Ayer una gran parte de España se acostó abriendo los ojos a uno de los pasajes más miserables de nuestra historia. Casi un siglo de historia, setenta y cinco años para ser exactos. Los “niños robados”. El relato del caso que se trató en Telecinco, aunque parcial porque se obvió la génesis del asunto y su conexión directa con la represión franquista, fue realmente impactante para el espectador pues escuchó y vio ante sus narices a familias que arrastran durante décadas el dolor que desconocer donde está uno de sus miembros. Los testimonios de las madres y padres fueron aterradores y provocaron verdadera náusea en el espectador. Prueba de ello fueron los comentarios leídos en las redes sociales.
Pero la historia no era nueva. Ya en 1982, hace la friolera de 31 años, María Antonia Iglesias publicó un artículo en Interviú donde se podía incluso ver al “niño congelado” de la trama del caso conocido como Sor María y que servía sistemáticamente de señuelo para engañar a las madres y padres de la defunción de su hijo. Por tanto, los hechos eran más que públicos. Interviú era una de las revistas más leídas en nuestro país y su influencia e impacto era enorme, muchísimo más de lo que lo es cualquier publicación actual pues en el contexto de la época los medios de comunicación eran realmente reducidos.
No obstante, el país miró hacia otro lado. Se barajan cifras de más de 300.000 niños robados y parece que nadie sabía nada, que nadie vio ni oyó nada, que yo no sabía nada blablabla. La capacidad del ciudadano de exculparse de casos como este es realmente decepcionante para cualquier persona con un mínimo de conciencia social porque ese nadie sabía nada es absolutamente falso. Sí se sabía y bien que se oían historias al respecto, pero no se les hizo caso. Se las ignoró en el mejor de los casos porque lo habitual fue tachar de “locura traumática” a quienes relataban su tortura familiar. En este momento conviene recordar que el propio programa de televisión “Quien Sabe Donde” fue cancelado, entre otros motivos, por ese ejercicio de sana memoria y búsqueda. Se estaban empezando a remover muchas tumbas vacías y, como no podía ser de otro modo el aparato del sistema, ante las clamorosas evidencias de falsificación de registros y certificados públicos que señalaban a todo el aparato institucional y religioso, le dio un vergonzoso carpetazo. Lo más vergonzoso, y que a nivel simbólico muestra de forma nítida las miserables raices de la democracia en la que vivimos, fue que al riguroso programa Quien Sabe Donde le sustituyeron programas mucho más acaramelados como las Tardes de Patricia o algo así, hablo de memoria, donde el Rubén buscaba a la Jessi que se había pirado preñada del Jonathan. Puede parecer ridículo y esperpéntico, pero así purgó España durante años su memoria, escondiendo la cabeza ante su propia miseria. Nadie sabía nada entre tanta carcajada.
Pero, a pesar de lo de anoche veremos cómo despierta hoy España, veremos cómo despiertan los fiscales y los ministros y ex-ministros de justicia, los titulares de prensa. y los boletines parroquiales. Quizá ni hayan visto el programa aunque fuese el más visto porque ayer mismo lo más comentado en las redes sociales fue el ¿Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo? Una cruel ironía, sí. Cruel porque precisamente mientras a los niños pobres de color rojo en España se los robó sistemáticamente desde el fin de la Guerra Civil en las cárceles franquistas hasta los años 90, ya bien entrada la democracia, los niños ricos realizan castings televisivos para encontrar pareja. Y cuidado, “ándate con ojo con las cazafortunas” advierte uno de los padres de uno de estos hijos que no encuentran el amor.
