Nueve días de descanso, parecían muchos para que los Cavaliers no los aprovechasen. El alto ritmo de juego, y la constante aparición de Lebron James, no eran una sorpresa en el inicio de la serie contra Boston. Más inesperado era el nivel de los locales; Isaiah Thomas dudaba en ataque, y cedía fácilmente en defensa,  el rebote ofensivo era visitante y el tiro exterior no entraba. Por encima, Lebron obtenía réditos cada vez que rompía hacia el aro y la diferencia alcanzaba los dos dígitos. Brad Stevens no encontraba soluciones, salvo las piernas frescas de Jaylen Brown. Sin embargo el escolta no era útil para frenar las entradas a canasta de un James, que jugaba como en el patio de su casa.  La diferencia de once puntos al empezar el segundo cuarto, no era reflejo de la superioridad visitante. Este periodo mostraba más agresividad en el cuadro local; pero se fallaban las bandejas y Kevin Love hacía daño en el poste bajo. A los Celtics no le alcanzaba el nivel para reducir la diferencia y regresaba Lebron. La defensa local era más dura sobre la estrella de Ohio. Pese a ello, la distancia se abría de nuevo y Lebron aclaraba las cosas con los árbitros. Los visitantes sacaban un extra de energía y, en poco tiempo, llevaban la diferencia por encima de los veinte puntos. Lebron percutía una y otra vez, la diferencia se acercaba a los treinta puntos. Cleveland se iba a los vestuarios con una cómoda renta de veintidos puntos, y eso tras recibir un triple sobre la bocina de Thomas.

La segunda parte nacía con la novedad de Kelly Olynyk en el quinteto inicial de Boston. El problema era que el equipo se seguía mostrando desinflado; con un ataque desacertado y una defensa superada. Las soluciones ofensivas que daba Olynyk no servían para prooteger el aro; entre Tristan Thompson y Love, junto con las apariciones esporádicas de Kyrie Irving cortando hacia el aro, se las arreglaban para mantener cómodamente la ventaja. el técnico local intentaba centrar a la defensa. La defensa ya no permitía canastas fáciles, pero el desacierto en los tiros abiertos era un suplicio. Aparecía cierta precipitación y Marcus Smart decidía marcar territorio con Thompson tras un enganchón en un rebote. El público despertaba, el pivot visitante se calentaba y era retirado de la pista por Tyronn Lue. Los Cavaliers perdían la concentración y encajaban un parcial de quince a cuatro en cinco minutos. Pese a realizar sólo una canasta en juego en ese tiempo, llegaban al cuarto final con diecisiete puntos de ventaja. Una ventaja que se conservaba por las dificultades de los Celtics para anotar. Lebron salía a por todas en el ataque visitante, hasta su cuerpo se quejaba por la excesiva carga de trabajo. Sin embargo, mantenía las distancias con ocho puntos consecutivos. Quedaban seis minutos de juego, pero las caras de resignación ya indicaban que el primer punto de la eliminatoria era de Cleveland. Invitado inesperado: (Celtics)

Brad Stevens regresaba al esquema de cuatro pequeños de la primera serie contra Chicago, para afrontar el segundo partido. Nuevamente Gerald Green, entraba por Amir Johnson en el quinteto inicial. Y las cosas no iban mal tras unos primeros minutos de ajuste, donde los de Massachussets notaban las mismas dificultades que en el primer partido. Por suerte encontraban en Green una solución a los problemas anotadores, aunque la defensa seguía igual de frágil. Cleveland, haciendo un partido serio, iba por delante. Un espejismo, el ataque local continuaba su atasco. Todo porque Thomas estaba bajo control visitante y los triples no entraban. Pudiendo correr, los Cavaliers hacían un parcial de diez a cero en dos minutos. El parcial se cerraba desde el tiro libre, pero Boston no tenía soluciones defensivas ante un ataque inteligente y acertado. La diferencia era de catorce puntos de cara al segundo periodo. Unos doce minutos donde los Celtics sumaban otro problema a su viacrucis. Los árbitros no aceptaban protestas y un par de técnicas permitían a Cleveland ponerse con veinte puntos de ventaja. Lebron aparecía para robar balones o finalizar bajo canasta; la desventaja local se acercaba a los treinta puntos a mitad de cuarto. Y los Cavaliers no frenaban; los balones perdidos se multiplicaban, los tiros liberados hasta se salían de dentro y los visitantes crecían en confianza. Thomas tenía problemas físicos y, una canasta sobre la bocina de JR Smith, colocaba en cuarenta puntos la diferencia en el marcador al descanso. Los aficionados locales estaban al borde del llanto y los especialistas de la televisión americana parecían tan sorprendidos, como encantados de comentar el desastre.

La segunda parte presentaba a Amir Johnson y Marcus Smart en pista. Stevens no consideraba buena idea forzar a su estrella. El equipo local mostraba orgullo, pero no era suficiente. Viendo la diferencia Kyrie Irving quería lucirse y el daño visitante era constante. El cuarto finalizaba con casi cincuenta puntos de diferencia y el dos a cero en la eliminatoria era para Cleveland. Invitado inesperado: (Celtics)