Tras décadas de espera desde el Retorno del Jedi y la travesía por el desierto que supuso para la mayoría de los fans el tener que aguantar los visionados de las precuelas en el nuevo milenio, la mega-franquicia cinematográfica de Star Wars regresó, a bombo y platillo, a los cines hace ahora un año.
La multimillonaria compra de Lucasfilm por parte de Disney en 2012 -unos cuatro mil millones de dólares- se vio como el hundimiento final de una saga que languideció debido a la megalomanía de su creador y su empeño en explotar a la gallina de los huevos de oro una y otra, y otra vez. Nadie confiaba en Disney para reflotar un barco que hundieron entre Lucas, Annakin y Jar-Jar Binks allá por 1999. Pero no siempre es como los fans predicen en foros perdidos de internet. Disney tenía un plan. Volvería a traer a la familia Skywalker y todo su universo a primera fila. La tarea no era sencilla, pero contaba con un as bajo la manga que se tornaría ganador: la nostalgia de los que crecieron en los años ochenta. No solo la del público, sino también la de directores, actores, guionistas, etc.
Así nació el episodio VII: El Despertar de la Fuerza (2015). Para dirigir este rescate de una saga mítica escogieron a un director experto en estas lides: J.J. Abrams. Salió de la televisión encumbrado por Lost (2004) y en el cine se dedicó a revivir la nostalgia por los filmes ochenteros de Steven Spielberg con Super 8 (2010) y sendos reboots de Star Trek con Star Trek (2011) y Star Trek: Into Darkness (2013). Tanto apelar a la nostalgia y al pasado dio lugar a un film que bebía demasiado de la original Una Nueva Esperanza (1977), calcando las bases y claves del argumento. Pero los personajes sorprendían y caían en gracia, ayudados por el elenco original, que aparecía para entregar el testigo. Además, la revisión moderna actualizaba escenarios con nuevos efectos especiales sin llegar depender en exceso de la pantalla verde que tanto mal hizo a las precuelas. El buen hacer de Abrams, unido a su control del ritmo y la acción, entregaban una película entretenida y con pocos peros más que añadir a parte del ya mencionado. Y es que, tal vez, el estudio no quiso jugársela entregando algo totalmente nuevo. Porque perder la taquilla de El Despertar de la Fuerza era un torpedo a la línea de flotación del plan maestro de Disney. Y había que asegurar el tiro. Cuatro mil millones de dólares estaban en juego.
El plan no solo incluía una nueva trilogía. Se buscaba expandir Star Wars al nivel de Marvel: crear secuelas, spin-offs, precuelas, series de cómics… Y precisamente el primer spin-off estaba destinado a llenar el vacío entre el estreno del episodio VII y el del episodio VIII: navidades de 2016.
Así que el pasado 16 de diciembre asistimos al estreno mundial de Rogue One: A Star Wars Story, dirigida por Gareth Edwards –Monsters (2010) y Godzilla (2014)-, escrita por Chris Weitz y Tony Gilroy y protagonizada por Felicity Jones, Diego Luna, Ben Mendelsohn, Donnie Yen, Mads Mikkelsen, Alan Tudyk, Riz Ahmed y Forest Whitaker.
La primera película del universo Star Wars que se separaba del camino de la familia Skywalker. La sombra de la trilogía original es muy alargada y, en el fondo, Rogue One actúa como precuela de facto a Una Nueva Esperanza. El motivo de la película era explorar cómo la Alianza Rebelde se hizo con los mapas de la Estrella de la Muerte que permitieron su destrucción.
Sigue habiendo referencias y guiños a la historia que vertebra todo Star Wars, pero en Rogue One seguimos a un grupo de inadaptados que luchan contra el Imperio. Lejos de la épica más heroica de Luke Skywalker, aquí vemos la lucha en las trincheras, la guerrilla urbana, el sudor y la muerte de miles de soldados anónimos que luego permitirán a Luke convertirse en héroe. Temáticamente, la película trata de ahondar en ese sentimiento de un grupo de personas arrinconadas por una guerra que están perdiendo y por todo lo que han tenido que hacer por su causa. Hay reversos oscuros en la moralidad de los héroes que nunca antes se habían mostrado. La Alianza Rebelde siempre fue el bando bueno y sin mácula, pero aquí se mancha las manos. Baja al lodazal a luchar contra el Imperio con las mismas armas, o con las que tiene. Aparecen hasta extremistas que luchan contra el Imperio al margen de la Alianza, haciendo uso de una guerra de guerrillas en un planeta desértico que el Imperio explota por sus recursos naturales.
El personaje de Diego Luna, Cassian Andor, es la mejor muestra de esta dicotomía moral de hacer cosas malas por un bien mayor. Jyn Erso (Felicty Jones), se encuentra en el lado opuesto. Pretende evitar la lucha e ir por su cuenta y riesgo, hasta que la guerra y los valores familiares se entrecruzan frente a ella. Puede que no haya excesiva química entre los dos protagonistas, pero tampoco hay necesidad de la misma teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentran. Cada uno sigue su arco emocional y, al final, se encuentran. Con eso basta. Sobretodo si pensamos que la película tiene una clara intención de ofrecer algo mayor. Los dramas personales están ahí, pero el foco principal es la guerra. La lucha de un grupo de personas que se ven unidas por avatares del destino fuera de su control y que tratan de hacer lo que pueden para mejorar la situación a una escala tan pequeña que no se les ve desde el espacio (los planos desde la Estrella de la Muerte buscan precisamente eso).
