PLAY: ABSOLUTELY (STORY OF A GIRL)

Como veréis (si aún conserváis los ojos dentro de vuestras órbitas), hoy empezamos fuerte y por derecho. Con energía y con temas de hondo calado.

 La historia comienza…

…con una declaración de amor sincero: Yulia, te debía esto. Sinceramente, ella era la elegida para encabezar esta sección desde el principio, en el fondo es la auténtica culpable de que yo esté haciendo ésto hoy. Y si alguien merecía haber sido madrina, esa era ella; pero luego uno se pierde, se pone nervioso, empieza a pensar en el colectivo, si voy a entrar bien, si voy a entrar mal… Finalmente, la cabeza pudo más que los instintos. Ay, los instintos…

Podría decirse (aunque no es del todo cierto) que con este vídeo empezó todo. Lo cierto es que empezó en una triste noche, en los últimos coletazos de ese monstruo conocido como Javier Sardá a los mandos de su monstruo particular, Crónicas Marcianas. Yo aún no tenía internet en casa, bueno, tenía pero todavía la tele, a pesar de su calidad creciente, seguía siendo mejor opción que el dolor de muelas de mi módem. Y precisamente, dentro de aquella sección donde hablaban de internet, casi sin apenas prestar atención al monitor (siempre lo mismo, todos los días), apareció ella… Breve, pero poderosa.

Lamentablemente, mi estado de sorpresa mayúscula y confusión fue tal que, a pesar de mi ‘instinto cazador’ (aún no plenamente desarrollado por el ADSL), fui totalmente incapaz de quedarme con un nombre, una página web, una cara siquiera, algo que me permitiera encontrarla después… Es obvio, solo era consciente que acababa de ver el par de tetas más impresionante que hubiese podido (ni tan siquiera) imaginar en mis 25 años de vidaSupongo que la reacción del resto del país que pasara por allí no debió diferir mucho de la mía, pues se produjo un extrañísimo murmullo, acompañado de expresiones bastante fantásticas, entre el público asistente, durante los escasos (nunca tan escasos) segundos en que proyectaban 2-3 fragmentos de vídeos de la chica. La sensación posterior es como del que se hace consciente que acaba de presenciar un fenómeno único en la historia… ¿¿Aquello era real?? ¿¿Podía serlo?? Si una sola cosa estaba clara (para vosotros, tras 7 minutos de vídeo, ya es anecdótico), viendo su movimiento, es que aquellas generosas porciones de carne eran tan naturales como el día y la noche. Pero… ¿¿en aquella chica?? Adolescente, delgadita… Aquello, sencillamente, NO PODÍA SER POSIBLE!

PLAY:  JULIET

No puedo evitar ponerme nostálgico, más pinchándoos el tema de Robin Gibb “Juliet”, un tema que me tenía hechizado en mi niñez (me sonaba como espacial) y tardé casi 15 años en volver a saborear de nuevo… Sigo.

Me había quedado intentando hacer una descripción de lo increíble de los senos de esta muchacha… Las palabras se quedan cortas (o debiera decir muy pequeñas??) para intentarlo, pero sólo diré, a modo de criterio personal, que en un mundo plagado de tetas recauchutadas, exageradamente grandes hasta el exceso (ya sabéis, las hay que pugnan por entrar en el Guiness), encontrarse con esto, en una chica de carita ingenua y adorable y cuerpo estilizado y muy femenino, en tal grado de espectacularidad y perfección fuera de la gigantomastia, es como un capricho morboso de la naturaleza perpetrado por el mismo hombre. Y dicho esto, continúo, que ya hemos entrado en el jueves y quisiera poder terminar el post para el fin de semana.

Estaba uno contando la historia de cómo encontró esta mina… Un buen tiempo después del breve “susto” (al menos un par de años), bajando vídeos por el eMule (sí, yo también apoyo la Ley Sinde), me bajé, por error (sé que nadie me va a creer y que va a pensar mal, pero lo único que puedo decir es… que seguramente me estaría intentando bajar algo aún peor), el equivalente al primer vídeo que os he enlazado (en realidad, era un fragmento aún más breve que comenzaba sobre el minuto de éste); pero claro, como era un error, el título del vídeo era… “russian huge naturals”. Evidentemente, lo visioné una y otra vez hasta el delirio, para acabar siendo consciente de que era la chica de unos años atrás. Y… OTRA VEZ NI UN PUTO NOMBRE!!!

