En San Antonio no llegaban con muchas ilusiones al tercer partido de la serie contra los Warriors. Kawhi Leonard seguía de baja y, pese a que Mike Brown tampoco contaba con Zaza Pachulia, los ánimos estaban bajo mínimos. Sin embargo Gregg Popovich daba un toque a su quinteto inicial en busca de un mejor resultado. Kyle Anderson entraba por un apático Pau Gasol; el ataque local se mostraba más suelto y el mayor problema tejano era sujetar a JaVale McGee. Golden State subía el ritmo del partido; entre los balones perdidos, y los despistes en defensa, Popovich veía necesario un tiempo muerto. Las combinaciones de los Warriors hacían daño porque hallaban a McGee bajo canasta y la ventaja visitante era escasa. Comenzaban las rotaciones, Stephen Curry cometía su segunda falta personal y David Lee hacía daño en la zona de Golden State; hasta su lesión. Con apenas un par de minutos en pista, tenía que irse a los vestuarios en silla de ruedas. Entraba Joel Anthony y, tras un par de jugadas, Gasol daba por finalizado su absurdo castigo. El ataque visitante no acertaba en los lanzamientos exteriores y Manu Ginobili ponía a los Spurs con ventaja de cara al segundo cuarto. Un periodo donde, en tres minutos, Brown veía más fallos en defensa de su equipo que en todo el primer cuarto. La agresividad del escolta argentino seguía haciendo daño, el parón era obligado. Danny Green sacaba la tercera falta de Curry, pero Brown decidía mantenerlo en la cancha. McGee regresaba para dominar las zonas y era el técnico local quien paraba el partido. El partido se volvía loco y Jonathon Simmons se convertía en protagonista. El ataque tejano comenzaba a atascarse por el cansancio, Ginobili era la única respuesta local a un Kevin Durant cada vez más agresivo. Su equipo contaba con una ventaja de nueve puntos para la segunda parte.

San Antonio regresaba con energías renovadas de los vestuarios, encontraba al mejor LaMarcus Aldridge y los Warriors se mostraban falto de concentración. En dos minutos el acercamiento local provocaba el tiempo muerto de Brown. El técnico visitante apostaba por el juego abierto, con Patrick McCaw entrando por el precipitado McGee. Curry se veía más cómodo, los Spurs iban perdiendo intensidad y Popovich necesitaba recargar las ideas de sus jugadores. Pese a ello, la diferencia crecía irremediablemente. Pronto superaba los diez puntos con un Durant enrachado y se acercaba a las dos decenas. Sólo la relajación visitante, y los intentos de Gasol y Ginobili, permitían a San Antonio ponerse a doce puntos para afrontar el cuarto final. Un cuarto donde el pivot español hacía de todo, hasta una autocanasta. Con su aciertos, y errores, la distancia se mantenía en torno a los diez puntos. Ian Clark y David West se convertían en un problema para la defensa local. Lo peor era que el ataque de los Spurs estaba seco, Danny Green también se lesionaba y la diferencia se asomaba a los veinte puntos. Gasol cerraba un parcial de diez a cero para los visitantes, pero San Antonio no daba para más. Golden State sumaba el tercer punto en la eliminatoria. Invitado inesperado: Ian Clark, David West (Warriors)

El cuarto partido era la última opción de los Spurs, por eso no sorprendía ver a Ginobili de titular por Kyle Anderson. Los comentaristas especulaban con la posibilidad de que fuese el último partido del escolta argentino y, eso sí, Gasol seguía en el banquillo de inicio. Quien sí sorprendía era Mike Brown, Patrick McCaw ocupaba el lugar de McGee para abrir el ataque visitante. El partido amanecía con mucho desacierto, especialmente de Aldridge a cinco metros, y las primeras ventajas eran visitantes gracias a las contras de Curry. Con el despertar de Durant la ventaja de Golden State rondaba los diez puntos y todo parecía ir muy cómodo para los de Brown. Sin embargo Popovich movía el banquillo, esos ánimos renovados traían un parcial de ocho a cero en noventa segundos y obligaban al tiempo muerto visitante. Entre Draymond Green y Curry lograban poner una diferencia de una docena de puntos para el segundo cuarto. El paso por el banquillo no le sentaba bien a los Warriors. Salían blandos y, como los tejanos acertaban desde el exterior, Brown veía necesario agitar a los suyos.  Ante la reacción californiana, Popovich tenía que reordenar a los suyos con un tiempo muerto. Sin embargo, el buen movimiento de balón de Golden State era finalizado por Ian Clark y San Antonio no podía evitar que la diferencia se acercase a las dos decenas. Los únicos problemas para los Warriors venían por el enfado de Durant con los árbitros y los arranques de coraje de los suplentes tejanos. Entre Dejounte Murray, Gasol y Anderson conseguían que la diferencia se quedase en catorce puntos al descanso.

Con el sol del mediodía las gradas se quedaban vacías, todo el mundo buscaba su sitio para tomar algo y los titulares tejanos se sentían abandonados. La diferencia superaba los veinte puntos y sólo el regreso de sus aficionados hacía entrar en calor al equipo; Brown necesitaba hablar con sus jugadores que estaban demasiado relajados. Sin embargo, la charla no funcionaba bien; los suplentes de los Spurs daban dinamismo al ataque local con sus piernas frescas, la diferencia podía bajar de los diez puntos y el público se calentaba. Era necesaria la aportación de las estrellas de los Warriors, con sólo desperezarse un poco la distancia volvía a abrirse. Con casi veinte puntos de ventaja el último cuarto debía ser un trámite. Y claro, como el sol comenzaba a apagarse, Golden State salía a bajo ritmo. Tenían suerte de que Iguodala se mantenía despierto para, con su agresividad, mantener las distancias. Además San Antonio perdía demasiados balones, cada vez la hora de meterse en cama se acercaba más y más. Patty Mills y Ginobili lideraban la última reacción local, Anderson fallaba un mate; Clark y Curry sofocaban la rebelión. Los intentos de Gasol eran inútiles, sólo quedaba el beso de buenas noches de su afición a Ginobili. Invitado inesperado: Ian Clark, Andre Iguodala (Warriors)

ELIMINATORIA CERRADA: WARRIORS GANAN CUATRO A CERO