Tras una primera parte de temporada llena de turbulencias el Barça disipa todas las dudas proclamándose campeón de la Copa del Rey por 3ª vez en los últimos 4 años, algo que no recuerdo que se haya producido en el periodo ACB. Ha llegado en el mejor momento, superando todos los problemas de la primera vuelta, y se ha alzado con el título tras dejar en la cuneta al líder, el segundo clasificado y al cuarto en la final. Sin duda, un título justo logrado con solvencia salvo en el emocionantísimo Clásico que pudo ganar cualquiera. Tras el final de la temporada pasada, y el inicio de esta parecía confirmarlo, todo apuntaba a un cambio en el dominio del baloncesto español. Estaba todo listo para la llegada del Madrid como nuevo dominador pero de momento el primer gran título ha ido a parar a manos azulgranas y los madridistas aún tendrán que demostrar que puede coger el mando. De momento, con este título, aún no hay argumentos para afirmar que el Barça ha dejado de ser capo tras esta muestra de reafirmación.

Valencia Basket 69 – Barça 85: El Barça fue manejando poco a poco el comienzo del partido. Sada sorprendió con una faceta anotadora poco frecuente en él durante esos primeros minutos y la primera brecha notoria se abrió en el marcador (6-14, min 6). Perasovic pidió tiempo muerto y puso a Markovic en pista. La cara del equipo valenciano mejoró, sobre todo atrás. Pese al recital de personales para ambos equipos, y que llevaron a Lishchuk pronto al banquillo con 3 personales, el Valencia Basket se fue entonando y marcando territorio en defensa. Faverani (12 puntos, 6 rebotes, 19 de valoración) y Pietrus montaban una sucursal de gorros y la producción ofensiva del Barça se detenía unos momentos. Dos triples del Valencia Basket daban la vuelta al marcador antes del final del 1º cuarto. La dirección de Markovic y el acierto inicial en el tiro exterior le sentó muy bien a los de Perasovic, que pasaron a dominar el encuentro mientras el Barça se estrellaba en sus errores en el triple. Lo que más chocaba era el mal día de Navarro, incapaz de anotar. Pero cuando el base serbio del Valencia Basket se fue al banquillo su equipo lo notó. San Miguel no era lo mismo. El Barça inflables frenó mejor un ataque valenciano, que perdía más balones de la cuenta, y se soltó en ataque. 4-15 de parcial para dar la vuelta al marcador y marcharse por delante al descanso (33-36, min 20). El Barça recuperaba el mando camino de vestuarios aunque el destino de la final aún estaba en el aire.

El Valencia Basket comenzó sus problemas en la reanudación. Seguía perdiendo balones y cada vez tenía más problemas para atacar una defensa azulgrana cada vez más firme e intensa. Los pivots del Barça trabajaban bien en ataque. Lorbek (10 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias), inadvertido durante el primer tiempo, hizo acto de presencia. Tomic y Jawai también ayudaban pese a sus problemas de personales. El equipo valenciano se sentía cada vez más desbordado, enmarañado en la defensa azulgrana e incapaz para frenar a los hombres altos del Barça. Un contraataque finalizado por Oleson amenazaba con romper el partido (39-52, min 26). El Valencia Basket intentó agarrarse al partido con los tiros libres, aprovechando que el Barça entró rápido en bonus, pero Mickael (14 puntos, 3 rebotes, 9 faltas recibidas) cortaba los intentos de reacción del rival. No dejaban de intentarlo los de Perasovic pero fueron incapaces de bajar los 6 puntos de desventaja. Había salido aquella defensa del Barça que ha hecho tan famosa la era Xavi Pascual. Se enredaba en ella mientras el Barça cada vez estaba más cómodo, jugando al ritmo que marcaba Marcelinho Huertas (13 puntos, 8 asistencias, 19 de valoración), otra vez brillante en la dirección. La sensación era que la victoria del Barça era inevitable (57-70, min 34). Los ataques se alargaban al límite, dejando pasar el tiempo. El rebote ofensivo terminaba por destrozar la moral del Valencia Basket que acabó bajando los brazos. Los últimos minutos se convertían en un trámite hinchables pero el Barça nunca dejó de pisar el acelerador como muestra que anotó en todos los ataques en los 3 minutos finales. Tomic y Mickael fijaban el marcador final, dejando en anécdotas las canastas de Markovic y Faverani.

El Barça se proclamaba campeón sin paliativos. Ganó cuando no era favorito y cuando lo era. Navarro levantaba una nueva Copa del Rey más, seis son ya. El jugador más laureado de la competición en el equipo que ha marcado el ritmo en el baloncesto español en los últimos años y que, de momento, siguen sin apartarle de lo más alto. Al final de temporada se verá pero el mando sigue siendo suyo pese a todas las tormentas ya pasadas.

Y DIGO YO…:

• Pete Mickael fue nombrado MVP del torneo. No voy a discutir que ha hecho un muy buen torneo y que su rendimiento en los momentos importantes es impresionante pero, al igual que Dark o Nacho78, se lo hubiera dado a Marcelinho Huertas. Su dirección en los minutos decisivos fue clave para otro éxito más del Barça.
• Navarro 0 puntos y -7 de valoración en la final. Como suena, algo inimaginable en un genio como él. Hace un mes estas cifras hubieran llevado al desastre al Barça. Esta vez ni lo necesitó para ganar la Copa con autoridad. Si Navarro ya no es imprescindible para ganar es el mejor síntoma para afirmar que el Barça vuelve a ser el máximo candidato para todo.
• Desde la ACB de 2010, que se llevó el Baskonia contra todo pronóstico, todos los títulos nacionales han caído al zurrón de los equipo futboleros. 6 para el Barça y 2 para el Madrid. Parece que el duopolio también llega al baloncesto.
• Paralelamente se disputa la Minicopa entre los equipos cadetes de los 8 equipos participantes. Sin ir más lejos, en la primera edición se dio a conocer un tal Ricky Rubio. Un título que era cortijo privado de Joventut y Barça y que se ha alzado por primera vez el Real Madrid con una gran superioridad. Ojito al esloveno Doncic que da las mismas sensaciones que Mirotic a su edad. No hay que perderle de vista.
• Y para acabar, más de la Minicopa. La rivalidad y poner a caldo a uno de tus máximos rivales está muy bien y lo hacemos todos pero abroncar a unos chavales de 14 años al recoger el trofeo creo que ya es pasarse un poco.