El fragor de los aficionados de Golden State se transmitía por la cancha en el inicio del primer partido de su eliminatoria contra unos Rockets que presentaban la novedad de Corey Brewer en el quinteto inicial para jugar con pequeños. Y esa tensión extra de empezar la serie se transmitía a su jugadores en el inicio pero, un Harden indivualista, y el despertar del acierto exterior de los Warriors provocaba la primera reacción de Bickerstaff con tres minutos jugados. Los tejanos cargaban el juego en Howard pero en cuanto se olvidaron de él los Warriors volvieron a abrir el hueco un poco. Y sin más Beverley decidió tomar del brazo a la estrella de la liga, doble técnica que despertó al base y a la mejor versión defensiva del equipo de la bahía de Oakland. La diferencia superaba los dos dígitos porque los locales estaban cada vez más cómodos en ambos lados de la pista. Mientras los tejanos parecía que sólo tenían un plan, desgastar físicamente a Curry. Una táctica que no funcionaba porque el base no paraba de sonreir. Tras un cuarto Golden State mandaba por dieciocho puntos pero el descanso del tirador dejó huérfano el ataque local y Houston comenzaba a recortar. Sólo Barbosa parecía acertar con la canasta pero los Warriors mantenían una ventaja superior a los diez puntos con un gran trabajo defensivo de sus interiores. De ese modo continuaron las cosas hasta el regreso de Curry a pista. En dos minutos volvió a romper el partido con sus canastas y su defensa. El parón era obligado por parte visitante pero ya se había desatado la tormenta perrfecta, el resto del equipo se desperezaba y la diferencia rondaba los treinta puntos. Sólo la lesión de tobillo de Curry en el minuto final del cuarto frenaba el ritmo local y daba remotas esperanzas a unos Rockets desilusionados, porque estaban a veintisiete puntos de poder remontar. Tras el receso el base salía a la pista a probarse. Ni tres minutos tardó en volver al banquillo y su equipo lo notó. La desconexión era total y la diferencia se quedaba en menos veinte puntos tras unos minutos de correcalles. Kerr calmaba a los suyos, Houston se precipitaba y la ventaja volvía a superar los veinte puntos de cara al último acto. Un cuarto donde el técnico local tuvo que volver a frenar el partido tras dos minutos de juego porque el ataque volvía a espesarse. Reintegraba a la pista más armas ofensivas y el acierto de speights abortaba la reacción visitante. Fue el último susto local que se llevaba el primer punto de la eliminatoria. Invitado inesperado: Marreese Speights, Leandro Barbosa (Warriors)

El segundo partido de la serie traía novedades que inquietaban a los aficonados locales. Por un lado Houston incorporaba a Motejiunas para acompañar a Howard cerca del aro, algo que les funcionaba muy bien. Por el otro sus amados Warriors salían a pista sin su estrella, Stephen Curry seguía renqueante del tobillo. De modo que las incógnitas por desvelar creaban esa intranquilidad entre el público asistente. Unos temores que pronto se mostraron infundados, simplemente el juego local era más interior y, como Harden se mostraba inoperante, Bickerstaff tenía que parar el partido tras cinco minutos de juego, aunque no solucionaba nada. El ataque tejano era deslabazado mientras que la pasividad de la defensa era aprovechada por Iguodala para acertar desde fuera. La ventaja superaba los diez puntos y Bickerstaff precisó otro tiempo muerto para poner orden. Con eso, y el acierto de Josh Smith, los Rockets terminaban el cuarto a un triple de Golden State. Pese a ello el segundo cuarto mostraba algunos retazos de la anarquía del juego tejano y un Klay Thompson enrachado castigaba cada error. Así los Warriors se mantenían con ventaja y la tercera falta personal de Harden tranquilizaba a los locales. Los visitantes cargaban el juego en la zona pero eran inferiores y Golden State volvía a ampliar la diferencia. Tenía que volver a pista Harden para aclarar el ataque de su equipo y sumar puntos, principalmente desde el tiro libre. Así la segunda parte se abría con ocho puntos  de ventaja para los Warriors. Una distancia que comenzó a decrecer porque Houston mostraba su juego más sólido en toda la serie. Sin embargo los locales siempre encontraban una solución ofensiva que les permitía seguir por delante en el marcador. Así un triple de Speights en la última posesión del cuarto permitía a Golden State mandar por siete puntos. Los doce minutos finales se abrieron con Terry acercando a los tejanos y Kerr tuvo que sacar a los titulares a pista. El acierto exterior visitante cayó, cerca del aro no podían anotar y desde el tiro libre los Warriors iban ampliando la diferencias hasta superar la decena. Bickerstaff tenía que parar el partido a falta de siete minutos. Daba igual, el trabajo defensivo local crecía a cada minuto , Andre iguodala y Draymond Green sofocaban con su acierto cualquier intento visitante. El dos a cero para Golden State era un hecho. Invitado inesperado: Shaun Livingston, Andre Iguodala(Warriors)

