tiempo muerto. el equipo se ataba a Nikola Jokic y a la defensa y, poco a poco se acercaba porque los Spurs no encontraban buenos tiros ni acierto. Los Nuggets se iban volviendo más reconocibles y la distancia se quedaba en la decena de puntos al descanso. Sin embargo llegaba otro golpe para los de Colorado tras el descanso, Millsap hacía dos faltas personales en un minuto y se colocaba con cuatro. el ataque se resentía y, como San Antonio si encontraba finalización a su buena circulación de balón, la desventaja se acercaba a los veinte puntos. En esta ocasión era Gary Harris el descarado que salvaba la situación, junto con la fuerte defensa. El equipo volvía a centrarse y un parcial de dieciséis a cuatro ponía el partido a siete puntos para los doce minutos finales. Un cuarto que se iniciaba con los ataques sorprendentemente liberados, la anotación era sencilla y el intercambio no favorecía a Denver. Tenían que levantar la actitud en defensa, con dos contra uno y metiendo manos, para recuperar balones y ponerse por delante en el marcador a cinco minutos para el final con un Murray acertado. Greg Popovich quería frenar el partido y se ganaba una técnica por ello. Los contactos subían de nivel, los Spurs no encontraban soluciones bajo canasta. LaMarcus Aldridge perdía el balón y Rudy Gay fallaba el triple abierto. Los Nuggets seguían por delante y dos triples del base local, todavía inspirado, daban nueve puntos de respiro al Pepsi Center. Diferencia que el mismo Murray manejaría con sapiencia, el empate en la eliminatoria estaba servido. Invitado inesperado: Monte Morris, Malik Beasley (Nuggets)
Fuente: slamonline.com
Por una vez Portland temía su enfrentamiento de primera ronda de playoffs porque, pese a tener el factor cancha a favor, los Thunder habían ganado sus cuatro enfrentamientos de temporada regular. El ambiente en el Moda Center era muy tibio y sólo el buen arranque de CJ McCollum y Damien Lillard borraba la preocupación de la afición local. Cierto que, pese a todo, Paul George y Steven Adams intentaban mantener la igualdad, inútilmente. A mitad de cuarto la intimidación defensiva de Maurice Harkless y Al Farouq Aminu dejaban a Oklahoma sin anotación y elevaban la diferencia más allá de la decena de puntos. Enens Kanter comenzaba a ser un problema en el rebote ofensivo y Billy Donovan daba alivio al ataque con un tiempo muerto. Sin embargo el acierto exterior local permitía a los Blazers llegar al segundo cuarto con catorce puntos de ventaja. El par de minutos en el banquillo reactivaban las defensas, los balones perdidos eran la norma y el juego de equipo visitante era respondido por dos triples de Seth Curry. Las diferencia se mantenían en torno a la decena de puntos, Terrance Ferguson y McCollum se ganaban una técnica y el escolta local se desperezaba tras el descanso de su técnico. Siin embargo la defensa de los Thunder busacaba el balón y Westbrook podía correr. La diferencia bajaba a los ocho puntos y Terry Stotts intentaba reconducir el juego de su equipo. No funcionaba pero, como George tampoco acertaba, Portland llegaba al descanso manteniendo una ligera ventaja. Una segunda mitad que mostraba a los jugadores de Portland muy desacertados, sólo Enes Kanter parecía estar centrado haciendo daño bajo canasta. Su adversario tampoco salía mejor a la segunda parte a nivel ofensivo, ambos equipo se anulaban mutuamente y eso favorecía a los locales que iban siempre en cabeza. Un poco de acierto exterior de los Blazers al final del cuarto, dejaba a los Thunder con casi la misma desventaja que al comenzar el tercer cuarto. Naturalmente los visitantes salían a por todas, Dennis Schroder era su líder y dejaba la diferencia en un triple cuando comenzaban a entrar los titulares. Un par de aciertos de Lillard, y al buena defensa local, daban un respiro al Moda Center. Sin embargo, Oklahoma subía los contactos defensivos. De esta forma, pese a que George sumaba su quinta falta personal, los visitantes se situaban a un punto con tres minutos por jugar. Lillard afinaba la puntería con un triple sin demasiado esfuerzo. Adams erraba un tiro sencillo cerca del aro y la diferencia se iba a los seis puntos. Russell Westbrook recortaba con un robo de balón, los Thunder se presentaban al minuto final a cuatro puntos. Portland atacaba con tranquilidad y capturaba el rebote ofensivo. Westbrook conseguía recuperar la posesión, pero volvía a perder el balón por salir aceleradamente a la contra. La posesión local la solventaba Kanter con una sencilla bandeja, porque los Thunder sólo se preocupaban de que nadie pudiese recibir el balón. George realizaba un último intento triple buscando el milagro y los tiros libres daban el primer punto de la eliminatoria era de los Blazers. Invitado inesperado: Seth Curry (Blazers)