Veremos si se empieza a hablar de esta industria del terror creada durante el franquismo y que pervivió durante casi tres décadas de la actual democracia. Veremos si nos damos cuenta de una vez que la transición ni fue modélica ni fue democrática. Veremos si se empieza a dignificar a las víctimas silenciadas, si el desprecio y el silencio que sufren de los aparatos del Estado se torna cómplice de su causa y la sociedad civil alza su voz callada por miedo durante demasiado tiempo. Veremos si aparecen estos muertos en vida que desconocen sus verdaderos orígenes. Una cruel metáfora de nuestra historia narrada por los impunes vencedores por la gracia de Dios y de Franco y de la madre que los parió. Veremos si hay casos de niños robados en altas cunas. Veremos que no, que todos eran niños de clases asalariadas y humildes, y de madres solteras, de prostitutas y si miramos más allá, de presas políticas. Sí, de presas políticas “no afectas” al Régimen fusiladas tras dar a luz. Veremos si queremos ver lo mezquinos que somos, como hemos renunciado a nuestras convicciones morales por comodidad y como incluso vemos inmunes a insignes columnistas de La Razón afirmar sin rubor que todo es una “campaña de la izquierda” abortista “que ignora hipócritamente qué sucedería con algunos o muchos de esos embarazos no deseados en nuestros tiempos, tan progresistas”.
Veremos una industria que hacía negocio con los niños robados como producto de venta que se llegaron a financiar a cómodos plazos. Y lo veremos bajo palio, bendecido por la santa Madre Iglesia. “Lo llevaron a bautizar y no me lo devolvieron. Yo reclamaba el niño, y que si estaba malo, que si no estaba. No lo volví a ver”. Éste es el testimonio de Emilia Girón, que dio a luz en el hospital de la cárcel de Salamanca en 1941. Su delito, ser hermana de un guerrillero. Veremos cómo se comerció en España con la sangre de nuestra sangre, con nuestra genética cuando no existía fecundación in vitro porque no hay que olvidar que esto sucedió hasta que la industria y la demanda se enfocaron a la fecundación artificial. Y veremos al Doctor Vela, con la defachatez propia de un sinvergüenza amparado por los jueces y fiscales, coetáneos y contemporáneos, multiplicando su patrimonio entre la década de los 70 y 80 mientras fue director de la clínica San Ramón de Madrid donde se gestó la trama del caso Sor María. Lo veremos con 79 años afirmando con orgullo que “olvidaos de eso, nunca encontraréis a vuestros padres”. porque las pruebas de filiación se destruyeron de forma absolutamente legal. Ahí lo veremos, indignado y escandalizado, reprochando que “algunos que reclaman niños ‘robados’ buscan una indemnización” mientras demanda y exige su indemnización correspondiente a la periodista que lo llamó “sinvergüenza”. Es así de miserable esta historia. Y todos somos culpables. Unos más que otros, sí. Pero nadie, absolutamente nadie ha pasado por la cárcel por ello y por eso somos todos culpables hasta que se haga justicia.
Los niños robados en España no son la causa contra una monjita y un médico descarriados. Los niños robados en España son todo una industria del mercado de trata de bebés creada por un régimen genéticamente corrupto que ha infectado hasta la médula a nuestra democracia.
El parto de esta barbarie se alumbró en “despachos oficiales, de organismos públicos dedicados, en teoría, a velar por las mujeres y los menores, entidades del Estado que una vez llegada la democracia siguieron arrastrando los posos de corrupción de la dictadura franquista. Los testimonios de muchas mujeres que dieron voluntariamente a sus hijos en adopción sitúan el origen del comercio de recién nacidos y de las adopciones ilegales en España en su punto exacto de partida. Fueron a pedir ayuda al Patronato de Protección a la Mujer, dependiente del Ministerio de Justicia. Y fue ese organismo el que las desvió y las introdujo en una trama ilegal que las hacía desplazarse por España y ocultarse hasta dar a luz”. Porque abramos los ojos de una vez. Hasta las adopciones “consentidas” fueron mercantilizadas y producto del estigma social y la falta de libertades. Mujeres tachadas de putas en la sociedad de la época por el simple hecho de ser madres solteras que ante el desamparo institucional, veían su maternidad como un lastre, una deshonra que se marcaba a fuego por la moral imperante, y a las que no se les ofrecía otra salida que esta mezquina dación en pago de sus propios hijos con los que purgar el pecado de ser madres fuera del matrimonio. Sí, hijos, sí. Os puede parecer irreal. Podéis incluso pensar que a un hijo no se lo abandona si lo amas, pero cuando todos, la propia familia, los vecinos, la piadosa monja, el médico, el Patronato de Protección de la Mujer y el Menor, te señalan a tí y al bebé que llevas en las entrañas y te empujan a que entregues a tu hijo en adopción con las entrañas rotas lo haces pensando en el bien del pequeño. Yo me pongo en la piel de estas mujeres y puedo comprender su renuncia y puedo ver ese trauma de por vida. ¿Tú no lo hubieras hecho en las mismas circustancias personales y económicas? Te creo, pero entonces te lo hubieran robado sin tu consentimiento. Así estaba montado.
