Se cumplió la famosa tradición ACB que dice que un 2-0 es irremontable y el Barça se clasifica para la final donde espera un nuevo clásico, el cuarto consecutivo en una final liguera. No se pareció en nada el quinto partido a los dos primeros disputados en el Palau Blaugrana. Unicaja recuperó su lado competitivo en los encuentros del Martín Carpena y exigió a los azulgranas hasta el último instante. La semifinal acabó resuelta a la vieja usanza, con un triple de Navarro que allanó el camino al triunfo en los últimos segundos. No fue un buen partido de Navarro, ya hace tiempo que está lejos de su mejor versión. pero aún conserva ese aspecto de jugador decisivo que puede resolver algunas situaciones comprometidas. En esta ocasión sirvió para certificar el pase a la final que deparará otro Clásico por el título por cuarta temporada consecutiva. Una bomba nos lleva a otra lucha entre los grandes futboleros como si fuera el eterno día de la marmota.
Barça 77 – Unicaja 74 (3-2): Todo o nada en el Palau Blaugrana por el puesto de finalista libre. Los dos equipos salieron un tanto a la expectativa, sin marcar territorio en los primeros minutos. Kuzminskas acaparaba el ataque de Unicaja mientras el juego ofensivo azulgrana era más colectivo aunque sin brillantez. La lesión de Fran Vázquez, que no le impediría regresar a pista posteriormente, fue lo más destacado en los primeros cinco minutos de encuentro. Despertó antes Unicaja. Un par de arreones de Granger (10 puntos, 9 asistencias, 5 rebotes, 19 de valoración), que comenzó muy enchufado, pusieron la primera diferencia interesante tras un parcial de 0-8 (9-16, min 6). El ataque del Barça no estaba nada fino, destacando la mala racha de tiro de Oleson. Xavi Pascual dio entrada a Navarro para cambiar la mala dinámica. Logró animar el final de cuarto para el equipo azulgrana que ya había mejorado ostensiblemente en el rebote, apartado dominado por Unicaja en los partidos anteriores de la serie. Sin embargo el tiro exterior se convirtió en un agujero negro. No entraban los triples, dejando en nada el control del rebote ofensivo que se aprovechaban muy poco. La falta de acierto provocó que Unicaja estirara de nuevo la ventaja hasta que Hezonja entró en juego. El alero croata ejerció de revulsivo a un ataque demasiado errático hasta entonces. Despertó el tiro exterior y el Barça lograba igualar de nuevo el marcador cuando se acercaba el descanso. La tercera personal de Hezonja le llevaba al banquillo. No volvería a pista el resto del encuentro. Misterios de Xavi Pascual. Pese a la reacción local que llevó a cabo Hezonja y los 11 rebotes ofensivos que capturaron los culés en el primer tiempo, Unicaja logró mantenerse por delante tras un par de buenas acciones que siguieron a un tiempo muerto solicitado por Joan Plaza. Le valieron para llegar al descanso por delante (35-37, min 20). Nada se había resuelto hasta entonces. Tampoco cambiaría la tendencia el inicio del tercer cuarto. Alternativas en el marcador durante los primeros minutos hasta que varias pérdidas del equipo malagueño le pasaron factura en forma de un 9-0 de parcial. La mejoría de varios jugadores azulgranas, como Deshaun Thomas, Doellman o Tomic (11 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 17 de valoración), le otorgó ventaja al Barça que, sin embargo, no conseguía abrir una brecha importante. Unicaja estaba algo precipitado pero con alguna buena acción individual se enganchaba de nuevo. Dos triples errados por Huertas fueron castigados por los visitantes. Un triple de Calebb Green adelantaba de nuevo a Unicaja aunque Huertas igualaba sobre la bocina (57-57, min 30). Todo se resolvería en los últimos diez minutos.