Es en esa grandiosidad donde la película triunfa. La escala de las batallas va desde la guerra de guerrillas hasta la guerra abierta, pasando por emboscadas, ejecuciones y bombardeos. Por fin se ve que el Imperio estaba en guerra y que esa guerra afectaba a todos los planetas y a todos los habitantes de la galaxia; algo que quedaba muy difuminado en la trilogía original.
La primera parte de la película te sitúa en el conflicto y te presenta a los personajes. Tal vez se exponen demasiadas ideas y personajes de forma muy rápida para dar enseguida paso a la acción. Deja la sensación en el espectador que se debieron quedar algunos minutos en la sala de montaje para cumplir con el tiempo establecido. Pero una vez asienta a los protagonistas en su universo propio, la historia avanza como un cohete hacia el clímax. Pega al espectador a la butaca y apenas da un par de minutos de respiro.
El tramo final es un espectáculo de primer nivel. Tal vez de lo mejor que se haya hecho en todas las películas de Star Wars. Las escenas de lucha en la playa son de tal magnitud que lo único que deseas es ver más y más. Edwards consegue mezclar ecos de Salvar al Soldado Ryan (1998) de Spielberg con influencias del cine bélico ambientado en Vietnam. Y luego está el final. Un final que realmente eleva a la película, tanto por su valentía como por su coherencia. Y el personaje de Jyn Erso cierra un macabro círculo -pero explicarlo incurriría en spoilers, así que mejor lo dejamos para los comentarios al salir de la sala-.
Una vez ocurre esto, llega el epílogo. Llega la ESCENA. El mayor mito creado por Star Wars en todo su esplendor. Aquello que sólo se intuía en todas las demás películas, aquí se muestra. Y da miedo. Esa escena es puro terror servido con caviar para los fans.
Es obligatorio mencionar el uso del CGI para recrear a dos personajes de la saga original en lugar de optar por actores parecidos o trucos de maquillaje. Decisiones que resultarán discutibles se hagan como se hagan. El valle inquietante está presente pero si funciona el recurso o no, queda a la opinión de cada espectador.
Rogue One se presenta como una incursión de Star Wars en el género bélico y, por primera vez, se enfrenta al hecho de tener que desarrollar una trama y unos personajes en una historia autoconclusiva. Supera el reto con nota. Tanta, que se sitúa a la altura de la trilogía original o, incluso, por encima de alguna de las películas que la conforman. Si este es el camino que van a seguir los spin-off, que vengan los que quieran.
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16 Comments on "ROGUE ONE: El Dolor y la Esperanza Tras la Batalla"
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Para ayudar a @mojo, he aquí un vídeo de Ewan McGregor haciendo de Obi Wan en La Venganza de los Sith, intentando no reír ante el palabro rebuscado en el diccionario por parte de Lucas para evitar decir “niños”:
https://www.youtube.com/watch?v=7SqTR0DorSw
Aviso. Este comentario contiene spoilers. Bueno, esta mañana la he visto. Una buena película, muy atropellada al principio (tras la escena inicial), pero que en cuanto se asienta tiene muy buen nivel. Como historia autoconclusiva, sobran personajes (aún no entiendo que pinta el amigo del monje ciego) con los que no podemos empatizar por falta de desarrollo, pero pese a algunos fallos de “verisimilitud” (vamos, entrar a una base ultrasecreta imperial subiendo una escalera, sin ni un sistema de alarma, o que la alianza rebelde sea más indecisa que una veleta), es una buena película con momentos realmente impresionantes (esos… Read more »
Antes de nada, agradecer a Shaka el post. Como sabéis soy un acérrimo detractor del episodio VII. Me parece una película que empieza MUY bien (con esas evocadoras ruinas de las naves imperiales), empieza a torcerse en el segundo acto y acaba siendo un desastre galáctico. Me pareció tan desastrosa que para convencerme a ir a ver Rogue One me han tenido que invitar para no financiar el desaguisado con mi bolsillo. He salido del cine MÁS que satisfecho. De hecho, justo antes del acto final, me he dirigido al hijo de mi amigo y le he dicho “SE VA… Read more »
@noja, el Episodio VII no lo he vuelto a ver desde su estreno hace un año. Me gustó mucho cuando lo vi. Aún teniendo demasiados puntos similares con el original -lo que más me chirría es la Star Killer, no costaba nada cambiar de amenaza y misión-, los personajes y el nivel visual la redimen. Tengo que confesar que a mí, Kylo Ren, me encantó. Es un villano prometedor, es muy poderoso aunque aún no controla sus poderes y, además, es un niñato mimado al servicio de un Sith similar a Darth Sidious. El hecho que se enfrente a su… Read more »
Esta semana por fin pude ver Rogue One y leer la entrada sin temor a que me destriparan algo. Coincido con la mayoría. Supera claramente al Episodio VII que me pareció un simple corta y pega de la primera película pero añadiendo personajes con menor carisma y gancho. No es un peliculón pero se deja ver bastante bien, una película de acción entretenida y que no te despista con un sucesión innumerable de efectos especiales que nadie es capaz de seguir. Desde luego que se usa un buen arsenal tecnológico pero ayuda a dar mayor fuerza a la escena. El… Read more »
Hace casi 12 años escribí esta critica del episodio III, que por su interés arqueológico comparto con todos vosotros 28 años después de que llegara a las pantallas la primera parte de la saga, he asistido con 28 años a la última entrega de la misma. Hacer una crítica de tan magna obra es un ejercicio que requiere de un enorme esfuerzo de concentración, pero es algo que me siento obligado a hacer. Ni que decir tiene que el que no haya visto la película mejor que no siga leyendo, porque voy a hacer una disección completa de la misma.… Read more »