Tras otro año mínimo de búsquedas infructuosas, finalmente la casualidad (sí, la casualidad de ya tener ADSL y tirarte medio día en internet buscando cosas de éstas, unido a que la fama de Yulia había crecido en proporción directa a la de sus pechos) hizo que la encontrara… Circunstancia que paradójicamente tampoco recuerdo. Seguramente, la felicidad del reencuentro ‘definitivo’ y la cantidad de preciosos ratos que compartimos a posteriori (ejem) habrán hecho que lo olvidara y me quedara con el presente. Presente que, ahora, le pertenece a ella…

Disfruté mi amor en secreto hasta que un día, ya en nuestra famosa taberna, y en mitad de una entusiasta conversación referente al pecho femenino, se me ocurrió pincharle al loco de Flagrant un vídeo devastador de esta señorita (que encima encontré en aquel momento de pura chiripa, así que habrá que buscarlo para honrar tan ceremonioso momento)… Tal sería su reacción ante tamaña visión, que su siguiente frase fue para invitarme a poner en marcha esta sección. Y, usando una frase que me encanta y ya habré referido antes, “no pongas ideas estúpidas en la cabeza de un loco”, aquí estamos… Lo que Yulia ha unido, que no lo separe la Sinde.

Como podréis observar, hoy estoy enlazando muchos vídeos, porque la moza lo merece casi más dinámica que visualmente.

Pues sí, al final no llegó a ser la madrina de la sección, a pesar de poder haber amadrinado y alimentado a media África… Pero a ella le reservaba el honor de abrir este 2011. Quién sabe, porque aquí estamos muchos y para gustos los colores, seguro que varios no compartirán esta (ya habéis visto) enfermiza obsesión por la chicha en general y las mamas generosas MUY en particular, ni mi devoción por Yulia; en los foros se podía leer de todo, que si es antiestéticamente desproporcionada, que si es fea, que si parece demasiado joven para tener unas tetas de mesonera madura… Es posible que tengan razón, y que yo padezca un incurable y galopante Complejo de Edipo. ¿Y qué carajo es eso del Complejo de Edipo? Amigos, con la filosofía y Sigmund Freud hemos topado…

Aquí es donde yo me meto en las camisas de once varas, porque todas las ocasiones anteriores en las que he intentado explicar esto me han tomado, en el mejor de los casos, por un sucio pervertido trastornado (aunque en mi favor sé que la inteligencia de los receptores dista mucho de la de los anteriores que he tenido). Resumiendo te dirán que el Complejo de Edipo es estar enamorado de tu propia madre, pero claro, es todo bastante más complejo. Digamos que Freud decía que, en nuestra vida, desde el mismo momento del nacimiento y hasta nuestra muerte (más hormonal que física, supongo), todo nuestro comportamiento y fin está influido por el sexo; teoría que siempre he apoyado y defendido a capa y espada, no sé si porque soy un salido (dicen), o quizá porque me ayuda a explicarme muchas cosas que nos suceden, y que además han convertido a Freud en mi filósofo favorito. Esto explicaría que nuestro primer contacto con el sexo femenino sería la lactancia materna, lo cual (según Freud) significaría una primera suerte de atracción subconsciente, y el posterior conflicto/rivalidad con el propio padre por dicha figura femenina desencadenaría lo que se conoce como Complejo de Edipo.

Dicen que el reflejo subconsciente de aquella lactancia (que por regla general para todos terminó abruptamente cuando, si nos hubieran preguntado, nadie lo habría querido) infantil, y ese complejo de Edipo subyacente, es lo que luego hace que sintamos esa atracción obsesiva hacia el pecho femenino, que nos hace desear como buenos hombres que somos ANDE O NO ANDE BURRO GRANDE. Y yo no sé hasta que punto esto me influirá o no, pero no puedo dejar de reconocer (me consideren desviado o lo que sea) que la realidad es que, en su maternal juventud, el físico de mi madre no difería en gran cosa del de mi querida Yulia Nova (entiéndase, salvando las distancias, donde digo una 110 pongan una “modesta” 100). Luego encima me he enterado de que estuve mamando hasta pasado el año…