Fuente: eurosport.com
El Barça continuó dominando el rebote ofensivo. Esta vez sí supo sacar provecho de esta ventaja. Las segundas oportunidades en ataque de los azulgranas se unían a unos malos ataques rivales que proporcionaran al Barça su máxima ventaja del partido (68-61, min 34). El Barça no acertaba desde la línea de tres pero los rebotes ofensivos compensaban cada fallo. En cada jugada llegaba uno, un pesado lastre para su rival que necesitaba medidas urgentes desde el banquillo. Plaza pidió tiempo muerto para llevarlo a cabo. Puso a sus dos bases en pista y ordenó una zona 2-3 en defensa para tapar la hemorragia reboteadora en su propio aro. Tardó un poco en tomar estas decisiones pero fueron las adecuadas. La defensa se le atragantó al Barça que ya no lograba quitarles de las manos los rebotes a los jugadores de Unicaja. Los locales sólo anotaban cuatro puntos en los siguientes cinco minutos. Evidentemente Unicaja se metió de lleno en el encuentro. Con 72-70 se entraba en el último minuto. Tras otra posesión complicada Huertas fallaba un triple más aunque el rebote caía de nuevo en manos del Barça que no supo resolver la nueva posesión. Se come los catorce segundo y ocasión de Unicaja para igualar. Peor no pudo defender el equipo azulgrana. Los pivots salen a tapar a Granger y éste encuentra la puerta atrás para que Fran Vázquez empate a 72 con un mate. El final iba a resultar dramático. Satoransky busca la penetración. No encuentra el camino y mira hacia atrás. Encuentra solo a Navarro y no duda en sacar el balón fuera. Nunca es buena decisión dejar a Navarro solo en la línea de tres. El castigo fue un triple que ponía tres arriba al Barça a falta de 15 segundos. En el tiempo muerto se le presentaba un dilema a Plaza. Si alargaba el ataque las posibilidades de recibir una falta que evitara el triple eran altas. Además Unicaja sólo tenía dos faltas y no podía perder tiempo hasta llegar al bonus. Se la jugó con un triple inmediato a la mínima oportunidad. Suárez lanzó un tiro de tres poco cómodo pero que estuvo cerca de entrar. El aro escupió el balón y las opciones de Unicaja. Pese a que Huertas y Doellman desperdiciaron un tiro libre cada uno lo conseguido era suficiente para lograr el pase a la final. Con sufrimiento el Barça se presenta en una final más en la ACB. A Unicaja le queda el consuelo de caer con honor pero el recuerdo de la final de 2006 será a lo que acuda para evocar su último momento de gloria en los playoffs.
Fuente: encestando.es
PREVIA DE LA FINAL:
Como preveían los pronósticos, por cuarto año consecutivo tendremos una final Real Madrid – Barça por el título liguero. Como siempre en un Clásico se puede echar mano del tópico que todo puede pasar en estos duelos pero mejor realizar un análisis más concienzudo de la serie por el título. El favorito, tanto por el factor campo como por lo mostrado en la cancha esta temporada, es el Real Madrid. Ha superado al Barça en todos los partidos clave de la temporada. Le endosó una fuerte derrota en la final de la Supercopa, venció en la final de Copa tirando de mayor sangre fría en el último minuto y le pasó por encima en el Palacio de los Deportes en el Top 16 en un gran triunfo que le puso en bandeja el liderato final del grupo. Los precedentes más importantes son favorables para el equipo blanco, al que sólo le falta la guinda de la Liga ACB para completar un triplete histórico. Seguramente el Madrid no esté en el momento más alto de forma de la temporada, sobre todo algunos jugadores como Sergio Rodríguez o Rudy (aunque los números no lo indican en caso del mallorquín, es más por sensaciones y la lesión sufrida en Valencia), aunque sus despistes en el segundo cuarto es algo que lleva arrastrando toda la campaña y ello no le ha impedido proclamarse campeón de Europa 20 años después. Al Real Madrid le bastan cinco minutos fulgurantes para arrasar con todo lo que haya por delante. Contra Valencia Basket no se vio ese tercer cuarto demoledor que marca sus encuentros pero la amenaza siempre está ahí. En cuanto al cuadro azulgrana, hasta el segundo partido de semifinales parecía que llegaba en su mejor momento a los playoffs, algo habitual en el equipo de Xavi Pascual. Sin embargo presentó otra cara más floja en el Martín Carpena y se vio obligado a luchar a brazo partido hasta el último segundo del quinto partido para llegar a la final. Algo muy parecido a la temporada pasada cuando dejó en la cuneta a Valencia Basket antes de alzarse con el título contra pronóstico tras vencer a un Real Madrid tocado moralmente y en la reserva físicamente. Desde luego la situación del equipo blanco a estas alturas es completamente opuesta en ambos aspectos. Se ha dosificado más esta temporada y en el banquillo está sobrado de físico y mala leche, el que le aporta El clan de los cojonazos liderado por Nocioni, un seguro de vida en los partidos a vida o muerte.
