La presunción de veracidad como norma moral de comportamiento no puede ser absolutista.
11 Enero 2011
Voy en dirección Granada por la carretera de Córdoba cuando a la altura de Mercagranada un control de la guardia civil considera oportuno parar mi vehículo. Hasta aquí todo normal, pero justo antes de llegar a la rotonda en donde se sitúa dicho control, en un día de niebla noto como un coche viene en mi misma dirección, pero a una velocidad mayor, por lo que decido poner los faros inflatable slide antiniebla traseros (los delanteros ya estaban funcionando) para advertir a dicho conductor de mi presencia. Hasta aquí todo normal. Mi vehículo es un Seat Córdoba de última fabricación y adquirido hace veinte meses en el que no se pueden poner dichos faros antiniebla si no se tienen las luces de cruce encendidas previamente.
Es entonces cuando un agente de la guardia civil sin dispositivo de iluminación (supongo que exigible, dada la escasa visibilidad) y con la mano, me conmina a parar en el lateral de dicha rotonda, cosa que resulta difícil ya que circulábamos varios vehículos y no me pude detener de forma inmediata. Hasta aquí todo normal. El señor agente de la guardia civil demanda mi permiso de conducir sin más dilación, ni saludo ni más explicación, a lo que yo procedo -mientras me indica que circule marcha atrás y coloque mi vehículo tras otro parado anteriormente- con lo cual, y obedeciendo sus órdenes, me dispongo a detener el coche esperando sus noticias.
Después de un tiempo que estimo no inferir a un par de minutos y aprovechando su paso por allí demando el porqué de mi procedencia en aquel lugar. Y cuál es mi gran sorpresa cuando me dice, de forma poco convincente, que no llevaba las luces encendidas. Yo, tras unos segundos de estupefacción le digo que debe haber una confusión ya que esa circunstancia no se ajusta a la realidad. El agente se aleja sin contestar y yo me dispongo a comprobar si, por un casual, mis dispositivos de alumbrado no funcionan correctamente; cosa que no sucede y espero el acercamiento del agente.
Una vez allí, y tras no menos de cinco minutos, este señor dice haber corroborado con su agente compañero, que está a cincuenta metros de allí en el fragor de su trabajo, por lo que es imposible que él haya visto o se acuerde de mi vehículo, que efectivamente, yo no tenía las luces encendidas. Todo eso en un mar de dudas por parte del agente que da la impresión de no tener autoridad moral alguna ni pruebas fehacientes de que aquello que está haciendo es correcto.
Todo se reduce a la presunción de veracidad, ni más, ni menos, dado que el mismo guardia civil reconoce que tiene un coche igual y las explicaciones que le doy son comprobables. Es decir: no solo no tengo los faros antiniebla activos, sino que ni tan siquiera tengo las luces de cruce encendidas, cosa improbable por las características de mi vehículo en ese sentido.
Y mi pregunta es: ¿En virtud de que autoridad moral se expresa un agente para aplicar dicha presunción de veracidad? Si él quiere, su palabra vale más que la mía por mor de dicha presunción. Por lo que la indefensión ante una mala gestión de dichos agentes es tal, que si ellos deciden aplicar la ley, no se puede discutir bajo ningún concepto y lo que es peor en este caso; es indefendible, porque aunque yo decidiera presentar un recurso perdería la bonificación ya que entre gastos de abogados y demás procedimientos legales costaría más el collar que el perro.
La indefensión es absoluta. Si un agente pagado con mis impuestos y con el deber de salvaguardad mi seguridad quiere solo imponer el criterio del diezmo; date por fastidiado.
Pero aun hay más. En el trascurso en el que a duras penas el agente maneja una PDA en el que salta a la vista su poca destreza con el artilugio, me da tiempo a hacer no menos de veinte fotos con otros tantos vehículos sin luces de ningún tipo. Al cuestionarle el porqué de este agravio comparativo inflatable water slide me remite a su inexistente don de la ubicuidad y sin hacer el menor caso a la carretera (no olvidemos que es la verdadera razón de su servicio) sigue con el aparato en la mano sin más atención que esa.
Mientras, el otro guardia civil va y viene y se detecta claramente la connivencia entre ellos a la hora de firmar como testigo las denuncias que en ningún momento han visto para ese proceder.
Dispongo de todas esas fotos en las que se puede contrastar en el banco de datos de la guardia civil que, en ese momento al menos, no fueron sancionados por el mismo motivo que yo si lo fui.
En definitiva y como última reflexión solo decir que cuando se cuestiona la buena voluntad de cualquier persona ante un anónimo, nunca me cupo la menor duda de que la presunción de veracidad era una forma de agilizar los conflictos que de otra forma serian interminables y sobre todo costosos, pero hoy he comprobado como detrás de un uniforme hay aviesas intenciones que no se corresponden con su verdadero propósito.