La marea de aficionados de Oklahoma estaba en pie para el salto inicial del primer partido de la serie. Enfrente se esperaba a unos correosos Mavericks que contaban con la incorporación sorpresa en su cinco inicial de Salah Mejri y JJ Barea. Lo que sucedió en los dos minutos iniciales fue el reflejo de lo que vendría después. Los tiros de Dallas no entraban y en defensa se veían superados por el movimiento de balón local; normal que Carlisle solicitase un parón. Pese a mejorar un poco no era suficiente para su técnico que decidiía cambiar medio equipo para dar más tensión defensiva. Consiguió una mejor defensa pero empeoró tanto el ataque que la diferencia a favor de los Thunder  superaba la decena pese a que sólo anotaban sus estrellas. Pese al regreso a pista de Nowitzki los tejanos veían como llegaban al final del primer a quince puntos de su rival. El segundo acto mostraba más de lo mismo. Nowitzki era el único que acertaba en ataque y Westbrook se encontraba cada vez más cómodo para repartir juego. Sus interiores lo agradecían y la diferencia rondaba la veintena de puntos. El ritmo de juego se incrementaba, David Lee miraba con asombro desde el banquillo y al descanso Dallas estaba perdido, tenía que remontar casi treinta puntos. El tercer cuarto, bueno, para que más detalles. Ya saben muchas risas entre los aficionados locales a su término y, con la ventaja de más de cuarenta puntos a su favor al inicio del último cuarto, sobra cualquier explicación. El primer punto de la eliminatoria era suyo. Invitado inesperado: Enes Kanter (Thunder)

La lesión de Barea y el mal primer partido de Mejri provocaban cambios en el quinteto de Carlisle para el inicio del segundo partido. sin embargo el peso del ataque tejano era de sus veteranas estrellas y, como a los Thunder nole entraban los tiros exteriores, Dallas tomaba ventaj en el marcador. Sin embargo la segunda falta de Nowitzki ponía el miedo en los visitantes. Un miedo nada justificado porque la defensa seguía bien cerrada, Oklahoma no anotaba y Deron Williams metía todo. En cinco minutos de juego los Mavericks mandaban por ocho puntos y obligaban al tiempo muerto de Donovan. Poner a Robertson sobre el base y el acierto de sus estrellas frenaban el ataque visitante. Era la entrada en cancha de los suplentes lo que daba aire en ataque a los de Carlisle y les permitía conservar cuatro puntos de ventaja al final del primer acto. Una distancia que administraban con tranquilidad en el segundo cuarto porque la defensa de Justin Anderson y Salah Mejri comenzaba a desquiciar a Durant. Tampoco el regreso de Westbrook aliviaba el atasco local que sólo encontrraba buenos tiros cuando atacaba en transición. Las diferencias eran mínimas al descanso, sólo que los Thunder acertaban de fuera y Dallas castigaba en la zona. El paso por el vestuario trajo la versión más agresiva local, la intensidad defensiva permitía a Westbrook incrementar el ritmo y los Mavericks simplemente sobrevívian por su gran defensa. A mitad de cuarto la diferencia era de ocho puntos y Carlisle llamaba a sus jugadores. Ambos ataques colapsaron pero la presencia de Mejri bajo canasta permitía a Dallas un ligero recorte en la diferencia de cara al último cuarto. Un cuarto que se abría con la misma tendencia porque el tunecino intimidaba a los locales. Los nervios crecían en Oklahoma que vivía de arranques individuales de Waiters hasta que, inesperadamente Ibaka metía un triple y Durant aprovechaba un ataque en transición para poner en siete puntos la diferencia entre ambos equipos con cinco minutos de último cuarto jugados.Carlisle llamaba a la paciencia en ataque y reintegraba a Mejri a pista. En dos minutos era Donovan el que quería una reunión con los suyos. Sin embargo era tarde, la duda estaba instalada en sus jugadores. Fallaban Durant, Westbrook o Waiters; enfrente Felton soltaba la muñeca. Los Mavericks se ponían por delante, el rebote ofensivo daba aire a los aficionados en el pabellón; pero dos balones perdidos por Westbrook dejaban el marcador empatado cuando se entraba en el minuto final. Felton seguía inspirado, Durant seguía fallando y los Mavericks tenían cuatro puntos de ventaja a falta de catorce segundos. Durant metía un triple, Felton recibía la falta faltando siete segundos. fallaba los tiros libres, Westbrook corría la pista, Durant erraba la bandeja y los sucesivos palmeos no entraron hasta que el tiempo había expirado. Dallas empataba la eliminatoria a uno. Invitado inesperado: Salah Mejri (Mavericks)

