[singlepic id=2182 w=320 h=240 mode=watermark float=left]Hoy voy a hablar de una saga mítica, iniciada allá por 1962, basada en la novelas de Ian Flemming. Me refiero, como habréis adivinado, a las películas protagonizadas por el agente secreto británico James Bond.

Haciendo un poco de historia, la saga ha sufrido altibajos de consideración (algo que los puristas achacan a no haber sido fidedigna a las novelas en la que se inspira). Las dos primeras películas protagonizadas por Sean Conner: Dr No y Desde Rusia con Amor, son dos pequeñas obras de arte. La primera, por eso, por ser la primera y contener algunas de las más recordadas escenas (Ursula Andrews saliendo del agua, la cena con el villano de una sola mano…). La segunda, por ser, posiblemente, la mejor de la saga hasta la fecha.

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En cambio, la tercera, Goldfinger, que también fue aclamada por la critica, a mi se me antoja bastante floja, amen de que sentó las bases para la degeneración experimentada por la saga durante la era Moore (el sofisticado agente británico concebido por Flemming comienza la conversión a sucedáneo de Superman con toques de Inspector Gadget). “Operación trueno” se salva porque la premisa es muy interesante (el robo de dos cabezas nucleares) porque Blofeld (aka numero 1, aka el calvo del gato blanco) todavía no es visible, pero ya tiene su cuota de protagonismo y porque Claudine Auger es toda una mujer, pero “Solo se vive dos veces” es francamente infumable (a menos que seáis amantes indiscriminados de todo lo que huele a japonés)

Además, al anteponer cronológicamente “Solo se vive dos veces” a “Al servicio secreto de su majestad” la productora comete una torpeza. En las novelas, “Al servicio secreto de su majestad” va después de “Operación Trueno” y narra como James Bond va en busca de Blofeld y en el camino se enamora (y finalmente enviuda) de la hija de un capo de la mafia corsa. “Solo se vive dos veces” es la historia de la venganza de Bond, que persigue a Blofeld hasta Japón y, como resultado del combate con este, pierde la memoria y acaba casándose con una oriental. En las películas, en cambio, mientras “Al servicio secreto de su majestad” es totalmente fiel (la mas fiel junto a la ultima, Casino Royale) a la novela, su predecesora cinematográfica obviamente no puede serlo, amen de crear una situación ridícula, porque en “Solo se vive dos veces” Bond se encuentra con Blofeld mientras que en “Al servicio secreto de su majestad” Blofeld no reconoce a Bond (lo cual tiene sentido en la novela, pero no en la película, ya que teóricamente se han visto en la anterior)

Pero, inconsistencias aparte, “Al Servicio Secreto de su majestad”, que es injustamente conocida por ser la primera película de Bond no protagonizada por Connery, es, para mí, la mejor película de la saga (junto a Desde Rusia con Amor y Casino Royale). Y lo es porque, al ser fiel a la novela, nos presenta a un Bond joven, esnobista, culto, en buena forma, violento a la par que refinado, con gran sentido del humor, pero física y emocionalmente vulnerable.

[singlepic id=2177 w=300 h= mode=watermark float=right]Un Bond que teme que cada misión puede ser la última (algo que no reflejan las tres últimas de Connery), al que le cuesta horrores escapar de la fortaleza de Blofeld, que se enamora y acaba casándose con Tracy (Diana Rigg interpretando a la primera chica Bond con cerebro), para perderla inmediata y trágicamente por culpa de Blofeld (el papel de Telly Savalas ha sido parodiado hasta la saciedad) en uno de los finales más impactantes que se recuerdan. En resumen, una joya injustamente infravalorada.

Connery volvió a interpretar a Bond en Diamantes para la Eternidad. Si bien es cierto que al comienzo de la película Bond esta buscando a Blofeld (y al final se supone que se lo carga), lo cierto es que no hay ninguna referencia al enviudamiento. Por lo demás, la película es mala de consideración, algo a lo que contribuyen con generosidad un par de villanos supuestamente homosexuales cuya sola presencia en pantalla provoca vómitos en el espectador sensible.

Connery se retiró definitivamente (o casi, volvió 12 años después para protagonizar un remake de Operación Trueno junto a Kim Basinger, “Nunca digas Nunca Jamás”), dando paso a Moore.