El Barça deberá tener en cuenta dos factores donde puede tener ventaja. Satoransky, además de llegar en un gran momento de forma cuenta con una evidente superioridad física sobre los bases madridistas. Un base de dos metros del poderío del checo resulta un problema a la hora de defender. ¿Optará Laso por defenderle con Carroll y Rivers como hizo con Spanoulis en la final de la Euroliga? Me parece una posibilidad muy factible. El otro punto donde puede desequilibrar es Tomic. Suele crear muchos problemas, como ocurrió con su partidazo en la final de Copa, aunque en demasiadas ocasiones ha resultado estéril su enorme aportación. Habrá que ver cómo se las apaña Ayón, que llega bien a la final, en su marcaje. E incluso Mejri, que supo frenarle en el partido de Liga Regular disputado en Madrid. También podía pensar el Barça en aprovechar el momento dulce que atraviesa Deshaun Thomas en el puesto de alero, donde más descuidado está su eterno rival, pero sabiendo los destrozos que le ha hecho Rudy esta temporada en cada Clásico… Si se recupera bien del golpe sufriendo en el último partido en la Fonteta puede revivir pesadillas en el bando azulgrana. En cuanto al Madrid sabemos perfectamente que nos deparará. Buscará la velocidad frenética y el juego alegre que son sus señas de identidad. Si los Sergios ponen el ritmo que le conviene al equipo blanco el Barça lo tendrá negro. Si el perímetro madridista funciona, lo mismo. Si Felipe Reyes hace de las suyas bajo el aro y en el rebote ofensivo, como hizo mucho Unicaja en semifinales, será otro grave problema. Las opciones culés serán mayores en un encuentro físico y de ritmo controlado pero tampoco es una garantía. El Real Madrid es un equipo maduro que también sabe manejarse en partidos duros, ásperos, canallas. Superar a Olympiacos o Valencia Basket, que se mueven bien en ese terreno, supone un Máster de alto nivel. El Barça se agarrará al precedente del año pasado y la mística de Xavi Pascual que no ha pasado una temporada completa sin títulos. Es su última oportunidad para que la racha no se trunque.
Y DIGO YO…:
- Novena final ACB consecutiva para el Barça. Desde 2007 no ha faltado un solo año a la serie decisiva por el título de Liga. Precisamente desde la llegada de Xavi Pascual al banquillo azulgrana. El dato impresiona más si se miran todas las temporadas disputadas en el siglo XXI. Sólo ha faltado a tres finales: 2002, 2005 y 2006. 12 de 15 finales, una regularidad intachable.
- A la quinta fue la vencida y el Barça aprendió la lección. Dominó con claridad el rebote ofensivo (19-7) y anuló uno de los recursos principales de Unicaja. Estuvo a punto de no servirle debido al bajo porcentaje de tiro. Si dominas el rebote pero no eres capaz de aprovechar las segundas oportunidades te sirve de poco.
- Tras el segundo encuentro parecía que la serie del Barça se resolvería cómodamente mientras el Madrid afrontaba un 1-1 y una eliminatoria agónica. Al final el Real Madrid esperó sentado a que los azulgranas decantaran su semifinal en los últimos instantes del quinto encuentro. Curiosidades de la vida.
- CB Sevilla se encuentra en una situación muy complicada, incluso al borde de la desaparición. El verano pasado se hizo con el club un fondo estadounidense que aseguraba un proyecto serio y a largo plazo. Empezó con la charlotada del banquillo, donde no hubo entrenador estable durante meses. Desde diciembre no hay noticias del máximo responsable y huele a espantada que deja al equipo colgado. La iniciativa popular trata de salvar a un club con mucha historia en la ACB. Ojalá tengan suerte y el equipo sevillano no acabe aquí su andadura víctima de los enésimos piratas que asaltan el mundo del deporte.
- Ya tenemos el tema de moda al final de cada temporada: el cachondeo de los ascensos. Orense ha presentado la documentación en regla y tiene hasta final de mes para cumplir los exigentes requisitos. En cambio, Burgos debe renunciar por tercera vez consecutiva pese a ganarse el ascenso en la pista. El eterno día de la marmota pero este tema nunca deja de ponerme de mala leche. Mejor no digo a dónde mando el maldito canon y los aires de elitismo de los dirigentes de la ACB cuando en la casa abundan las goteras.
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