Algo tienen, mágico y especial, los segundos partidos de playoffs. Tal vez porque son, como las segundas citas, un rayo de esperanza antes de recibir la bofetada de la realidad. Por eso la tensión en el banquillo de los Thunder era máxima. Cierto que Damien Lillard, y que Steven Adams abusaba en ataque de Enes Kanter, pero Portland encontraba la solución a esos problemas atacando en transición. Sin embargo el paso de los minutos dejaba ver un mejor balance defensivo que, junto al desacierto de los secundarios del quinteto titular local, permitían una ligera escapada de Oklahoma con un parcial de once a dos. Terry Stotts recomponía a su equipo con un tiempo muerto y devolvían el mismo parcial para ponerse por delante en el marcador, CJ McCollum y el dominio de las zonas eran las claves de la remontada. La salida de los suplentes cambiaba el guión nuevamente; ahora los Blazers perdían un par de balones ingenuamente y Dennis Schroder daba cinco puntos de ventaja para el segundo cuarto a los Thunder. Una dinámica que continuaba tras el breve respiro entre cuartos. La agresividad defensiva visitante sobre el balón tenía recompensa, Stotts tenía que parar el partido. Su equipo llevaba dos canastas, tras cinco minutos de juego, y se encontraba con que la diferencia visitante se acercaba a los diez puntos. El técnico local no sólo daba instrucciones, comenzaba a recomponer su quinteto titular en busca de soluciones. El alivio ofensivo era inmediato, gracias al acierto de Lillard, y Billy Donovan paraba el partido. Conseguía, de este modo, contener al base y dar a Paul George un respiro necesario para recuperar su maltrecho hombro y volver a acertar. Además Al Farouq Aminu cometía su tercera falta personal y Lillard y Westbrook se daban caricias por un balón suelto. El base de Oklahoma parecía perder el control de la situación, cometía su tercera falta personal y, con sus fallos por precipitación (que obligaban a Donovan a darle un descanso), y los de George por su estadó físico, veía como la diferencia se quedaba en nada al descanso tras un triple de McCollum con el marcador a cero. El regreso de los vestuarios traía mejores noticias para los Thunder, en apenas veinte segundos Kanter cometía una falta personal en ataque bastante ingenua, la cuarta y, aunque Terrance Ferguson cometía el mismo error, la importancia no era la misma. Sin embargo el Moda Ceter podía respirar tranquilo, la actividad defensiva sobre el balón ponía puntos fáciles a la contra y, sumado al acierto de McCollum, permitía a los de Oregón mandar con cierta tranquilidad. Además Lillard se descolgaba con un triple a ocho metros, el tiempo muerto de Donovan era obligado. La solución era juntar el talento de Dennis Schroder a la ecuación y, durante unos minutos, las estrellas visitantes parecían controlar la escapada. No era así, tres triples en los noventa segundos previos a finalizar el tercer acto,dos de Seth Curry, para anestesiar, y uno de Lillard, nuevamente sobre el tiempo, daban a Oklahoma la bofetada de realidad que tanto temían al inicio del partido. Una desventaja de dieciséis puntos no debía ser algo inalcanzable, pero el epílogo de los doce minutos finales se convertía en algo doloroso para los Thunder porque, pese a que la defensa no permitía más de dos canastas en juego durante cinco minutos, el ataque se mostraba incapaz de dar la anotación requerida para remontar el partido. Los jugadores visitantes se ahogaban en sus fallos, hasta Meyers leonard conseguía dar puntos a Portland y al partido le sobraban cuatro minutos. Invitado inesperado: Seth Curry (Blazers)
Fuente: sportsnet.ca