La primera película de este, “Vive o deja morir”, al margen de la semi novedad de mostrarnos la casa de Bond (ya la habíamos visto en Dr. No) y de contar con una jovencísima Jane Seymour, no tiene mayor aliciente, sobre todo si no nos va el rollo Vudu en Harlem. (Bueno, se salva la escena de la lancha en las cercanías de Nueva Orleans)

Todas las películas de la era Moore se clonan entre ellas. Por ello, aquellos que han crecido viéndolas, piensan que todas las películas de Bond son iguales. A saber, escena de acción inicial espectacular, visita a M, planteamiento de la misión (lo de menos), primera chica seducida, muerte de la primera chica, segunda chica (la protagonista) seducida (que tiene normalmente algo que ver con el malo), visita al malo que por alguna extraña razón no mata a Bond a la primera, bronca final en los estudios Pinewood decorados para la ocasión (da igual que sea una nave espacial o el interior de un barco, la sensación de que estamos en el mismo sitio es evidente), muerte del malo y fin de fiesta con la chica.

Solo merecen salvarse de la quema, “La Espia que me amo”, por Barbara Bach y por una escena pseudo romántica donde Bond parece acordarse de su mujer desaparecida, y, “Solo para tus ojos”, por la escena inicial donde Blofeld (que no es nombrado por problemas de copyright) hace su ultima aparición en el escenario y por los lugares en los que esta filmado (especialmente, Corfu)

Finiquitado Moore, los productores de decantaron por Timothy Dalton, que, quizás demasiado buen actor, se excede un tanto en la caracterización de un Bond dramático en exceso. No obstante, de sus dos películas, la primera, Alta Tensión (titulo original, The Living Daylights) a mi me gustó mucho (la primera película de Bond que vi en el cine, allá por 1987). La historia de amor es tierna; el argumento, en los estertores de la guerra fría, está bastante trabajado; las escenas de acción, para la época, eran realmente espectaculares. La verdad es que Dalton prometía, pero, lastimosamente, “Licencia para Matar” fue un fiasco absoluto.

Tanto, que durante un tiempo, esto es, casi seis años, parecía que la saga había llegado a su fin, pero apareció Pierce Brosnan y todo volvió a la normalidad. Aunque, lamentablemente, las expectativas creadas por Goldeneye fueron repetidamente frustradas por sus sucesoras, de las cuales, lo único reseñable es el gran papel desempeñado por Sophie Marceau en “El Mundo Nunca es Suficiente”

Con “Muere Otro Dia” la saga toca de nuevo fondo. Brosnan renuncia a continuar y los productores recurren de nuevo al director de GoldenEye para efectuar un completo lavado de cara. El resultado, un peliculón, “Casino Royale”, una vuelta a los orígenes y, junto a “Al Servicio Secreto de su Majestad” la única película fiel a la novela de la que toma el nombre. Un Bond duro, incontrolable, frío, vulnerable, prepotente, irascible. Una chica problemática con tendencias suicidas. Un argumento consistente. Diálogos inteligentes. Grandes secuencias de acción (sin CGI, todo con especialistas). Una mezcla irresistible que configura la que para mi es la mejor película de acción del S XXI (con permiso de la saga Bourne) y la tercera mejor de toda la saga (y la primera película de Bond que tiene una escena en USA, Miami todavía pertenece a Estados Unidos, y no es mala de remate).

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Recapitulando, la clasificación histórica sería:

1. Desde Rusia con Amor
2. Al Servicio Secreto de su Majestad
3. Casino Royale
4. Alta Tensión
5. Dr No
6. GoldenEye
7. La Espía que me amó
8. Operación Trueno
9. Solo para tus ojos

(a partir de aquí, no recomiendo ninguna al que no sea fan declarado)

10. El Mundo Nunca es suficiente
11. Goldfinger
12. El Mañana nunca muere
13. Octopussy
14. El hombre de la pistola de oro
15. Solo se vive dos veces
16. Licencia para matar
17. Vive y deja morir
18. Muere otro día
19. Diamantes para la Eternidad
20. Panorama para matar
21. Moonraker

Nota del autor: Este post fue escrito poco después del estreno de Casino Royale y con anterioridad a la infame Quantum of Solace