Seis minutos de primer cuarto parecían frenar las aspiraciones de San Antonio de finiquitar rápido la serie. Y es que los Grizzlies encontraban en Vince Carter su tabla de salvación ante la incapacidad de Zach Randolph para imponerse. El problema es que todo era un espejismo provocado por lafalta de acierto en el tiro exterior de los tejanos. No fue hasta los minutos finales del primer cuarto que los Spurs abrieron la diferencia gracias a un juego más agresivo. Para el segundo periodo se veía a Memphis más suelto en su ataque y los locales volvían a bajar la concentración dando opción al recorte visitante. Dos robos de Leonard con canasta sencilla desesperaban a Joerger hasta el punto de llevarse un técnica. Sin embarog los Grizzlies no frenaban, comandados por Stephenson y Allen volvían a acercarse en el marcador. Naturalmente todo lo que sube baja y el acierto del conjunto de Tennesee no podía continuar. Lo peor es que volvía la agresividad local,  entre su juego interior y un Parker más dinámico ponían la diferencia por encima de la decena de puntos al descanso. Y la segunda parte mostraba otra cara de San Antonio, la intensidad era mayor y Parker no paraba de buscar el aro. La diferencia crecía hasta la veintena de puntos. Popovich metía a los suplentes para mantener el ritmo, no decepcionaron, ampliaron la ventaja y los titulares podían descansar en el último cuarto. Los Spurs se llevaban el primer partido de la eliminatoria. Invitado inesperado: Patty Mills (Spurs)

El segundo partido de la serie traía problemas ofensivos para Memphis por exceso de bote y solía terminar sus ataques con acciones individuales forzadas. Por suerte su agresiva defensa planteaba grandes problemas a unos Spurs fallones en el tiro. Las ventajas locales eran mínimas hasta que, faltando dos minutos para finalizar el cuarto, un parcial de nueve a cero liderado por el trabajo defensivo de los suplentes dejaba una cómoda ventaja para San Antonio de cara al segundo cuarto. Sin embargo la comodidad se convirtió en sufrimiento tras el paso por los banquillos. Los Grizzlies sacaban sus garras y Popovich se enfadaba porque le recortaban la diferencia con los balones perdidos. El tiempo muerto local parecía no funcionar, pero apareció  el tiro exterior de Patty Mills para dar aire a los tejanos. Memphis volvía a estrellarse contra la muralla de la defensa local y el juego coral de los Spurs iba ampliando las diferencias. Por suerte un último atasco local permitía a los de Joerger llegar con catorce puntos de desventaja al final del segundo cuarto. El tercer acto pasó sin pena ni gloria. Los problemas ofensivos de los Grizzlies no eran aprovechados por la falta de continuidad en el ataque de San Antonio. Así las cosas fue cuestión de apretar un poco el acelerador en el último cuarto para que los tejanos llevasen la ventaja por encima de los veinte puntos. Entre los tiros libres de Kyle Anderson y el acierto de Mills se cerró el partido. Invitado inesperado: Patty Mills (Spurs)