Qué cosas tiene, esto del subconsciente… Tan absorto estaba, como tantas otras veces, siguiendo sus dictados, que casi se me olvida contaros un poco de la vida y milagros (sobre todo esto último) de Yulia. En qué estaría uno pensando…

Yulia proviene de la fría y lejana Rusia, como denota el claro color de su piel. Actualmente cuenta 28 años, 5 años y 1 día exactamente menos que yo (lo digo porque haríamos buena pareja, seguro), aunque si nos guiamos por las fotos y vídeos que os estoy colgando, podría andar entre los 18-22 (y estoy convencido que, al igual que yo, le habíais echado menos todavía). Lo de las tetas ya es sabido por todos que van parejas con la dentadura, y ella nos corrobora que le acompañan desde los 12 en su versión mejorada actual. 1’68m, 55 kgs, ojos azules y 110-60-90, algo que se sale ostentosamente de los famosos cánones de belleza… Declaro, desde este mismo instante, mi más profundo desprecio hacia los cánones de belleza. Me declaro un ferviente admirador de la chicha, especialmente si es de la que llena el campo visual como un ampuloso paisaje.

Pues está claro… si es con los obuses de Yulia, RENDICIÓN INCONDICIONAL! (PLAY)

A pesar de su temprana rotundidad, Yulia esperó hasta la mayoría de edad antes de dar el salto al mercado japonés, otros reconocidos edípicos como los ingleses. De ahí a la explosión de internet fue todo uno cuando, tras varias ediciones especiales de vídeos para los nipones (que es todo lo que suele pulular por la red), se retiró, no sabemos si definitivamente, para centrarse en sus estudios de Derecho (leyes). Siempre rechazó todas las ofertas para hacer porno que le ofrecieron, se declara como una chica familiar, estudiosa y de lo más corriente, cuya única cualidad es haber recibido una herencia genética “hors catègorie” de la que, lejos de renegar, se siente muy orgullosa. Lo cual me hace imaginar la rama materna de la familia…

Espero que no vayan a comprar los sujetadores en grupo…

Pero ya que de complejos edípicos estamos, hay otras famosas tetonas por ahí cuya gratitud (o abominación, en raras excepciones) con la naturaleza debería ser eterna como sus pendulares apéndices. Mencionaremos algunas, que nunca está de más enriquecer el subconsciente:

Pero, por encima de todas, yo venero a Yulia. Quizá por ser la 1ª de todas las que vinieron después, o por ser la “mayor”, o por esa expresión tan candorosa…

Le puedo perdonar hasta el que no sea rubia y prefiera vivir bajo cero en Rusia. Algún día, ya que dicen que su país está lleno de hombres alcohólicos y ellas se mueren porque las rescaten, iré a buscarla y a empezar de cero… para abajo. Ella será una abogada de prestigio que me mantendrá, y yo seré su esclavo sexual en las frías noches moscovitas; tendremos decenas de hijos (como los buenos grupos de los 70, a parto/disco por año) y yo masajearé con mimo diariamente su espalda, para que no sufra en el futuro (también me ofreceré a llevar su peso todos los ratos que pueda). No sé si me llenará ese tipo de vida, pero un hombre es de cosas simples, y si además es edípico… La sola idea de tener a la mujer mejor dotada del mundo…

PLAY Nikita (otra rusa)

Me voy a poner como un choto de colgar vídeos y no creo que lleguéis a ver la mitad, pero palabra que estoy haciendo la selección de la selección de todos los que conozco…

Pero haciendo buena la Ley de Murphy, el que de verdad llevo más de una hora buscando (aquel famoso que vio Flagrant) se ha evaporado… Y junto con él, una web de autor cojonuda llenita de ellos. Seguro que la Sinde anda detrás de esto también.

Os había dicho que también adoro los gatos??

De encontrarlo azarosamente en cero coma, a no encontrarlo… Lo dejaremos para otro rato (prometido, Flags). A todos los demás, un placer estar de nuevo con vosotros, tras un mes de enero desastroso en que me he dedicado, sobre todo, a estar enfermo. Haciendo deporte, comiendo sano, durmiendo bien y enfermo. Como decía un buen amigo (tomado de un chiste), eso van a ser las pajas… Seguro que, con un buen calor de pecho ajeno como el de Yulia, no se me habrían agarrao al mío…