Gales 23 – 15 Italia

El campeón abría el fuego en casa, el el primer peldaño de esa escalera que pretenden les lleve a un histórico tercer campeonato consecutivo. Enfrente, una Italia que se presentó con un línea llena de pipiolos que no parecía una amenaza seria.

Y las cosas empezaron bien para Gales, antes de los 5 minutos ya habían conseguido un ensayo por obra de Cuthbert, quien se aprovechó de un error de novato del ala debutante Exposito. Vamos, que así se las ponían a Felipe II. Todo parecía estar encarrilado para una tarde plácida en Cardiff pero, sorprendentemente, en cambio, Gales ofreció una imagen gris y ramplona, muy lejos de lo que puede ofrecer un grupo de jugadores realmente talentoso, especialmente en una segunda parte para olvidar.

Pero que esto no haga que no demos a Italia el crédito que se merece. Partido muy serio de los transalpinos y mención especial para los chavales que sacaron atrás que no se arrugaron en ningún momento y que incluso superaron con brillantez a sus contrarios, como el caso de Michele Campagnaro, el segundo centro que con 20 añitos se fue del Millenium con dos tries bajo el brazo (muy buenos los dos) y el reconocimiento de todos. Las caras, al final del partido, de unos y otros, reflejaban muy bien qué había pasado. Los únicos jugadores sonrientes eran los de azul.

Francia 26 – Inglaterra 24 

El partido de la jornada en teoría no defraudó ni mucho menos. Aunque en la Taberna había opiniones para todos los gustos, para mí fue uno de los mejores partidos, en un 6 naciones, de los últimos años. Tuvo de todo, también errores claro, alguno incluso grosero, pero éstos se quedaron en poca cosa en medio de un duelo por momentos vibrante. Francia tuvo el inicio soñado. Un ensayo en la primera jugada del partido no ocurre con demasiada frecuencia; los ingleses se estorban en la captura de la patada de inicio, el balón le llega al debutante apertura galo Plisson que mete una patada a seguir que con algo de fortuna sale rebotada, una defensa sospechosa y Huget que se zambulle en la zona de marca para poner el 5 a 0.

Durante la primera media hora, Francia dominó el partido con claridad en lo que era la mejor Francia de la era Saint-André. El balón se movía con rapidez, Plisson jugaba con calidad e inteligencia tanto con la mano como con el pie y antes de los 20 minutos lograban el segundo ensayo, otra vez Huget, en una jugada parecida a la del primero. Ni siquiera el scrum les funcionaba a los ingleses, que cedieron un par de golpes de castigo en ese lance. Mike Brown, ya reconvertido en ala por la lesión de May, lograba recortar distancias con un meritorio ensayo entre 4 defensores franceses para llegar al descanso con 16-8.

La segunda parte fue, seguramente, la mejor que Inglaterra haya jugado en años. Danny Care se hacía el amo de la situación hasta el punto de pasar un drop, Billy Vunipola se hinchaba a ganar metros y a superar rivales y hasta Farrell jugaba bien. Qué digo bien, fueron de largo los mejores 30 minutos que el hijo de Andy Farrell haya jugado con la rosa en el pecho. En Francia sólo Nyanga (sensacional) y Picamoles sostenían la bandera, de manera que del 16-8 del descanso se pasó a un 16-21 a falta de 20 minutos. Pero en ese momento a Lancaster no se le ocurrió mejor cosa que sustituir a su mejor jugador, Care, en una de esas decisiones controvertidas que acostumbra a tener. Yo no creo eso que dicen las malas lenguas de que Lancaster tiene decididos los cambios de antemano y los ejecuta pase lo que pase, sería de tontos, pero es una decisión tan difícilmente justificable como pedir tiempo muerto en baloncesto cuando estás metiéndole al rival un parcial de 15-0.

La diferencia entre Inglaterra y NZ, dejando detallitos en el juego aparte, es que a 5 minutos del final una ventaja de 5 puntos no se les escapa ni de bromas. Un par de pérdidas en sendas abiertas, una touche perdida a 5 metros de la marca francesa y, sobre todo, una defensa lamentable de Goode en el postrero ensayo de Fickou le dieron el partido a los franceses.

Irlanda 28 – Escocia 6

Cuesta hablar de un partido en el que no tengo muy claro nada de lo que pasó. A Irlanda le costó meterse en un partido que acabó ganando con mucha claridad, pero aunque haya ya quien considere que Irlanda claramente presentó su candidatura al título, yo prefiero esperar a que tengan enfrente una mayor oposición. Sí, Irlanda jugó bien en general, dominó la melé y los saques de lateral con contundencia, Sexton se volvió a parecer al de Leinster y el trabajo de Henry hizo que no se notara la ausencia de O’Brien. Otro que tuvo un día feliz fue el talentoso zaguero Rob Kearney, con ensayo incluido, al que se añadieron las marcas de Trimble y Heaslip.

Pero el “problema” es que el rival era Escocia; no me entendáis mal, no me pareció un partido desastroso de los escotos (al menos no tanto como dice el marcador). Tuvieron cosas buenas, intentaron jugar siempre, Laidlaw y Hogg siguen siendo jugadores de verdadero nivel y acumularon posesión, pero una posesión absolutamente frustrante, incapaces de penetrar en las líneas enemigas, con pocos recursos y, en general, no parecía que fuera un equipo que supiera muy bien qué hacer con la pelota. Dos golpes de castigo pasado por Laidlaw fueron el escaso bagaje de su producción ofensiva.

Pueden y deben mejorar, también el año pasado empezaron igual en Twickers y terminó siendo un buen año para ellos. El sábado en la Calcuta tienen la primera oportunidad contra su enemigo favorito.

Próxima jornada.

• Sábado 8. Irlanda – Gales (15:30) y Escocia – Inglaterra (18:00)
• Domingo 9. Francia – Italia (16:00)

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