En Los Angeles todos parecían tener claro que su serie era la más complicada del Oeste. Y el inicio lo demostraba; los Blazers salían sin miedo, a ritmo rápido y buscando las debilidades de la defensa angelina. Mientras los  de Rivers mostraban mucho orden en ataque aunque ciertas dificultades para frenar el rtimo visitante en ataque. No fue hasta la llegada de los suplentes que el partido se desequilibró; algún tiro precipitado y los balones perdidos por lillard tenían la culpa. Una llamada de atención de Sttots fue suficiente para que Portland frenase la sangría y la distancia fuese de cinco puntos al terminar el cuarto. Al abrir el segundo cuarto parecía que todo era mucho más relajado, los equipos anotaban confluidez y esa relajación parecía afectar más a ls titulares angelinos que al equipo de Oregón. A mitad de cuarto volvía el empate al marcador y Rivers solicitaba un tiempo. un tiempo que apenas despertó a los suyos y nada cambió hasta que en los dos minutos previos al descanso subió la intensidad angelina en defensa. Más manos y constantes dos contra uno que desesperaban a Lillard, precipitaban a los Blazers y hacían disfrutar a Chris Paul tomando el mando del partido. Tras el paso por vestuarios los Blazers se veían más espesos en ataque, no eran capaces de romper a la defensa y tenían problemas para frenar a Paul y Griffin. El técnico visitante intentaba reconducir a los suyos, pero Lillard se tomaba el partido como una afrenta y Paul disfrutaba conectando con sus interiores. La diferencia se quedaba en quince puntos de cara al cuarto final. Portland intentaba recortar con Gerald Henderson a los mandos; pero Rivers, Crawford y la superioridad bajo canasta angelina no permitía el acercamiento. Con todo perdido Sttos recurría a las faltas a Jordan con Kaman repartiendo pero eso sólo endurecía el partido. Con todo decidido la única sorpresa era ver que los titulares no desaparecían de la pista hasta los dos minutos finales. El primer punto de la eliminatoria era de los Clippers. Invitado inesperado: Austin Rivers (Clippers)

McHale hablaba en la previa del segundo partido de que Portland precisaba un ritmo de partido más alto y más colaboración en ataque para Lillard. Se suponía que los visitantes saldrían más enchufados y lo que pasó en realidad es que salieron precipitados, faltas absurdas, bandejas que se salían y la sensación de que a Sttots le había salido mal la jugado de poner a Aminu sobre Paul hacían presagiar una debacle visitante. En dos minutos el técnico visitante paraba el partido pese a estar a seis puntos. Un parón que no hizo sino confirmar las malas sensaciones. aminu era un aguero en ataque y en defensa. Harkless pasaba al marcaje de Paul pero enseguida quedaba claro que el partido iba a ser un sufrimiento. Los Clippers encontraban buenos tiros aunque no los convirtiesen y los visitantes no. Al final del primer cuarto los angelinos mandaban por cinco puntos y abrían el segundo acto con unarreón. Con Aldrich dominando la zona en defensa, y Austin Rivers acertado en sus decisiones, los Clippers se ponían con una ventaja de dos dígitos y Sttots pedía hablar con los suyos. La charla no fue bien porque Aldrich seguía dominando bajo canasta. La solución vino poniendo a Plumlee en cancha y sacando manos en defensa. Pudiendo correr tras robo de balón los Blazers bajaban la diferencia de la decena y era el entrenador local el que tenía ganas de hablar. Eran los mejores minutos de los de Oregón y Paul intentaba cargar con la responsabilidad local pero cometía su tercera falta personal. Entonces los Clippers se ataron a Griffin para sobrevivir hasta el descanso. La segunda parte presentaba las mejores perspectivas para Portland, a cuatro puntos y con Paul cargado de faltas. Su única preocupación era que Plumlee también llevaba tres faltas personales. El problema de las expectativas es que suelen ser quimeras, y en noventa segundos de reinicio los Blazers se dieron con la realidad. Dos balones perdidos obligaban al tiempo muerto visitante. Las sensaciones seguían favoreciendo a los angelino, su rival se mostraba precipitado en ataque y la ventaja se ampliaba hasta la sorprendente aparición de Harkless. Dos triples seguidos traspasaron los nervios a los Clippers y a Rivers. Pese al desacierto en los tiros ambos equipos mostraban su mejor cara. Estaba claro que era el momento cumbre de la serie y seis puntos era la diferencia a remontar por Portland de cara a los doce minutos finales. Lo que nadie contaba era que fuesen los suplentes angelinos los que rompiesen el partido apoyándose en la defensa de Aldrich y el ataque de Jeff Green. Los titulares tenían que defender dieciseis puntos de ventaja con siete minutos por jugar. NAda comlicado para un Chris Paul en estado de gracia. El segundo punto de la eliminatoria también era de los Clippers. Invitado inesperado: Cole Aldrich, Austin Rivers (Clippers)