Y eso si que es verdaderamente preocupante.
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27 Comments on "CON LA PRESUNCIÓN DE VERACIDAD HEMOS TOPADO"
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Parece mentira que estemos en el siglo XXI, donde no es sólo que todo vaya perfectamente tecnificado y automatizado, sino que encima ya se ha demostrado que nadie se puede fiar de nadie y ha de ir todo por escrito, y esto de la Benemérita siga funcionando como en la época de Franco (con todas las limitaciones que la “evolución” conlleva).
Contubernio autonómico-bananero, ora pronobis.
Living y Dark.
Es a lo que yo voy es al fondo de la cuestión. Una cuestión genética y educacional a la vez.
Yo nunca sería medico, guardia civil, o cualquier cosa que conllevara una responsabilidad que dependiera de mi estado de ánimo. Si yo me equivoco en mi trabajo las consecuencias son relativamente relevantes, pero si un medico o guardia civil se equivoca las consecuencias, a veces, pueden ser nefastas. No apelo a que de forma empática se sitúen en la piel de cada cual, pero si no tienes mucha capacidad en ese sentido…mejor dedicarse a otra cosa no?
Hay un refrán en catalán que dice que una flor no hace verano, ni dos hacen primavera. En el veredicto se señala que, en efecto, “uno o varios guardias civiles” se dedicaban a detener a conductores senegaleses que viajaban por la autopista de la Platja de Palma, les multaban y se quedaban con el dinero. Uno de los testigos que declaró en el juicio, representante de una asociación de inmigrantes, afirmó que hubo más de 40 compatriotas que le confirmaron que habían sido detenidos por la Guardia Civil en la autopista y se habían visto obligados a entregar dinero para… Read more »
Más madera
http://www.laopinion.es/sucesos/2010/09/05/detencion-mujer-general-enfrenta-policia-guardia-civil/302516.html
Pués Batua estamos en lo de siempre. En mi pueblo el dicho es: Lo mejor es tener dineros, pero si no, ten un nombre.(0 algo así)
Lo cierto es que ya he preguntado a varios conocidos relacionados con el gremio al respecto y todos dudan de la premeditación y alevosía del agente por lo que lo atribuyen a un error…y como no tengo un nombre; pues he tenido que tener dinero…
Buenas.
Yo por suerte no me he visto en una de ésas (la verdad que conduzco poco) pero no creo que fuera con premeditación hacia ti, slum.
Lo de que tengan que cumplir cuotas de multas, que ese día se le antojó y demás sí, lo que me parece igualmente grave.
El tema está en que, como bien pones en tu encuesta, si no creeemos a la “autoridad”, no podríamos demostrar casi ninguna infracción. De hecho ya se sabe que incluso puedes escapar de multas por radares (que no creo que tengan fijación por una matrícula concreta).
Un abrazo
Free, la segunda opción es fruto de tu percepción el día que os lo dije y quizá tengas razón, pero precisamente por eso la dedicación y concentración en el trabajo de estos señores es a lo que apelo.
Que habrá errores es incuestionable, pero se trata de tener lo menos posibles, y créeme, la situación que yo viví en aquel infausto día no invita a pensar, sino, todo lo contrario.
Yo no tengo tanta paciencia como Slum. Recuerdo una vez que me baje del coche y me encaré con el agente. Fue un acto pragmatico, ya que iba a pagar la multa, al menos solté bilis. Debi chillar bastante fuerte porque la gente se paraba por la calle (incluso algun transeunte se puso a increpar al guardia). El tema es que, como en el caso de Slum, todos los conductores estabamos haciendo el giro indebido (entre otras cosas porque la señal está mal y en ese cruce el dia anterior ellos mismo estaba dirigiendo el trafico y conminandolos a hacerlo),… Read more »
Jajajaa, noja, me encantó tu frase.
Por cierto, si te quejas del nivel de conducción de España no vengas a conducir por México. Sólo digo que el carnet de conducir te lo dan en el supermercado pagando la tasa y ya.
Lo que tengo que ver cada día…eso sí, los agentes como si no vieran nada, muchísimo más permisivos, incluso con las faltas flagrantes del reglamento.
Pues Noja, no creas que no me puse farruco. De hecho con mi tono alto de voz (que ya habéis comprobado algunos) a la vez que increpaba a uno de los picoletos, además con argumentos irrebatibles, el otro espetó que no me pasara de listo señalándome con el dedo a la altura del pecho, y fue acción reacción; mi voz subió más el tono diciéndole que bajara inmediatamente la mano y bajo ningún concepto me señalara cual mindundi. Tal fue mi tono y razonamiento que se dio la vuelta y no me contesto…seguramente porque en el fondo de su razón… Read more »