Por eso, hoy, siento la necesidad de invertir la ecuación y que todos, la propia familia, los vecinos, la piadosa monja, el médico y la Fiscalía del Menor debemos empujar en la dirección contraria, obligar a que se realice una macro-redada contra esta organización terrorista en las clínicas, conventos y domicilios particulares de todos los implicados con el fin de incutar toda la documentanción con la que podamos conseguir que las víctimas, madres, padres e hijos se reencuentren y finalmente sepan quien son realmente.
Y sí, yo quiero que se profane la tumba de sor María para comprobar fehacientemente que está muerta y enterrada. No me basta un papel de un médico de esa trama que habitualmente los falsificó para dejarla descansar en paz.
Esos #niñosrobados son nuestros hijos, vuestros hijos. De todos. Mientras no haya culpables todos somos culpables. http://t.co/wbew4usrp2
— flagrant (@theflagrants) October 18, 2013
El caso de los niños robados es lo mas miserable que ha pasado en este país en los ultimos 100 año.s
Ni argentina en los años de su dictadura se le iguala.
En este país se traficó con bebes durante décadas y aqui no a pasado nada, ni pasará.
Se están archivando todos los casos.
Se vendieron al mejor postor bebes ROBADOS a sus madres.
Repito, ROBADOS a sus padres y vendidos, algunos incluso a plazos.
Como si fueran una lavadora.
Y todo ello con el consentimiento y bendición de la clase dirigente.
Cuando estalló el caso, el gobierno prometió que pondría todos los mecanismos nacionales para investigar el tema, incluso se creó un fiscal especial y toda la polla.
¿Sabéis cuanto tiempo "investigó"ese fiscal que era la repolla?
2 meses.
2 putos meses y carpetazo al asunto.
Casi todas las denuncias archivadas.
Aquí paz y despues gloria.
La transición española fué modelica y eso no va a haber Dios que lo cambie.
Aquí en Euskadi se llegó a descubrir ciertas cosas muy comprometedoras para algunos dirigentes políticos y sus familias.
¿Que ha pasado con lo que se descubrió?Pues falta de pruebas,no es verdad,es mejor no remover este asunto,bla,bla,bla, etc etc
Archivados los casos.
Somos un puto país de cobardes.
Pero con una transición modélica.
Una aclaración.
Yo conozco,muy personalmente a afectados por todo este asunto y algo sé de lo que hablo.
No hay que ser Sherlock Homes para intuir que más de un niño robado fue adquirido por más de un insigne personaje del Estado.
Excelente escrito, flags. Mi visión sobre la transición ya es conocida y sobre los altos poderes de la Iglesia también por lo que no vale la pena extenderse. España es de los pocos países en el mundo que tras una dictadura no llevó a los dictadores al banquillo de los acusados. Con el truco de una amnistía para los presos políticos se dio carpetazo a la dictadura y se dejó en la calle a los golfos.
En la serie Cuéntame se ve muy bien todo este proceso de cómo todos los secuaces seguidores de la dictadura se colocaron en primera fila de los puestos "democráticos" y siguieron gobernando como sin nada o en puestos relevantes. Fraga, Ordóñez, Suárez, etc... Y miles desconocidos para el gran público en jefaturas de policía, tribunales, ministerios, etc. Una puta vergüenza.