Los Jazz llegaban al primer partido de postemporada con la buena noticia de tener a toda la plantilla disponible. Sabían que les iba a hacer falta ante uno de los máximos favoritos. Houston recuperaba a su técnico, Mike D´Antony, tras un virus y contaba con dar una alegría a su entusiasta afición. Sin embargo el inicio tejano era muy frío, sin acierto exterior las primeras ventajas eran visitantes gracias aun Ricky Rubio incisivo en ataque. Los Rockets se volvían más agresivos en embos lados de la pista y recuperaban el terreno perdido rápidamente gracias a James Harden. entre los errores en el tiro de Donovan Mitchell, y la acumulación de balones perdidos de su banquillo, Utah se presentaba al segundo cuarto con una desventaja próxima a la decena de puntos. En los escasos minutos de reposo Quin Snyder debía recordar varias cosas, entre ellas que había que dominar las zonas. Derrick Favors se encargaba de ello, pero la salida de los titulares alteraba el plan, la defensa local buscaba activamente el balón en las ayudas. Así, pese al desacierto de Harden, su buen reparto de juego permitía a Houston mandar por diez puntos con cuatro minutos por jugarse. El tiempo muerto visitante no solucionaba el problema, ante una defensa cerrada, sin acierto en los triples permitiendo ataques cómodos al rival; era lógico que los de Salt Lake City llegasen al descanso a quince puntos. Snyder tenía que reconducir la situación en los vestuarios y parecía conseguirlo en el inicio de la segunda mitad. La defensa se mostraba más activa sobre el balón y Rudy Gobert estaba encantando pudiendo finalizar las contras; la diferencia se reducía a la mitad en tres minutos. El tiempo muerto tejano no tardaba en llegar y los Rockets subían la intensidad para estabilizar el marcador. La cuarta falta personal de Harden debía ser un problema para Houston, pero los Jazz volvían a no encontrar puntos en la zona. El tiro exterior tampoco entraba y la estrella local se convertía en un dolor de muelas. Tenía que resucitar el acierto de Mitchell para lograr dejar la desventaja de Utah en once puntos para el cuarto definitivo. La esperanza pronto se tornaría en pesadilla, volvían los errores en el tiro y, como Chris paul y Danuel House Jr sí acertaban, la diferencia se doblaba en poco tiempo. Gobert salía para intentar poner remedio a la situación, pero era insuficiente ante tanto desacierto. Harden ponía el uno a cero para los Rockets. Invitado inesperado: Danuel House Jr (Rockets)
El ambiente estaba sobrecargado en el Toyota Center antes del arranque del segundo partido. Y no tardaría en estallar de júbilo, los Jazz presentaban los mismos síntomas del primer partido; los problemas para circular el balón daban puntos fáciles a Houston y obliigaban a un lanzamiento exterior desacertado. Eric Gordon y James Harden provocaban un tiempo muerto visitante ya que la diferencia local se acercaba la decena de puntos. La solución venía retirando a Derrick Favors para abrir espacios y no funcionaba porque Donovan Mitchell mostraba ciertos nervios y errab tiros sencillos. Enfrente Harden no fallaba y la segunda falta de la estrella visitante dejaba de ser un problema para Utah, que veía como los Rockets, con un parcial de doce a cero en dos minutos, se iban en el marcador. Los intentos visitantes cerca del aro daban resultado ofensivamente, pero la estrella tejana estaba intratable y, como los Jazz se encontraban nuevamente con la defensa cerrada, el público local celebraba los veinte puntos de ventaja de su equipo tras el primer acto. Y el segundo periodo arrancaba con sorpresas inesperadas, el acierto de Royce O´Neale, tanto en el tiro como en sus decisiones, provocaban el tiempo muerto de Mike D´Antony. Para la reacción ponía a los titulares en juego y el descuento de seis puntos se quedaba frenado inmediatamente con la intensidad defensiva local. En tres minutos la diferencia volvía a las dos decenas y no parecía haber obstáculos que impidiensen a Houston manejar el partido con su intensidad defensiva. Cada intento visitante tenía su respuesta y Utah se iba al descanso con una losa cercana a los treinta puntos al cuarto final. Naturalmente las cosas mejoraban para el equipo visitante tras el paso por los vestuarios, Ricky Rubio cargaba con la responsabilidad ofensiva y todo parecía más sencillo. Sin embargo no inquietaban a los Rockets, porque Chris Paul estaba soberbio y encontraba soluciones. Fue bajar su rendimiento, y ponerse a perder balones por la presiòn visitante, y encontrarse con que los Jazz bajaban la distancia de los veinte puntos. En ese momento Quin Snyder decidía dar descanso a su base titular, fue un error. Sin el españo en pista Harden estaba más cómodo, dos triples consecutivos lo atestiguaban, y el ataque se notaba falto de distribución. Houston sacaba provecho del nuevo atasco visitante, llegaban al cuarto final con casi treinta puntos de diferencia para administrar. Y, pese al acercamiento con los suplentes en pista, el regreso de los titulares confirmaba el dos a cero en la serie. Invitado inesperado: Danuel House Jr (Rockets)
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