La calma con la que había interpretado Jordin Sparks el himno, contrastaba con la intensidad que ponía Cleveland en el inicio del cuarto partido de la serie. Era lógico, se la jugaban a todo o nada. Lo más sorprendente era ver a unos Warriors sin tensión. Se perdían balones absurdos y, con los triples de JR Smith y Kyrie Irving, los Cavaliers tomaban nueve puntos de ventaja. El tiempo muerto de Steve Kerr apenas daba aire a los suyos. Ahora aparecía Kevin Love para aprovechar los buenos minutos de Tristan Thompson en el rebote ofensivo. La diferencia casi se doblaba y Kerr necesitaba otro parón. Ese parón despertaba a Kevin Durant y ajustaba la defensa visitante. Unos minutos de desacierto local, incluso desde el tiro libre, colocaban a Golden State a seis puntos. Sin embargo la estrella visitante no tenía acompañamiento en el resto del equipo. Los árbitros cobraban protagonismo no pitando un agarrón a Draymond Green y si arbitrando su manotazo posterior para soltarse. Kerr se levantaba del banquillo y se llevaba una técnica. Los Warriors se iban del partido y el primer cuarto terminaba con una ventaja local de dieciseis puntos.

Llegaba el segundo cuarto, y con ello el descanso de Lebron James. La historia de otros partidos se repetía; Irving era la única solución local y un ocho a cero de parcial obligaba al tiempo muerto de Tyronn Lue. Lebron tenía que volver a la pista para romper el parcial con un triple. Dahntay Jones buscaba desconcentrar a Durant con su charla desde el banquillo y los Cavaliers alcanzaban los veinte puntos a su favor con la anotación implacable de sus estrellas. Steve Kerr recurría a Shaun Livingston para dar algo de calma al ataque visitante, pero el base local seguía rompiendo la defensa de Golden State una y otra ver. El partido se estabilizaba, y Durant acertaba con un triple sobre la bocina, para poner la diferencia por debajo de los veinte puntos de cara a la segunda parte.

El tercer acto traía relajación al equipo local. En menos de un minuto, Lue se veía obligado a solicitar un tiempo muerto. Todo por un parcial de cuatro a cero. Sus jugadores reaccionaban a subiendo la intensidad defensiva, Lebron tomaba el mando del equipo y el acierto exterior reflotaba a Cleveland. Durant recibía una caricia de un Love que buscaba el tapón, se pitaba una flagrante tras la revisión de la jugada y la estrella visitante intercambiaba opiniones con Lebron James. Técnica a ambos y la tensión subía por momentos. Esa subida de temperatura tocaba el ánimo de un Green superado por el partido, al que le señalaban una técnica por contenerse las ganas de protestar visiblemente y llegaba la confusión. En la mesa habían puesto a Green la técnica de Kerr y el speaker le mandaba a los vestuarios. Los árbitros corregían la situación, pero nadie estaba contento con ellos. El partido se ponía bronco, pero el cansancio local emergía para dar esperanzas a los Warriors. Apenas duraron un minuto; Pachulia bajaba un balón por su lentitud, los Cavaliers le rodeaban, Kyle Korver le arrastraba al suelo y en la disputa el pivot georgiano lanzaba un golpe a Iman Shumpert. Los árbitros, desbordados por la situación, reaprtían técnicas de forma igualitaria. La policia se llevaba a un espectador que buscaba bronca con el banquillo visitante, y los triples locales volvían a dejar el partido a veinte puntos con un cuarto por disputar.

Unos minutos finales donde Lebron esperaba poder descansar algo más. Sin embargo Irving no acertaba con los tiros y dos triples visitantes obligaban al tiempo muerto local. La estrella dirigía con maestría el ataque de Cleveland e Irving ejecutaba con cinco puntos consecutivos. Golden State no encontraba el acierto necesario y, pese a los intentos de Kerr, la energía local era demasiada. Green se la volvía a jugar con una protesta y los Cavaliers conseguían su primer punto en la serie. Invitado inesperado: Richard Jefferson, Kyle Korver (Cavaliers)