Excelente, flags. Yo tengo muchas historias de la guerra civil y de la dictadura pero no es este el sitio para contarlas (al ser público).
Gracias, Custodi.
Gran artículo flags!
La historia de España, sobretodo en el siglo XX, es una enorme tragedia a la cual, de momento, no se le vislumbra fin. Hay demasiadas muertes, mentiras, odios y heridas cubiertos bajo la alfombra de la "democracia" que, el día que salgan a la luz, que Dios nos salve de tener otra guerra civil.
En el caso que nos ocupa, es bien triste que millares de familias fuesen rotas a conciencia por el vil metal. Y las víctimas esocgidas por su posición social o vinculación política. En mi casa tenemos sospechas que la familia de mi madre fuese una de las muchas a las que robaron un hijo, pero jamás se podrá ya probar.
Arrebatar un hijo recién nacido a una madre contra su voluntad es miserable, inhumano. Comerciar con él sin sufrir remordimiento alguno es de lo más abominable y asqueroso que se me puede ocurrir. No vi el telefilme de Tele 5 pero con todo lo que ha salido del caso en este tiempo casi ni hacía falta, es realmente espeluznante. Que te cambien la vida de esa manera, arrebatándote de las manos de tu auténtica familia, debe ser un sufrimiento terrible.
Efectivamente esto no debería quedar impune, es demasiado grave para echarle tierra aunque haya quien lo pretenda. Por humanidad no puede quedar en el olvido.
Os voy a contar una breve historia:
En el año 1977 una pareja de inmigrantes, autóctonos del Reino de España, viven en una gran urbe española, el marido cae enfermo y tiene que ser hospitalizado durante un corto espacio de tiempo.
Durante la estancia en el hospital una enfermera coge confianza con la pareja y tras y averiguar que no tienen hijos les ofrece un bebé por 50.000 pesetas.
Tras reflexionar la pareja decide no comprar al bebé y esa decisión cambió mi vida por completo.
La ciudad no era Madrid y la enfermera no era Sor María.
Con esto quiero decir que los bebés robados no era algo local sino una trama bien organizado que extendía sus tentáculos por varias ciudades grandes españolas y que no sólo se efectuó durante el periodo de esplendor franquista, sino hasta muchos años después y que dejó de realizarse masivamente cuando la fecundación in-vitro daba seguridad de tener éxito, y que este episodio nacional va a quedar impune es más que obvio y no por ello deja de ser más que indignante.
Pero como bien dice flags el silencio nos hace cómplices a todos, pero también entiendo a la gente que se calló en su momento ya que son personas que conocieron muy de cerca el franquismo y el miedo como el hambre es libre.
Pd. como conclusión añadir una pequeña "manía" que se extendió a finales de los 70 y principios de los 80 cuando en las zonas rurales se empezaban a tener a hijos en hospitales y era la de que si tu hijo moría durante el parto (algo que no era tan extraño entonces) las mujeres se decían unas a otras : que te enseñen bien al niño, que te lo muestren. Por algo será.
Sin llegar tampoco a ser Sherlock Holmes supongo que lo más triste de todo es que si en la actualidad no se hace esta práctica tan a menudo en España es porque se ha internacionalizado el robo. El mercadeo de las adopciones internacionales resuelve que tengan que robar niños dentro de España (que no dudo que siga habiendo casos, ya que la infrastructura aún se desconoce).
Y la fecundación artificial no puede darse en todos los casos de esterilidad, por lo que me atrevo a decir que la ansiada paternidad de la casi endogámica clase de los oligarcas sigue robando niños.
Y, mis queridos Watsons, ¿a que no sabéis que institución es internacional, apoya a los oligarcas y se mete en todos estos fregaos? Estoy convencido de que algunas cruzadas antiabortistas son motivadas desde este sucio negocio (que lástima de dinero perdido... pensarán).